Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El amor nace en invierno por girlutena

[Reviews - 109]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 


Y aqui esta el capítulo 9!!! >.<!!!


Espero que lo disfruten!!! 

La primavera ya se sentía cerca, el viento soplaba con calma, moviendo sutilmente las finas ramas de los grandes árboles de cerezos tumbando inconscientemente los pequeños pétalos.


A lo lejos se podía oler el aroma del pastel de arándanos que preparaba Itachi junto con Naruto, la risa de la pequeña Chiyo se escuchaba sonoramente, seguidos de los pasos de Hidan que iba detrás de ella.


El azabache se encontraba detrás de la casa, apoyado debajo del gran árbol de cerezo, se podía sentir el fresco aroma de las pequeñas flores que adornaban el jardín, sobre sus piernas se encontraba un grueso libro de contabilidad, mantenía sus ojos cerrados para intentaba dormir un poco.


De pronto sintió como un peso aparte se sumaba sobre sus piernas, sin abrir los ojos mostro una sonrisa muy leve. Aquel nuevo y sutil aroma a girasoles, lo reconocería en cualquier lado. Atrajo el pequeño cuerpo de su rubio y apoyo la cabeza en su pecho, sintiendo como los delgados brazos se cruzaban en su cintura.


De pronto los labios con un toque dulzón se posaron en sus labios, tan solo fue una tierna caricia, pero sabía que para el doncel era más que eso, para él era demostrarle lo mucho que lo amaba, lo mucho que se amaban.


Acaricio tiernamente el vientre aun plano del menor, mostrando una sonrisa en su níveo rostro, sabiendo que las mejillas del menor seguían sonrojadas.


-Sasuke…yo… he pensado en lo que me dijiste.


-¿Qué te dije?


-Acerca de mi…Oto-chan. –Sasuke hizo más fuerte el agarre al sentir como el cuerpo de Naruto empezaba a temblar, no quería admitirlo pero él también tenía miedo de que alejaran al rubio de su lado.


-Sabes que siempre tendrás nuestro apoyo. ¿Verdad?


-Yo…quiero que vengas conmigo-ttebayo.


Sasuke apoyo el cuerpo del rubio entre sus piernas, sin soltar el agarre, apoyando la cabeza del menor sobre su pecho así coloco su mandíbula en los cabellos rubios del doncel, respirando el fresco aroma.


-… ¿Teme…?


-Sí, sí, claro que voy. No voy a dejar que nadie te aleje de mí. Dobe.


Los minutos pasaron en silencio, un silencio tan cálido, respirando el fresco aroma de las plantas, sintiendo el aire rozar sus pieles. Hasta que la voz infantil de Chiyo los saco de aquella burbuja que habían creado.


-Naru-nii, ¡el pastel ya está listo! –La pequeña callo sobre las piernas del rubio, quien la recibió con un fuerte abrazo.


La pareja entro a la casa y el aroma a arándanos les invadió todos los sentidos, la niña se bajó de los brazos del moreno para correr hacia Hidan para ser cargada por este.


Sin que nadie se diera cuenta Sasuke se dirigió hasta el estudio de Itachi para hacer ciertas llamadas.


-Buenas tardes, ¿Tsunade-san?


-Uchiha-san. ¿Él…él…acepto?


-Sí. Mañana a las 10 de la mañana en la cafetería Ichiraku. Solo una cosa, Naruto está en una situación delicada, así que les pediría que no lo presionen con más preocupaciones.


-Entiendo. Estaremos ahí puntual, se lo agradezco demasiado.


El moreno no dijo nada mas, tan solo colgó el auricular, pero pudo escuchar unos sollozos cera de la mujer. –“¿sería su Oto-chan?”


Salió del despacho sin pensar en nada mas que pasar el resto del día con su familia y acariciar el vientre de su rubio.


 


Los tenues rayos del sol se colaban por las finas cortinas, el aire fresco entraba por las pequeñas aberturas de la ventana. Sentía su cuerpo adormecido, intento moverse pero solo consiguió ser aprisionado aún más fuerte.


