Me desperté entre aquellos fuertes brazos pertenecientes al hombre que robo mi virginidad, me abrazaban fuertemente, trate de liberarme de aquel agarre, sin embargo lo único que conseguí fue que se hiciera más fuerte, me encontraba a un mas pegado a su cuerpo, pero ese era un abrazo diferente, me abrazaba no solo con fuerza, sino también con amor, mucho amor y con… miedo. Me abrazaba como si yo me fuera a esfumar en cualquier momento.
Trate de no hacerle mucho caso y por segunda vez trate de liberarme, esta vez empujando su pecho inútilmente con mis brazos.
-Basta, no iras a ningún lado- susurro
-Por favor… suéltame- rogué
-No- dijo tajante- no dejare que te vayas a ningún lado, no lo permitiré
-no… solo… quiero ir al baño, no iré a ningún lado- susurre con un fuerte sonrojo en mi rostro
-Júrame que no te marcharas- dijo hundiendo la cabeza en el hueco de mi cuello e inhalando mi olor corporal, me estremecí.
Le tome el rostro con ambas manos y lo mire directamente a los ojos, sus ojos brillaban, pareciera que estaba a punto de llorar, su mirada era preocupante y triste, me dolía en el pecho verlo así. Deposite un suave beso en sus labios y nuevamente lo mire con un enorme sonrojo en mi rostro.
-No iré a ningún lado, me quedare contigo… siempre- me abrazo aun mas fuerte
-Te amo Misaki- dijo en mi oído
Nos quedamos en la cama un tiempo más, y después de alegar un buen rato accedió a dejar que tomara una ducha. Mi dirigí al baño, el cual por cierto, es enorme; me sumergí en la gran tina de agua caliente y me puse a pensar, baje la mirada y observe mis muñecas, aun tiene marcas de las cuerdas.
Suspiro.
¿Qué se supone que deba hacer? Acabo de decirle al criminal más buscado de Japón, además de mi violador que jamás lo abandonare, y aunque me cueste admitirlo… no quiero hacerlo… lo amo, a pesar de todo lo amo.
Pero… no debo olvidar que sigue siendo un fugitivo de la ley, el hecho de que sea un hombre a estas alturas ya me da igual… pero lo que me agobia es el hecho de cómo se supone que lleve esta relación, si quiero estar con él debo dejar la fuerza, mi hogar, mis amigos, mi escuela… todo; ya que tendríamos que irnos a otro país para poder empezar de nuevo.
Suspiro nuevamente.
Puedo verlo, lo veo a él afuera de una hermosa cabaña con una preciosa niña morena de cabellos plateados y ojos esmeraldas sentada en sus piernas y un poco más alejado de ellos otro bello niño, la viva imagen de su padre, cabellos plateados, tez blanca como la nieve y ojos lilas.
Osage suelta a la niña para que vaya a jugar junto a su hermano y poco a poco se acerca a mí, toma la canasta llena de manzanas que llevo en mano y me proporciona un suave, tierno y delicioso beso de amor.
Caminamos juntos y de la mano dentro de la cabaña hasta la cocina y juntos preparamos un delicioso pay de manzana para después llamar a los niños, que se encuentran persiguiendo una ardilla, para que vengan a merendar, Todos nos sentamos frente a la chimenea y disfrutamos nuestra merienda entre risas, mimos y cariños.
Cae la noche, dormimos a los niños y nos dirigimos a nuestra habitación, donde Usagi-san me hace el amor tan dulce y tiernamente como siempre, recorre todo mi cuerpo con sus manos, ojos y boca, mandándome lejos de este mundo. Nos volvemos uno y al igual que siempre nos gritamos lo mucho que nos amamos con una simple mirada. Y después de esa noche de amor lujuria y pasión me acomodo y me quedo dormido sobre su hombro, esperando que llegue la mañana para poder vivir un nuevo día tan maravilloso como ese… si, esa es la vida que quiero.
Abro los ojos, y veo que me encuentro aun en la tina, me eh quedado dormido, me sorprende que Usagi- san no haya venido por mí, pero retiro mi pensamiento al voltear y verlo sentado en una silla observándome.
