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EXPERIMENTO SOCIAL por DRAGIOLA

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Notas del fanfic:

HARRY POTTER NO ME PERTENECE, SINO A J.K. ROWLING DE QUIEN UTILIZO ESTA GRANDIOSA HISTORIA PARA CREAR FICS SIN FINES DE LUCRO Y CON EL UNICO PROPOSITO DE ENTRETENER.

Notas del capitulo:

…y quien sabe y él tenga algo de razón, aun sin saberlo”

 

Esta historia esta inspirada gracias a cierto capitulo que vi hace tiempo atras en una serie llamada "MEDIUM" Espero les guste.

Historia numero 29.

EXPERIMENTO SOCIAL

 

 

 

 

 

-Este es un experimento social mis queridos Mortifagos- dijo el hombre con una sonrisa maquiavélica en la cara.

 

-¿Qué cosa?- pregunto apenas la mujer moqueando a causa del llanto excesivo por el terror de morir a monos de un extraño que de seguro la torturaría antes de esto.

 

-Sí, mi querida dama, un experimento Social-

 

-¡A que mierda te refieres malditos psicópata!- grito furioso su esposo abrazándola con mayor ahínco.

 

-No tienes por qué ser tan grosero, vamos, se respetuoso, después de todo serás parte de un experimento que ayudara a valorar no tan solo a los tuyos, sino para demostrar que no son simples animales sin alma-

 

-Blaise…tengo miedo…- escuchaba gemir a sus esposa bajito sobre su pecho.

 

-Oh pero mi dama, no tiene por qué tenerlo, después de todo su esposo la ama, ¿o no?-

 

-Maldito- gruño el moreno mirándolo con furia.

 

 

 

 

 

                                                      oooOOOooo

 

 

 

 

 

-¿Quiénes son esta vez?- pregunto cansinamente un moreno que tenía ya un largo dia a cuestas con una larga noche ante el que no acabaría para nada bien al ser llamado de urgencia apenas llegara a su hogar.

 

-Esta vez son los Zabini, Señor- contesto un hombre tan solo unos pocos años menor a el que siempre que se lo encontraba estaba rascándose una oreja.

 

-Mierda- soltó el otro rascándose la cabeza al ver el desastre ante el -Donde los encontraron esta vez- dijo con tono molesto.

 

-En…- el joven apunto hacia una puerta -ahí-

 

-Bien, Thompson encárgate que los idiotas de tus compañeros arreglen esto antes de que lleguen los familiares- dio la orden al percatarse que los otros aún no se daban cuenta de su llegada y como nuevamente se tomaban atribuciones que no tenían en el hogar de sus víctimas.

 

-No te molestes hermano, los chicos solo tenían frio por eso-

 

-¡Auror Wesley, le rogaría que en el ámbito laboral me tratara con el protocolo debido al igual que los demás!- ordeno con tono molesto el moreno viendo como su amigo de infancia dejaba su taza sobre un velador para seguirlo.

 

-Lo siento Jefe, se me olvidaba cuanto le afectaba esto ahora -soltó sin un mínimo de preocupación el colorín mirando a su alrededor con desprecio.

 

-Cuida tus palabras Ron-

 

-Perdón Jefe, pero al igual que usted le exijo que me trate como un subordinado más en las horas de trabajo, además de con el debido respeto- soltó este molesto.

 

-Lo hare Wesley, como siempre- dijo entre dientes esta última frase el moreno ya encontrándose enfrente de la puerta indicada por el otro Auror, respiro profundo, jurando que aquello al igual que las otras veces no le afectaría tanto pero descubriendo que por más que intentara hacerlo aquello simplemente era imposible.

 

 

La escena ante ellos era conmovedora, aberrante y aterradora. Sentados en un sillón de excito gusto estaban apostados sobre este una pareja de su misma edad con las manos entre lazadas y con los ojos abiertos al igual que sus anteriores victimas mirándose tan serenamente que solo un pensamiento se cruzaba en su mente, están enamorados.

 

 

-Vaya, otra vez en la misma posición, no te da un poco de gracia todo esto- escucho decir a Ronald quien sin el más mínimo de respeto por los difuntos sonreía ante lo que el de seguro consideraba un espectáculo digno para cualquiera que hubiese perdido un ser querido en la guerra.

 

-Auror Wesley retírese de la escena del crimen-

 

-¿Qué?-

 

-Ya me escucho, retírese y dígale a Thompson que venga aquí, el me asistirá de ahora en adelante-

 

-Oh, vamos Ha…Jefe Potter, solo fue un comentario- soltó alzando su varita y lanzado hechizos para ver si había algo escondido en aquel cuarto.