Abrió sus ojos con pereza, encontrándose con el pecho níveo de Sasuke, sus mejillas empezaron a cambiar de color, su cuerpo empezó a calentarse, pasó lentamente sus dedos por los músculos del pecho del mayor, tocó suavemente los brazos del  Uchiha, subió su rostro para ver el rostro adormilado de Sasuke, paso sus dedos por los párpados, las mejillas, por los labios, comiéndose las ganas de besarlo.


Sasuke fue despertado por los tiernos besos que el doncel repartía por todo su pecho y luego por todo su rostro; pero Sasuke no se contuvo más y termino por cargarlo entre sus brazos llevándolo al baño para darse una ducha terminando haciendo el amor de nuevo.


 


-Dobe deja de moverte, que me desesperas. –Naruto y Sasuke se encontraba desde muy temprano en la cafetería esperando a los Namikase.


-Sasuke…estoy nervioso…


-Lo sé, amor. Pero piensa que con esto terminara una parte de esta historia.


-Pero… ¿y si él está decepcionado de mí?


-¿Tú estás avergonzado de nuestro hijo?


-¡No! ¡Claro que no-ttebayo! Es solo que…no sé cómo decírselo.


-Decirnos ¿Qué? –Una tercera voz les saco de su conversación, era tan fina, tan sutil y melodiosa, al igual que su portador, un doncel de no más de treinta años, su piel de un color tostado, sus ojos de un color tan azul y los cabellos dorados, caían como cascada por sus hombros.


-… ¿To-chan…?


-…Naru. –Sin decir más palabras los dos donceles se perdieron en un abrazo, las lágrimas caían por las mejillas de los rubios. No se necesitaba ninguna prueba de ADN para confirmar su parentesco, eran como una gota de agua.


-To-chan, él es Sasuke Uchiha…mi…mi novio-Dattebayo.


-Mucho gusto Namikase-san.


-¿Tu novio…?…mucho gusto, Sasuke-kun. –Se podía sentir la tensión en el aire, ninguno de los donceles se atrevía a decir algo y para el moreno le pareció exasperante, delicadamente le tomo la mano al menor, llamando la atención.


-Naru, voy por un café…voy a estar cerca. –Lo último le susurro en el oído al menor antes de salir de la mesa.


-Puedo ver que es muy atento.


-Lo es-ttebayo.


-Por la forma en la que te mira…se nota que te ama. –El menor se sonrojo con lo último, haciendo que Minato sonría.


-… ¿Por qué no volviste…? –Fue lo primero que soltó Naruto, tenía ganas de abrazarlo y llorar en sus brazos, como un niño pequeño buscando la protección de su papi. Pero también quería saber todos estos 20 años, en lo que no tuvo nada de él.


-Yo…él te alejo de mi lado… cuando apenas eras chiquito. –Naruto se aventuró a levantar su rostro al escuchar la voz entrecortada del mayor, viendo como de sus zafiros brotaban finas pero abundantes lágrimas.


-¿Por qué no me buscaste?


-¡Lo hice!...lo hice…te busque por todos lados, pero parecía que les hubiese tragado la tierra.   ¿Él…te hizo daño?


El rubio mayor sintió como su corazón se apretaba en su pecho, cuando las lágrimas del menor cubrían sus mejillas.


Naruto negó lentamente. –No…solo…habían días en las que no comía…o me golpeaba.


-Por Kami-sama. Mi bebé. –El mayor se levantó con prisa para abrazar al menor, haciendo que este se acurrucara en el pecho de su papi, empezando a llorar fuertemente.


-Te extrañe…todas…todas las noches pedía que vinieras por mí-ttebayo.


-Perdóname, perdóname. Lo siento mucho.


Pasaron varios minutos hasta que los dos donceles pudieron tranquilizarse, respirando lentamente, escuchando el latido de cada uno. El mayor acariciaba lentamente los cabellos de Naruto, cantándole una pequeña canción de cuna.


-Me contaron lo que paso en la escuela.


-No sé cómo…pero Sasuke me dijo que ya se encargó de eso.


