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Roulette por Gazettencia

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Notas del fanfic:

Si tiene errores, disculpenme.

Notas del capitulo:

Gazettencia reportándose.



Bueno, para empezar, creo que pude haber escrito algo mejor e_e

Este one-shot va totalmente dedicado a mi linda seme, uke, amor, esposa, etc. *3* Megan, uss… TE AMO. *--------------*
Feliz cumpleaños, nena:’D En un rato te mariconearé.

A leer.






Ambos hermanos se encontraban en el sofá, viendo televisión.

-¡Akiraaa, hagamos algo! Desde que mamá nos visito no hemos hecho nada -demandó un tanto aburrido y desesperado el mas pequeño. La última vez que tuvieron contacto con su madre fue hace 4 meses.

-¿Te gustaría utilizar la ruleta?

-¿Eh? ¿De verdad? -preguntó entusiasmado.

-Claro, solo la hemos utilizado una ves, ya casi acaba el año y si no jugamos, mamá se molestara -concluyó. -Anda, ve por ella.

El menor se levanto con prisas del sillón y se dirigió al sótano. Ahí tomo una caja de madera redonda y la llevo hacia donde estaban el y Akira.

-¡Ya estoy! -avisó. Se sentó en el suelo mientras apoyaba la caja circular en la pequeña mesita del centro. El otro hizo lo mismo que este.

-¿Ya sabes lo que tenemos que hacer antes, no? -Akira le miro dudoso. Takanori asintió. -Entonces, acércate...

El pequeño obedeció. Se aproximó a los labios contrarios para después juntarlos. Se besaron sutilmente. Un beso corto.

-Taka, aún puedes arrepentirte. Piénsalo un momento ¿si? Recuerda que lo que toque podría ser muy abrupto o completamente lo opuesto. Lo que paso el año anterior, fue delicado. Sabes que depende de mamá y...

-Aki, estoy seguro. ¡Ambos nos divertimos! Además, hacemos feliz a mamá desde el cielo -le interrumpió el menor. En su rostro se esbozó una sonrisa de completo convencimiento.

-Bien. Mamá, a partir de este momento te pertenecemos a ti y a tu juego. Sea lo que tengamos que llevar a cabo, te demostraremos sin pudor el amor de hermanos que Takanori y Akira se tienen. Después de haber conformado esta sesión, no se repetirá hasta el próximo año. Disfruta, y, si fuimos buenos niños, recompénsanos.

Después de decir aquello, el mayor giro la manecilla de aquella ruleta. Ambos esperaron pacientemente a que su progenitora la detuviera. Cuando esto paso, ambos suspiraron aliviados y se miraron reconfortados.

-¡Mamá considera que fuimos buenos, Akira! ¡Nos recompenso! -exclamó el pequeño claramente lleno de jubilo, abrazando a su hermano mayor.

-Así es, Taka. ¿Qué debemos darle a mamá?

 -¡Gracias, mami! -el menor se separo del mayor y fue a abrazar el retrato de la anteriormente nombrada. Akira fue a apartarlo.

-Vamos, o podría cambiar de opinión -lo tomo del brazo y cuidadosamente, tomo el cuadro en sus manos. Encaminó a Takanori a la recamara de su madre y lo afianzo en el colchón.

-¿Estas listo? Mamá nos vera en unos instantes, al final nos dará su opinión -acaricio los cabellos del menor con esmero.

-Esforcémonos -el menor le arrebato de las manos a Akira el cuadro, poniéndolo en la mesita de noche a un costado del colchón. Lo acomodo de manera en que los ojos de la mujer dieran con el lugar que pronto ocuparían ambos hermanos. El mayor recostó al pequeño.

-Comenzamos.

Akira apoyo sus rodillas y manos en el colchón, quedando sobre Takanori. Se acerco hasta posar sus labios en los contrarios, masajeándolos con lascivia. Con una mano, acaricio uno de los mofletes del pequeño, fue deslizándola, pasándola por su cuello hasta llegar a su pecho. Lo acaricio por sobre la ropa, con ahínco. Coló su mano debajo de la camiseta del otro y fue a por uno de sus pezones, trazó círculos imaginarios en este. El menor comenzaba a jadear.

-Aki... -suspiró en medio del beso. El mayor se separo y le sonrió dulcemente. Lo despojó de su camiseta e hizo lo mismo con la suya. Desabrocho el pantalón de Takanori y lo retiró, dejándolo solo en bóxer.

-Taka, ¿quieres que lo haga rápido o lento?

-Lento -musitó. Akira obedeció. Comenzó a masajear el miembro del menor, con parsimonia.

-Aah, Akira... -se estremeció. Las caricias que el mayor le propinaba eran sumamente certeras. Por inercia, separo sus piernas y apoyo sus pies en la cama, quedando más expuesto al roce de la mano de Akira con su entrepierna.

