Después de haber conocido aquella ciudad y de hacerle el amor todas las noches en el hotel. El doncel había mostrado aquella hermosa sonrisa en todo el fin de semana y el moreno no quería cambiarla por nada en el mundo.
Antes de que terminara el fin de semana, Sasuke llevo a naruto a Nemuro, a conocer un importante puerto marítimo en las cercanías de la península de Nemuro, ahí alquilo un pequeño bote, llevando una gran cantidad de comida, y embarcaron hasta llegar a la plataforma del mar.
El menor corrió emocionado a la proa, mirando como los rayos del sol se perdían con el reflejo del mar, de pronto sintió unos brazos fuertes que cruzaban por su cintura. Quedándose ahí, abrazados mientras que el moreno apresaba el cuerpo del menor contra el suyo, repartiendo besos en el cuello desnudo del doncel.
El mayor sentía el dulce aroma de almendras que trasmitía el doncel, pasando su nariz por todo el largo de su cuello, lentamente jugaba con el borde de la camisa del menor introduciendo su fría mano por el tibio pecho, acariciando uno de esos pequeños pezones que se levantaban excitados.
Soltó una pequeña risa cuando sintió el cuerpo del menor temblar excitado debajo del suyo, cubriéndolo con su pecho.
El olor a menta más las caricias del mayor no ayudaban a Naruto, cuando sintió la tibia lengua del azabache junto con sus dientes mordiendo quedamente el lóbulo de su oreja, no pudo más y soltó un fuerte jadeo, cuando los largos dedos del moreno apretaron levemente su pezón.
La respiración del rubio se empezaba a volver agitada, su rostro bronceado se veía perlado gracias a los finos rayos del sol que empezaba a resaltar una fina capa de sudor.
-Sa….Sasuke…yo. –Pero el azabache no le dejo de terminar ya que paso su mano por debajo de la fina tela del pantalón del menor, jugando con el elástico de la ropa interior.
-Te…teme…no seas pervertido… -La respiración del menor era agitada y su voz se escuchaba en un suave jadeo.
-Shhh…solo deja que te complazca. –El menor sintió una especie de descarga eléctrica pasar por toda su columna, cuando los dedos del mayor empezaban a jugar con los bellos de su pelvis, bajando lentamente por todo su excitado miembro.
Poco a poco sintió como el botón de su pantalón era desabotonado, mientras que su ropa interior iba bajando poco a poco.
El menor abrió sus ojos cuando sintió que fue levantado para ser sentado sobre el frio metal, vio como los ojos brunos del Uchiha brillaban llenos de lujuria. Sintió los labios del mayor sobre los suyos.
Sasuke se sentía excitado besando, casi mordiendo los labios del menor, jugando con la pequeña y tímida lengua que poco a poco se volvía “juguetona”. Sintió como los brazos del menor pasaban por su cuello jalando bruscamente sus cabellos y con su otra mano jalando parte de su camisa.
Naruto gruño por lo bajo cuando los labios de Sasuke abandonaron los suyos, sonrojándose completamente cuando vio la sonrisa –pervertida- del mayor.
El moreno se quitó su camisa ante la expectante mirada del doncel para luego arrodillarse, quedando frente a frente con el miembro excitado del menor. Bajándole la ropa interior, para sonreír con autosuficiencia cuando escucho el fuerte jadeo del doncel.
Acerco su rostro a la erección, soltando un leve soplido, viendo excitado los cortos bellos del menor de revolvían a causa del aire marinero, paso suavemente su lengua por toda la extensión sintiendo como el menor se agarraba de sus cabellos.
Cuando lo introdujo a su boca, pasando su lengua por todo el glande, acariciando los pequeños glúteos del menor, pasando lentamente sus dedos en el interior del menor; primero uno, moviéndolo en círculos, luego el segundo, moviendo el formas de tijeras, sintiendo como el menor empezó a aruñar su espalda cuando metió el tercer dedo.
Se puso de pie de la cubierta cuando sintió las paredes internas del menor empezaban a apretar sus dedos exigiendo más movimiento, el menor se sostuvo fuertemente de su cuello, mirándolo en todo momento a sus brillantes ojos. Cruzando sus piernas por la cintura del mayor, cuando lo levanto para penetrarlo de una sola estocada. Naruto incrusto sus uñas en la espalda del mayor.
Sasuke sentía como sus heridas de la noche pasada eran abiertas nuevamente, sentía toda esa excitación correr por todo su cuerpo, escuchando en su oído los fuertes jadeos del rubio, su miembro fue aprisionado fuertemente por las paredes del menor cuando este hizo mas fuerte el agarre en su cintura.
-Sasuke….Sasuke. –El moreno se sentía mas que complacido por escuchar su nombre salir de la boca del menor por cada vez que le penetraba con fuerza, sintiendo la excitación cuando las uñas de Naruto se clavaban en su nívea espalda.
