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Goteo y Trunkslieta. por InuKidGakupo

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Notas del capitulo:

Sé que la mayoría ya conoce y sabe la historia del libro de principio a fin, pero
se me hizo divertido ir dándole un giro y un papel distinto a cada personaje, en fin, el final :)!

¨¨La tragedia.  ¨¨

Puédo os ver venir serena,

y serena ver partir;

vuestras lágrimas calladas

comprender no es dado á mí.

************

-Bra… espera…- Trunks llamó a su hermana, quien salía apuradamente de la oficina.

-¿Qué quieres? Tengo que irme pronto…- dijo la chica frenando su camina y volviendo un poco sobre sus pasos.

-¿Iras a ver a Pan hoy?- inquirió, y Bra asintió acompañada por un suspiro que predecía sus peticiones. –Podrías decirle a Goten que lo veré mejor en la noche, aquí mismo… - susurró en el odio de la chica, y ella le miró extrañada.

-¿Qué locuras vas a hacer, hermano?- negó brevemente. –Le daré tus recados a Goteo, y te deseo suerte…- y dicho eso, se marchó, notificando a través de la hija de Gohan el mensaje.

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De su rostro escurría sudor, el cual caía en sus ojos y le impedía ver por unos segundos. Se limpió la frente y continuó dando patadas y golpes furiosos, sacando un grito de guerra con cada uno. Percibía con claridad cada uno de sus músculos saltar e hincharse por la cantidad de horas que llevaba ahí metido, pero no se sentía cansado, en realidad se sentía muy bien sacar toda esa frustración.

Con cada segundo de práctica afirmaba de nuevo su venganza, una y otra vez repitiéndose en su mente. Ahora tenía un objetivo claro y fijo.
¿Por qué tanto odio, Vegeta?” preguntó Bulma tristemente. “¿Por qué cuando los dos pelean por una misma causa?”  Gruñó ante el recuerdo. “¡No me confundas mujer! ¡El idiota de Kakarotto y yo somos muy diferentes!” había respondido él, con bastante molestia. “vamos, por favor, no le hagas daño, Goku es un buen amigo…”

Y se lo hizo prometer, esa mujer no descansó hasta oírlo decir que no mataría a Kakarotto. –Y así será…- susurró para sí, mostrando una leve sonrisa. –Pero el idiota de su hijo me la paga…- aseguró, y antes de continuar con su entrenamiento, como una llamada divina, sintió el Ki del bastardo de Goteo, muy, muy cerca de las instalaciones de C.C. justo en el lugar donde su hijo trabajaba. –Vaya, tu muerte será más pronta de lo que pensé…- y después de una risa, voló el techo de su cámara de gravedad para ir en busca del engendro ese.

 

-¿Por qué no me lo dijiste antes, Pan?- preguntó Gohan alterado. -¡esto era de verdad importante-

-¡Bra me dijo que era confidencial! ¡Que solo podía decírselo a mi tío Goteo!- se defendió la chica.

-¡Carajo! ¡Es un imbécil, seguramente ya se fue!- dijo Gohan, tomando su chaqueta negra y dirigiéndose a la puerta. –Maldición, lo van a matar…- Pan vio como su padre se alejaba a través del cielo nocturno con desesperación.

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-Andando Trunks, así nadie notará nuestro Ki…- le dijo Goteo subiendo al auto deportivo rojo, seguido por su acompañante y abandonado la ciudad en cuestión de nada, en dirección a las montañas muy lejos de ahí.

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-carajo, ese bastardo volvió a ocultar su energía…- susurró Vegeta sobrevolando la cuidad. –No debe estar muy lejos, no ha pasado mucho tiempo y no he sentido su Ki como para que salieran volando. Lo más seguro es que este por los alrededores…- disminuyó la velocidad y ocultó su propio poder.

Anduvo un poco más, hasta que entre las sombras de la noche, mezclando entre las ramas de los arbustos justo frente al edificio donde trabaja su hijo. Un ruido delató su presencia, escondido tras una chamarra oscura, andando a paso lento, no había duda.
Vegeta aspiró fuertemente el aire, y en él pudo percibir el olor a saiyajin, debía ser, su Ki había dando un flashazo apenas unos momentos atrás.