-¡O o oye! ¿Que que se supone que haces? , ¿Por qué no me despertaste? – dije con falso enojo y un gran sonrojo
-Parecía que tenias un lindo sueño… no quise interrumpirte-
-oh… - desvié la mirada
- Vamos sal de la tina e iremos por algo de comer – dijo acercándome una bata la cual ayudo a que me pusiera.
Regresamos a la habitación para que me vistiera y cuando estuve listo nos dirigimos a la terraza, la cual estaba preparada con una mesita con sombrilla y un completísimo almuerzo.
Nos sentamos y una señorita nos trajo la entrada, unas tostaditas de lo que merecía ser surimi en salsa de mango, después trajo el plato fuerte, que resulto ser un medallón posiblemente de unicornio en salsa sabrá dios de que rayos.
La comida estaba deliciosa, mientras comíamos platicábamos amenamente…
-Disculpa… - susurre
- ¿si?
-ama hoy se supone que es miércoles… ¿que no se supone que deberías estar dando clases?
- ¿Estas tratando de correrme? –dijo fríamente
-¿¡Que!? ¡No!, es solo… que se me hizo extraño…
-Un amigo esta cubriéndome
-¿un amigo? ¿Qué amigo? – dije curioso
-Hiroki Kamijou, es un viejo amigo de la infancia, además de que también da clases en la universidad… -
Una pizca de duda apareció en mi mente “Kamijou”… no, imposible.
Deje ese pensamiento de inmediato y me concentre en comer y charlar, después de unos minutos apareció otra señorita con los postres, los dejo sobre la mesa y se retiro. Era una pequeña rebanada de pastel de chocolate con betún de nutella y fresas. Lo probé y definitivamente, estaba delicioso.
-¿Te gusta? – pregunto mi enamorado
- Me fascina, además de que amo el chocolate, rayos si Kisa-san estuviera aquí deliraría con esto! – en ese momento un foquito se encendió en mi cabeza – un momento… Kisa-san!!! El debe creer que estoy muerto o me secuestraron!... donde esta mi celular debo avisarle e ir con el ahora mismo!
Deje de moverme de un lado para otro y voltee a ver a Usagi-san, el cual seguía sentado, además de que su cuerpo despedía un aura oscura, se levanto y a paso lento se acerco a mí y me tomo el rostro con las manos.
-No iras a ningún lado, no hablaras con nadie, no saldrás de esta casa- espera ¿Qué?
-¿Qué me estás diciendo? Tengo que trabajar, despreocupar a Kisa e impartir mis cursos-
-Ya no lo harás, yo te daré todo lo que necesites
-¿Y qué hay de kisa-san?
- Lo dejaras de ver, no necesitas a nadie más que a m
-¿Qué? ¡No!, es mi mejor amigo, no dejare de hablarle, además de que ahora debe estar buscándome como loco por todo Japón
-No importa…
-¡Olvídalo! Debo verlo, me largo
Comencé a caminar hacia la salida, pero unos brazos me lo impidieron, ya que de un momento para otro Usagi se encontraba abrazándome fuertemente
-Juraste que no me abandonarías…
-y no lo hare, solo quiero ir a ver a mi amigo… ¿no confías en mi?
-en ti si, en la demás gente no, muchos querrán arrancarte de mi lado y no lo permitiré
Lo pienso un momento y después suspiro
-de a cuerdo, me quedare aquí, pero al menos mándale un mensaje de mi parte por favor…
Escribí una breve carta, en la cual le decía que estaba bien, que no se preocupara y por favor presentara mi renuncia, que en cuanto pudiera me contactaría con él. Le di a Usagi-san la dirección de Kisa y fue a llevarle la carta.
Rayos… me acababa de meter en un gran lio… tenía que hablar con Usagi-san… si quería que siguieran juntos habría que aclarar ciertas reglas.
Regreso a la habitación y se recostó sobre el blanco colchón quedándose nuevamente dormido soñando en una futura vida.