-¡Lo sabía, lo sabía!- se escuchó una voz emocionada ir en aumento mientras abrazaba a su esposo que lanzaba la maldita varita lo más lejos que pudo de ellos -¡Lo sabía, era falsa, era falsa Ron, era falsa!-
-Si amor, si, si- repetia apenas un pálido peli rojo besándola por todo el rostro para llegar finalmente a sus labios.
El mago detrás de ellos miraba la escena con autosuficiencia, era raro que aquello pasara, mas con héroes y aunque nunca previo aquello, en especial en ellos, no pudo evitar aplaudir por algo con lo cual no conto para nada.
Ambos aun abrazados se dieron vuelta para mirar a su supuesto verdugo que ya había dejado de aplaudir para volver a apuntarles con la varita.
-Increíble, sinceramente increíble-
-¿Qué tiene de increíble?- soltó lo más venenosamente posible el peli rojo pero notándose su angustia en su voz.
-Bueno, que aun los Mortifagos en esta misma situación no fueron capaces de matar a sus respectivas parejas- menciono más para sí que para ellos un tanto decepcionado -Lo cual significa que esos monstruos realmente se amaban entre ellos a tal grado de morir uno por el otro- menciono pensativo -Ahora entiendo mejor su entrega en una causa perdida, porque ellos a diferencia de ustedes si están comprometidos entre sí, sin importar las consecuencias que esto pudiera acarrearles-
-Esa es pura mierda- dijo casi escupiendo el peli rojo.
-No, eso no es mierda, es lealtad- contesto el otro caminando por el cuarto.
-¿Cómo eso puede ser lealtad si ambos murieron?- pregunto Ron viendo en una fracción de segundos cambiar el semblante alegre de su esposa por uno aterrado apenas dándole la oportunidad de girarse para ver como un rayo verde le daba de lleno en el pecho.
-Felicidades Auror Wesley, usted es el primero que falla en este experimento social-
-¿Qué…Herm…Hem…?-
-Es increíble sabe, nunca lo espere de alguien que no fuera un Mortifago, más si era uno de los más acérrimos amigos del Héroe del mundo mágico-
-¿Herm…Hem…no, no…amor?-
-Pero tal parece es verdad lo que dicen de las serpientes-
-¿¡Hermione…Hermione respóndeme, respóndeme!?- le reclamaba a la bruja zarandeándola desesperadamente.
-Y es que cuando ellos aman lo hacen con tal pasión que no son capaces de concebir la vida sin su pareja-
-¡Hermione, amor, Hermione respóndeme, respóndeme por favor, respóndeme!-
-Sabe, siempre dude de esa teoría pero ahora entiendo por qué muchos de ellos aun después de años de viudez siguen solteros y es que, si ya tienen herederos no tienen por qué romper esa fidelidad que han prometido de por vida a sus parejas, es algo turbio pero a la vez…-
-¡No me dejes Hermione, por favor Mione, Mione, abre tus ojos, ábrelos amor, ábrelos!- chillaba el peli rojo desgarrando su garganta mientras se daba cuenta de la realidad del cuerpo que yacía sin vida sobre su cama.
-Romántico, ¿No lo cree?- pregunto viendo como aquellos ojos azules perdían todo rastro de cordura con un solo objetivo en mente -¡Expulso!- grito fieramente al verlo saltar de la cama hacia el para verlo volar por el estrecho espacio del cuarto dando de lleno contra la pared estruendosamente.
-Te…matare…maldito…- dijo escupiendo un poco de sangre por la boca el hombre que apenas se arrodillaba ante el -Te matare…hijo de…-
-No, creo que eso no será asi- dijo el mago tomando otra varita de su túnica que Ron aun estando shockeado reconoció como la de su amada esposa -Desmayius-
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Harry no podía creer lo que pasaba, no podía, Hermione, su amiga, su hermana, quien cuidaba de el desinteresadamente, la única que jamás lo vio con intenciones ocultas, quien lo apoyo siempre, quien le aconsejaba aun si no lo necesitaba, la que aun sin agradarle al principio la idea de que se uniera a Draco, aun asi no le había negado el acceso a su casa diciéndole que ahí estaría para las buenas y las malas. Ella, precisamente ella, no podía estar muerta, ella no, cualquier menos ella.
Llego a la casa de sus amigos sin siquiera seguir el protocolo debido, que diablos le importaba a esas alturas cuando parte de su familia, la única que había conocido en su niñez podía estar muerta. No, pensó, no, eso no, todo es un error Harry, se repetia una y otra vez en su mente con la esperanza de que todo resultara ser un error pero que desapareció al ver el cuerpo de su amiga sobre aquella cama con los ojos abiertos viendo el techo de su cuarto.