Descendió hasta tocar el suelo, colocándose a solo unos pocos pasos a sus espaldas. Sentía hormigas en todo el cuerpo de la emoción, y una sonrisa decoró sus labios al estirar su mano al frente. -¡Muere maldito bastardo!- gritó, atravesando desde la espalda el pecho del joven, el cual cayó al suelo de inmediato.

-Ve-Vegeta…- masculló el muchacho, y el príncipe de inmediato conoció la voz.

-Gohan…- pronunció, mirándolo desde arriba, pero a pesar de estar consiente de su error, no mostró alguna clase de arrepentimiento, únicamente el sentimiento de decepción al descubrir que había fallado.

-A-Ayúdame…- pidió, mientras estiraba un brazo en su dirección, mientras con la otra mano presionaba fuertemente el hoyo en su estomago, como si quisiera frenar el sangrado.

-¿Por qué habría de hacerlo, Son-tesco?- preguntó, y retrocedió para no ser alcanzado. –Tu no eras mi objetivo, pero sigues siendo mi enemigo…- El joven abrió los ojos al máximo, mirando a Vegeta partir y dejándolo ahí tirado, desangrándose, hasta que sus ojos cayeron cerrados, presa del repentino cansancio.

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-¿Qué sucede?- preguntó Trunks, parado en el templo de Kamisama.

-Go-Gohan…- tartamudeó petrificado.

-¿Gohan? ¿Qué la a sucedido?- inquirió el de cabellos claros.

-él… él…-

-¡Él esta muerto!- rugió Piccolo detrás de ellos.

-¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! ¡¿Por qué?!- cuestionó Trunks presa del pánico.

-Tu padre acaba de matarlo…- aclaró Goteo, mirando el cielo desde las alturas.

-¡¿Mi papá?! ¿Pero… porque?- su voz se quebró a la mitad de su frase, mirando con incertidumbre al resto.

-Les dije que este amor prohibido traería desgracias…- masculló Dende saliendo levemente de las sombras. –Debieron entender que a veces el orgullo y el odio puede más que otra cosa…-

-¡No digas eso, Dende! ¡Se supone eres el dios de la tierra! ¡Debieras estar del lado de la felicidad!- Trunks sonó histérico, apretando los puños a los lados.

-Lo siento…- suspiró profundo. –Pero no hay nada que podamos hacer ahora, lo mejor es que vayan a buscar al señor Goku…- sugirió, y Goteo apretó la quijada, enfurecido e impotente.

-De acuerdo… iré, pero tu, Trunks, quédate aquí…- le dijo severamente. –Yo volveré con él… cuídenlo por favor…- se lanzó desde el templo, sin volar, esperando a estar cerca de la tierra para únicamente amortiguar su caída y no ser detectado tan fácil.

-No pienso quedarme aquí…- afirmó Trunks desde la punta. –Tengo que ir con él…- pero antes de otra cosa, Piccolo lo sostuvo fuertemente del brazo.

-No te vas, Goteo volverá…- su voz se escuchó furiosa, quizá por la reciente muerte de Gohan, o quizá por que así hablaba.

-Además, nos pidió que te cuidáramos…- agregó Dende, y Trunkslieta estaba a punto de decir otra cosa, cuando Piccolo lo presionó fuerte del brazo y comenzó a arrastrarlo dentro del templo.

-¡Es Vegeta! ¡Viene para acá!- avisó, continuando con su caminata al interior del templo. -¡Dende, distráelo!- ordenó, y el joven Namek asintió temeroso.

-¡¿Dónde esta mi hijo?!- exigió saber el saiyan nada más al llegar.

-N-No sé de qué habla…- dijo el verdecito.

-¡A mi no me ves la cara, sé que esta aquí… así que, o me dices, o te arranco esas antenas verdes que traes en la frente…! ¡Habla ahora!- gritó, y el dios de la tierra retrocedió un poco.

-No lo se…- repitió, sintiendo un momento después una mano cerrarse en su cuello.

-¿Seguro?- preguntó el príncipe con maldad.

-El señor Piccolo se lo llevó, le juro que no se donde esta…- Vegeta lo arrojó al suelo con brusquedad, mirando al horizonte con una sonrisa.

-¿así que el verde, ha? Bien, de acuerdo, será divertido…- Y antes de que Dende pudiera decir algo más, Vegeta saltó y voló hacía algún lado a toda velocidad.

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-maldición…- susurró Piccolo, mirando al cielo desde su lugar en una roca del desierto.

