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Inexpresivo por Unii_Chan

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Notas del fanfic:

Bueno, si alguin de aqui me conoce por mis fanfics de kpop, no me mate ; . ; se que soy una perosna horrible

Pero vengo a dejar este viejo fanfic quen escribi hace mas de un año, o incluso dos xD Solo quería publicarlo, asi que perdon por como este  :P

Notas del capitulo:

Bueno, amo a estos dos chicos, eran mi pareja favorita de esta seriie, esque mirenlos, ¿Como no amarlos?


Bueno espero que les guste, tengo otro oneshot viejo de ellos que tambien subire ^^

Por favor si le gusta dejen reviews ; . ; Se los pido!!!

Goenji puede no ser la persona más emotiva que conozcas a simple vista, es cierto que se apasiona por las cosas que más le gustan, el ejemplo más claro de ello es su empeño en el futbol; y tampoco es que fuera un témpano de hielo, por que igual que todos tiene corazón, es solo que no es tan expresivo como Endo o Tsunami, ni siquiera tanto como Hiroto o Kido.

 

Aunque en verdad no es que le molestara ese asunto, siempre había creído que era mejor no expresar más de lo que creía necesario, y esos sus amigos lo saben, así que para ellos tampoco era un problema ver a Goenji muy poco expresivo fuera de la cancha de soccer.

 

– Goenji-kun ¿No eres muy expresivo verdad? – Le preguntó Fubuki inocentemente.

 

– Ah, supongo que no. – Fue la sencilla respuesta que le dio.

 

– Ya veo. – El platinado parecía meditar algo, hasta que lo miró y le pregunto otra cosa. – ¿Eso no te daría problemas si quisieras estar con alguien?

 

– ¿Eh?

 

– Bueno, yo pienso que si tu quisieras estar con alguien, sería algo difícil demostrarle tus sentimientos si eres un poco inexpresivo como tú. – Fue la inocente respuesta del chico, que sin saberlo ni sospecharlo, le crearía a Goenji uno de los mayores problemas por los cuales nunca se había preocupado antes.

 

– ¿T-Tu crees que eso? – Preguntó algo tartamudeante.

 

– Si, aunque claro, es mi opinión, no tienes por que hacerme caso.

 

– Y tu… - Lo medito por un momento, seguramente si le preguntaba, el chico lo destrozaría con su habitual inocencia, y aun así sabiendo eso, quiso ser masoquista por un momento y preguntar. – ¿Preferirías a alguien expresivo?

 

– Eh… – Shiro pensó un momento en lo que acababan de preguntarle, realmente no tenía ningún problema con la gente inexpresiva, el simple hecho de llevarse tan bien con Goenji a poco tiempo de conocerlo era prueba clara de ello. Pero si tuviera que elegir entre alguien expresivo o no, posiblemente elegiría al primero. – Supongo que prefiero a la gente que demuestra lo que siente. – Término por contestarle mirándole sonriente.

 

Y posiblemente, o más bien seguramente, el mayor de los Fubuki no vio la enorme nube de amargura que rodeaba al delantero numero 10.

 

– Y es por eso que necesito tu ayuda, Endo. – Termino de contar la pequeña historia el chico pelicrema con los brazos cruzados al portero del mejor equipo de Japón.

 

– A-ah, ya veo. – Endo no sabía que hacer, si reír por la situación de su amigo o sentir pena por su problema. – Entonces, tú viniste a mí a pedirme ayuda para…

 

– Vaya que eres lento, te estoy pidiendo ayuda con mi problema de falta de expresión. – A veces Goenji se preguntaba como era que Kazemaru eligió a ese cabeza hueca.

 

– ¡Oh! Ya veo, como eres un cubo de hielo quieres demostrarle a Fubuki que también tienes corazón – Lo único que impidió a Goenji asesinar a Endo ahí mismo fue el hecho de que estuvieran en medio de la cancha y a unos cuantos metros del chico que le había causado, sin ninguna mala intención, su problema.

 

– Si, ¿Me ayudarás o no? – Le preguntó irritado.

 

– ¡Por supuesto! Nunca dejaría que mi buen amigo Goenji terminara solo y sin el amor de su vida a causa de ser un témpano de hielo. – Hablo Mamoru rodeando con su brazo los hombros de su amigo, ignorando la enorme vena que se le formaba en la frente al goleador de fuego.

 

Lo de Endo no es inocencia como Shiro, ¡Es estupidez! – Pensó realmente molesto ahora, y luego en vez de escuchar el discurso de Endo sobre Los Semes deben de ayudar a otros Semes por que somos una hermandad y quien sabe que otras cosas, se distrajo observando la razón de sus preocupaciones.

