Sucumbió suavemente al cuarto. Con delicadeza deslizo la ventana y cortinas para depositar sin peso los pies en el suelo; echando sus cabellos atrás, miro a Kurosaki tumbado descuidadamente en su cama.
Acababa de llegar de su aburrido trabajo en el Hospital, casi literalmente muerto de cansancio que se quedo dormido y ya pronto comenzaba a soltar suaves ronquidos que hizo a Grimmjow burlarse sin reservamiento.
Sonrió y se acerco mas cuando los ronquidos aumentaron a un volumen que le confirmo estaba prácticamente inconsciente en el sueño.
-Kurosaki...- susurro por fin cumpliendo sus ganas de nombrarlo. Claro, no recibió respuesta pero eso era por el momento. No le hallaba sentido a eso, pero esperó de todos modos.
Suave para su propio gusto, y con sus rudas manos no acostumbradas pese al tiempo en ello, quiso tomar los mechones naranjas que ocultaban parte de la frente del humano para quitarlos y ponerlos tras la oreja. No pudo.
Aun su presencia no podía ser tangible en humanos como en objetos. Quizá ya nunca lo fuera.
Relajó el ceño que había fruncido y miro al chico; sinceramente le gustaba su nuevo look. Se había dejado el naranja cabello largo por atrás de tal manera que ya tenía una delgada coleta baja y su flequillo también había crecido. Ahora era todo un joven interesante y realmente atractivo, aunque eso le parecía a Grimmjow ya desde el principio. Desde que se supo estaba tan enamorado de su Ex-Shinigami.
Las peleas se habían quedado ya muy atrás por los años; tanto Hueco Mundo, las Noches y hasta La Sociedad de Almas. El Hollow había pasado por un proceso de borramiento de memoria similar al de Ichigo, solo que en su caso el tiempo lo hizo y eso porque ya no le importaba.
Ahora Grimmjow, Ex orgulloso Espada, era simplemente un alma más, vagante por el mundo humano.
No, vagante no. Compañía invisible para un humano que no hacía otra cosa más que seguir su ordinaria vida.
Su humano.
Había quedado intangible al perder el cuerpo que el tipo con sombrero ridículo le había dado hacia tiempo; también le había perdido pista al mismo, así que se había quedado tal con y como nada.
Solo tenía la reconfortante satisfacción de que el chico aun recordaba su encuentro con él; ese mismo que Ichigo considero una extrañísima circunstancia donde se atrajo de un completo desconocido sin saberlo hasta el punto de tener sexo con él, para que luego desapareciera de su vida sin más.
De su vida pero no de su mente.
Grimmjow recordaba como veía a Ichigo avergonzado relatar tan extraño encuentro con sus amigos, omitiendo cosas, claro, y muy sonrojado por lo mismo.
Y gracias a eso, Ichigo no se había enlazado a ninguna relación con otra persona pese a ser cotizado por muchas compañeras y compañeros. Grimmjow no lo sabía exactamente, pero aun esperaba poder ver nuevamente al extraño peliazul. Aún añoraba al desconocido Grimmjow Jaggerjack.
Soñaba con tenerlo nuevamente de frente, porque en toda su vida sabía bien que no había tenido a nadie tan tremendamente sexy y excitante como el peliazul. No había querido ni extrañado tanto a nadie así.
Soñaba con él esa misma noche porque sintió la suave presencia en su cuarto, en sus sentidos más carnales e inconcientes. Tan profundo su sueño, y tan cansado él, que se dejo sucumbir por las sensaciones que lo inundaron con simples fantasías en sueños.
Recordar sus besos, sus caricias, su aroma y su peso sobre el... lo hicieron gruñir y rodar boca arriba en el colchón.
Grimmjow sonrió con lujuria. Oh, hacia semanas que no pasaba eso. Ichigo teniendo sueños eróticos con él.
Como le encantaba lo que venía.
Ichigo aumento su temperatura, así como la del intruso en el cuarto. Jadeo suave al principio y sus manos se movieron como con vida propia y el propósito de estimular su cuerpo.
Una subió a su propio pecho, jaloneando la blanca camisa para hurtar bajo ella y encontrar los pezones, acariciando, rodando; erectándolos.
La otra viajo por su cadera, sin intención ni ganas de desabrocharse el pantalón, así que solo acaricio el creciente bulto que era la entrepierna.
Su rostro se sonrojo. Su ceño temblaba, así como sus parpados y su boca abierta ahora por los rápidos jadeos y húmeda por la inquieta lengua que nombraba con necesidad.
-Grimm... Grimmjow...-mordía sus labios con leves arqueadas. Los intensos recuerdos se volvieron imaginaciones de lo que quería tocar ahora él en el peliazul; imaginaba de cuantas maneras quería ser tomado por éste y se desvivía con ello.
-Ahh... ¡Grimm!- gemía a un tono que se elevaba para satisfacción del Grimmjow original.
Y a los minutos, soltó un sonoro que le hizo arquearse y abrir los ojos de pronto.
Jadeo encontrándose con la realidad de su cuarto y cama solitaria y la excitación a tope. Se sentó incómodamente, recargándose en la cabecera y secándose el sudor de la frente.
Bufo molesto ante su máxima erección entre los pantalones que tuvo que liberar de la mezclilla y mirar gotear.
-Joder...- se acomodo mejor en la dureza de la madera y se desabotono la arrugada camisa. No se iba a quedar así de excitado.
-Ah, cielos...- tomo su duro miembro con una mano y con el pulgar acaricio la punta húmeda. -Quien sea que carajos seas, eres un maldito, Grimmjow Jaggerjack...- comenzó a jadear nuevamente, masturbándose a un brusco ritmo que le recordaban al peliazul. Su rostro quemaba y su boca salivaba más rápidamente. Su pecho subía y bajaba haciendo evidente su necesidad de aire en tan excitante labor de fantasear con aquel sujeto.
Mientras, Grimmjow lamia sus labios; no perdía detalle de nada, pero también eso lo enfadaba. Nada podía hacer y tocarse no le era una opción, por eso había dominado su auto control. Aun así disfrutaba lo que veía.
Se acerco mas, subiendo de rodillas casi la cama para tener los jadeos tan roncos del pelinaranja casi en el oído, dejando así una esencia que no sabia podía dar, mirando lascivamente al chico.
Ichigo lo recibió. Le extasiaba ese aroma tan masculino y único que recordaba de ese sujeto y que en ocasiones le llegaba, como en ese preciso momento que temblaba y apretaba aun más su cuerpo.
Una tensión, una arqueada y se corrió tras un largo gemido final.
Se sentía bien y, como todas las veces anteriores que hacia eso, no se movió durante un rato. Sus post orgasmos le hacían delirar. Le hacían saborear en su boca, nariz y en el mismo aire sobre él lo que Grimmjow le había dejado hacia mucho. Lo tenía por sobre todos sus 5 sentidos.
Lo que no sabía, era que en ese momento de deleite del humano, Grimmjow se agachaba para dejarle un tonto e intangible beso a la persona que tanto quería y deseaba con fuerza cada vez más.
Aun así, y al haber pasado tanto el tiempo, aun no se enteraba que ya se sentía en el aire ese mismo sentimiento que envolvía a Ichigo hasta dormirse nuevamente.
Grimmjow lo vigilo sin cansarse como siempre lo pensaba hacer hasta que pudiesen encontrarse de nuevo.