A Jinki nunca le ha gustado hablar en público, el hecho de tener que levantar la voz y tener la mirada de todos atentas en él es una de las experiencias que hace todo lo posible por evitar. Pero sabe que la disertación que está a punto de exponer significa gran parte de su nota final. Así que armándose de valor y motivándose como puede, pasa al frente de la clase y luego de inspirar todo el aire que cabe en sus pulmones, comienza a hablar.
Prefiere evitar mirar a sus compañeros, es suficiente con sentir sus miradas puestas en él, no necesita ver cientos de ojos apuntándolo. La pared, está bien. Y puede hablar cómodamente mientras la observa.
Quizás sea su tono monótono de voz o simplemente puede que a nadie le interese el ciclo del carbono, sea como sea siente como lentamente las miradas se apartan de él. Más que sentirse frustrado se asiente aliviado le es más fácil hablar sabiendo que no hay cuarenta alumnos atentos a él.
La mitad de su presentación ha sido expuesta. Y ahora viene la parte más importante de su exposición, pero escucha un par de murmullos al final del salón. Sin dejar de hablar, inconscientemente dirige su mirada allí. Es Kim Jonghyun, el revoltoso de la clase. Esta haciendo comentarios con su compañero de puesto, Minho. Sus notas no son muy buenas y el mismo ha tenido que darle un par de lecciones de tutoría. A diferencia de él Jonghyun es confiado y tiene el don de la palabra, si ha logrado aprobar todos sus ramos es precisamente gracias a eso.
Una punzada de celos recorre su cuerpo y su poca confianza comienza a evaporarse.
Jonghyun ni siquiera trata de disimular lo poco que le interesa la exposición de Jinki, mientras habla quien sabe qué cosas con Minho y ahora Taemin. Jinki trata de ignorarlo, a pesar de lo descortés que es Jonghyun. Si bien sabe que su disertación no es la mejor ni la más interesante, espera un mínimo de respeto de su parte. No espera que Jonghyun lo mire atento, lo que menos quiere es su atención, pero sí le gustaría que guardara silencio.
No funciona, Jonghyun es la distracción pura. Y la calma de Jinki está llegando a su límite. No es sólo el hecho de escucharlo cuchichear con Minho, si no la sonrisa deslumbrante que se forma en sus labios al escuchar cada broma – que por cierto espera no se trate de él. Si bien Jonghyun, es bastante idiota eso no quita el hecho de que sea malditamente atractivo. Más guapo de lo que merece con esa personalidad, piensa Jinki.
No le hubiera importado si sólo hubieran sido un par de comentario, o susurros hacia sus amigos, pero Jonghyun se la pasó la mitad de su exposición charlando con Minho y desconcentrándolo a él y a cualquiera que se hallara cerca. Llegó un punto en donde se quedó en blanco y sus palabras se trabaron en su boca. Miró al profesor presa del pánico para evaluar su reacción, pero el docente simplemente le sonríe y le pide que intente continuar, Jinki es el mejor de la clase y no quiere ser él quien le robe ese lugar, Jinki está agradecido por ello.
Le dirige una mirada asesina a Jonghyun que por supuesto el otro chico no nota, está demasiado ocupado jugando con el cabello de Kibum, sentado delante de él.
Intenta continuar y aun si sus palabras se traban un poco, lo consigue. Pero Jonghyun se empeña en ser una molestia y parece que sus murmullos se hacen cada vez más fuertes o quizás sea simplemente que cada segundo llama más su atención. De cualquier manera, Jinki está realmente molesto y frustrado por ello.
En algún punto mientras intentaba concluir el tema, sus pensamientos hacia Jonghyun se mezclaron con la disertación y ni siquiera fue consiente cuando de sus labios salió el mayor de los insultos que hubiera dicho en su vida.
“¿Quieres cerrar la boca bastardo desconsiderado?”
De no ser por el silencio mortal que se formó en la clase, habría seguido creyendo que esas palabras seguían en su mente. Pero la mirada reprobatoria del profesor y las miradas de cuarenta alumnos sobre él, decían otra cosa. Lee Jinki, el nerd de la clase estaba diciendo malas palabras en público.
Lo que siguió fue un balbuceó avergonzado, mirando de un lado a otro intentó disculparse, por mero instinto volvió a ver a Jonghyun mirándolo con enfado y se encontró con el idiota sonriéndole con burla.
“Profesor, Jinki dijo una mala palabra ¿no debería enviarlo a la oficina del director?” Parece que lo hiciera con ganas, cada una de sus muecas y palabras logran remover cada parte de Jinki de sus sitios. Su actitud traviesa lo descoloca sacándolo de sus cabales. Y no sabe si considerar esa sensación buena o mala.
“Ya que estás tan entusiasmado, acompáñalo” Lo regaña el profesor, echando a ambos del salón.
Jinki es el más cercano a la puerta y el primero en salir. Prácticamente arrastra sus pies hacia afuera mientras piensa abatido en que probablemente reprobará el ramo. Camina en dirección a la oficina y apenas logra avanzar unos tres pasos cuando Jonghyun confianzudamente coloca su brazo sobre sus hombros. Lo mira con una mezcla de desprecio, odio y rechazo que se desvanece en cuanto nota la sonrisa radiante del menor, que le deja ver sus dientes nacarados. Quiere creer que es por eso – por estar concentrado contando cada uno de sus dientes – que fácilmente se deja guiar en dirección opuesta a la oficina del director. No tiene nada que ver con las mejillas sonrojadas que trata de ocultar mirando hacia otro lado, no tiene nada que ver con que Jonghyun le haya susurrado al oído “Vamos a divertirnos”, y definitivamente no tiene nada que ver con que Jonghyun sea demasiado guapo y tentador para su propio gusto.