Bloqueo
Solo una pequeña pero visible luz se veía en aquella oscuridad, seguramente de una lámpara encendida en aquel cuarto, se podía escuchar el sonido de teclas siendo aplastadas rápidamente por unas hábiles manos, pero al observar bien, la tecla que más usaban esos dedos era la de borrar. Párrafos enteros desaparecían a gran velocidad, para volver a ser escrita con la misma.
Nada era igual, no sabía como se había convertido en esto, antes amaba escribir, que sus seguidores amaran sus escritos, no por nada su pagina era una de las más visitadas, sus primeras historias tenían muchos comentarios, de felicitación y de críticas, eso le agradaba mucho, pero no sabia que ocurría con esta última historia, por más que pedía solo habían dos comentarios y eran de amigos cercanos, y uno de los dos era solo un ‘‘hola J’’. Ironías de la vida. Creía que debía dejar de escribir, no solo por ese motivo, si no por que ya no tenía inspiración, la motivación con la cual comenzó ya no estaba, aunque pensándolo bien, cuál fue el motivo que lo llevo a crear la página, no lo recuerda, solo comenzó a escribir y ya…
Para poder despejar su mente decidió salir a la calle, caminar un poco, para ver si podía encontrar su inspiración otra vez, pero a las 3 de la mañana que lograría encontrar.
Dirigió su cansado cuerpo a un parque que se encontraba cerca de su departamento, se sentó en una de las bancas, y se dedico a mirar el cielo. ‘Menos mal que no olvide traer mi paraguas’, pensó, ya que las nubes se veían amenazantes.
Un momento después comenzó a llover, era una lluvia bastante fina, pero intensa. En ese momento algo llamó su atención, una silueta que estaba parada en medio del parque, observaba el cielo, como si estuviera esperando algo más que la lluvia.
No podía dejar de observar, era como si algo lo llamara, como si su vida dependiera de ello. No lo pensó mucho y se dirigió rápidamente donde se encontraba aquel chico, era un joven un poco más alto que él, de cabello castaño, piel bronceada y de hermosas facciones, estaba parado ahí, disfrutando de la lluvia.
--¿Sabías que es la primera lluvia de primavera?, trae algo especial, no sé, es diferente a las demás-- me dijo aun mirando el cielo.
-- Ninguna lluvia es igual a otra, lo sabías ¿cierto?-- le comenté, el solo sonrió.
-- Te esperaba, no sabes hace cuanto que te esperaba, hace un año que vengo a este parque a la misma hora, solo para verte aparecer-- me observo, tenia unos grandes ojos color café, me sentí intimidado, era como si solo con verme supiera todo sobre mi, y si era un psicópata, o un violador, o un asesino, su mente de escritor divagaba por miles de opciones, pero algo me dijo que no era así… el continuó hablando
-- Sé que me necesitas, así como yo te necesito a ti-- me tomo de la mano y me llevo a una banca, seguía lloviendo, pero esta vez la intensidad de la lluvia aumento, él estaba empapado pero no se veía que le importara mucho.
-- Choi Minho…-
--Kim Kibum-- no me atrevía a mirarlo a los ojos, sentía que si lo observaba, los instintos que creía dormidos hace mucho tiempo comenzarían a despertar.
-- Ámalos…-- me dijo, no puede evitar mirarlo, me observaba con una bella sonrisa, no evite preguntarle.
-- ¿Qué debo amar?-- el apretó mi mano, ya que aún no la soltaba.
-- Tus escritos, tus historias y personajes, ámalos como si fueran una parte de ti, ámalos, aunque creas que a nadie le importe lo que escribes, ámalos como si en cada palabra y en cada frase que escribes se te fuera la vida.-- Su mirada era intensa, ¿como sabia que yo escribía?, mejor dicho, ¿como sabía que me encontraría aquí.?
-- Los amo más que a mi propia vida…, pero parece que a nadie le importa.
-- susurre, más para mi mismo que para él.
-- No…- su tono era serio-- ya no los amas, haz olvidado el valor que tienen, recuerda que lo que escribes no es solo para ti, si no que también es para las personas que se dedican a leerte.-- Medito un momento y luego continuo-- No has pensado que las personas que leen tus historias no saben que pueden escribirte, o tal vez están tan entusiasmados con la historia que no se dan cuenta que no te publicaron nada--.