 

Shiro Fubuki, para él la persona más maravillosa del mundo hablaba de lo más entretenido con Kazemaru, Midorikawa y su gemelo Atsuya.  Amaba esa blanca y cautivadora sonrisa y le alegraba el día oír su risa. En definitiva estaba cautivado por ese extraño color verde grisáceo de ojos que lo podían mirar tan profundamente en algunas ocasiones y otras veces le dedicaban la inocencia infinita de su poseedor, había quedado coladito por el mata osos desde la punta de sus pies hasta el último pico de su cabello.

 

– Y es por eso que Kazemaru cree que todos los semes somos unos pervertidos calenturientos.

 

– Si, claro. – Dijo sin importarle el cambio radical de lo que hablan en un principio para llegar al tema de la perversión, siempre se distraería cada que pensara o contemplara al chico que lo tenía cautivado.

 

– Muy bien, ¿Entonces estás de acuerdo conmigo?

 

– Por supuesto. – Le contesto sin saber de lo que hablaban.

 

– De acuerdo, entonces traeré a Kazemaru y al resto del equipo para contarles de tu problema – Y Endo se retiró para ir con el resto de equipo o la gran mayoría para contarles del asunto de Goenji.

 

– Lo que tú di- espera ¿Qué? – ¡Contarle a los demás! Precisamente era por eso que no quería hablar con Endo, no sabía guardar un secreto ¿Pero por que lo hizo? – ¡Te lo dije a ti solo porque eres el más emotivo aquí! ¡No para que se lo contaras a los demás! – He ahí la razón, y antes de que pudiera detenerlo el portero ya había contado la mitad de la historia a una parte del equipo, que cruelmente se reía de él. Quién lo diría, el invencible goleador de fuego Shuuya Goenji teniendo problemas amorosos.

 

 

– Muy bien, según lo que Endo nos acaba de decir, Goenji necesita ayuda para demostrarle a Fubuki que él también puede ser emotivo. – Dijo Yuuto al pequeño grupo que se había formado, entre los cuales estaban el mismo Goenji con una expresión irritada en su rostro, Endo, Kazemaru, Hiroto, Fudou, Tsunami, Tachimukai y él mismo. – ¿Alguien tiene una idea de cómo hacerlo?

 

– ¿No eres tu el inteligente y que siempre decide las estrategias sobre todo? – Preguntó Hiroto.

 

– Bu-bueno, estamos hablando de algo como el amor, no soy precisamente bueno con ese tema. – Dijo mirando hacia otro lado nervioso, si él mismo tenía problemas para aceptar lo que sentía por cierto chico rudo con mohicano, pero ese es otro asunto.

– Por supuesto que no sabe nada sobre este tema, déjenle esto al experto del amor. – Dijo prepotente el mismo chico en el que Kido pensaba.

 

– ¿Tú? ¿Qué rayos sabes sobre el amor? – Preguntó ahora Kazemaru mirándolo realmente preocupado.

 

– Soy el maestro de las conquistas, ¿No, Yuuto?

 

– ¡Y yo que voy a saber!

 

– Oigan nos estamos distrayendo del tema. – Dijo Tachimukai viendo que la charla iba sobre otro asunto.

 

– Cierto, entonces ilustrarnos maestro del amor Fudou, ¿Cuál es tu gran idea? – Habló por primera vez Tsunami.

 

– Mi gran idea es esta: Los encerramos en una habitación, apagamos las luces y dejamos que Goenji haga lo suyo.

 

– ¡¿Acaso crees que soy un calenturiento?! - Le gritó enojado el pelicrema.

 

– Que yo sepa, eso no es muy romántico que digamos. – Dijo el ojijade con una gota cayendo por su nuca.

 

– Entonces supongo que tú tienes una idea mejor. – Fudou lo miró desafiante.

 

– Bueno, que tal si Goenji simplemente le dice lo que siente. – Fue la simple idea del pelirojo.

 

– No creo que sea buena idea, el problema de Goenji es que seguramente lo diría sin ninguna expresión, así que seguramente Fubuki se lo tomaría como una broma o se asustaría. – Aclaró Endo.

 

–  No debe ser tan difícil. – Protestó el pelirojo.

 

–  Lo dice quien vomitó después de pedirle a Midorikawa una cita. – Dijo burlón Fudou.

 

– Y quien se desmayó cuando le dijo que estaba enamorado de él. – Comentó ahora el mayor de cabello rosa.

 

– Ya entendí, por favor no me lo recuerden. – Hablo entre deprimido y avergonzado chico de piel gris.

 

– Cierto. – Tsunami pensó en algo y como no, enseguida lo dio a conocer. – ¿Qué tal si lo lleva a la playa?

 

– Eso se oye bien. – Dijo Kido.

 

– ¿Y que más? – Quiso saber el pelicrema.

 

– Pues que allí pasen toda una tarde romántica.

