Recuerdos Perdidos
Gtop
Si buscas, encuentras. Probablemente es la única constante en la vida.
Todo el tiempo había imaginado cómo me sentiría al estar dentro del estudio grabando, me pregunté si me sentiría incómodo y perdido, sin embargo, al experimentarlo finalmente, sólo había emoción dentro de mí.
Era como si ese lugar fuera parte de mi casa, de mí mismo incluso. Cuando entré a la cabina de grabación mis ganas de cantar aumentaron y tuve la seguridad de que lo haría bien, pues yo sabía que podía.
Los demás me miraban sonrientes desde afuera, mientras levantaban sus pulgares y me animaban, después de todo habíamos estado preparándonos para ese momento durante dos meses, y Yang estaba esperando un resultado positivo.
Grabé un par de líneas a lo largo de todo el día, cómo prueba para ver si realmente me encontraba en condiciones de comenzar las grabaciones reales, ya que eso implicaría comenzar a trabajar seriamente, e ir planeando el lanzamiento.
Me pidieron que cantara mis líneas de canciones pasadas y algunas nuevas, hasta que Seung Hyun hizo señas de que era hora de marcharnos, pues yo tenía una reunión con Hyun Suk.
- ¿Cómo estuvo? -Mi ansiedad fue demasiado evidente al momento en que hablé, por lo que los chicos palmearon mi espalda y comenzaron a darme cumplidos, haciéndome reír. -Hablo en serio, estamos a minutos de saber que ocurrirá con BIGBANG -Recalqué, esperando un poco de seriedad. - ¿No están ni un poco angustiados?
- ¿Por qué lo estaríamos? Eres nuestro Ji Yong, eres bueno en todo lo que haces.
Era evidente que Young Bae quería apoyarme, pero él en ningún momento pareció mentir. Yo sonreí y asentí.
-Eso es cierto, hyung. Eres el mejor líder de todos, tú jamás dejarías que BIGBANG dejara de existir. -Seung Hyun hizo una mueca dramática al escuchar a Daesung.
- ¿Estás diciendo que no fui un buen líder? -Todos comenzamos a reír.
-Vamos, Seung Hyun hyung sigue siendo el líder, Yang puede echarme del grupo en cualquier momento.
-Sobre mi cadáver. -Mis ojos se conectaron con los de Seung Hyun, sus palabras había sido fuera de la charla amistosa, él hablaba tan en serio que me daba miedo.
-TOP hyung tiene razón, si el jefe te corre nos vamos contigo, todos tenemos más talentos.
Miré al menor de todos regocijarse en su propia fe y sonreí con más fuerza, todos lucían tan confiados de que las cosas irían bien que me hacían pensar que así sería, y de ser lo contrario sé que seguirían apoyándome, aun si yo no sabía en qué otra cosa era bueno.
-Creo que es el momento.-Dije al detenernos frente a la puerta de Yang. -No se atrevan a esperarme, deben ir a las prácticas o hyung nos va a matar.
-Mucha suerte. -Agregó Young Bae, antes de marcharse junto a Ri y Dae que sólo sonrieron y agitaron su mano a manera de despedida.
-También tú debes ir a ensayar.
-No entiendo porque, todo el mundo sabe que no sé bailar.
-Fingir que lo haces es parte de tu trabajo, así que ve a trabajar. -Seung Hyun sonrió con más ganas.
Esperé que se diera la vuelta y se marchara, sin embargo permaneció frente a mí, sin decir nada. Nos miramos directamente a los ojos por lo que me pareció una eternidad, había mucho que decir y nada que se pudiera pronunciar.
Involuntariamente suspiré, sintiéndome avergonzado después. Ahora sabía lo terriblemente malo que soy ocultando sentimientos.
-Ji Yong. -Sus manos viajaron hasta mis mejillas, acunándolas con suavidad. -Pase lo que pase, yo estoy contigo. -Sus ojos llenos de sinceridad fueron los que detonaron el remolino de sentimientos dentro de mí.
Si él seguía actuando se esa manera conmigo, yo simplemente me iba a arrojar sobre él.
-Gracias, hyung. -El aire no pasaba a mis pulmones por lo que apenas y logré suspirar.
Seung Hyun asintió y se marchó después, sin volver a verme. Tuve que tomarme unos instantes más antes de tocar a la puerta.