-- Has pensado también, que tal vez a nadie le importe lo que hay detrás de esa historia-- comenzaba a desesperarme -- ¿Estas pensado que yo como escritor no les importo?, ¿Tal vez piensen que no me esfuerzo, que las horas que le dedico no son lo suficiente?, ¿Que solo me siento y la historia se escribe sola?, ¿¡O que otras personas la escriben por mí!?-- termine gritando.
-- Has pensado en las personas que no pueden publicar sus historias, esas que pueden ser historias que merezcan un premio, pero que están empolvadas en algún cajón de los recuerdos, esas que con solo se lea una vez su escrito se sienten felices. Si sigues pensando así, todo tu esplendor se ira mi pequeño Kibum-- se acercó a mi, y acaricio mi mejilla, sus dedos estaban fríos, aún llovía pero a el seguía sin importarle.
--Pero dime, ¿a qué persona le importo?-- me puse de pie-- además de mí, ¿quien ama mis historias, quien piensa y se preocupa por mí? -- de mis ojos caían lágrimas, no pude evitarlo…
- A mi me importas, y mucho Kibum, no sabes cuanto.- Dijo tomando mi mano otra vez, ya que la había soltado cuando me pare.
- ¿A ti?, pero si ni siquiera se quien eres, ni me conoces, ¿como puedes decir que te importo?, podrías explicármelo por favor-
En ese instante me jaló hacia él, solté el paraguas y me abrazó, a pesar del frío que hacía, era cálido, me recordaba algo.
-¿No me recuerdas aún? - me susurro al oído, no entendí lo que se refería, pero no quise preguntar- no importa lo que pienses, tú me importas, eres indispensable para mí…- acaricie su rostro, estaba muy frío, así como sus manos, y su ropa estaba mojada igual que la mía, aún no dejaba de llover. Aunque mi idea era un poco descabellada, no lo conocía, pero algo en él me hacia sentir tranquilo, como si toda la paz que necesito la tuviera en sus manos.
- Vamos a mi departamento, o si no nos vamos a resfriar- le dije, él me sonrió y tomo de mi mano.
- ¿No me tienes miedo?- dijo mientras caminábamos, bueno en realidad creo que un poco, pero que me podría pasar.
- ¿debería tenerte?- sonreí, aunque mis ojos aun tenían pequeñas lágrimas traviesas que querían salir, pero comenzó a llover más fuerte y comenzamos a correr.
- Tal vez, solo un poco… - suspiro
Llegamos a la puerta del edificio, mi departamento estaba en el piso 15, tenía una vista hermosa, subimos al ascensor sin decir una palabra, temblaba como gelatina por el frío que sentía. Eso no paso desapercibido para él, me abrazo, aunque estábamos empapados, sentí el calor de su abrazo.
Entramos a mi departamento, él comenzó a observar todo a su alrededor, menos mal que había ordenado en la mañana. Fui en busca de un a toalla y saque uno de mis pijamas inmensos, que solo ocupo cuando me siento realmente deprimido.
-Si quieres, puedes darte una ducha- él se acercó a mi, acaricio lentamente mi rostro, su toque era tan suave, recordaba esa sensación, pero no sabía de donde.
- Por favor, dijiste que nunca me olvidarías… Kibum te lo ruego, recuérdame…- dijo suplicante observando fijamente mis ojos -- No sabes cuanto te he extrañado… tu dulce voz, la suavidad de tu piel, el sentir tu mano sobre la mía--
No sabía que decir, yo no le recordaba, pero por que mi cuerpo reaccionaba a sus caricias, por que su voz me ponía tan nervioso, por que me provocaba una sensación de protección.
No de di cuenta que se encontraba muy cerca de mí, hasta que me beso, fue un beso suave, delicado. Mis pensamientos decían que me alejara de él inmediatamente, pero mi cuerpo no reaccionaba, quería más, quería sentir esas manos recorrer toda mi piel, sentir su cuerpo, que me besara tan profundo que me hiciera olvidar todo… Pero se alejó de mí, no lo pude soportar, me lance encima de él profundizando el beso. Poco a poco comenzó a quitarme la ropa mojada por la lluvia, sus manos acariciaban cada trozo de mi piel desnuda, sin darme cuenta me tomo en brazos y me condujo hasta mi cama, no creía lo que estaba a punto de hacer, pero mi cuerpo lo pedía a gritos.