 

– Si, seguramente con el bello paisaje que tendrán Fubuki-kun no se dará cuenta del problema de Goenji-san. – Apoyo el plan de Tsunami el pequeño Tachimukai.

 

– De hecho se oye bien. – Dijo el novio de Endo, y no solo ellos pensaban que era una buena idea, todos y en especial Goenji pensaban que hasta ahí todo parecía bien. – ¿Qué mas se te ocurre?

 

– Bueno, que entraran un rato al mar, se divirtieran y luego comieran algo en un buen restaurante.

 

– ¡Si!

 

– ¡Vas bien Tsunami!

 

– Y luego, en la puesta de sol se encontraran frente al mar, imagínenselo, un paisaje hermoso…

 

*Imaginación de Tsunami*

 

Todo era simplemente bello, la puesta de sol se veía más hermosa que nunca, con los colores anaranjados, amarillentos y rojizos que adornaban el cielo, y él mirándolo.

 

– Esto se ve tan bello. – Dijo el uke mirado soñadoramente el mar.

 

– Pero se ve mucho más bello contigo aquí. – El mayor acaricio dulcemente la mejilla del otro.

 

– Tsunami-san. – Dijo Tachimukai con esplendor.

 

– Tachimukai. – Tsunami se acerco al menor y lo besó en los labios, con todo el amor posible y casi hasta dejarlo sin respiración

 

*Volviendo a la realidad*

 

– Y entonces ambos pasaron una noche infinita de pasión inolvidable, llena de suspiros y gemidos – Tsunami parecía seguir en su mundo de fantasía pervertida. – “¡Tsunami-san!” dirá él, y entonces ambos llegarán al final en un sonoro y simultáneo gemi– Y hasta ahí llego la perfecta idea de Tsunami al recibir un balonazo en la cara por parte de Shuuya, que lo miraba más que furioso, las hormonas.

 

– ¡¿Por qué rayos Fubuki diría “¡Tsunami-san!”!? – Si, Goenji estaba que echaba chispas.

 

– ¡Vamos cálmate Goenji! – Endo trabajaba de calmar al chico sayayin tomándolo de los hombros para evitar que asesinará a Tsunami, quien seguía en el piso siendo auxiliado por Tachuimukai que sostenía su cabeza entre sus manos mientras que le hablaba para tratar de despertarlo. – ¡Seguramente él habla de Tachimukai!

 

– ¿Yo? – De la vergüenza y la sorpresa el chico dejo caer la cabeza del pelirosa.

 

– Oigan creo que olvidamos de nuevo el tema. – Trató de regresar la calma el estratega de Raimon.

 

– Si, se oía bien el plan de Tsunami hasta antes de eso, pero ahora que lo pienso bien… – Hablo el de cabello largo y azulado – Fubuki viene de Osaka, y ahí hace un clima muy frío, no creo que vaya a aguantar el calor de la playa.

 

– Tiene razón. – Meditó Hiroto. – La última vez que fuimos de vacaciones a la playa casi se muere de insolación.

 

– ¿Y eso que importa? Para eso existen los trajes de baño y bermudas. – Trató de seguir defendiendo su idea el chico surf después de recuperarse del golpe, llegaba sobándose la cabeza. – Y seguramente a Goenji también le agrada la idea ¿No Goenj? – Lo miró pícaro.

 

– Amm…

 

– Piénsalo  bien, estaría con poca ropa, toda su piel estaría expuesta y podrías disfrutar de ello haciendo…

 

– ¡Que no digas esas cosas! – Lo regaño mamá Kazemaru ante las ideas pervertidas del mayor de ellos, mientras que Goenji sangraba al imaginarse tal cosa que le había dicho el pelirosa.

 

– Me agradaba tu plan, pero no me hace gracia la idea de que sufra una insolación. – Dijo tratando de para su sangrado.

 

– Esto si que es difícil. – Dijo Hiroto.

 

– Si. – Habló Tachimukai.

– ¿Por que no simplemente toman mi idea de encerrarlo en una habitación oscura?

 

– ¿Y si mejor los dejamos en un motel? – Fue la impactante idea de Endo.

 

– ¡¿Desde cuando piensas así Mamoru?! – Preguntó ahora si preocupado Kazemaru.

 

– Su idea también me agrada. – Dijo Fudou. – Quizás después de todo no seas un cabeza hueca.

 

– Gracias, creo.

 

– ¡¿Es que acaso me toman por un pervertido calenturiento!? – Si no paraban de decir cosas estúpidas los mataría a todos en ese mismo instante.

 

– Saben, no creo que podamos obligar a Goenji a cambiar su personalidad seria a la de alguien emotivo de un día para otro. – Dijo el exvelocista. – Ni tampoco ponerlo en un plan tan romántico como el de Tsunami.

 

– Eso es cierto. – Apoyo Endo.

 

– ¿Entonces qué sugieres? – Preguntó Fudou.

