Había tenido los mejores días de mi vida, nunca había sido tan feliz, a lado de la persona que amo todo era perfecto, sus sonrisas, sus caricias, sus besos, sus dulces palabras, sus miradas, su felicidad era la mía.
La rutina era igual todos los días, nos despertábamos en los brazos del otro, desayunábamos juntos, salíamos y nos divertíamos en diversos lugares, cenábamos en un elegante restaurant y luego volvíamos a casa a nuevamente demostrarnos cuanto nos amábamos. Era perfecto.
Pero todo lo bueno tiene su fin, y muchas veces es departe de la persona que menos esperas, eso lo descubrí un sábado por la mañana.
Estaba en la cama muy cansado gracias a la noche anterior, desperté por unos cosquilleos en mi cuello.
-buenos días- dijo mi amado contra mi cuello provocándome cosquillas
-haha buenos días- dijo sonriendo
-¿cansado?- pregunto ahora si mirándome a los ojos
-¡Tu qué crees idiota! ¡Me duele todo!- respondí golpeándole el brazo y con falso enojo
-te amo- dice mirándome fijamente, logrando que me sonroje
-y... yo... yo también- susurre escondiendo mi cabeza en su firme y blanco pecho, al instante beso mi cabello.
Nos quedamos así un rato, solo se escuchaba el latir de nuestros corazones y nuestras respiraciones, gozando solamente de la compañía del otro, sin hacer ruido.
Después de minutos, horas, semanas quizás años, no lo sé, nos levantamos y fuimos a desayunar, solamente comí un poco de fruta, no tenía mucha hambre. Conversábamos amenamente mientras comíamos, como siempre, se notaba a leguas nuestra felicidad.
-Ufff que calor hace…- me queje
-si, ¿Qué te parece si hoy nos quedamos aquí y vamos a la piscina?
-¿¡Hay piscina aquí!?-
- ¿no lo sabías? Misaki, está bien que no te deje salir si no es conmigo, pero si puedes rondar por la casa tu solo- lo mire mal- bueno… ¿quieres hacerlo? (sin albur) –
-¡Si! ¡Me encantaría!- respondí sonriendo
-Muy bien, apresúrate a comer y ve por tu traje de baño, te untare bloqueador en la espalda- dijo guiñándome un ojo
Me sonroje, baje la cabeza y voltee la mirada mientras metía a mi boca y un gran pedazo de mango.
Termine de comer y rápidamente tome unas toallas, me puse mi traje de baño y baje al jardín, allí estaba, una alberca del tamaño de una cancha de Básquet Ball, wow.
Usagi san estaba sentado en uno de los camastros con gafas de sol y solo un short, tenía su blanco pecho de mármol al descubierto, el sol lo hacía brillar y se veia increíblemente sexy, se me hacia agua a la boca.
-Amm uh… ¿Usagi-san?- dije acercándome completamente sonrojado por la espectacular vista
-Oh Misaki… ven siéntate- obedecí sentándome a su lado- ¿podrías pasarme esa botella?
Le pase la botella azul que se encontraba a mi lado, la abrió y puso un poco de esa crema blanca en su mano, comenzando a dar un delicioso masaje en mis hombros.
-No quiero que el sol te haga algún daño- susurro con voz ronca contra mi oído… rayos
Continúo con su masaje, bajando desde mis hombros hasta recorrer toda mi espalda.
-Misaki… ¿por qué no te recuestas?- obedecí- jummm estas muy obediente hoy- me sonroje ocultando mi rostro
Le daba la espalda a el mientras aquel adonis se posicionaba a horcajadas sobre mi trasero recorriendo aun mi espalda, podía sentir su gran erección contra mi trasero. Continuaba recorriendo mi espada con sus grandes manos, bajo y comenzó a besar mi cuello sin dejar de masajearme, gemí.
-Usa… Usagi… es… suficiente- dije jadeante
-No, no quiero que si mañana sientes dolor sea por el sol-
-ahhhh-
Se levanto un poco de mi trasero y comenzó a bajar mi traje de baño masajeando así mi trasero, presionando cada vez más fuerte.
-ahhhh, yo… ahhh-ya no podía quedarme callado
-Misaki…- Lamio desde mi espalda baja hasta mi nuca haciéndome estremecer
Cuando bajo mi traje por completo se quito el suyo también
-ponte en cuatro… perra- mierda…. Acaba de decirme perra, por alguna extraña razón eso me excito de sobre manera y lo obedecí sin rechistar.
Me tomo de las caderas y comenzó a lamer mi entras, las corrientes eléctricas eran cada vez más fuertes, mi miembro estaba en su máximo, tanto que dolía, lo necesitaba ya.