Sintió como el piso se movía debajo de sus pies y como un par de brazos alcanzaban a sostenerlo antes de desplomarse por completo en el suelo. Podía escuchar los gritos de sus hombres pidiendo ayuda a los mendimagos que aún permanecían ahí para certificar la muerte de su amiga, sintió repudio por ellos al sentir sus fríos dedos sobre él y saber que no habían podido hacer nada por su amada amiga gritándoles de inmediato que estaba bien, reponiéndose de tal forma ante tal brusco golpe que le daba la vida que dejo a más de alguno sorprendido por su enteresa.
-¡Thompson, infórmeme de la situación!- vio cómo su segundo al mando se acercaba a él con una libreta en mano tragando en seco, como pensando en como diría cada palabra que saliera de ahí en delante de su boca.
-La vecina de los Wesley fue quien nos llamó al escuchar unos grito provenientes de la casa, según lo que ella nos ha informado era la primera vez que los escuchaba pelearse de esa forma y sobre todo…- el Auror callo de golpe mirando de soslayo a sus compañeros que en vez de aminorar su peso solo lo aumentaban diciéndole con la mirada que continuará.
-¡Continua por un demonio Thompson!- exigió su jefe haciéndole temblar en su lugar.
-Según lo que ella nos ha dicho solo se atrevió a llamarnos cuando escucho a ambos lanzar hechizos de grueso calibre-
-Ella los encontró- pregunto seguro que su amigo estaría también muerto en un rincón del cuarto o al menos mal herido.
-No Sr. Ella ni siquiera se ha atrevido a salir de su casa desde que le fuéramos a pedir su declaración y le informáramos del deceso de la Sra. Wesley- dijo el subordinado viendo la mirada furiosa que le dirigía su jefe -¡Sr. Nosotros solo le corroboramos lo que ella ya sabía, ella estaba segura que al menos uno había muerto porque aseguro haber escuchado un buen par de Avadas durante la pelea!-
-¿Hay alguna pista del desgraciado que ha hecho esto?- pregunto Harry viendo como todas las mirada se perdían en el aire sin siquiera una que lo mirara de frente obligándole a preguntar al único que sabía lo haría le gustase o no -¡Thompson!-
El chico se removió nervios en su lugar tragando con dificultad para luego aclarar su garganta y levantar su cabeza pero aun asi sin verlo a la cara, eso lo noto el moreno claramente, sobre todo cuando noto que miraba su hombro con tal de esquivar sus ojos. Maldijo el momento en el que se le ocurrió darle esa gran oportunidad para luego recordar de golpe a su hermano.
-Ron- dijo viendo como el mago entonces lo miraba a la cara con grandes ojos -¿¡Donde está el Auror Wesley!?-
El Auror frente a el respiro hondo para luego soltar el aire de sus pulmones pausadamente, fue entonces que noto como el resto de sus hombre agachaban la cabeza dándole la respuesta que no deseaba oír.
-Está muerto…El Auror Wesley, está muerto- apenas pregunto el moreno comprendiendo por qué aún no le respondían -Thompson- deseando que el silencio hubiera sido eterno para cuando le dieron el informe completo de lo ocurrido aquella fatídica noche en el hogar de sus amigos.
No lo creyó en un principio, ni siquiera cuando verificaron las varitas de sus mejores amigos, ni mucho menos cuando sus aurores registraron el área verificando que nadie aparte de ellos había estado en el área, ni un solo rastro de magia, nada, solo ellos dos antes de los aurores. Si ya era doloroso tener que enfrentar la muerte de Hermione lo fue aún más cuando tuvo que escuchar a su mejor amigo bajo los efectos del visiteratium asegurar que el no había matado a su esposa dándole un halo de esperanza, pues en el fondo él deseaba creer que él era inocente, aun si todas las pruebas estaban en su contra.
La esperanza callo de golpe cuando un Inefable paso su varita en un par de ocasiones sobre su peli rojo amigo certificando que se había auto impuesto un obliviate esa misma noche, acto arriesgado si se auto infringe, pero que había salvado en el pasado a muchos delincuentes al no pasar por tan exhaustiva revisión que solo se realizaba por tratarse de la muerte de un héroe de guerra como lo era Hermione.
Casi se había roto el puño por los golpes que le había dado a la pared de su oficina, mientras suprimía su llanto como mejor podía, tragándose la rabia, el odio y la ira que sentía por aquel hombre que había amado como un verdadero hermano y que le había arrebatado una parte importante de su vida.
-Es increíble que Wesley haya hecho eso…Siempre supe que no estaba de acuerdo con la liberación de algunos marcados y que miraba mal a los familiares de estos…pero de ahí a…-
-Puedes decirlo Draco, matar, después de todo eso fue lo que hizo ese animal-
-Harry- dijo acercándose a su pareja el rubio para posar su mano sobre su hombro -Es la comadreja a quien te refieres, te das cuenta de eso-
-Esa mierda no se merece menos que ese apelativo- dijo con el rostro descompuesto tal y como siempre que hablaban de aquel tema.