Naruto sentía su interior lleno y excitado, habían tenido sexo ya unas cuantas veces al moreno, pero siempre era distinto, siempre se sentía distinto.
El miembro de Sasuke salía y entraba de su interior penetrándolo con fuerza, mientras que la mano del moreno se movía a la par en su acariciando su miembro que se aprisionaba entre sus vientres.
El mayor había tocado su punto exacto y se dio cuenta de ello cuando las uñas del menor crearon nuevas heridas, acaricio con su lengua el lóbulo de su oreja, pasando por todo el cuello del menor.
De un momento a otro el cuerpo del menor se curvo soltando un grito de excitación, corriéndose entre los dos vientres.
Sasuke sintió como era aprisionado, haciendo que pierda la cordura, dio unas estocadas mas, abrazando el cuerpo del doncel, aprisionando sus labios con los del contrario, para empezar a jugar ahora con su lengua.
El menor sintió como su cuerpo caía rendido siendo cubierto por los brazos del mayor, sintiendo como la esencia del mayor le llenaba por completo, sin darse cuenta esbozo una leve sonrisa, soltando una leve risa, en el oído del mayor.
-¿Qué pasa? –Pero el menor con contesto, siguió sonriendo ocultando su rostro en el cuello del moreno, percibiendo aquel aroma a menta. Pensar tan solo que se haya atrevido a hacerle el amor en la cubierta, sin miedo a que alguien más los viera.
Naruto levanto su rostro ensanchando cada vez más su sonrisa para empezar a besar el rostro del varón, los brazos del mayor lo apresaron más fuerte, escuchando el agitado corazón del moreno.
-Te amo
Naruto abrió sus ojos, para luego mirar el rostro del mayor.
-¿Qué pasa?... ¿No me digas que todo este tiempo pensabas que no lo sentía?
El menor negó rápidamente para besarlo y abrazarlo, arañando su espalda, sintiendo como el miembro que seguía en su interior empezaba a moverse y a palpitar.
-Yo…también te amo…Aunque seas un pervertido-ttebayo.
El reflejo del atardecer, como el sol se ocultaba detrás del inmenso mar, dejando a la vista un hermoso juego de luces, cayendo sobre los dos cuerpos que yacían en la cubierta, besándose y amándose nuevamente.
El cuerpo ya de por sí bronceado del menor brillaba como si fuera oro puro, junto con sus brillantes y sedosos cabellos, mientras que el cuerpo del mayor, tan varonil y duro, brillaba con una pequeña capa de sudor, besando al pequeño doncel.
El fin de semana ya había acabado y Sasuke tenía que levantar al menor para llevarlo a la universidad, pero el cuerpo de Naruto parecía no querer moverse, gruñendo por lo mas bajo para que el moreno dejara de moverlo.
-Naru…amor, vamos es hora de que te levantes.
-Déjame, Teme. No vez que estoy cansado y es por tu culpa-ttebayo.
-¿Mi culpa?
-Si me hubieras dejado dormir más temprano.
-Oww, pero si fuiste tú el que te movías encima mío
-¡Que no podía dormir! –El mayor se subió encima del menor, sin lastimarlo, acercando su boca al oído, para lamerle el lóbulo. Naruto se removió excitado, sintiendo una pequeña descarga en su vientre. Apoyo sus dos manos sobre el pecho del moreno, para alejarlo de él.
-Bien, bien, ¡Ya me levanto-ttebayo! –El moreno rio al ver el rostro completamente rojo del doncel y como corría para encerrarse en el baño.
Cuando el moreno llego a su despacho, no se sorprendió el haberse encontrado con shikamaru sentado cómodamente sobre su silla.
Cuando Shikamaru se acercó para saludarlo arrugo su ceño, cuando este le dio unas palmadas en su espalda.
-Woow, no me digas que otra vez…deberías decirle a Naru-chan, que se corte esas uñas.
-¿Quién te ha dado el permiso para llamarlo “Naru-chan”
El moreno hizo oídos sordos a la carcajada que broto de los labios de su amigo, pero aun así no pudo evitar arrugar su ceño. Pero lo que su amigo no sabía era que cada vez que el doncel incrustaba sus uñas en su cuerpo, le llenaba de éxtasis haciéndole el amor con gula y lujuria.
Los días ya habían pasado y Sasuke empezaba a llegar tarde la mayoría de las noches, llevando un poco de su trabajo al departamento que ahora vivía con naruto. No sabía cuándo, ni cómo, todo su trabajo se le había acumulado.
Tenía la presión de Kizashi para terminar todo en un plazo determinado, más las visitas –imprudentes- que le hacia la esposa de su jefe, para hablar una y mil maravillas de la peli rosa. Pero aun así el moreno intentaba hacer oídos sordos a todos los comentarios de esta y ser “cortes” a la hora de rechazar cada invitación para almorzar juntos.