-Ah… Usagi… por favor…-
-¿Por favor que?- dijo lamiéndome una oreja
-ahhh… yo… solo… por favor-
-vamos, dímelo o no lo hare-
-yo…- una lagrima recorrió mi mejilla por la vergüenza la cual lamio igual- hazme tuyo, rómpeme.
-bien hecho-
Nada mas dicho esto me penetro de una sola vez, mierda me dolió, horrible, casi tanto como la primera vez, pero esto era diferente, era un dolor mezclado con placer, un delicioso y tortuoso placer.
-¡Ah!- delicioso
Comenzó a embestirme de manera brutal, sus manos en mis caderas, mi espalda arqueada hacían que su pene entrara hasta el fondo de mis ser, podía sentir sus testículos golpear contra los míos por el vaivén, a este paso no resistiría mucho.
-Eres mío, dijo embistiéndome
-¡Ah!
-dilo, di que eres mío…-
-¡Ah! Yo…
-dilo- me embistió aun mas fuerte desgarrándome por dentro
-¡Soy tuyo! ¡Tuyo! ¡Solamente tuyo!- dije ya con mi cordura perdida
-solo mío- si las embestidas ya eran fuertes, ahora eran peor.
El camastro no resistió, rompiéndose caímos al piso, apenas y me di cuenta, ya que aun en el piso Usagi no dejo de envestirme, lo único que hizo fue con su mano empujar mi cabeza haciendo que mi cuerpo bajara, solo dejando mis caderas en alto.
-Ah… Usagi…
-¿Qué?-
-Más…
-¿mas?
-¡Si!, ¡Mas!, ¡Rómpeme! ¡Destrózame! –
Esto era la gloria, ya no sabía ni como describirlo, Era maravilloso, solo sentía su miembro golpear mi interior una y otra vez, pero no fue cuando toco mi punto g que sentí el orgasmo llegar.
-¡¡¡Ahhhhhhh!!!- grite apretándolo a él en mi interior logrando que se corriera dentro de mi
-¡Misaki!-
Caímos jadeantes al piso esto… había sido fantástico…
-Te amo…- susurro contra mi oído
-Yo igual- dije
-ven vamos a nadar… se supone que a eso venimos- dijo cargándome y saltando a la piscina.
Nos pasamos horas jugando en la alberca, además de otra ronda de sexo pero esta vez dentro del agua, nos aventábamos agua, nos reíamos, nos sumergíamos y besábamos en el agua. Pero más tarde una de las maids nos trajo un poco de helado para merendar, salimos del agua y nos sentamos en una mesa con sombrilla a comer, un horrible dolor me escosaba el trasero.
-¿Aun tienes calor?- pregunta mi ojilila
-no, ya no tanto- dije comiendo una cucharada de helado
Nos dirigíamos una sonrisa cálida, rayos… amo a este hombre. Pero ese buen ambiente fue roto por otra maid.
-Disculpe Akihiko-sama, lo buscan en la puerta unas personas, no quisieron dar su identidad
-No te preocupes Clare, hazlos pasar y yo iré enseguida- dicho esto la maid se retiro con una leve reverencia.
Usagi se puso una bata y entro a la casa, rápidamente me puse una bata también y lo seguí.
Entramos a la casa hasta la sala de estar donde se encontraban dos hombres vestidos con un traje negro, camisa blanca y corbata negra también.
-¿Nakamura Akihiko?- dijo uno de los hombres mirando a Usagi-san
-Si, ¿sucede algún problema?- respondió mi peliplata
-Resulta que si, está usted arrestado por el robo de más 5 mil millones de yenes en todo el país con la identidad de “Sr. Conejo”- me quede pasmado, ese hombre se acerco a Usagi y lo esposo- tiene derecho a guardar silencio, recuerde que todo lo que diga podrá ser usado en su contra, si no tiene un abogado el estado le proporcionara uno.
Usagi no se resistía, solamente me miraba con tristeza, no… no… esto no está pasando…
-¡No! – Grite desesperado- ¡Basta! ¡El no ah hecho nada! ¡Libérenlo! ¡No nos separen por favor!- lloraba desconsoladamente, mi corazón sentía una opresión inigualable, no podía separarnos, no lo lograrían.
-Misaki- susurro mi peliplata- basta no llores…
-¡Pero!