 

-¡Auror Wesley! ¿Acaso no me escucho o debe lavarse las orejas más a menudo?-

 

 

Definitivamente con eso su amigo o mejor dicho su próximo ex amigo se le borro la sonrisa socarrona del rostro retirándose del cuarto tras un sonoro portazo que solo le refuto a Harry la mala idea que había sido haber metido en aquel caso desde el principio a Ron, sabiendo de su mal adveración que aún tenía con esas gente, nublando por completo su juicio en cualquier caso policial que los involucrara.  Lo sentía por él, realmente lo sentía, porque con eso no solo retrocedía en un posible asenso para su propio escuadrón en la fuerza de Aurores, sino que además estaba seguro que sería una nueva excusa para no tomar sus vacaciones e irse como le había prometido a Hermione de viaje, lo cual de seguro tarde o temprano terminaría con la ruptura definitiva de aquella relación.

 

 

Thompson entro al cuarto ocultando una emoción que se le escapaba por cada poro del cuerpo mirando a todos lados y sobre todo asintiendo ante el en modo de gracias por aquella grandiosa oportunidad asegurándole que no se arrepentiría por haberlo tomado en cuenta. En el fondo, muy en el fondo, Harry espero que realmente aquel cambio funcionara y que no terminara arrepintiéndose tal y como lo había hecho en su momento con Ronald.

 

 

ooooooooooooooooooooooooooooooooooOOOooooooooooooooooooooooooooooooo

 

 

Aún estaba furioso con Harry por haberlo sacado del caso por algo tan estúpido como un simple comentario, rayos, ¿acaso el juntarse con el idiota de Malfoy no solo le quitaría la sensatez, sino además el sentido del humor? Para colmo había tenido que soportar a Thompson regodeándose con el resto de sus compañeros aludiendo que daría su mayor esfuerzo para quedar al nivel de las circunstancias como si él no lo hubiese hecho.

 

 

Necesita un trago, definitivamente lo necesitaba luego de aquel dia de mierda, sobre todo cuando su supuesto amigo en vez de retractarse de todo ese asunto no solo aseveraba el cambio hecho, sino que además lo dejaba de plano a cargo de los archiveros por un periodo indefinido.

 

 

-Ya llegue, ¡Herm, amor ya llegue!- grito al final al no encontrar respuesta a su llamado -Por un demonio, lo único que me faltaba- se dijo al imaginarse como tendría que calentar nuevamente su comida al haberse retrasado su esposa en el trabajo.

 

 

Amaba a Hermione y la admiraba por su determinación al comenzar algo nuevo en su trabajo pero en realidad había ocasiones en las cuales se preguntaba si había hecho bien al casarse con ella y no mantenerse soltero hasta ver si la vida no le tenía guardada una sorpresa aún mayor en la vida como una bello chico de lacios cabellos que lo adorara sin importar lo que dijera, sin criticarle su forma de ser y más importante aún, estando para el siempre que le necesitara con una gran sonrisa en el rostro y con un gran vientre en espera de su tercer hijo. Pero no, la vida era una sola y el ya había tomado sus decisiones al igual que su esposa al decidir que no tendrían hijos hasta estar bien situados económicamente como si eso fuera un inconveniente para tener familia y por lo cual ya habían tenido más que un pleito al recordarle que lo más importante siempre era el amor y no el dinero, teniendo que aguantar entonces sus reproches por el poco avance en su vida laboral.

 

 

No podía negar que las reconciliaciones eran buenas, porque si lo eran, pero aun después de estas tampoco podía negar el gusto amargo que le quedaba en su boca al  recordar el motivo de estas y darse cuenta como ella avanzaba dejándolo tan atrás que solo le recordaba a su padre estampado en un mismo puesto de trabajo desde que tenía memoria y como de seguir asi, jamás tendrían hijos y un Wesley sin hijos era como un árbol sin hojas o peor aún.

 

 

-Hermione, ya llegue- repitió con voz cansina al saber que no tendría contestación pero descubriendo para su alegría que en esta ocacion no era asi.

 

-Aquí estoy Ron- escucho que le llamaba su esposa desde su cuarto.

 

-No vas a creer el dia que tuvo hoy, Herm, ni tampoco por culpa de quien ahora estoy destinado ah…-

 

-Bienvenido Auror Wesley, lo estábamos esperando- escucho que le decía una figura escondida en una esquina de su cuarto.

 

-¿Pero quién demonios es usted?- pregunto anonadado mirando a su esposa que se encontraba sentada sobre su cama -Hermione exijo una explicación- soltó furioso viendo entonces el semblante preocupado de su esposa y esa mirada que no le veía en los ojos desde la época de la guerra.