Sentía una opresión en el pecho, cuando llegaba todas las noches pasadas las once, para encontrar al menor ya dormido. Naruto ya no se le acercaba, tan solo para servirle la cena o en el peor de los casos para encontrar la comida ya fría.
El menor empezó a regresar solo de la universidad, sintiendo un vacío en su interior. Sabía que el moreno tenía mucho trabajo, un día cuando por fin se armó de valor para ir a verlo a su oficina, le encontró caminando junto a la señora Haruno.
Naruto nunca le dijo nada de esto, pero sentía que todo iba mal, el moreno ya no le tocaba ni mucho menos conversaban ya que el Uchiha salía muy temprano, antes de que él despertara y regresaba muy tarde, cuando él ya estaba dormido.
Ese día había llegado un poco más temprano de lo normal a su oficina, dejando al doncel aun durmiendo, le dolía tanto dejarlo solo, se había dado cuenta que poco a poco los ojos del menor habían perdido ese brillo que tanto amaba, sabía que él también tenía la culpa de ello.
Se había dado cuenta que el menor había dejado de comer, sabía que ahora tenía más sueño de lo normal y era porque las pocas veces que se veían, Naruto tenía sus ojos hinchados rodeados de unas grandes ojeras, había querido preguntarle, pero el menor siempre le rehuía, como si le estuviese ocultando algo malo.
El moreno encontró a su amigo sentado es su silla reclinable, pero no le molestaba el hecho de que invadiera su despacho, sino el hecho de que se encontrara con el ceño fruncido y sus brazos cruzados sobre su pecho.
En todos los años que habían pasado juntos, Shikamaru nunca mostraba esa faceta suya, si la situación no lo ameritaba y parecía que esta era una de ellas.
-¿Qué pasa?
-Kizashi, quiere verte.
El moreno suspiro cansado, ver a su jefe era lo menos que quería hacer en todo el día ya que había pensado en terminar unos cuantos trabajos e ir a darle una sorpresa al menor, recogiéndolo a la universidad, para pasar toda la tarde juntos.
-¿Pasa algo más?
-Su esposa esta con él.
Sasuke sintió como la bilis que tenía en su estómago empezaba a subir por su seca garganta. Agradeció el hecho de que su amigo le tendiera un vaso con agua.
-No pareces muy contento. ¿Problemas con Naru-chan?
-Sé que está enfermo, pero no me quiere decir nada, siempre me dice “no te preocupes” y sale de la habitación. Y no le culpo, ya no pasamos tiempo como antes y siento miedo que crea que lo estoy dejando de lado.
-Pues mejor ve y aclara todo esto con Kizashi para que vayas a ver al Naru.
Después de escuchar el llamado de su jefe, entro a la oficina encontrándose con la esposa del mayor.
-Uchiha-san. ¿Cómo está?
-Pues bien, gracias. ¿De que desea hablar, Haruno-san?
La mujer se puso de pie acercándose al moreno, quien retrocedió inconscientemente, no sabía porque, pero no le gustaba ver aquella mirada arrogante en los ojos de la mujer.
-Tome asiento, Uchiha-san.
El moreno se sentó en uno de los sillones de cuero de la oficina, al frente de la pareja de esposos.
-Bueno mi hija ya está en una edad de poder contraer matrimonio y pensábamos que una forma de hacer crecer nuestro negocio es uniendo la empresa de su padre con la nuestra, sería muy bien visto en el futuro. –La voz de la mujer sonaba prepotente, el moreno pasaba su mirada en la señora, para luego pasarla sobre el mayor.
-¿Usted desea que yo contraiga matrimonio con su hija?
Cuando las clases de pintura de Naruto terminaron, se dirigió con pasos rápidos hasta los baños, desde ya unas semanas había empezado con dolores de cabeza y últimamente tenía nauseas, temía comer ya que todo lo devolvía.
Se lavó el rostro con el agua fría, intentando borrar las marcas de sus ojeras, pero nada funcionaba. Tan solo podía dormir cuando abrazaba la almohada del Uchiha, oliendo a su colonia de cítricos. Era lo único que le hacía calmar el dolor en su estómago y con lo único que podía dormir.
Temía decírselo al moreno ya que últimamente no se veían y casi ni hablaban, eso al rubio le hacía sentir mal, intentaba no hacerlo preocupar pero ya no podía soportarlo más. Lo extrañaba demasiado, casi todas las noches lloraba u otras veces se sentía molesto ya no sabía lo que le pasaba.
Iba tan ensimismado en sus pensamientos que ya que no le importaba llegar tarde a su clase extra de teatro, pero el sentir el aire fresco sobre su rostro le era tan relajante, pero ver a la peli rosa en mitad de su facultad le hizo detenerse abruptamente, apretando contra su pecho, su folder con todos sus bocetos, sintiendo nuevamente a su estómago revolverse.