Mientras que la mayoría de sus conocidos estaban celebrando la noche “más aterradora del año” en fiestas de disfraces, él y su fiel guitarra roja se dirigían a pasar una velada tranquila en su acogedor hogar.
Algo de café, un poco de comida recalentada y su guitarra.
Eso era todo lo que necesitaba para componer las futuras canciones de la banda.
Se sintió cómodo apenas estacionó su carro en el respectivo puesto del estacionamiento. Tomó consigo la guitarra y el bolso que siempre cargaba y subió por el ascensor hasta el piso donde vivía. Seguía siendo relativamente temprano. Para Jun, pasar por la puerta de su departamento a las 11:30 de la noche podría considerarse un milagro…
“Quizás es un… ¿milagro de Halloween?” rio por su pensamiento y comenzó a prender las luces del lugar. Tiró el bolso en la entrada y la guitarra la dejó sobre uno de los sillones de la sala.
Iba a pasar al baño cuando algo inusual llamó su atención: la luz de su habitación estaba encendida.
Le pareció extraño. Muy extraño.
Siempre se aseguraba de dejar todo en orden antes de salir, y las luces estaban en la lista.
“¿Un fantasma?” pensó de manera infantil. Sin embargo, el guitarrista se aventuró a abrir la puerta. Había decidido actuar como el hombre de casi 30 años que era. Pero en ningún momento pudo imaginarse algo como lo que había en su cama.
El cantante de su banda…
El castaño que respondía al nombre de Jui estaba sobre SU cama… Semidesnudo… Y con ¡¿Orejas de gato?!
La impresión le pudo causar un infarto, pero aún era muy joven para eso. Ver a su actual amante con una especia de parka(*) ligera sin mangas de un brillante color blanco, unas orejas de gato del mismo color pegadas a su cabello, un lazo en el cuello y lo que parecía ser una cola de gato, casi le hace morir.
- ¿Ju-jui? –articuló con dificultad, seguía desconcertado por la imagen.
- ¡Amo! ¡Por fin ha llegado-nyan! –exclamó el castaño mientras se levantaba y saltaba a los brazos del pelirrosa.
- ¡¿Qué haces aquí, vestido así?! –el guitarrista dio un paso atrás. Este definitivamente no era su Jui.
- ¿Amo no me quiere en su cama? –el más bajo puso una expresión lastimera que impactó a Jun.
- No, no me refiero a e-
- Porque yo ya me preparé para la noche –interrumpió el cantante-. El vibrador que sostiene mi colita me dilata para que Amo entre en mí las veces que quiera.
Cuando Jui terminó de hablar, una pequeña corriente recorrió todo el cuerpo del pelirrosa. Esas palabras habían activado a su bestia interior, y también a su miembro. El erotismo de su pareja hizo que su mente dejara de cuestionarse todo y comenzó a actuar por mero instinto.
Rodeó al cantante con sus brazos y lo besó apasionadamente. Una de sus manos iba recorriéndola espalda del castaño mientras que la otra estaba en el cuello del contrario para así profundizar el beso.
- ¡Nyaah~! –gimió Jui cuando el pelirrosa movió el aparato que venía a ser la “cola de gato”.
- ¡Ah! Así que si toco aquí, gimoteas por acá –dijo Jun con una mirada bastante pervertida. Jugar con el mayor lo estaba excitando bastante y si era el “Amo” de su gatito, jugaría hasta cansarse-. Mejor usa esa boquita para complacerme
- ¡Nya~! ¿Amo quiere que use mi boca? –Jun asintió con la cabeza. Jui no necesitó nada más para ponerse de rodillas y desabrochar el pantalón del pelirrosa-. Amo, su miembro es tan grande y está tan duro –comentó Jui antes de comenzar a lamer la besa, extendiendo sus cortas lamidas hasta antes de llegar al glande. Dejaría la mejor parte para el final.
Luego de unos segundos de tortura, el guitarrista sintió como su virilidad era atrapada por la boca del mayor. La lengua del contrario trabajaba como un experto, jugando un poco con el orificio de su miembro. Pero dejó de sentir ese toque especial cuando los labios de su amante comenzaron a succionar suavemente su glande.
Placer era una palabra muy corta para lo que sentía en ese momento. El mayor bajaba y subía por toda la extensión del pene del guitarrista y finalizaba con una leve succión en el glande.