-Pero era tu amigo-
-Tu bien lo has dicho, era-
-No piensas ir a verlo siquiera, intentar de comprender que paso- escucho el claro bufido de su pareja.
-Para que, el muy desgraciado a sabiendas de que podía ser descubierto se borró la memoria y ni el mismo sabe lo que realmente ha hecho-
-No han intentado que recupere la memoria- pregunto más curioso que preocupado el rubio viendo como su novio se iba directo hacia su sillón favorito.
-El Wizengamot determino que sería una pérdida de tiempo, ya que es muy complicado revertir ese tipo de efectos, más cuando quien lo ha hecho ha sido el propio afectado-
El rubio se fue a sentar en el brazo del sillón sintiendo como el brazo de su novio le rodeaba la cintura protectoramente.
-Si tan solo Granger no lo hubiera enfrentado sola- dijo repitiendo lo mismo que Harry le reprochaba a su difunta amiga pero comprendiendo el porqué.
-De seguro tenía la esperanza que el obrara bien, ya sabes, que se entregara y tuvieran clemencia de el por sus servicios durante y después de la guerra- dijo cabes bajo el moreno.
-Claro, después de todo solo se trataba de Mortifagos- dijo en tono de reproche el rubio que no pasó desapercibido para su novio pero que prefirió ignorar por el momento.
-Aun no comprendo Draco, porque si se lanzó a el mismo un obliviate no hizo lo mismo contra Hermione, ¿Por qué?, ¿porque no lo hizo Draco, porque?- le preguntaba insistentemente como otras veces a sabiendas de cual debía ser la respuesta tan bien como el rubio pero no atreviéndose a enfrentarla y es que para nadie era un secreto que la pareja tenía problemas a puertas cerradas debido a la negativa de la castaña para darle la familia que tanto deseaba el peli rojo.
-De seguro, conociendo como conocía a Granger, pensó que ella guardaría alguna prueba en su hogar, en algún lugar secreto del cual él no tenía idea alguna y aunque le lanzara un obliviate momentáneo de un par de minutos u horas ella, aun asi llegaría tarde o temprano a la verdad nuevamente-
-Sí, tienes razón amor, la tienes- contesto el moreno abrazando a su novio protectoramente e intentando una vez más olvidar la peor pesadilla que tuvo que vivir tras el término de la guerra.
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Estaba cansado, ese había sido un dia duro en el trabajo y lo único que deseaba era comer sobre su cómodo sofá y ver televisión hasta tarde sin importarle los reclamos de su esposa, quien de seguro ya estaría molesta por su tardanza. Abrió la puerta sigilosamente dejando su maletín al costado de la puerta para ir por comida hacia la cocina cuando escucho la voz de está llamándole desde el comedor. Echando la cabeza hacia atrás cansinamente al darse cuenta que una vez más el olfato de su mujer le ganaba en el arte de pasar desapercibido.
-Ya se Lindsay, llegue tarde pero te juro que no lo hago a propósito, el idiota de Roberts extravió unos informes y adivina quien tuvo que recuperarlos del disco duro de su computador-
-Buenos noches Sr. Morrison-
-¿Quién demonios es este?- apunto con un dedo desconcertado al hombre junto a su esposa.
-Por favor siéntese- pidio este apuntándole con un palito que le saco una sonrisa.
-¿Quién es Lindsay?-
-Perdón- dijo el hombre guardando el palito en su chaqueta para sacar un arma con el cual apunto la cabeza de su mujer -Siéntese, por favor- ordeno viendo como el hombre casi tropezaba para llegar al lado de su esposa.
-Sí, sí, pero no haga ninguna locura por favor- pedía el hombre nervioso mientras abrazaba a su temblorosa esposa que le juraba y perjuraba bajito que no sabía cómo se había metido a la casa.
-Claro que no Sr. Morrison- contesto el hombre sonriendo.
-¿Qué quiere?, no tenemos mucho dinero pero si quiere llévese el televisor- dijo el hombre consiguiendo una carcajada del hombre que no despegaba el arma de la cabeza de su esposa.
-No se preocupe Sr. Morrison, que no es eso lo que yo quiero-
-Ah no y que es- pregunto dudoso el hombre.
-Vera, esto se trata de la tercera parte de una investigación que lleva años suspendida- dijo viendo como el hombre asentía efusivamente -La primera parte resulto realmente satisfactoria, la segunda demasiado reveladora y ahora con la tercera…bueno, ya veremos-
-Pe…pero de que se trata-
Muggles pensó el mago rascándose la oreja.
-Esto Sr. Morrison, es un Experimento Social-
FIN