-Te gusta mucho, ¿No?


-Yo…


-Naru…yo sé que es muy pronto…pero quisiera que vengas a vivir conmigo. –El menor se alejó lentamente de los brazos de su padre, secando con su brazo sus mejillas que aún seguían mojadas. Levanto su vista enrojecida de tanto llorar a los ojos de su progenitor.


-Yo…no puedo. Yo…estoy esperando un hijo-ttebayo.


Minato sintió como le caía un balde con agua fría sobre su cuerpo, el aire en sus pulmones desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Su pequeño, su bebé, al fin lo encontraba y sentía como le era arrebatado nuevamente.


Naruto agacho su mirada avergonzado por la mirada del mayor, inconscientemente paso sus manos sobre su vientre, intentando protegerlo, sus ojos empezaban a arder nuevamente, pensó que iba a llorar, cuando sintió un peso liviano sobre su hombro.


-Minato-san. Yo amo a su hijo y me voy casar con él. Nada de esto cambiara la decisión que tome desde un principio que conocí a Naruto.


El mayor limpio las lágrimas de sus mejillas, negando levemente.


-No, yo… es difícil, saber que mi bebé va a tener a su propio bebé.


-Yo…creo que necesitare también de tu ayuda, to-chan. –El mayor abrazo a su pequeño, volviendo a soltar más lágrimas.


-¡Claro que sí!


Antes de que terminara la tarde, Minato los llevo a su casa y fueron recibidos por los padres de este.


Tsunade y Jiraya abrazaban al menor sin quererlo soltar, lanzándole miradas matadoras al moreno, cuando Minato les comento del embarazo.   Sasuke dejo a la familia conversar en la sala, mientras él recorría el gran jardín, se acercó a la pequeña pileta que había en medio de esta, tocando el agua cristalina, volteo su rostro rápidamente cuando escucho unos pasos detrás suyo.


-Yo…yo…quería agradecerte por…lo de la otra vez. –Sasuke analizo el cuerpo del doncel, soltando una leve sonrisa, se acercó lentamente, notando como el menor se ponía cada vez más nervioso.


-¿Cuál es tu nombre, pequeño?


-Haku…


-Un gusto en conocerte, Haku. Mi nombre es Sasuke.


Los cabellos azabaches del menor caían desordenados por su espalda, levantándose entre sí por el aire que corría. El mayor paso sus dedos acariciando la mejilla del contrario, donde hace unos días se podía ver un golpe.


-Ya no duele…bueno…ya no duele mucho.


-Eres un chico fuerte. –El menor se sonrojo al ver la sonrisa del moreno, vio sus ojos brunos, tan cerca de él.


-Tú… ¿tú…eres el novio de Naru-nii?


-Sí, soy yo. –El moreno sonrió al ver el gracioso puchero del menor.


-¡Yo quiero que seas mi novio! –Sasuke abrió sus ojos desconcertado, a decir verdad pensó que era broma, pero al ver el rostro tan serio del menor, suspiro, para luego mostrar una pequeña sonrisa.


-Sabes Haku. Eres un doncel muy hermoso y no dudo que hallan muchos varones detrás de ti. Pero yo no puedo corresponder tus sentimientos, pero lo que puedo hacer, es ser tu hermano mayor. ¿Qué te parece?


-¿Jugaras siempre conmigo? Y ¿Te podré contar todo…en secreto?


-Todo y yo también podré hacer lo mismo. ¿Qué te parece?


-…bueno…Sasu-nii-san…será nuestro secreto.


-¿Qué secreto hablan?


-To-san. –El pelinegro corrió a los brazos de su padre, siendo cargado por este, quien se iba acercando lentamente hasta llegar al frente del Uchiha.


-¿Tío?


-Hola Sasuke.


-To-san… ¿Conoces a mi nii-san?


-¡Tobi! ¿Qué estás haciendo parado ahí? ¡Ven y ayuda en la cocina!


-To-san parece que Oba-chan está de buen humor.