Jun comenzó a gemir quedo, prácticamente obligándose a no levantar la voz, pero todo su esfuerzo fue en vano cuando una última succión hizo que se corriese, emitiendo un sonoro gemido. Parte de su semen terminó en la boca del mayor y la otra parte ensuciaba la cara del castaño.
- Wow, salió mucho –dijo Jui después de tragarse todo el líquido que había en su boca y relamerse los labios para quitarse la mayor parte de la semilla que había escurrido por la comisura de sus labios.
Sin embargo, eso no fue suficiente para que la hombría del menor se relajara. Mantenía una semi-erección que debía entrar en el mayor.
- Nee, ¿Puedo quitar esto? –ya tenía al castaño entre sus brazos y una de sus manos volvía a hurgar el vibrador que se interponía en sus planes.
- Sólo si Amo va a poner la suya dentro.
- Cuenta con eso –afirmó Jun mientras comenzaba a tirar de la cola.
Jui se calentó aún más apenas sintió que el vibrador estaba siendo removido poco a poco.
Jun lo sintió estremecer cuando esa cosa ya estaba fuera del vocalista. Por fin tenía el paso libre.
Con delicadeza, dejó a su gatito sobre la cama. Se colocó sobre el castaño y comenzó a besarlo gentilmente, pero Jui lo detuvo con sus palabras:
- Amo, quiero sentir su pene muy dentro de mí –para completar la oración, Jui abrió sus piernas.
Su gatito estaba muy ansioso y no pensaba hacerlo esperar.
Jun sabía que el vibrador lo había dilatado, así que entró de una sola estocada. Sintió como el interior del castaño se iba adaptando al tamaño de su miembro. Sin esperar, comenzó a penetrarlo de forma continua, manteniendo un ritmo ni tan lento ni tan acelerado.
Los gemidos no se hicieron esperar. Jui ya emitía esos sexys sonidos que sólo él podía escuchar.
- ¡Ahh! Su pene está muy caliente… Se siente muy bien –con el rostro totalmente sonrojado y con una expresión realmente erótica, Jui pronunció esas palabras que ocasionaron un “click” en el cerebro del menor.
Aumentó la frecuencia de las estocadas, y en pocos segundos, el castaño ya se corría, disfrutando de la sensación que recorría todo su cuerpo.
Jun continuó un rato más el vaivén, hasta que por fin se sintió en el cielo. Había llegado al orgasmo y como más le gustaba: dentro del mayor.
Sin previo aviso, la escena se tornó oscura y abrió los ojos de repente.
Ese techo alto y oscuro le decía que no era su departamento, y ese sofá rojo no era su cama. Se había quedado dormido en el sillón del estudio y ahora tenía un pequeño problema allá abajo llamado erección, y todo por culpa del sueño.
“¿Ya no estoy un poco grande para eso?” pensó al ver su problemita con su amigo.
- ¿Jun? –la voz de su amante lo distrajo.
- ¿Are? ¿Qué haces aquí?
- Voy saliendo… ¿Qué pasó contigo?
- Me quedé dormido… -dijo para levantarse y estirar su cuerpo como un gato.
…Gato… El pelirrosa rio solo al recordar algunas escenas de su sueño con Jui. Definitivamente ese sería el sueño más épico de toda su vida.
- ¿Trajiste tu carro? –preguntó el mayor.
- Yeap- Jun cogió sus cosas y guardó todas aquellas que no llevaría consigo.
- ¿Podrías llevarme?
- Por supuesto –contestó el pelirrosa con una sonrisa. Se aseguraron de que la puerta de la sala que les tocaba a ellos estuviese cerrada y salieron del lugar.
- Nee, Jui~ Quiero pasar por un lugar primero…
- ¿Ah, sí?... ¿Por dónde? –preguntó el castaño sin interés alguno.
- ¡A una sex shop! Quiero ponerte orejitas y cola de gato para hoy en la cama –rio solo, de nuevo.
Jui hizo que no escuchó eso y aceleró el paso hacia el auto del menor.
- ¡Hey! ¡No me dejes! –gritó Jun.
Creyó que el vocalista se había enojado por el comentario, pero cuando ya estaba dentro del carro, el castaño lo besó.
- No necesitamos eso… Con tu amiguito me basta y me sobra –confesó Jui, sintiendo como la sangre subía a sus mejillas por decir algo tan… atrevido y revelador.
Jun, más que complacido por la respuesta del mayor, dejó de lado la imagen de su sueño y besó al castaño. Debía disfrutar de Jui, y no de una ilusión que su mente creó.
Sin embargo, algún día lo intentaría…
Sí que lo haría.
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