 

– Que quizás sería mejor que Goenji le muestre a Shiro que puede ser emotivo haciéndolo naturalmente.

 

– ¿Y eso como sería? – Pregunto ahora el de gogles.

 

– Que tal si hace las cosas que lo hacen demostrar sus emociones y que Shiro lo vea.

 

– ¿Cómo que cosa? – Bueno, al menos eso se oía más sencillo y no tan descabellado, pensaba Goenji.

 

– Como cuando estas con Yuuka-chan.

 

– ¡Si eso! – Dijo el capitán.

 

– ¿Con mi hermana?

 

– Kazemaru tiene razón. – Medito Kido. – Cuando estas con tu hermanita tiendes a sonreír más y te ves mucho más humano.

 

– Si hacemos que Fubuki-san vea como trata Goenji a Yuuka-chan el se dará cuenta de que también tiene sentimientos.

 

– Y así vera que aunque sea muy poco expresivo en el fondo también es muy cariñoso. – Dijo Hiroto.

 

– ¿Qué te parece, Goenji? – Le pregunto Endo al chico al lado suyo.

 

– Me parece bien, no suena como una locura ni nada por el estilo. – Si, posiblemente si hacía eso no habrían problemas en demostrarle a su lobito que también podía ser dulce, quizás no tanto como él, pero si un poco.

 

– Pues bien. – Pronuncio Kido. – Este será el plan…

 

Y por la tarde idearon un plan que pretendía ser infalible, Goenji lo haría solo para poder demostrarle al chico de las nieves que si tenía una corazón como él.

 

 

 

Por otro lado y a otra hora, Fubuki se encontraba ya en su hogar, en su respectivo cuarto y sin que su hermano menor lo estuviera molestando con cualquier cosa. Se encontraba meditando algunas cosas, entre ellas recordó la pregunta que hacía tiempo le había hecho cierto delantero.

 

– Si en ese momento hubiera sabido que estaba enamorado de ti, te hubiera dicho que te preferiría a ti. – Se dijo el lobito sonrojado, escondiendo su cara una mullida almohada.

 

 

 

A la mañana siguiente el plan estaba preparado, era un tranquilo sábado por la tarde, en el que Goenji le había dicho a la pequeña Yuuka que saldrían de paseo un rato. La chiquilla por supuesto aceptó, Goenji se encontraba bien, aparte de demostrarle a Fubuki su expresividad iba a pasar una linda tarde con su tierna hermanita.

 

Mientras él se preparaba para salir, en la casa de los Fubuki, los dos gemelos se preparaban también para salir. Más por petición de Atsuya, ya que el día de ayer había sido informado del plan para que su hermano y Goenji estuvieran juntos, proponiéndose no meterse más de lo debido.

 

– Date prisa Shiro que se nos hace tarde. – Dijo el gemelo de cabello rosa, Atsuya.

 

– ¿Tarde exactamente para que? – Pregunto Shiro dudoso.

 

– Ah, pues para… tú sabes, no perder tiempo y pasar un buen sábado con tu gemelo favorito.

 

– Eres mi único gemelo.

 

– Y por eso soy tu favorito, ahora vámonos.

 

Ambos chicos salieron de casa, Atsuya suspiro aliviado, casi mete la pata, mientras que Shiro solo pensaba en una cosa.

 

Me pregunto que hará Goenji-san los sábados.  – Si, estaba igual de de enamorado que el otro. – Seguramente se la pasa con su hermanita, que tierno – Dijo en voz algo alta.

 

– ¿Dijiste algo?

 

– No, nada.

 

 

El plan era este: los gemelos llegarían al parque un poco después de los Goenji y sin que Shiro supiera, Kido, Kazemaru y Endo los estarían observando y vigilando que todo saliera según lo acordado.

 

– Bien Goenji ¿Ya sabes que hacer no? – Le preguntó Kido al número 10 por celular.

 

– Si, llego al parque y me divierto con Yuuka, ellos llegaran y les invitaré un helado y jugaré con Yuuka y seré muy cariñoso.

 

– Exacto, es algo simple y sencillo. – Dijo seguro el chico.

 

–  Muy bien.

 

– De acuerdo, nosotros los estaremos vigilando desde los arbustos, suerte.

 

– Gracias. – Después de decir eso colgó el celular y lo guardo en el bolsillo de su pantalón.

 

– Oni-chan ¿Qué haremos en el parque? – Le preguntó la tierna niña castaña a su hermano mayor.

 

– Pues lo que tú quieras. – Contesto el mayor.

 

– ¡Entonces juega conmigo! – Le dijo muy alegre Yuuka.

 

– ¿Qué quieres jugar primero?