Hyun Suk parecía esperarme, pues apenas dije mi nombre él dijo que pasara.
Los recuerdos que mantenía de esa oficina eran muy fuertes y estáticos, después de todo nadie tenía una oficina como esa. Hyun Suk parecía tener el mundo a sus pies estando ahí dentro.
-Hola, Ji Yong ¿Cómo has estado? Toma asiento por favor. -Y la sonrisa que siempre mostraba era perturbadora.
-Buenas tardes, señor, muy bien, gracias ¿Y usted? -Me apresuré a decir, mientras me sentaba completamente recto en la silla.
El hombre me miró perplejo por unos instantes para después comenzar a reír fuertemente. Al parecer me había perdido de una buena broma.
-TOP dijo que era cómo si el joven Ji Yong hubiese venido del pasado, y veo que no está exagerando. -Detuvo su diversión cuando miró mi confusión. -Ji Yong, actualmente, más que tu jefe soy tú amigo, no me digas señor. Hyun Suk está bien.
Sólo pude asentir, aquello se sentía demasiado incomodo ¿Cómo iba a llamarle por su nombre de esa manera tan descortés?
-Entonces…
-Siempre has sido tan impaciente. -Sus labios se extendieron dejando a la vista sus dientes. -He estado hablando con todos a tu alrededor, parece que encajas bien, Ji Yong. También vi nuevamente la conferencia que diste y parece que todo eso calmó a los medios, ahora todos quieren saber si BIGBANG volverá pronto…-Cruzó sus brazos, recargándose en su acolchonada y gran silla. -Yo también me pregunto eso. -Tragué grueso al sentir un escalofrió recorrer mi espina dorsal.
Ese hombre era verdaderamente intimidante, y era evidente que quería ser convencido por mí, no por los que están a mi alrededor.
-Señor…-Rápidamente negué. -Hyun Suk, yo aún no tengo clara toda mi vida, hay cosas que ni siquiera puedo imaginar, sin embargo me he esforzado en aprender lo necesario. -Le miré en todo momento, sin permitirme titubear. El futuro de los demás estaba en esas simples palabras. -Estoy seguro de que puedo ser G-Dragon.
Su sonrisa se amplió y sus hombros se relajaron.
-Tú eres G-Dragon, no olvides eso. -Después de todos los chicos no eran los únicos que creen en mí. -Te conozco desde que eras un adolescente persistente, siempre esforzándote más, aún si tu cuerpo te decía que pararas. -Sus ojos parecieron perderse entre recuerdos.-Te he visto llorar con tanta fuerza, te he visto en momentos de alegría pura, te he visto crecer de todas las maneras posibles, desmayarte del cansancio y cantar sin parar. ¿Ese eres tú? El Ji Yong de ahora.
Había fragmentos de todas aquellas cosas en mi cabeza, el dolor mezclado con la alegría, el sonido ensordecedor de un gigantesco público, y el abrupto silencio de una habitación de hotel. Todo estaba ahí, guardado en mi mente esperando ser encontrado.
Era yo, buscándome.
-Soy ese Ji Yong, estoy seguro.
-Perfecto entonces. -Dio una fuerte palmada. -Sé que estuviste grabando, y sé de antemano que salió bien, sin embargo aun así lo escucharé, puede que tu estilo cambiara y se torné demasiado obvio, en ese caso tendríamos que modificarlo. -Yo sólo asentí, haciéndome la nota mental de intentar imitarme a mí mismo, por más extraño que resultara. -Pues eso es todo, las cosas van muy bien.
-De acuerdo, hasta pronto. -Agregué, poniéndome en marcha a la salida.
-Por cierto, Ji Yong…intenta recordar todo, hay muchas buenas bromas que debo compartir contigo. -Sonreí asintiendo con más fuerza y así marcharme.
Miré la hora y decidí salir de la empresa, de cualquier forma ya había pasado gran parte del ensayo y no tenía ánimos de ensayar, ya después recibiría la reprimenda. En cambio tomé un taxi en dirección a mi casa, aún había cosas que tenía que ver, y con suerte encontraría la letra de aquella canción que había en el estudio.
Era probable que podía llegar a recordar algunas cosas, sin embargo no podía pasarme toda la vida huyendo de esos recuerdos, en algún momento debía regresar a mi propia casa y continuar con mi vida, o retomarla de dónde sea que la arrojé.