-No… ¿Cómo sabe que estamos aquí?- preguntó Trunks sintiendo la energía de su padre acercarse.

-Tiene buen olfato, solo era cuestión de segur tu rastro…- contestó el Namek, tragando saliva sonoramente.

-Kuso...- sus ojos azules viajaron al oeste, lugar donde debía estar Goteo, buscando a su padre en las profundidades del bosque cerca a la montaña Paoz. -¿que vamos a hacer?- cuestionó, juntando su mirada con los orbes negros y preocupados de su acompañante.

-yo no se como pudieron meterse en toda esta mierda, y no se por que carajo les estoy ayudando, muchachos imbéciles...- regañó, bailando su mirada con desesperación a los alrededores. -anda... escondete por allá, yo lo distraeré...- señaló una cueva relativamente cerca. Trunks estuvo a punto de replicar, pero un escalofrío le invadió al saber que Vegeta pasaría tierra en cuestión de segundos.

El saiyajin frunció el seño al observar al Namek sólo y esperando con tranquilidad en un punto vacío. -¿donde esta mi hijo?- exigió con autoridad.

-No se de que me hablas...- fingió, cerrando los ojos de nuevo para aparentar concentración y serenidad.

-¿ahora vas a fingir que no sabes de lo que te hablo?- colocó las manos sobre su pecho, avanzando hasta quedar a unos pasos del otro. -todos tienen muchas ganas de morir últimamente...- rió divertido, y Piccolo mostró los colmillos repentinamente. -Quizá quieras terminar como el idiota de Gohan...- el Namek soltó un gruñido ante la mención.

-maldito... no tenías por que matarlo...- siseó, tensando los brazos y lanzando una mirada asesina contra el otro. –Él no tenía nada que ver con las decisiones de su hermano o de Trunks…-

-Tienes razón, pero significaba un impedimento y un obstáculo… simplemente me deshice de los estorbos…- dejó ver una sonrisa socarrona, avanzando en círculo alrededor del otro.

-Eres un imbécil…- Vegete se frenó, mirando con desdén desde su punto, bastante confiado y serio. –El único estorbo que veo aquí eres tú…-

-Deja de fingir, Namek…- soltó el príncipe escudriñándolo con la mirada. Piccolo le miró con rostro confuso, siguiendo su trayectoria mientras seguía rondando a su alrededor. –Quieres fingir que te importa, pero me parece que en realidad estas muy tranquilo con la muerte de tu querido pupilo…- se detuvo, afilando sus ojos negros. –Yo creo que no te importa…-

-¡Claro que me importa!-espetó, y el saiyajin levantó los brazos en posición de combate.

-Entonces demuéstralo…- retó, y como era de esperarse, Piccolo voló en el aire ferozmente, pero solo bastó un segundo para que Vegeta se moviera hacia atrás, tomara el cuello del Namek y de un solo golpe certero, lo noquera. –Estúpido…- masculló mirando como caía al piso inconsciente. -¿Crees que no conocía tu plan? ¡No dejare que revivan a nadie con esas esferas! Por eso estabas tan confiado… ¿no es así?-sonrió, y pateó el cuerpo para mirarlo de frente. –Prepárate…-

-¡No!- gritó Trunks saliendo de entre las rocas, llamando la atención de su padre, quien mantenía un brazo alzado en dirección al cuerpo sobre el suelo.

Vegeta rió para sus adentros, pero no dejó que su felicidad y su plan se reflejaran en su rostro, manteniéndose completamente inmutable. –Así que decidiste salir…- dijo, bajando la mano levemente.

-Papá, lo que quieras conmigo hazlo, pero deja de matar a los demás…- pidió el joven, caminando confiado a su padre.

-Claro, Trunks… créeme, que lo que te haré, no tiene nada que ver con matar a los demás…- sonrió, y Trunks no pudo levantar la guardia siquiera, pues Vegeta se disipó en el aire, reapareciendo justo detrás de su hijo y propinándole un fuerte golpe en la nuca, el cual lo dejó en el suelo sin posibilidades de nada. –Eres un imbécil, no mereces nada más que la muerte…- rodeó el cuerpo. –Pero al final de cuentas, eres mi hijo…- algo chasqueante llamó su atención, girando en su lugar para evitar una esfera de energía.