 

–  Veamos… – La pequeña Goenji miró por el colorido parque buscando un juego con el cual entretenerse con su hermano, hasta que mientras observaba se dio cuenta de algo, los hermanos Fubuki se encontraban en el mismo parque que ellos. – ¡Mira oni-chan, son Shiro-kun y Atsuka-kun! – La ojinegra agarro a al chico por el brazo señalándole a los gemelos que estaban no muy lejos de ellos, en la entrada del parque. Estos al oír sus nombres miraron donde se encontraban los hermanos.

 

– Mira Shiro, son Goenji-baka y su hermanita – Le dijo Atsuya al albino, que apenas al ver a Goenji se sintió algo nervioso.

 

– ¿Qué? – Shiro miró nervioso hacia donde apuntaba su hermano ¿Cómo era posible que Goenji estuviera allí?

 

– Vamos a saludarlos. – Sin dejar siquiera que el futbolista replicara lo arrastró directo a los otros, que los saludaron de buena gana.

 

– ¿Qué hacen aquí? – Pregunto Yuuka.

 

– Solo paseando por aquí. – Contesto el pelirrosa.

 

– Que raro, ustedes no suelen salir los fin de semanas. – Opinó Goenji mirando al platinado.

 

– Si, pero no se que le dio a Atsuya por salir hoy. – Dijo Shiro.

 

– Pero no hay problema. – Habló la niña feliz. – Así nos divertiremos más nosotros cuatro.

 

– Ella tiene razón. – Dijo Atsuya.

 

– Bueno, ¿Qué quieres jugar Yuuka-chan? – Le preguntó Shiro a la menor.

 

– Quiero ir a los columpios. – Dijo entusiasmada viendo los juegos.

 

– Pues vamos.

 

Los cuatro fueron a los columpios, en donde se sentaron Yuuka y Atsuya.

 

– ¿No estás ya muy grande para subirte a un columpio? – Preguntó burlón el pelicrema, pero claro, sin quitar su expresión seria.

 

– La edad no tiene nada que ver con la diversión. – Le replicó enojado el chico, para luego agregar algo más. – Además a Shiro también le gusta estar en los columpios, ¿No, Shiro?

 

– Claro. – Dijo el chico sonriente.

 

– Ya veo. – Dijo simplemente el pelicrema. – Nota mental, llevar a Shiro a parques – Se dijo a sí mismo, quien sabe, quizás si su plan funcionaba, Shiro podría interesarse en él y en el futuro tener una cita.

 

Goenji sintió que algo pequeño golpeaba su espalda –una piedra–, y cuando volteó vio a Kido junto a Endo y Kazemaru, este último le dijo:

 

– Empuja a Yuuka en el columpio para que Shiro se de cuenta de que eres amable con ella. – Le susurro.

 

– De acuerdo. – Se volteo y se dirigió al columpio en el que estaba la pequeña, se puso detrás de ella y empezó a darles suaves empujes al principio para luego ser un poco más fuertes y que este empezara a mecerse, siendo acompañando con las risas de su hermanita.

 

– Jajaja, más alto oni-chan – La niña parecía divertirse ahí.

 

– Como tú digas. – Le dijo el chico, mostrando una pequeña pero aun así notable sonrisa, siendo esta observada por los Fubuki, en especial por el mayor de ellos.

 

– Mira Shiro, parece que después de todo el señorito seriedad tiene un corazón. – Comentó malicioso Atsuya a su hermano.

 

– Siempre lo ha tenido, Atsuya. – Dijo Shiro mirando la sonrisa de Goenji.

 

 

– Parece que funciona – Susurro Endo en los arbustos a los dos chicos junto a él.

 

– Si, Shiro lo esta mirando, no hay duda que sabe que Goenji también puede ser algo demostrativo. – Esta vez dijo Kazemaru, orgulloso por que su plan estuviera funcionando.

 

– Esperemos que siga así.

 

 

Los chicos –y la niña– que estaban en el parque pasaron una divertida tarde entre juegos y risas, hasta que ya un poco cansados se sentaron en la banca, Goenji fue de nueva cuenta llamado por los chicos espías de los arbustos.

 

– Invítales un helado. – Le dijo Endo.

 

– Muy bien.

 

– Pero hazlo con una sonrisa amable. – Le dijo en susurros.

 

Eso último lo pensó un poco, pues como todos ya sabemos, él no sonríe mucho que digamos.

 

Pero lo hago por Shiro, así que supongo que puedo hacerlo. – Pensó. Se levanto de su asiento y les dijo con una sonrisa que, en vez de amable era más bien terrorífica al parecer de los tres frente a él y fallida por parte de los otros tres en los arbustos. – ¿Quieren un helado?

 

– Ah, si, hermano. – Dijo Yuuka algo asustada por la sombría y obviamente forzada sonrisa de su hermano.

 

– Cla-claro, Goenji-kun. – Shiro miró algo tenebroso la expresión el rostro del goleador.