 

-Por favor, tome asiento al lado de su bellísima esposa- pidio el hombre aun apostado en las sombras dejando ver por fin su varita oculta al igual que a el -Y por favor, suelte su varita-

 

 

Esa voz, esa voz…

 

 

-Por ningún motivo hare algo tan estúpido- gruño el peli rojo intentado de sacarla pero consiguiendo solo un grito agónico de parte de su esposa quien cayó de espaldas en ese preciso instante convulsionándose sobre la cama -¡Hermione, maldito que!- grito furioso intentando de ayudarla sin darse cuenta que con ese simple acto le había dado una ventaja al desgraciado que sonreía desde su escondite arrebatándole la varita de los dedos sin que pudiera chistar siquiera.

 

 

La castaña estaba mejor que hace un par de minutos atrás, ya no respiraba con dificultad y los temblores por fin se habían detenido entre los cálidos  brazos de su amado esposo que no daba crédito a lo que les estaba ocurriendo en su hogar.

 

 

-Muy bien, creo que ya es hora de explicarles un par de cosas, ahora que la Sra. Se encuentra en condiciones de entender mejor lo que voy a decir- dijo esbozando una sonrisa que hasta el mismo peli rojo pudo deslumbrar bajo aquel pasa montañas muy parecido al de las películas muggles que alguna vez fuera a ver con sus dos mejores amigos.

 

 

Le vio dar unos pasos de un lado a otro jugueteando con su varita, mientras mantenía firme la propia apuntándole a ellos.

 

 

-Sé que esta irrupción a su hogar les parecerá abusivo pero en serio, es netamente necesario para lo que voy a realizar- dijo muy convencido de cada palabra que decía.

 

-¿Qué…que es…que?- se escuchó a la bruja preguntar apenas mientras el peli rojo se mordía el labio inferior para no soltar una sarta de insultos al desgraciado frente a ellos.

 

-Primero que nada debo pedirles disculpas y a la vez agradecerles por formar parte de la segunda etapa de mi más grande proyecto- dijo con énfasis y una emoción desbordante que dé encontrarse en otras condiciones habría emocionado e interesado a la propia Hermione por la pasión que demostraba en sus palabras.

 

-¿Qué proyecto?- pregunto molesto Ron acariciando la espalda de su esposa con ternura.

 

-Bueno Sr. Wesley, me extraña la pregunta después de todo usted ha trabajado en él, de cierta forma, claro- dijo con un tono que le sonó mas a burla que explicación al peli rojo.

 

-De que demonios habla- soltó venenosamente el Auror queriendo matarlo con la mirada.

 

-Dejemos de lado eso por el momento, como ya les dije ante, esta es la segunda etapa de uno de mis más grandes proyectos, ya la primera etapa de investigación ha sido completada y ahora la segunda etapa ha comenzado, con ustedes- ambos brujos lo miraron con incredulidad -Esto Sres. Wesley, es un Experimento Social-

 

-¿Qué cosa?-

 

-Un Experimento Social del cual queridos amigos míos debo decir sus antecesores han dejado mucho que desear-

 

-Nuestros antecesores- pregunto dudosa la castaña piñizcando cuidadosamente a su esposo, quien en ese momento despertaba de su letargo recordando una escena familiar a la que ellos protagonizaban pero con otros individuos que no habían terminado nada bien.

 

-Sí, pero dejemos los de lado por el momento-

 

-¿Qué demonios quieres?- susurro temiendo por la vida de la mujer que amaba al recordar las suposiciones de su mejor amigo con uno de los casos que según él y muchos otros era solo una pérdida de tiempo.

 

-Pues demostrar que ustedes son superiores mentalmente a los Mortifagos…y en muchos aspectos, por supuesto- dijo el hombre arqueando su ceja casi impersistible bajo esas gafas oscuras que tapaban el único punto que podría ser visible para identificar al muy maldito.

 

-¿Qué cosa? Eso, eso es una locura, que tienen que ver ellos en esto- pregunto incrédula la castaña haciendo tiempo pues para ella ya estaba claro que los supuestos suicidios entre Mortifagos a causa de supuestos traumas y culpas a causa de la guerra no eran más que una treta para tapar una venganza bien urdida por los familiares de las víctimas de la guerra, pero que ahora con ese brujo ante ellos aquella teoría caía a pedazos demostrándole que solo se trataba de un maldito sádico con una mera excusa para quitarle la vida a víctimas inocentes.