-¿Misaki Takahashi?- dijo el otro hombre- no se preocupe no serán separados, ya que usted también está arrestado por acto de complicidad- dijo este hombre esposándome igual
-¿Qué? – dije sorprendido
-Lo que oyó…
-Usagi-san- lo mire suplícate mientras nos llevaban afuera de la casa a una patrulla
-Tranquilo Misaki, todo estará bien, llamare a mi abogado y nos sacara de esta
-Usagi san…- una vez en la patrulla llore en su hombro, esto no podía estarnos pasando…. Simplemente no podía
Así fue el camino hasta la cárcel, donde reconocí a varios compañeros que me miraban muy sorprendidos, a uno de ellos fue a Kisa, que al verme abrió los ojos lagrimeantes y se fue corriendo a otro lado. Nos pusieron juntos en una celda y nos dieron algunas ropas, ya que íbamos solo en bata, allí pasamos la noche, abrazados, y yo, solamente llorando en el pecho de mi amado, el solo me acariciaba y besaba mi cabello de vez en cuando.
A la mañana siguiente, un oficial nos anuncio que nuestro juicio seria en 2 días, que consiguiéramos un abogado, también me dijo que nos interrogarían a cada uno un oficial diferente. Usagi san fue primero, sin embargo se negó a decirme cualquier cosa que le hayan preguntado.
Llego mi turno y me llevaron a un cuarto gris sin ventanas y solamente con una mesa y dos sillas, me senté en una de ellas y espere, unos cuantos minutos después se escucho la puerta abrirse a mis espaldas, un oficial se situó frente a mí, me quede sorprendido cuando alce la mirada, ya que el que estaba ahí frente a mi era mi mejor amigo.
-Hola Misaki- dijo serio y con la mirada cabizbaja
-¡Kisa!- me estire para abrazarlo, sin embargo retrocedió
-Misaki, recuerda las reglas, nada de contacto físico durante los interrogatorios-
-ah… claro… lo siento…- hubo un silencio incomodo hasta que Kisa decidió romperlo
-¿Y?
-No se Kisa… Yo no sé nada, nadie sabe nada… nadie supo nada, no entiendo todos esto- dije sujetando mi cabeza llorando nuevamente-
-Tranquilo, apague la grabadora… nadie sabrá lo que hablemos
-No sé cómo nos descubrieron, yo no se lo dije a nadie, nadie lo sabía, solo unos amigos de Usagi y…-
En ese momento me puse a pensar, nunca se lo dije a nadie, solo a Kisa, a él nunca le pareció que anduviera cerca de Usagi, incluso llego a amenazarnos… pero aun así, el no sería capaz de hacer eso… ¿o si?, igual no tenía pruebas, me puse a pensar y recordé
*Flash Back*
-pero, el es un criminal, es uno de los más buscados, ¡como dices amarlo!- dijo Kisa
-no me interesa lo que sea o a que se dedique, lo amo… y eso… no lo vas a poder cambiar-
-permíteme que interrumpa- dijo repentinamente mi ojilila- sé que eso está mal, se que eh cometido mucho errores y lo peor es que fue solo por diversión, pero no me arrepiento, ya que gracias a todos esos errores pude conocer a Misaki… así que, si, yo soy el “Sr. Conejo”, pero también soy un hombre, un hombre enamorado, yo haría cualquier coa por Misaki, daría mi vida por él, en este caso, no será mi vida, si no mi estilo de vida, no iremos, y comenzaremos de nuevo… así que te pido, que nos dejes ser felices…
-¡¡NO!! no lo permitiré, tu Misaki, regresaras conmigo y te alejaras del mal camino, así sea lo último que haga… porque soy tu amigo te ayudare, así que … tenlo en cuenta
Dicho esto Kisa se fue corriendo con lagrimas en los ojos, pero no había solo lagrimas, también me pareció ver una pequeña sonrisa victoriosa recorría su rostro, que extraño…
*Fin del Flash Back*
Las palabras de Usagi… las palabras de Kisa… su sonrisa…
-Tu…- murmure- fuiste tú… ¡Tu fuiste! ¡Tú nos delataste! ¡Maldito amigo de mierda!
-Misaki, por favor cálmate, ¡yo no planeaba que te arrestaran a ti!
-¿¡Que no me arrestaran a mí!? ¡Pero al amor de mi vida si!
-Misaki…
-¡¡Cállate idiota!! ¡No tienes perdón! ¡No puedo creer que hicieras esto! ¿A eso llamas amistad?
-Misaki…
-¡¡Por tu culpa estamos aquí!!
En ese momento no lo soporte y me abalance sobre él, caímos al suelo y comencé a lanzar mi puño contra su cara
-¡Maldito traidor!-
Golpeaba cada vez más fuerte, estoy seguro de que le deje algunas futuras marcas, sin embargo mi ataque se detuvo, ya que unos brazos me cargaron alejándome de él.
-No basta ¡Suéltenme! ¡Voy a partirle la cara a ese hijo de puta!
Me sacaron de la habitación logrando así que la vida de Kisa se prolongara un poco más, no puedo creer que me haya traicionado, el, mi mejor amigo… me vengaría, eso es seguro… Kisa Shouta estas ahora en mi lista negra…