Por precaución mandé un mensaje de texto a Young Bae avisándole en dónde estaría, e hice énfasis en que los vería en el departamento más tarde. No quería ninguna clase de drama por haber desaparecido cómo si nada.
Afortunadamente mi domicilio no estaba lejos de la empresa, por lo que pronto pude estar frente a la puerta de seguridad. Esta vez no titubeé en poner la contraseña, ingresando rápidamente.
Pronto la elegancia y amplitud de la casa apreció frente a mí, ya no lucía tan ajena cómo la primera vez, incluso me parecía agradable, lucía cómo el sitio donde yo viviría sin problemas. Todo seguía en orden e incluso más limpio, ya que Dami suele ir de vez en cuando a limpiar un poco, “Para que cuando regreses todo esté en orden” Suele decir. Aunque lo que menos tengo en la vida es orden.
Me quedé de pie a mitad de la sala, no había pensado realmente que quería hacer allí, y mirar el televisor no era precisamente una idea. Así que simplemente me aventuré por los pasillos, la mayoría de las puertas eran habitaciones, lo cual era demasiado innecesario a menos que hiciera grandes fiestas ahí, lo cual era poco probable, pues la casa lucía casi nueva, no parecía pasar mucho tiempo ahí.
Encontré algo parecido a una oficina, igual de vacía y casi nueva que las demás habitaciones, sólo había un estante con libros y un escritorio vacío, parecía una sala de reuniones. Finalmente terminé en mi habitación, al menos ahí había más cosas que ver.
Las cobijas de la cama habían sido cambiadas al igual que las cortinas, Dami realmente parecía tomarse en serio eso de mantener limpio, incluso había un jarrón con flores a punto de secarse en uno de los buros. Regresar a casa no parecía ser mala idea.
Miré los estantes del mueble más grande, observando cada fotografía, había muchas familiares, algunas de BIGBANG y otras muchas con personas que no podía recordar su nombre, pero que sus rostros me parecían extrañamente conocidos. Había algunos cuadros en la pared un par de libros apilados junto al gran televisor.
Abrí algunos cajones esperando encontrar algunas cosas que ver, sin embargo en la mayoría sólo había ropa y accesorios. Había también un teléfono fijo a un lado de la cama que marcaba tener mensajes de voz, sin embargo no tenía caso que los escuchara sino iba a reconocer a nadie. Abrí los cajones más pequeños encontrando la mayoría vacíos. Era una estupidez tener tantos muebles vacíos.
-Pero que…-Sentí mi rostro enrojecer con fuerza al ver que el último cajoncillo estaba repleto de preservativos, lubricante y algunos otros objetos que ni siquiera quise imaginar para que eran.
Cerré el cajón de golpe alejándome. Sin duda yo era alguien lleno de sorpresas. De vergonzosas sorpresas.
Intenté dejar a un lado ese asunto, y me dirigí a abrí el gigantesco armario.
Parecía ser otra habitación, y debido a que no estaba lleno se veía que tan profundo era. Al parecer no había bastado con ampliar el armario del departamento, pues todavía había suficiente ropa ahí.
Entré y eché un vistazo a todo, había prendas de todos los tipos, iban desde pijamas hasta aquellas cosas que sólo te pondrías para una fiesta de Halloween. Justo hasta el fondo había todo un estante que cubría toda la pared, lleno de calzado de todos los tipos, podía jurar que había algunos que jamás había usado, pues había incluso cajas apiladas.
Tomé una de esas cajas y al abrirla sólo fui capaz de dejarla caer, dentro había un bonito par de tacones demasiado altos.
- ¿Qué se supone que hago con esto? -Por primera vez se sentía bueno no poder recordar esa respuesta.
De alguna manera era un tanto evidente la homosexualidad palpable en mi ser, después de todo, dudaba mucho que esos zapatos fueran de Sun Hi y que necesitara todas aquellas cosas del cajón con una chica cómo ella. El simple pensamiento de mis aventuras sexuales me provocó escalofríos.
Me agaché para volver a poner los zapatos en su lugar, sin embargo me encontré con una caja mucho más pequeña justo en el estante de abajo, detrás de un par de tenis, era como si estuviese escondida. Simplemente la tomé y me puse de pie.
Al abrirla me encontré con muchos papeles mal doblados y algunas fotografías, por lo que decidí regresar a la cama para ver todo con más calma.