Los tres volvieron a entras a la casa y Sasuke sintió como varios cuchillos eran clavados sobre su pecho. Ver a su rubio siendo atendido y amado por todas esas personas, era lo que el menor siempre había anhelado, tener esa familia y ahora sentía una parte de culpa por alejarlo de todo eso.


Poco a poco aquella sonrisa fue reemplazada por una sonrisa fingida, aunque ante todos podía engañar, se sentía fatal.  Después de que acabaran de comer el moreno se alejó del lugar, saliendo a hurtadillas, para sentarse en el porche de la casa.


El sol ya se estaba ocultando, dejando ver un juego de luces que oxilaban entre el rojo al azul, el azabache lo describía en tan solo una palabra –hermoso-


-¿Sasuke? –El olor a girasoles invadió su olfato, seguido de la dulce melodía de la voz de Naruto, tan sutil con un poco de preocupación.


-Dime, Dobe. –El moreno mostro una sonrisa de superioridad al ver las mejillas llenas de color y aquel gracioso puchero de su prometido.


-No me digas Dobe, Teme. –Naruto hizo caso omiso a la sonrisa del moreno, sentándose al costado de este, apoyando su cabeza en el hombro del mayor.


-Teme…tengo hambre. –El moreno pasó su brazo por la cintura del doncel, palpando delicadamente el vientre aun plano, donde se hallaba su pequeño bebé.


-Tu hijo quiere el pastel de arándanos de Ita-nii… ¿Vamos a casa? –El moreno volteo sus grandes ojos ónices topándose en el camino con los azulejos de su novio, recibiendo en su mejilla la palma del menor.


-Pero…yo pensaba  que querías…


-Quiero saber más sobre mi Oto-chan…pero tengo sueño-ttebayo. ¿Qué pensabas? –El menor se acercó al cuerpo del moreno sintiendo como el calor de este le calmaba el corazón.


-Pensé que querías quedarte a vivir aquí…con tu familia.


-…Quiero ir a casa…contigo…Teme. -Los ojos azules del menor brillaba con cierta emoción, sus mejillas sonrojadas y esos labios. El moreno volvió a sonreír con amor, tomándolo delicadamente de la barbilla para besarlo, un beso lleno de ternura, un beso que transmitía todo el amor que sentía por él.


-Además sé cómo te mira Haku-nii y no voy a permitir que nadie te aleje de nuestro lado-Dattebayo.


-Nadie me alejaría de tu lado. –El menor se sentó sobre las piernas del contrario sintiendo como sus manos níveas se colaban por debajo de su polo, mientras que su cuello era bombardeado por suaves besos repartidos por el azabache.


 


Dos meses habían pasado, desde que el menor conoció a su familia, dos meses en el que Minato llegaba todos los días al departamento del moreno para pasar el día con el menor.  Dos meses en el que Sasuke tuvo que soportar los antojos y cambios de humor de su novio, soportar cada mañana la voz del doncel. –Estoy gordo-ya no me quieres- o – me abandonaras- para luego ponerse a llorar. O tan solo había casos en los que el menor le arrojaba cada cosa que encontrara, acusándolo de infiel y luego ponerse a llorar.


Y este era un día de esos. El moreno empezó a mover su brazo buscando el cuerpo del menor, pero no se sorprendió al notar su ausencia, abriendo los ojos con pereza, viéndolo de pie al frente del espejo de cuerpo entero.


-Naru ven a dormir, aún es muy temprano.


-…estoy gordo-ttebayo.


-No lo estás Naru. Apenas y se siente.


-¡Tú nunca me comprendes! –El moreno cerro los ojos con cansancio, ya había pasado por lo mismo casi todas las mañanas, pero aunque se frustrara le daba un poco de ternura ver las mejillas del menor siendo mojadas por las finas lágrimas.


-Naru no estás gordo. Puede ser que la mayoría de veces no te entienda, pero sé que con cada día que pasa, te amo más y amo a mi hijo, también.


