Capítulo I
Despedida
Los ojos son las ventanas al alma, siempre lo he pensado y justo en ese momento él elevo su mirada, sosteniendo la mía, me sentí atrapado, pues aunque mintiera él podría notarlo, conocería lo que en verdad sentía. Pero una vez más me equivoqué, él no sabía aquello y estaba tan sumergido en su propio dolor que no pudo advertir como el mío se reflejó en ese preciso instante, cuando en mi interior sentí algo romperse y encajar piezas, al oír:
«Fuiste lo que más ame»
Es triste que ese sea el último recuerdo que tenga de nosotros; por si alguna vez esto llega a sus manos anticipo que será conmovido por estas palabras. Quiero que sepa que fue, es y será mi primer amor, el cual conservo como un bonito recuerdo. Ciertamente evito revivir en mi cabeza los malos momentos que atravesamos, pero he de invocarlos para poder escribir esta historia al píe de la letra.
¿Cómo podría odiarle?, ¿Cómo se odia a esa persona que te enseño a amar?, quien te regalo más sonrisas que tristezas. Es algo simplemente inconcebible. No puedo odiarle, a pesar de la cruda forma en que se apartó de mi vista, sin ofrecer razones. Incluso ahora me pregunto.
« ¿Por qué no dio una explicación?, ¿Por qué no se justificó? »
Es tonto lo sé, y aunque en el presente no cambiaría nada si conociese sus motivos, igual continuo queriendo escucharlos. Quizá eso sea una excusa más para apelar a su presencia.
Desapareció de mi vista, mi más fuerte razón de vivirse se esfumo como una bella ilusión, un sueño, es como si nunca hubiese existido; abrazo al vacío. Pero yo sé que no es así, porque dejo una huella que ni el tiempo, o la vida y sus inclemencias podrán borrar, aquello es mi certeza de que lo que vivimos fue más que un sueño, que es una realidad escrita es nuestros recuerdos; en nuestros corazones. Quizá un día el libro que contiene nuestra crónica, termine de escribirse, ocupando aquellas hojas que dejamos en blanco. Aquello sería simplemente hermoso, el imaginar un rencuentro, no soy capaz de predecir cómo reaccionaría yo, estoy seguro de que mi corazón se desbocaría con tanto fervor como cuando lo tenía cerca mío. Pero, la suya, no sé si quiero imaginarla, no sé si quiero verlo, tengo miedo. Cuando se despidió hablo en pasado, rechazando mis sentimientos, los cuales aún no me abandonan, me destruiría volver a verlo, sabiendo que ya no me ama. El solo hecho de imaginarlo con alguien más oprime mi pecho y hace que mi corazón duela. No lo soportaría, estoy seguro de que solo escaparía, perdiéndome del mapa.
Los días consiguientes a su partida fueron sin duda, los peores de mi vida. Mi más fuerte razón de vivir se había ido, sin más. Solo me detuve, limitándome a existir. En un momento quise acabar con aquella agónica existencia, en la cual se había convertido la que alguna vez fue mi vida. Pero aún tenía un motivo para continuar, algo por lo que debía mantenerme fuerte, una persona por la cual debía seguir adelante, la que sería mi apoyo, alguien de quien debía cuidar, ver y proteger, la única parte de él que tengo conmigo, nuestro hijo.
Ahora bien, he relatado el final, pero no el inicio y vivencia de lo que fue; seguramente, mi más grande amor.
Creo que es el momento de dejar salir todo y plasmarlo en estás hojas, agradezco que no sean escritas a puño y letra, pues de ser así sin duda las páginas se verían manchadas con mis lágrimas y quizá la caligrafía se diluyera un poco con las mismas.
Creo que en este momento puedo entender a los escritores; realmente es difícil narrar una historia, ¿Por dónde debo comenzar?, si claro, el inicio.
Una historia debe contarse con todas las de la ley, losé, pero no soy escritor ni mucho menos, mas con el tiempo aprendí que lo más difícil al contar una historia es el principio, luego de eso, ella se va entretejiendo sola, pero, ¿Cuál es mi principio?
Inexperto y todo, intentare explicarme lo mejor que pueda, aunque se vea algo incoherente, desordenado y falto de consistencia. Como soy perfeccionista, hacer algo así de frágil, imperfecto y sin estructura no me agrada mucho, quisiera tomarme mi tiempo para ordenar mis ideas, pero el momento de escribir es ahora.
Antes de comenzar, aprovecho para citar al escrito, una frase de uno de mis libros favoritos.
"Hay dos tipos de secretos.Hay secretos de la boca y secretos del corazón.
La mayoría de los secretos son secretos de la boca. Chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Esos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china metida en la bota. Al principio apenas las notas. Luego se vuelve molesta, y al final, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto más los guardas, y se hinchan hasta presionar contra tus labios. Luchan para que los liberes.
Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, escondérselos al mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida. Moran en el corazón, y cuanto más se los guarda, más pesados se vuelven.
Es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos.”
El temor de un hombre sabio- Patrick Rothfuss
Y ustedes, están a punto de conocer mi secreto del corazón..