-Hola Misaki
El corazón del castaño se había parado por completo, no tenía idea de que hacer o que decir, estaba como una estatua, petrificado en su lugar…
-¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar trabajando? – pregunto tranquilamente mientras se servía una taza de café y comenzaba a beberla.
Espero a que el castaño respondiera, pero no decía nada, estaba completamente pálido. Así que se acercó a él y acaricio el rostro del menor con la mano, sin embargo al momento en el que el castaño sintió el roce le quito la mano de un manotazo, reacciono y se hizo dos pasos hacia atrás.
-t tu er tu eres… -tartamudeo el ojiverde
-¿Quién soy? – pregunto sínicamente con una mirada intrigante
-tu t tu eres… - Akihiko espero hasta que por fin pudo hablar – ¡Tú eres “Sr. Conejo”!
-¿Qué? Misaki, él es un criminal, uno muy peligroso… ¿tú crees que él podría estar a la luz del día dando clases de biología en una universidad?
-¡No te hagas el tonto! ¡Sé que eres tú! – insistía el oficial
-Si tú lo dices… nadie conoce mi rostro a excepción de ti, y ten por seguro que si dices algo… - dijo tomando la barbilla del castaño obligándolo a mirarlo a la vez que posaba la otra mano en el trasero del menor, se acercó mucho a su rostro, tanto que podía respirar su aliento – no gozaras mucho de tu libertad… recuerda que hay gente que podría secuestrarte en cualquier momento teniendo en cuenta lo lindo que eres
El menor se sonrojo a mas no poder, su rostro era un tomate gigante. El peliplata se alejó y se sentó en su escritorio, Misaki alcanzo a ver en uno de sus documentos “Profesor Nakamura Akihiko”, si era muy obvio que no utilizaría su verdadero apellido.
Aun con un poco de miedo Misaki se acercó al profesor y se sentó en frente suyo, había cámaras en ese lugar, pero no tenían sonido, no podría hacerle nada, pero sí podrían hablar con libertad.
-Entonces dígame “profesor”, ¿Qué es lo que trama?
-Nada en especial Misaki, no es que necesite el dinero, simplemente quiero joder a las autoridades- dijo mientras escribía algo en su computadora
Misaki no lo notaba, pero el ojivioleta estaba utilizando todo su autocontrol para no abalanzarse sobre ese tierno gatito, le encantaba, quería secuestrarlo, atarlo a su cama y hacerle el amor toda la noche todas noches, claro… si después de un tiempo el menor se negaba a salir con él, no tendría más opción que secuestrarlo, el siempre obtenía lo que quería.
El mayor se levantó, guardo sus cosas y se dispuso a salir de la habitación, pero no sin antes acercarse de nuevo al castaño y darle un casto beso, rápido, tan rápido que el menor apenas tuvo tiempo de sentirlo, no de rechazarlo.
-Te dije que nos volveríamos a ver… - dicho esto salió de la habitación dejando nuevamente un castaño temeroso y sonrojado.
Durante el resto del día Akihiko se dedicó a sacar las calificaciones y promedios de sus alumnos, casi todos estaban reprobados o con calificaciones de 6, excepto 2 que tenían al menos un 9.5, esos 2 alumnos eran Yukina Kou y Nowaki Kusama. El segundo era un muy buen alumno, seguramente un futuro doctor, y también posiblemente futuro cuñado, ya que aunque no lo dijera su compañero en el crimen y también de trabajo como maestro, Hiroki estaba enamorado de ese estudiante, y tenía ya algunas semanas que presentía que ese amor era correspondido.
Pero dejando eso de lado, su celular sonó, contesto y resulto ser su amigo Hiroki
*Bakahiko ¿qué haces?* – pregunto muy emocionado
-Soportarte que más…
-*que amargado eres… ¿oye te gustaría venir a mi casa esta noche?
-claro, no tengo planes…
*de acuerdo, entonces te veo ahí a las 8 ¿está bien?
-seguro, nos vemos- dicho esto colgó
Estuvo otro rato sacando promedios, hasta que se dio la hora y se encamino al hogar de su amigo, cuando llego entro a la casa y se sentaron en el sillón a beber y conversar.
-¿Eres un idiota sabes?- dijo ojivioleta
-¿Qué?!!- grito el castaño completamente borracho
-Ese chico Kusama, el que te gusta, parece que también le gustas…- dijo mientras daba otro trago a su cerveza
-¡¿Qué?! ¿Crees que soy un homosexual?, ¡claro que no me gusta, para nada!
-Bueno, como sea, solo te lo digo para que sientes cabeza de una vez…
-Oye, tú no eres nadie para ponerme reclamarme mis problemas amorosos, tú no eres perfecto sabes… ¿Qué hay de ese niño vestido de policía del que estás enamorado?-
-Oye oye, para tu carruaje, primero que nada, no estoy enamorado, simplemente me gusta, no es que quiera tener una relación seria con él, además… es un policía… y yo un criminal…
- ¿y eso que?
-haaa- suspiro- no lo entenderías Hiroki
Despues de esta charla siguieron bebiendo hasta que literalmente no pudieron mas y se quedaron dormidos.
Despues de lo sucedido en la escuela Misaki regreso a la estación y se dedico a atender algunas emergencias, un par de asaltos a los combinis y un idiota que atropello un maniquí creyendo que era una persona. Despues de esto se fue a su casa.
Seguia muy ansioso, como la vez pasada que se encontró con el conejo, tenia miedo, creía que de verdad era capaz de secuestrarlo, y esa idea lo inquietaba, decidio ignorarlo y se metio a la cama quedando completamente dormido…
Alguien lo besaba, estaban en el sofá de la sala del maestros, la puerta tenia seguro y habían tapado las cámaras, el ojivioleta se encontraba sobre el besándole el cuello, una de sus grandes manos se paso por debajo de su camisa acariciando su suave abdomen y sus rosados pesones.
-Ahh… Usagi-san… - Gimio el castaño
-Shhh solo sienteme… - respondio el mayor
Lo había despojado de su camisa y ahora se dedicaba a atender los erectos pezones del castaño mientras bajaba una mano hasta acariciar la erección del menor por sobre su pantalón, un gemido se ahogó en la boca del mayor mientras se besaban, era un beso húmedo, sus lenguas bailaban mientras recorrían su cuerpos con elegancia…
BEEEEE BEEE!!
Misaki despertó gracias al despertador, se sentó rápidamente en su cama mientras se agarraba la cabeza, tratando de asimilar lo que habían soñado, ¿Por qué había soñado eso?
-Mierda… - susurro…