El bulto aún preso en su pantalón demandaba atención. Y es que ver a tu preciosísimo e inocente hermano retorcerse de placer bajo tu mando era muy excitante, o al menos para el lo era. ¿Estaba enamorado de su pequeño hermanito? Quién sabe... Como su madre les había enseñado, él le demostraba su amor con lo que ella mandase. No cometería el mismo error que, el aún más pequeño que Takanori, Takashima.

-A-Akira, ahh, detente… -avisó Takanori, antes de que el orgasmo se hiciese presente. No quería decepcionar a su progenitora.

-¿Ya estas listo? -preguntó, deteniendo sus caricias. Bajó el bóxer del pequeño, dejándolo en completa desnudez.

-S-si -respondió atropelladamente. Se contendría lo más que pudiese.

-¿Y tú?

-También -contestó con simpleza. Igual que Takanori, Akira se despojo de sus pantalones y boxers.

-Hazlo con cuidado...

El mayor no respondió a la petición del menor. Le indicó que se recargara en el respaldo de la cama y se sentara en sus muslos.

-Aquí voy -avisó, dirigiendo la punta de su erección a la entrada ajena. Takanori aún no estaba para nada preparado y Akira tenía que adentrarse en esa cavidad cautelosamente y con sutileza. El contrario siseó de dolor al sentir la repentina intromisión. Después de un rato, clavó sus uñas con suavidad en los muslos de su hermano, éste captó a la perfección lo que el pequeño quería darle a entender. Le esperó.

-¿Estas mejor? -susurro entrecortadamente. Estaba tentado a seguir adentrándose en Takanori, sin restricciones ni culpabilidad, y claro, sin un castigo por parte de su madre a cambio. Se resignó.

-Si, continúa…

Akira obedeció, empujó un poco más sus caderas hacia adelante. Estaba esperando otro quejido del otro, cual fue su reacción al ser recibido por más jadeos y gemidos del menor. Takanori le dio permiso de comenzar con los vaivenes. Y en efecto, asi lo hizo. Comenzo con embestidas sutiles y sigilosas. Éstas, en un lapso de tiempo muy corto, se convirtieron en frenéticas embestidas acertadas al cien por ciento.

El mas pequeño se afianzó del cuello del mas alto, botando en sus muslos, mientras que en cada bajada sentía la polla de Akira dar de lleno con su próstata. Gemía y gemía, extasiado.

"Gemir" se quedó corto cuando el mayor comenzó a masturbarle. Si ya desde hace un rato estaba conteniéndose, de seguro no aguantaría mucho.

-¡Aahh! Aki, aki, aki.. N-no, ¡ah!.. Me voy, me voy a...

-Amhh, córrete conmigo... -le interrumpió a duras penas. Besó torpemente al contrario, ahogando un gemido al percibir un líquido caliente envolver parte de su vientre para después él derramar su esencia dentro de Takanori.

Ambos se separaron, jadeando.

Akira salió de Takanori, recostándose a un costado del colchón. Una vez repuestos, ambos tomaron el cuadro, lo besaron para volver a dejarlo en su lugar. El espíritu de la mujer hizo acto de presencia.

-¿Mamá? ¿Qué tal estuvimos?

-Akira, no hubo problemas contigo, fuiste bueno -los cabellos del nombrado fueron acariciados.

-Mamá, ¿y yo? -pregunto temeroso el pequeño.

-Taka... ¿Quién es Yuu? El cuerpo del menor se estremeció. Callo unos instantes y se encogió de hombros, cabizbajo.

 

-¿No sabes? -percibió un escalofrío erizarle los cabellos de la nuca.

-N-no...

-¿Quién, Taka?

Akira observaba a su hermanito. Le dedico una sonrisa reconfortante, éste pareció calmarse un poco. Alzó la mirada y resolvió hablar con sinceridad.

-Un amigo.


-¿Amigo? Sabes perfectamente que tú y tu hermano no pueden tener "eso". ¿Quieres que te pase lo mismo que a Shima, ah? -Le amenazó mordaz aquel espíritu. El pequeño, al recordar lo sucedido con su hermano menor, retrocedió, negando frenéticamente.

-No, no, no. No me hagas daño, mamá... Dejare de hablarle, por favor -suplicó alarmado.

-Te alejaras totalmente de él. ¿Quedo claro? Solo necesitas de Akira, como el necesita de ti -el menor asintió, aprehensivo.

-Bien. Omitiendo lo de Takanori, han sido muy buenos niños. Y llevaron a cabo el juego a la perfección. Me han demostrado, una vez más, el amor que ambos se tienen como hermanos.

Ambos sonrieron.

-Hasta la próxima, hijos. Su padre esta donde siempre.

El menor y el mayor observaron la puerta del closet abrirse. Se dirigieron a ella, ahí estaba la recompensa que su madre les había entregado.
















Mamá, muchísimas gracias, la cena estuvo deliciosa...

Notas finales:

...

Un lemon “tierno”… Es muy difícil para mi ._.U
¿Me dan sus opiniones? *-*
Megan, asdasdasdas espero que te haya gustado, de verdad:c

Nos leemos ~

Gazettencia se retira.





Espero pasarme por aquí mañana *3*

Bye bye.


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