 

– Entonces iré por ellos. – Camino hacia un puesto de helados cerca de ellos, dejando a sus acompañantes algo consternados por esa expresión poco fiable en él.

 

 

– Le dije una sonrisa amable, no de psicópata. – Dijo Endo con un tic de nervios en su frente.

 

– Creo que eso salió mal. – Opino el peliazul.

 

– Bu-bueno, mientras todo siga igual no habrá problemas. – Kido tampoco se salvaba de la sorpresa de esa “sonrisa”.

 

 

– Bueno Yuuka, ¿Qué nos cuentas sobre Goenji? – Le preguntó mientras tanto Atsuya a la niña.

 

– ¿Sobre mi hermano?

 

– Si, lo que pasa es que Shiro esta enamorado de él y quisiera saber un poco sobre ese sayayin .

 

– ¡Atsuya! – Gritó Shiro notablemente sonrojado, a veces odiaba tanto que el pelirosa supiera tanto de él.

 

– ¿Shiro te gusta oni-chan? – Preguntó entusiasmada la niña viéndolo con ojos brillosos.

 

– Amm, bueno…

 

– ¿Gustar? Más que gustarle, esta totalmente loco por él – Si, Atsuya contesto por él.

 

– ¡No digas eso!

 

– ¡Que bien! – La niña parecía entusiasmada por la idea. – Sería lindo que Shiro fuera la novia de oni-chan.

 

– ¿Novia? – Golpe duro para Shiro, muy duro.

 

– ¿Verdad que sí? – incluso ahora Atsuya se veía algo feliz por la misma idea. – Pienso que debería decírselo y es más, ¿Sabes que Yuuka-chan?

 

– ¿Qué?

 

– ¡Shiro se lo dirá hoy!

 

– ¡Hoy! – Fue el grito del chico y la niña, el primero de susto y la otra de emoción.

 

– ¿Desdé cuando tomas las decisiones de mi vida amorosa?

 

– Desde hoy, así que no te preocupes, todo saldrá bien. – Habló Atsuya sin importarle el aparente ataque de nervios de su hermano.

 

– Para ti es fácil decirlo, tú no tienes que declararte a Aphrodite-san. – Le reclamó.

 

 

– ¿De qué rayos hablan esos tres? – Se preguntaba Endo tratando de oír algo de la conversación en vano, estaban muy lejos de ellos por que habían seguido al goleador.

 

– No importa, solo quédate quieto. – Le dijo Kido al capitán molesto, pues este en su intento de escuchar lo que hablaban estaba aplastándolo.

 

– Endo no te muevas tanto que aquí no hay mucho espacio. – Lo regaño Kaze.

 

– ¡Endo me estas aplastando la espalda! – Le susurro fuerte (?) el estratega.

 

– Solo quiero saber de que hablan. – Replicó el chico.

 

 

–  ¿Y-Yo? ¿Declararme a ese rubio tonto? Ni loco lo haría. – Seguimos con los otros.

 

– Pero si bien que te gusta. – Le dijo pícaro Shiro al ver que su comentario había afectado a su hermano.

 

– Pero ese no es el caso aquí, ¡Tú le dirás a Goenji-baka eso hoy!

 

– ¿Decirme qué? – Preguntó Goenji llegando con los helados de repente detrás de Shiro, quien por supuesto se asusto.

 

– Na-nada, nada de nada. – le dijo más que nerviosos el pobre uke enamorado.

 

– ¿Seguro?

 

– Por supuesto. – El pobre estaba que sufría un ataque de nervios, no por que Goenji le preguntara eso, sino más bien por que temía que en ese momento Atsuya decidiera abrir su boca y decir que estaba enamorado de Goenji, por que claro que sería capaz de hacerlo.

 

– ¡Oni-chan trajiste helado!

 

– Si, toma, te traje uno de fresa. – Le entregó el helado rosa a la niña, inclinándose sonriente de nuevo.

 

– Mi favorito, siempre sabes lo que quiero oni-chan.

 

– Por supuesto, ¿Qué clase de hermano sería si no supiera el sabor favorito de helado de mi hermana? – Le acarició la cabeza con dulzura y ella río.

 

– De verdad parece que ustedes son muy unidos. – Habló Shiro mirándolos.

 

– Si, mucho. – El ojinegro se levantó y le dio uno de los otros helados al chico. – Toma, ¿Te gusta el de vainilla no?

 

– Si. – Fubuki tomó el helado algo sorprendido. – ¿Cómo lo sabías?

 

– Atsuya me lo dijo. – Desvió la cara algo sonrojado, no le iba a decir que en uno de los tantos días en lo que lo había estado siguiendo –no espiando, el sería incapaz de algo así– descubrió que su sabor favorito de helado era ese, que bueno que no se había enterado por que si no seguramente pensaría que era un acosador.

