Muy bien, muy bien, tu calmada, de todas formas…¿Cuáles son las probabilidades de que alguien nos note?
Se escucha una explosión y las piezas de mi auto vuelan por los aires, el aire se llena de humo y las risitas de mi acárrele son cada vez más escandalosas.
Bien, acabo de descubrir que las probabilidades son de 99.9% a 1, gracias a dios, a esta hora son muy poco los transeúntes, sentí el viento frio en mis brazos y no pude evitar temblar un poco, era una nada cálida noche en Alaska.
Desvié la mirada de mis congelados brazos y la centro en mis 4 acompañantes, Damián, un esbelto rubio de ojos amatistas y tez pálida se encontraba apoyado contra su compañero mientras fuma un cigarrillo, Sergio, el acuerpado moreno que lo sostiene, de ojos tostados y encantadora sonrisa bebía tequila sin apartar la vista de las dos mujeres haciendo guarradas apoyadas en la puerta de un establecimiento abandonado, Laura, la latina de cuerpo caliente empotrada en la maciza madera sin dar tregua y, Diana, la mortalmente pálida (Incluso para nosotros) pelirroja de ojos verdes que la acariciaba descaradamente.
Hice una pequeña mueca y aparte la mirada, desde aquí podía ver sus lenguas, acaricie con incomodidad la parte posterior de mi cuello y carraspee tratando de que me notaran.
Repetí el procedimiento tres veces más y suspire cansada cuando caí en la cuenta de que posiblemente me estaban ignorando, vi un pequeño banco y camine hacia el-es una porquería el ser la única sin compañero-masculle entre dientes con irritación antes de sentarme, esto podría durar, cerré los ojos y no puedo evitar pensar en todas las cosas que nos habían llevado hasta este momento.
Mi padre había muerto a manos de un cambia forma, el mismo que convirtió a mi hermano y incendio la mansión del acárrele con su manada de perros sarnosos.
Laura había conseguido a su compañera después de largos años de pasar de cama en cama, al igual que Damián, (Sonrisa) quien hubiera pensado que las parejas de ambos convivieran en el mismo Acárrele, (Suspiro) eso es tener suerte.
Nos movimos hacia la nueva propiedad que había adquirido en Alaska, con ayuda de la familia que tenia bajo mi protección, los Mcleon, una respetada familia de cazadores de lobos.
Las peleas y enfrentamientos contra vampiros sedientos de sangre humana, los cientos de bancos de sangres dispersados alrededor del mundo para vampiros amantes de los seres humanos.
Mire las casi transparentes nubes en el cielo, habían pasado muchas cosas en los últimos 150 años.
La guerra entre las dos especies de vampiros, los “Loyal” (Nosotros, Vampiros Híbridos que poseen casi todas las capacidades humanas menos la concepción, con un moderado control sobre la sangre y las súper capacidades de los Reason) y los “Reason” (Vampiros de ojos rojos con una gran sed de sangre, de piel fría, dura como el mármol y majestuosa belleza), las miles de perdidas, la sangre, los compañeros (Amantes) caídos, los suicidios a causa de esto, las noches sin poder dormir, los poderes, el dolor…
Negué violentamente con la cabeza, no era algo en lo que queria seguir pensando, sentí humedad en mi mejilla y caí en que…estaba lloviendo, el viento se agitaba fuertemente y miles de olores se mezclaban haciendo que fuera desagradable respirar.
Mire a mi aun “muy” ocupado acárrele y me levante de donde estaba, era momento de colocar orden, me deslice con facilidad entre los cuatro y tome a Damián y Diana del cuello de sus camisas.
.-Es suficiente-ordene con seriedad-el viento esta cambiando y es solo cuestión de tiempo para que los Volturis se enteren del desastre que han provocado.
Los Volturis, un Acárrele Italiano cuyo líder es un engreído pedófilo obsesionado con los poderes, se cree el líder de los vampiros Reason y aunque no tiene ningún poder sobre nosotros es mejor prevenir que lamentar.
Tanto Laura como su pareja me miraron con grandes pucheros que me hicieron suspirar-Damián, Sergio y yo, nos vamos a quedar esta noche en la casa de huéspedes, asi que si-sabia que me arrepentiría de esto-pueden tener la mansión para ustedes solas-me frote los sensibles oídos a causa de sus chillidos emocionados-pero, solo por hoy-aclare logrando que se aplacaran considerablemente.