Sasuke se había puesto de pie, abrazando al menor por la cintura, levantando el camisón del menor, para dejar al descubierto el vientre hinchado, pasando sutilmente sus dedos por toda aquella piel, bajando sus dedos jugando con el borde del pijama, coló sus dedos por debajo de la ropa interior, acariciando el miembro dormido, empezando un vaivén de arriba abajo, cambiando entre rápido a lento. Escuchando los gemidos entrecortados del doncel, repartió besos por todo el cuello, lamiendo el lóbulo de la oreja para luego morderle lentamente.


Sonrió complacido cuando el menor curvo su espalda, soltando su nombre, mientras que su mano era bañada por el semen del doncel.


-Sa…Sasuke.


-Shhh…es hora de nuestro baño matutino, amor. –El menor lanzo una pequeña risa al oído del moreno, cruzando sus piernas por la cintura del moreno, mientras que este besaba sus labios y se dirigían al baño para darse una ducha –plena-


 


Antes de que el moreno saliera del departamento recibió una llamada de Kizashi-san, pensó en no contestarle, pero ante la insistencia del mayor y los ojos inquisidores del menor tuvo que hacerlo.


-¿Kizashi-san?


-Sasuke. Disculpa molestarte desde tan temprano, pero algo ha pasado y necesito hablar contigo…personalmente.


-Bueno hoy tengo que acompañar a Naruto al obstetra, pero puede ser a las cuatro.


-Está bien, ¿entonces nos encontramos en la misma cafetería?


Cuando Sasuke corto la llamada iba acercarse a besar al rubio, pero se detuvo cuando vio la mirada del menor. No necesitaba preguntar, sabía que el menor quería saber TODO.


-Te pasare a buscar a las 6. ¿Sí?


-Teme… ¿Me contaras todo?


-Si amor. Te amo. –Naruto suspiro agotado, cuando termino de lavar el servicio, se acostó en el mueble, abrazando su vientre. Lo único que sabía de Sakura era lo que Kizashi dijo ese día. Supo que se fue a África y a los pocos días el varón de divorcio de su esposa, siendo uno de los divorcios más caros, pero al final el varón salió ganado y la mujer no recibió ni un mísero Yen de su –ex – esposo.


Estuvo a punto de quedarse dormido, cuando escucho el timbre sonar, con pereza se acercó a la puerta encontrándose con un sonriente Itachi que venía con Minato y al costado de este estaba Haku.


-Sasuke me llamo y dijo que ibas a estar solo hasta las 5.


-Es por eso que hemos venido a llevarte a probar tu traje de bodas.


Después de que se recorrieran todas las galerías del centro, obligando al menor a probarse mas de cientos de kimonos, aunque al final no comprara nada o al menos no lo que necesitaba, ya que llegaba al departamento  con grandes bolsas entre sus manos y detrás de él el portero le ayudaba a subir otras bolsas mas.


Cuando Sasuke ingreso al departamento, no le sorprendió ver la cantidad de cajas abiertas y tiradas por todo el piso de mármol.


-¡Sasuke! –Sasuke salto en su mismo sitio al oír el grito de Naruto, para luego ser apresado por un rayo amarillo que término siendo el rubio. -¿Nos vamos?


Naruto se encontraba sentado en las sillas metálicas junto con el moreno, mientras que su mano era apresada delicadamente por la mano del mayor.


-Tranquilo Naru. Todo estará bien. –Los ojos del menor miraron a los azabaches, asintiendo levemente, poniéndose aún más nervioso cuando fue llamado por la secretaria para pasar al consultorio.


-Buenas tarde Naru-chan, Sasuke-kun. –los mencionados hicieron una reverencia al doncel, tomando asiento al frente de este.


-¿Cómo van tus nauseas, Naru?


-Algunos días son peores y otros no tanto.


-Bien…los resultados de tus últimos análisis, indica que los niveles de sangre se han estabilizado, voy a bajarte la dosis pero necesito que sigas comiendo como lo has estado haciendo hasta ahora. Bien puedes ir a acostarte en la camilla.