 

– Yo no te lo dije. – Comentó Atsuya malicioso mientras comía su helado que había tomado de las manos del goleador.

 

– Claro que si. – Le dijo con Goenji con tono enojado.

 

 

– Quiero un helado. –Dijo de la nada Endo. – Kido, ve por un helado de chocolate y otro de pistacho para mi y Kazemaru.

 

– ¿Qué acaso soy tu sirvienta? – Le preguntó frustrado.

 

– ¡Soy el capitán así que hazme caso! – Le exclamó el castaño.

 

– Oigan dejen de pelear que estamos aquí para vigilar a esos cuatro.

 

­– No iré por un helado solo porque me crees que soy tu sirvienta. – El pobre chico de flequillo fue ignorado. – Se muy bien que más que un helado quieres quedarte solo con Kazemaru  y hacerle no se que cosas.

 

– ¡Kido no digas eso!

 

– ¿Cómo me descubriste? – Endo estaba indignado ¿Acaso Kido leía mentes?

 

– ¡Tú no le respondas!

 

– Eres tan fácil de predecir, ¡Y te dije que te quitaras de encima de mí!

 

 

Mientras ellos seguían discutiendo en los arbustos, los otros cuatro siguieron jugando por un rato, durante el cual Shiro pudo notar algunas cosas, principalmente que Shuuya era muy atento con su hermanita, y que se le veía más emotivo con ella.

 

 

Siempre pensé que era la clase de persona que siempre era seria, pero ahora veo que no es asís, es muy amable y dulce con Yuuka-chan. – Pensaba enternecido. – Me gustaría que me sonriera de la misma forma.

 

– Muy bien Yuuka, ya es tarde y hay que volver a casa.

 

– No quiero irme aun oni-chan. – Le replicó la niña mirando a su hermano con ojitos de perrito mojado.

 

– Nada de peros. – Dijo Goenj. – Y esa cara no me hará cambiar de opinión.

 

– Bueno. – Resignada la castaña se fue a despedir de lo chicos.

 

– ¿No quieren que los acompañemos? – Preguntó el pelirosa, aun que lo hizo más bien a la niña que al pelicrema.

 

– ¡Si! – Le respondió emocionada la ojinegra por poder estar aunque sea unos momentos más con los chicos.

 

– ¿Está bien? – Le peguntó ahora Goenji a Shiro.

 

– Claro. – Contesto el peliplata. – No tenemos muchas cosas que hacer los fines de semanas, más que estar en casa viendo películas. – Terminó con una sonrisa.

 

– Pues entonces. – Cortó su frase a la mitad al oír el ruido de unas hojas y leves voces provenientes del arbusto en donde se encontraban los espías.

 

– ¿Qué es eso? – El ruido había despertado la curiosidad en el chico, que empezó a observar la planta con interés.

 

 

– Diablos. – Dijo Kazumaru notando el peligro de verse próximamente descubierto – Chicos Shiro esta sospechando, quédense quietos.

 

– Endo esta es la ultima vez que te lo digo, si no quitas tu pié de mi costilla la tuya va a terminar rota. – Le dijo molesto Kido a Endo, ya casi en una de esas peleas salvajes que ve Fudou.

 

– ¡Lo haré cuando me devuelvas mi banda! – Le replicó el castaño adicto al futbol.

 

– ¿Por qué rayos no me escuchan? ­– Lloriqueo el peliazul.

 

 

– ¡Nada! – Le dijo el pelicrema al albino que se empezaba a acercar al arbusto, si descubría a esos tres no sabría que explicación darle. Si no se callaban pronto él los iría a callar. – Seguramente es un gato. – Dijo subiendo su tono de voz con clara intención de que lo escucharan los de los arbustos.

 

 

– Rayos, Endo haz como un gato. – Le pidió alarmado Kazemaru a su novio.

 

– ¿Y yo por qué?

 

– ¡Porque Kazemaru lo dice! – Le dijo Kido.

 

– ¡De acuerdo! – Claro, él no podía negársele a su novio – ¡Miiiiiaaaaawwwwwww! – Eso pudo haber sido cualquier otra cosa menor un gato, o al menos no uno decente.

 

– Te dijimos que hicieras como un gato ¡No como una vieja en su lecho de muerte! – Dijo ahora si muy enfadado el de rastas.

 

 

– Emm, Goenji-kun no creo que eso haya sido un gato –Dijo Shiro consternado por ese extraño ruido.

 

– Claro que lo era. ­– Le dijo nervioso.

 

– Sonaba más bien como una vieja muriendo. – Shiro se acerba más al arbusto mientras que Goenji oía un muy bajito “Te lo dije”. Y cuando el peliplata estaba cerca del arbusto decidido a descubrir que hacía esos extraños ruidos, y los otros tres se creían ya descubiertos, el pelicrema hizo algo que sorprendió al de ojos grisáceos, al fallido intento de espías y así mismo. Se acerco a él muy aprisa, lo tomó de la cintura y le planto un beso en los labios.