 

-Mucho y ustedes también, pues verán, al principio de este experimento me pregunte si estos desgraciados asesinos serían capaces de sacrificarse por el ser amado, pues después de todo uno de sus alegatos más utilizados para quedar libre de culpas frente al Wizengamot fue la coacción que habría utilizado el que no debía ser nombrado al igual que los más sádicos que estaban con él al amenazarlos con lastimar a quienes amaban- dijo moviendo teatralmente su varita -Ahora, siendo ellos unos mal nacidos asesinos el resultado de sus actos para mi eran predecibles, por ello cuando mis suposiciones no resultaron exactamente a como me lo imagine, bueno…¡pero eso no importa! Lo importante ahora es el aquí y el ahora- exclamo animadamente el hombre ante ellos mirándolos de frente.

 

-¿Qué demonios quieres de nosotros desgraciado maniático?- soltó entre dientes el peli rojo deseando matarlo con sus propias manos.

 

-Simple, ya lo dije, comenzar la siguiente etapa de mi proyecto para lo cual es imprescindible tenerlos a los dos juntos- dijo guardándose en su bolsillo la varita del peli rojo para sacar una tercera -Observen bien esta varita Sres. Wesley, porque dentro de un par de segundos estará en las manos de uno de ustedes- indico notando la tensión en ambos brujos que lo miraban como si fuera un demente -No me miren asi y no, no estoy loco si eso es lo que piensan- dijo poniendo la varita a un palmo de su rostro -Verán, esta varita es una varita de prueba, de seguro usted Sra. Wesley ignora de que va todo esto pero usted Sr. Wesley al ser un Auror-

 

-Ya se lo que es- respondio cortante el peli rojo tragando en seco.

 

-Muy bien, entonces se lo quiere explicar a su adorable esposa o prefiere que lo hago yo-

 

-Es una varita que se les entrega a modo de prueba a posibles informantes para ver si son de confianza-

 

-¡Exacto! Salvo con una mera diferencia a las varitas tradicionales y ¿es que?- menciono moviendo su mano en ademan para que Ron continuara.

 

-Solo se puede ejecutar un hechizo con esta, ya que tiene un hechizo de restricción-

 

-Bien dicho Sr. Wesley pero hay una cosa que a esta varita la diferencia de las otras varitas de prueba- dijo el hombre poniéndola enfrente del matrimonio -Y es que solo ataca a los objetos de prueba- dijo viendo la duda reflejada en ese par de ojos azules que miraba la varita ante el con duda de tomarla  o no -Vamos cójala Sr. Wesley que no tengo toda la noche-

 

-Aun no entiendo…que es lo que quiere de nosotros-

 

-Ya se los he dicho, esto es un experimento social- volvió a decir emocionado.

 

-¿¡Pero con qué fin!?- dijo molesta Hermione mirándolo asesinamente.

 

-Con el único fin de demostrar cuanto se aman- dijo el hombre retrocediendo un par de pasos.

 

 

Estaba atónico, acaso toda esa sarta de crímenes no se debían a meras venganzas como aseguraban tanto Harry como su esposa, acaso eso solo se trataba de la locura desmedida de un tipo que ya sin conejillos de indias que se merecieran lo que les ocurría ahora se volvería en contra de inocentes ciudadanos. Miro a Hermione y solo un pensamiento se cruzó por su mente “A ella no, a ella no” Recordando como había encontrado a todas esas parejas y en especial a la última de esa tarde.

 

 

-Bien este es el trato, solo uno de ustedes sobrevivirá esta noche y está claro quien lleva la ventaja en esta desdichada situación- dijo mirando hacia el peli rojo que enseguida sintió su mano temblar -Si Sr. Wesley, ese alguien es usted- dijo esta vez aproximándose a ellos.

 

 

Podía sentir la varita de ese demente clavándosele en la nuca mientras le exigía apuntar a su esposa con la que tenía en sus manos, pero él no haría eso, no a su Hermione, no a ella.

 

 

-¡No estoy jugando Sr. Wesley, ponga la maldita varita en su sien ahora!- grito fastidiado por la falta de participación de la nueva pareja en su poder que no entendían la importancia de aquel experimento -¡Bien, entonces despídanse!-

 

-¡No, no, espere!- chillo angustiada la castaña tomando la mano de Ron para dirigirla a su sien.

 

-¡No, Hermione, no tenemos por qué hacer lo que nos pide!-

 

-¡Ron, te matara acaso no lo entiendes!- grito la mujer con los ojos ya anegados en lágrimas mostrándole una flaqueza que no le gustaba para nada a su esposo y que solo le daba más bríos para matar en cuanto pudiera aquel animal.