El menor tomo la mano de Sasuke y empezó a apretarla cada vez mas fuerte, sintiendo un escalofríos cuando el doncel hecho un gel frio sobre su vientre, pasando un pequeño aparato, en la pantalla no se podía ver mucho, pero aunque para los ojos de Karura decían mucho.


-Aquí esta, ¿ven esto? –El moreno solo podía ver una pequeña mancha, pero se estremeció cuando el rubio empezó a derramar lágrimas en silencio.


-Es un niño…pero aún no se puede saber si será un varón o un doncel. –El moreno tomo entre sus brazos el cuerpo de Naruto sin importarle que le ensuciara su terno con aquel gel.


La luna se levantaba en el inmenso oscuro cielo, alumbrando las partes mas oscuras de la ciudad, Sasuke había llevado a comer una pizza entera para el menor, ya que era lo único que le pedía su pequeño hijo nonato.


Naruto jugaba nervioso con el botón de subir y bajar de la ventana, sintiendo como el aire entraba al auto. Mientras que con su otra mano se movía nerviosa por su muslo.


-¿Qué pasa, Naru? –El menor hizo un pequeño respingo al oír la voz raspada del moreno, sintió un pequeño nudo en su garganta.


-… ¿De qué hablaste con Kizashi-san? –Los ojos del menor escrudiñaron el rostro apacible del moreno.


-Bueno ya sabes que está contento por nuestro compromiso, me conto que va a tomar unas largas vacaciones en Francia y no sé en que otra parte del mundo.


Naruto se dio cuenta que los ojos brillosos del mayor empezaron a oscurecer,  mientras que su voz se volvió mas opaca.


-No sabe como pero al parecer Mebuki-san, está enferma.


-¿enferma?


-Si…tiene leucemia, desde hace unos años, me comento que quiso avisarle a Sakura, pero no puede localizarla.


-¿En áfrica?


-Si…Kizashi viajo a buscarla pero nadie sabe de su paradero.


-Teme…me ocultas algo-ttebayo. Puedo verlo en tus ojos. –El moreno volteo su rostro justo cuando el semáforo se puso en rojo, para tomar la barbilla del menor y plantarle un fogoso y demandante beso.


Sonrió arrogante cuando vio el sonrojo y los labios hinchados del menor acaricio lentamente la mejilla bronceada, hipnotizándose por aquellos ojos azules y brillantes. Claro que le ocultaba muchas cosas, pero como decirle al menor que Sakura fue torturada y abusada sexualmente por aquellos indígenas, encontrando su cuerpo casi destrozado y con marcas de quemaduras siendo devorado por los animales salvajes.


Ni mucho menos que Mebuki-san, después de su divorcio, viajo a otro país, gastando el poco dinero que le quedaba en sexo y alcohol. Cuando Kizashi le informo del “estado” de su única hija solo ayudo a que su enfermedad empeorara, decayendo y siendo internada. Kizashi quiso ayudarla con la medicina y lo demás, pero por el orgullo de la mujer, esta se negó y tan solo le quedaba poco tiempo de vida.


Claro que no iba a contarle nada de esto. No quería llenarle la cabeza con preocupaciones banales de personas que tan solo le hicieron sufrir.


-Claro que no te oculto nada, Dobe.


-Eres un teme.


 


La primavera llego en un abrir y cerrar de ojos, las hojas caían libremente decorando el jardín lleno de bellas flores. El olor a girasoles recorrían todo el lugar, el sol se ocultaba detrás de pequeñas motas de nubes, dejando así una luz especial.


El gran jardín se encontraba decorado con grandes floreros llenos de girasoles, alrededor los grandes árboles de cerezos ayudaban a dar el toque especial, en medio de esta se encontraba un pequeño altar improvisado pero aun así hermoso.


El pequeño arco se encontraba decorado con bellas flores blancas y amarillas, la alfombra blanca que salía desde la mampara y llegaba hasta el borde de esta.


Las sillas se encontraban ordenadas en dos columnas de filas de seis, había pocos invitados pero los más importantes, entre ellos la familia Sabaku No, los Nara, también estaba Lee y la familia Hatake, Iruka llevaba entre sus brazos a su pequeña niña de un año en brazos, incluso se encontraba Kizashi que fue invitado personalmente por el menor.