 

Dios, los labios del menor era mejor aún de lo imaginaba, parecían acoplarse a los suyos, como si estuvieran hechos para él y solo para él. La sensación más placentera que hasta ahora había experimentado, apresó más su agarre en la cintura del menor y lo atrajo aun más así mismo para poder sentir mayormente aquella nueva sensación en él.

 

Por su parte, Shiro no podía estar más sorprendido, desde que conocía a Genji siempre pensó que le atraían las mujeres, entonces ¿Por qué lo besaba ahora? No lo sabía, pero no quería cuestionarse eso ahora, solo quería disfrutar de lo bien que se sentía estar así con el chico al que amaba.

 

Mientras tanto en los arbustos, el estratega, el ex velocista y el obsesionado por el soccer no podían dejar de abrir los ojos, ninguno se esperaba esa repentina acción por parte de Goenji.

 

 

– Es nuestra oportunidad. – Reaccionó el de gogles, y luego le habló a la parejea a su lado. – Tenemos que irnos ahora.

 

– Ah, cierto. – Razonó Kazemaru después de salir de su sorpresa.

 

– Pero esperen quiero tomarles una foto. – Les dijo Endo sacando su teléfono del bolsillo viendo a los que se besaban.

 

– ¡No es tiempo para fotos Mamoru! – Kazemaru jaló al castaño ya que este hubo logrado tomar la dichosa foto de la escena.

 

 

Con los enamorados, se les estaba acabando el aire así que tuvieron que detener el contacto, separándose un poco, pero sin que el mayor soltara el agarre sobre el otro.

 

– Escucha Shiro. – Empezó a hablar Goenji avergonzado, con un notable sonrojo en él pero sin dejar de mirar al más bajo. – Se que no puedo expresarme tan fácilmente como los otros, pero te quiero, te amo desde hace mucho tiempo y siempre he querido decírtelo.

 

– Goenji-kun – Shiro no estaba mejor que él, su sonrojo se notaba aun más en su piel blanca, pero eso era lo de menos; miraba con gran sorpresa al que lo sujetaba, si, sabía que era poco expresivo ¿Pero acaso importaba? Ahora tenía al chico que quería diciéndole que lo amaba, lo que menos le importaba era si se lo digiera con un ramo de rosas o no, solo que se lo estaba diciendo desde el fondo de su corazón y él lo sabía bien. – No me importa si te expresas o no, ya no importa, solo que yo también te quiero.

 

– ¿Enserio Shiro? – Le preguntó, pues parecía demasiado bueno para ser verdad.

 

– Claro, te amo Shuuya. – Acto seguido de decirle aquello, se puso de puntillas y esta vez fue él quien empezó con el beso, ahora más apasionado que el anterior y que por la misma causa pausaron.

 

– Te prometo que tratare de ser más emotivo contigo. – Le dijo una vez terminaron el beso.

 

– No tienes que hacerlo. – Fubuki rió un poco por lo que dijo el mayor, pues le parecía tierno que quisiera cambiar por él. – No tienes que cambiar Shuuya, yo quiero que sigas siendo el mismo chico de pocas expresiones del cual me enamoré.

 

No, no era que no fuera expresivo, pensó para sus adentros – El si lo es, pero de una forma diferente. – Se dijo totalmente convencido, abrazado el cuello de su amado delantero, y ahora posiblemente novio.

 

Los dos fueron a casa del mayor, quien encontró a su hermana y al demonio haciéndoles una fiesta sorpresa por el recién comienzo de un romance. Atsuya se había ido con la menor hacía tiempo, contándole lo que sucedería como si fuera un adivino, y no solo a ella, si no también a la nana de los Goenji y a su padre.

 

La vergüenza de Shiro y la de Goenji –la de segundo no tanta como la del peliplata– no sería nada comparada a la que recibirían al día siguiente, cuando el equipo los recibiera con felicitaciones por su noviazgo, ¿Qué como se enteraron? Pues Endo le había enviado la foto de esos dos a todos sus conocido, ¡Incluso a su madre! (que no pinta nada aquí).

 

Por supuesto, el capitán terminó molido a balonazos por el pelipincho que trataba de convencer a su ahora novio de salir de su cuarto y que olvidara la vergüenza que sentía. Bueno, al menos ahora finalmente ya había podido olvidar su inexpresividad.

 

Notas finales:

Tachán xD Como amo a esta pareja, Shiro es tan lindo y tierno, sin contar que su inocencia mata, así como casi lo hizo con Goenji xD

Seguramente puse muy OcC a Goenji, pero siempre me he imaginado que cuando fuera mayor sería muy serio.

 

Espero que les haya gustado, si es así dejen Reviews ;)

¡bye!


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