Dirigí mis manos a su pecho, aun continuaba vestido, por lo cual me dedique a quitarle lo que me estorbaba, necesitaba sentir su piel junto a la mía.
-Kibum… te necesito…- susurro tomando mi rostro entre sus manos.
- Estoy aquí… solo para ti Minho.- Conteste mirándolo a los ojos.
- Por favor Kibum, debes recordarme- lágrimas corrían por su rostro- Ya ha pasado mucho tiempo… te necesito, te necesitamos Kibum… por favor debes despertar…
Fueron las palabras que hacían falta para que todo en mi mente se aclarara, ellos en una casa, Minho con un pequeño niño en sus brazos saludándolo, sus padres le sonreían, sus mejores amigos le felicitaban, una vida feliz… de pronto él y Minho en el auto, su pequeño se encontraba dormido en el asiento de atrás, en la silla porta bebé, de un momento a otro un camión que se encontraba delante perdió el control, lo único que sabía, lo único que debía hacer era proteger a su bebé, así que se quito el cinturón de seguridad y cubrió a su pequeño con su cuerpo, después de eso todo se volvió negro.
Poco a poco fui abriendo los ojos, estaba en una habitación completamente blanca, pero sentía que algo tomaba mi mano.
-Ki… Ki… Kibum…- tartamudeo una voz que podría reconocer en cualquier parte.
- S... Sí…- fue lo único que pude decir, mi voz sonó rasposa, como si hubiera estado mucho tiempo sin hablar.
-¡¡¡Doctor!!!,¡¡¡Doctor!!!!... ¡DESPERTO!- le escuche decir a Minho desesperado, pero cuando vi su rostro, era muy diferente al de mi sueño.
- Kibum… - tomo mi mano- Gracias, muchas gracias por volver…- de sus ojos caían gruesas lágrimas, lo que me llevo a preguntar, ¿hace cuanto tiempo que estaba dormido?
- Señor Choi, déjeme revisarlo por favor.- Vi como se acercaba el doctor hasta mi cama.
- No… no me sueltes…- le susurre a Minho y estaba orgulloso mi voz sonaba cada vez mas clara.
- Solo será un momento, además no debes hablar demasiado, ya que hace 10 años que no utilizas tus cuerdas vocales- me sonrió… 10 años, yo llevaba dormido 10 años, no era posible… por eso todo a mi alrededor era extraño, por eso Minho parecía mayor, ahora todo encaja.
- Estas en excelentes condiciones, comenzaremos con el tratamiento muy pronto, así que los dejo a solas para que conversen.- Estaba saliendo cuando dijo - En la tarde pasara a verte un psicólogo, descansa y no hables mucho.-
- Te amo, simplemente, te amo Kibum.- dijo Minho tomando mi mano.- Yo también te amo Minho.- No sabía que más decirle, pensar que, en estos 10 años estuvo esperando que me despertara, no podría decirle otra cosa.
Un año después.
Estábamos en la cama, mi recuperación fue muy rápida, en 3 meses volví a caminar, ya que pasar 10 años en coma no era cualquier cosa, pero Minho y mi pequeño Taemin estuvieron ahí para ayudarme en cada paso que daba.
-No sabes cuanto te amamos.- escuche que me decía mientras acariciaba mi rostro.
- Sabes Minho…-
- mmm- me contesto mientras comenzaba a tocar mi cuello.
- Solo hay una cosa que me falta para ser completamente feliz.-
- Lo que quieras amor.- me dijo
-Hace un año que desperté, el doctor ya me dio de alta, termine mi rehabilitación, no crees que es hora de que por fin hagamos… eso…- me sonroje al decirlo.
- Que cosa amor…- no sabía si era idiota o era lento…
- Hacer el amor, hace un año que estoy esperando… y sabes… necesito sentirte- me sonrió de lado.
- Yo llevo once años esperando que me digas eso Bummie… A si que… ¿Por qué crees que envié a nuestro pequeño a la casa de tus padres durante esta semana?- Sin darme cuenta ya lo tenia sobre mí- Así que amorcito… estos siete días, olvídate de salir de esta habitación.