Las fotografías eran pedazos recortados de otras, parecían haber sido arrancadas de la pared debido al pegamento detrás de ellas, en algunas estaba yo mucho más joven y mi familia. Terminé vaciando todo el contenido sobre la cama, la mayoría de las fotos eran mío pero en una época muy antigua, incluso durante mi infancia con otros niños que no tenía idea de quienes eran.
-Seung Hyun…-Susurré, al ver una dónde ambos sonreíamos a la cámara, parecía ser un poco antes de debutar.
Seung Hyun lucía mucho más delgado y pequeño, su rostro decía lo joven que era y su cabello lucía más largo que ahora. La contemplé por suficiente tiempo cómo para darme cuenta de que quería llevarla conmigo, así que sólo la metí en mi bolcillo.
Había un montón de hojas con garabatos y dibujos graciosos, incluso había algunas cartas, sin embargo me centré en una hoja pautada.
Era la letra de una canción, lo supe en el momento en que comencé a leerla y al ser capaz de escuchar las notas en mi cabeza. Era muy similar a la que tenía pendiente en el departamento, con pequeñas variaciones, pero casi iban de lo mismo. No pude evitar sentirme emocionado ante la idea de completarla, así que comencé a leer.
Hablaba sobre un amor imposible, un amor que debía ser castigado, un amor inalcanzable. Lucía antigua, y el hecho de que estuviera escrita a mano me hacían pensar que la hice mucho tiempo atrás, no era muy buena, pero tampoco era mala. Incluso resultaba divertida verla, era algo cercano a un cliché romántico.
Tenía sentimientos demasiado exagerados en cada estrofa, volviéndola desesperante y dolosa. Comencé a reír débilmente al conocer esa faceta de mí.
-Bueno, soy un dramático.
No estaba dispuesto a leerla toda, ya que era terriblemente larga, en algún punto parecía dejar de ser una canción para ser lo más parecido a una carta.
Bajé la vista rápidamente entre las letras, como si fuera consciente de lo que iba a encontrar, cómo si hubiera algo entre ellas que yo debía saber.
«Y es que sólo puedo pensar en ti,
En tu nombre de tres letras (T.O.P)…»
Sentí una fuerte sacudida al leer aquello y algo hizo click en mi cabeza. A partir de esa última línea todo estaba lleno de Seung Hyun, de una gigantesca y culposa declaración de amor hacía él. Era una narración de mi corazón siendo consumido por ese amor, mi cabeza fulminándose entre los celos irracionales y la necesidad exagerada de que permaneciera a mi lado.
«Yo…»
-Estoy enamorado de Seung Hyun…
Esta vez se sentía diferente, no era sólo el saber el gusto que tenía por él, había algo más, algo más fuerte y oscuro en el fondo de mi pecho.
Repentinamente mi cabeza sintió una fuerte opresión, provocando que cerrara los ojos ante el dolor tan insistente, hubo una fuerte opresión en mi estómago y las náuseas se hicieron presentes, mientras las lágrimas se acumularon en mis ojos. Tuve que sujetarme con fuerza de la cama, todo a mí alrededor parecía comenzar a girar, mientras ese pesado sentimiento me oprimía el pecho.
-Es…Es él…
Había una espantoso ruido dentro de mi cabeza, tan agudo que taladraba mis oídos, mientras ese simple pensamiento hacía un horrible eco.
«Había sido él,
Todo el tiempo por él»
Aspiré aire con todas mis fuerzas, jadeante y asustado, sin ser capaz de respirar bien, mientras espasmos fríos se extendía por mi cuerpo.
Algo se quebró en mi cabeza y entonces aquel borroso recuerdo de mi amante se tornó claro, lleno de colores y sonidos vívidos, mientras la voz en mi cabeza gemía con fuerza:
«Seung Hyun» Una y otra, y otra vez, con desesperación y anhelo al igual que mis labios, a la par con mi cuerpo quemándose al recordar las fuertes caricias.
Mi cuerpo entero se estremeció ante las fuertes sacudidas que provenían desde el fondo de mi cabeza, sin poder detener la serie confusa de imágenes que perdían sentido ante el único pensamiento claro.
Mi amante era Seung Hyun.
Si buscas, encuentras. Probablemente es la única constante en la vida. Que quieras saber aquello que descubriste ya depende de la suerte.