.-Es mejor que nada-se encogió de hombros Laura con su característico acento latino, escuche los gemidos colectivos de Damián y Sergio y tuve ganas de unirme a ellos, aun en la casa de huéspedes sería imposible dormir.
CAPITULO I.
Como me lo temía desde un principio, no pude dormir, los gritos de placer de la mansión no me permitieron pegar ojo en toda la noche, son las 11 am y estoy que me caigo del sueño, lo más cruel es que cuando pienso que todo ha terminado, los gritos se vuelven a escuchar una vez mas y cada vez más fuertes, fue una muy, muy mala idea, bien sabia que me arrepentiría.
Suspire y me acomode mejor en el sofá cama, hace dos horas que los chicos habían decidido unirse a la “Fiesta” obligándome a abandonar mi habitación, no podía soportar los golpes de la cama contra la pared, (Gruñido) en este momento detesto mi vida, mis desarrollados sentidos y mi incompetencia para conseguir a mi compañero.
Mi estomago gruño y esa fue mi señal, tome las llaves de mi Honda de la pared, entre en el garaje, me subí en mi hermosa moto negra con franjas azules y Salí de la mansión-necesito un momento de paz-pensé y acelere dejando las marcas de mis neumáticos en el pavimento.
Llegue a un pequeño restaurante de ambiente hogareño, estacione detrás de un Hussarya plateado, de vidrio polarizados y desmote, subí el asiento de mi moto y saque una delgada daga que guarde en uno de los bolsillos de mi chaqueta de cuero, había captado el olor de otros vampiros mientras estacionaba.
Abrí la puerta del establecimiento sintiendo mi estomago gruñir antes los aromas que flotaban en el aire, divise una mesa desocupada en una de las esquinas y camine hacia ella, roce con la ñema de los dedos la silla y me detuve, mi mandíbula se apreto y mis ojos cambiaron momentáneamente a rojo…tenía un vampiro detrás de mí, aspire disimuladamente por la nariz y deslice con lentitud (tratando de que no se diera cuenta) la mano en el bolsillo en que había escondido la daga, su olor lo delataba.
.-¿Qué hace tu especie en un sitio como este?-pregunte con frialdad dándome la vuelta, era un delgado hombre moreno de facciones delicadas, tenía el cabello negro un poco más abajo de los hombros y lentes oscuros que ocultaban sus ojos color sangre.
Note como retrocedía y sonreí internamente, este vampiro debía tener más de 500 años si era capaz de reconocer un superior.
.-¿Cuál es Tu Nombre?-pregunte nuevamente, debo aceptar que me causaba curiosidad, además de los Volturis quedaban muy pocos Reason que sobrevivían mas allá de los 350 años.
Me miro algo temeroso pero cuando hablo su voz no fallo ni por un momento-Eleazar.
Deslice mi mano de la chaqueta y me senté, este vampiro no parecía ninguna amenaza y en tal caso, tal vez hubiera sido un poco excesivo utilizar un arma para deshacerme de un ser tan débil-muy bien, dime Eleazar, ¿Tienes Un Acárrele?-entrelace mis manos sobre la mesa mientras lo miraba.
Pareció dudar por un momento para luego negar.
Reí divertida logrando que me mirara pasmado, me lleve una mano a la boca tratando de tranquilizarme, los humanos empezaban a ver en nuestra dirección, sentí como las carcajadas se desvanecían poco a poco y me limpie unas lagrimas que había rodado por mis mejillas-Eleazar, Eleazar, Eleazar-cante llamando su atencion-no es bueno mentirle a alguien que podría matarte con facilidad, lo sabes ¿No?-trago saliva innecesariamente al notar como mis ojos cambiaban de color.
Mire como se reponía y alzaba el mentón con desafío, me empezaba a gustar este sujeto-no tengo un Acárrele señora-lo estudie durante unos largos minutos en que no paraba de moverse nervioso.
.-Mañana-susurre pasando aun lado de el, había perdido el apetito.
.-¿Mañana?-cuestiono confuso.
.-Si, Mañana-abandone el restaurante sin decir más, sabia que no había logrado comprender mis palabras y sinceramente…eso me causaba mayor diversión.