Sasuke ya se encontraba de pie al costado del altar, vestía un traje de London House blanco con una corbata de color plateada combinando perfectamente con los gemelos que yacían en la muñeca de su camisa. Sus cabellos azabaches con un tono azulado caían desordenados. Pero ya nada le importaba en ese momento.


 


Movía sus dedos haciendo remolinetes, sintiendo poco a poco la presión que se acumulaba en su pecho, al costado de él se encontraba Itachi, vestido con un traje negro de Giorgio Armani, el mayor apoyo su mano en el hombre de hermano llamando la atención.


-To-san y Ka-chan estarían orgullosos de ti.


-De nosotros, nii-san.


 


Minato le ayudaba a colocarse el kimono blanco, con el obi negro, muy característico del clan Uchiha. El menor se encontraba al frente de su espejo, sintiendo los finos dedos del mayor, pasar por sus cabellos, para acomodarlos.


-Sabes Naru. Tu bisabuela Mito, le dio este pendiente a tu abuela y ella me lo dio a mí. –El mayor le mosto el hermoso pendiente de plata rodeado con finas piedras azules, para colocarlo en los cabellos rebeldes del menor.


-To-chan. –El menor se puso de pie abrazando al doncel, intentando contener las lágrimas que luchaban por salir. Minato beso con ternura los ojos del menor, limpiando cualquier rastro de lágrimas.


-¿Estás listo?


-Estoy nervioso-ttebayo.


-Naru ¿estas listo?... te espero en el pasillo ¿Sí? –En ese instante en el que Hidan entro a la habitación por unos segundos se dio cuenta que la hora ya había llegado. Cuando el mayor salió de la habitación, Naruto paso sus manos por su casi hinchado, recordando todo lo que tuvo que vivir, primero con su padre, para luego encontrar y conocer el verdadero amor.


Los cabellos del doncel, estaban amarrados en una pequeña trenza, el pendiente azul resaltaba gracias a los finos toques de los rayos del sol, mientras que el resto del cabello caía sobre su espalda como una sutil cascada, su bello rostro no necesitaba de ningún retoque, sus mejillas sonrojadas naturalmente, mientras que sus ojos azules brillaban y los labios ya de por si tenían un color rosado.


-Estas hermoso, Naru. –El menor le respondió con una sonrisa sincera, viendo como el mayor se acercaba a la puerta. –Hidan está muy feliz de llevarte al altar.


En ese momento para Sasuke no existía nada mas que el rubio acercándose en el altar, viendo aquella sonrisa, sus ojos, sus cabellos, aquel kimono blanco, sintió una inmensa alegría al ver que el menor portaba la insignia de su clan.


 -Por Kami-sama, se ve hermoso-


En toda la ceremonia Sasuke no pudo quitarle la mirada de encima, mostrándole una sonrisa –embobado- mostrando el brillo en sus ojos brunos. Cuando la ceremonia acabo, el moreno cargo a naruto en brazos, repartiéndole varios besos sobre su rostro, mientras los flashes caían sobre ellos. Nada le importaba, más la risa de su doncel le volvía loco.


Naruto cruzó sus brazos alrededor del cuello de su –ahora- esposo, para no caer, mientras era besado salvajemente por él, escuchando las risas y aplausos de sus amigos.


-¡Teme! –Naruto le golpe el pecho para que lo soltase, pero este no le hizo caso y salió del lugar con su esposo en brazos.


Aunque tuvo que detener su pequeña aventura ya que todavía quedaba el banquete y el baile, ya que el menor se había esmerado junto con Itachi y Minato en crear una “super” boda. Aunque en su mente ya estaba planeando una muy buena noche de bodas,

Notas finales:

 

Bien...pues....creo que aun me falta saber como incluir mas parejas a la historia...

Espero que les haya gustado y espero leer sus comentarios sean buenos o malos....espero que no sean tan malos >.<!!

 

(:

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).