 

-Que bien que usted ya entendió todo Sra. Wesley- dijo más calmado el mago notando la ira en esos ojos color avellana, mientras acariciaba la mano de su esposo que temblaba entre las suyas.

 

-¿Ahora qué?- pregunto desganado el peli rojo imaginándose lo que se vendría.

 

-Diga Avada Kadabra-

 

-No lo hare…definitivamente…no lo hare- dijo con firmeza el mago.

 

-Oh, sí lo hará Sr. Wesley o usted y ella morirán-

 

-¿Qué cosa?- pregunto sin creer lo que escuchaba.

 

-Que si usted no dice la maldición que acabo de pedirle, tanto usted como ella morirán-

 

-Bien- dijo el peli rojo tomando la mano que sostenía la suya para traspasarle la varita que hasta ese momento sostenía.

 

-No, no, no Ronald, no-

 

-Es necesario Hermione, lo es-

 

-Pero…no amor, no- decía con un nudo en la garganta la castaña.

 

 

Ambos se miraron a los ojos como si fueran un par de ancianos recordando toda su vida en esos escasos segundos, el dia que se conocieron, las circunstancias que los llevaron a ser amigos y sobre todo cuando por fin se auto declararon con un beso efusivo en medio de plena batalla campal dejando caer un montón de huesos de basilisco al piso.

 

 

-Te amo- susurro a escasos centímetros de sus labios.

 

-Y yo a ti- respondio el otro escuchando una toz cansina a sus espaldas.

 

-Perdón pero creo que eso no será posible, asi que, devuélvale la varita a su esposo Sra. Wesley-

 

-Un momento…un momento, usted dijo-

 

-Dije que solo uno sobreviviría esta noche y asi será, pero yo soy quien escoge quien sostiene la varita-

 

-Maldito, ¡maldito, usted es igual que un mortifago!- grito girándose tan bruscamente que se escuchó claramente como los huesos de su cuello tronaron con este simple acto.

 

-¡Sr. Wesley si lo fuera no hubiera iniciado mi proyecto con los asesinos antes que con ustedes los héroes!-

 

-¡Desgraciado como si eso hiciera alguna diferencia!-

 

-¡Pues aunque usted no lo crea, lo hace, porque ahora, precisamente ahora veré si son iguales o no!- exclamo enterrando aún más la varita en la piel del pelirrojo que sin desearlo soltó un gemido de dolor provocando con eso que la castaña le devolviera sin dudar la varita -Bien, tal parece ya alguien entendió el punto- dijo con fastidio el mago respirando con más calma.

 

-Es…es mi esposa…yo no puedo…no…no puedo- dijo sin pensar siquiera lo que sacaba desde el fondo de su alma recordando su primer caricia, su primer beso, la primera vez uniendo sus cuerpos y sus almas -No…¡no lo hare!, ¡definitivamente no lo hare!- le grito al monstruo que ni siquiera tenía la valentía para mostrar su miserable rostro a sus víctimas.

 

-Ron- le llamo su esposa -Ron- insistió la castaña sin conseguir respuesta alguna -Ron- dijo en un hilo de voz mientras escuchaba las reiteradas negativas de su amado esposo a quitarle la vida sin pensar en la propia -¡Ron mírame por favor!- grito ya desesperada tomándolo del rostro para darle un beso en los labios sin importarle tener espectadores presentes y dándole un fuerte abrazo para susurrarle algo al oído lo más bajo que pudo.

 

 

“La varita es falsa”

 

 

El peli rojo negó, ya que eso no podía ser cierto, no podía pero al ver la certeza en esos ojos que tan bien conocía desde los 11 años cualquier duda que pudo haber tenido se disipo de su mente.

 

 

Ella seco un par de lágrimas de su rostro, mientras el sorbió su nariz para erguirse ante ella respirando hondo, muy hondo, intentando de serenarse lo mejor que pudo, pues si lo que decía Hermione era cierto aquello no se trataba sino de una broma de mal gusto.

 

 

“Los matare” pensó “Apenas sepa de quien se trata los matare” se repitió lamentando el ser tan inútil para detectar magia sin varita, pues aunque confiaba en su esposa, aun asi una sombra de duda cruzaba su mente al volver a poner su varita en la cien de esta.

 

 

-Bien, bien, ahora es su turno Sr. Wesley, ultima oportunidad o se muere- dijo el mago sin dejar de apuntar su varita sobre la cabeza de este -solo tres segundos, solo eso, asi que-

 

-Avada Kadabra- dijo sin más el peli rojo dejando sorprendido al bandido que no se esperaba eso antes del conteo que regularmente realizaba ante la negativa reiterada de los participantes en su experimento.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Era muy largo asi que lo corte......


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