-¡Dende! ¡Comunícale a Goteo donde estamos!- dijo Piccolo transmitiendo el mensaje también a través de su canal telepático.

-¡Maldito!- gritó Vegeta lanzándose de nuevo, sorprendiéndose al recibir una buena pelea por parte del Namek.

-¡Tiene que darse prisa! ¡Trunks podría…!- continuó el alto, pero la risa divertida del saiyajin interrumpió sus palabras.

-¡Te equivocas, Trunks no podría morir! ¡Él esta muerto!- aseguró, y Piccolo abrió los ojos al tope, girándolos en dirección al suelo.

-Que Trunks esta muerto…- masculló confundido sin quitar los ojos del muchacho, distracción que Vegeta aprovechó para atestarle un muy buen golpe, el cual por lo menos debió haber roto parte del cráneo.

Piccolo volvió a caer, y Vegeta volvió a sonreír divertido. –No arruines más las cosas, escoria…- dijo, sonriendo aun más, victorioso de que una cosa tan estúpida como decir que su hijo había muerto de solo un golpe hubiese distraído a ese tonto. Miró a su hijo inconsciente en el suelo, sabiendo a la perfección de que tardaría un rato más en despertar. Tomó el cuerpo de Piccolo y lo montó en su hombro. –me aseguraré de que ni tu ni el niño verde se metan esto…- y sin más, salió volando.

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-Dende… ¿Qué pasa?- preguntó el muchacho desde su lugar, no muy lejos de donde se encontraban Vegeta y el resto.

-El señor Piccolo me ha dicho que debes ir a buscarlo, debes ir a donde esta él y el señor Vegeta…- informó el Namek.

-¡¿Piccolo esta con Vegeta?! ¡¿Dónde esta Trunks?! ¡¿Cómo esta él?!- inquirió el chico.

-Bueno, él…- sus palabras fueron interrumpidas por otro mensaje del extraterrestre.

-¡Tiene que darse prisa! ¡Trunks podría…!- Dende escuchó la voz del señor Piccolo cortarse, y la de Goteo insistiendo en una respuesta.

-¿Qué sucede?- preguntó el dios de la Tierra a su mentor.

–Que Trunks esta muerto…- Respondió, y después de eso la comunicación pareció cortarse.

-Dende… ¿Qué pasa?- volvió a insistir el menor de los Son-tesco.

-Goteo… lo que pasa es que… al parecer, Trunks esta muerto…-

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-¡Espera!- gritó Goku desesperado.

-¡Tu ve por Vegeta!- indicó el hijo. -¡Yo voy a ver a Trunks!- avisó, pero Goku volvió a interponerse en el camino.

-¡Trunks esta muerto, no podemos hacer nada más!- insistió el mayor.

-¡No! ¡Imposible! ¡Tengo que ayudarlo!- se revolvió en el aire, tratando de escapar del agarre de su padre.

-¡Su Ki a desaparecido, ahora solo nos queda detener a Vegeta!- Goteo se giró a Goku, y con lagrimas en los ojos se zafó bruscamente.

-Tengo que ir por él…- salió volando, sintiendo como la energía de su papá avanzaba a toda velocidad en dirección al templo de Kami-sama, sintiéndose un poco más seguro.

Siguió su camino a través de las montañas, justo donde había sentido la energía de Trunks por ultima vez. No tardó más de un minuto en llegar, buscando como loco a su amante por el suelo, encontrándolo tirado cerca de una cueva. Bajó a toda velocidad, aterrizando y sin saber que hacer primeramente, su energía estaba en ceros.

Lo tomó y subió en su regazo, acariciándole la cara y quitando su cabello lila de su rostro. –Trunks…- llamó con voz cortada, sintiendo la desesperación correr por su cuerpo. Quiso saber si tenía pulso, pero sus manos temblorosas y nerviosas no le permitían sentir nada más allá del suyo propio, el cual se agitaba sin control. Tomó su rostro con ambas manos, acercándose para tratar de oír o sentir su respiración, pero el viento y sus lamentos no le dejaron percibirlo.

-¡No! ¡No puede ser!- gritó, aferrándose a su cuerpo y gritando con suma desesperación. No había más que comprobar, el mismo dios de la tierra le había dicho lo que sucedía. –No… ¿Por qué te has ido y me has abandonado?- lloró sobre su hombro, mojando su piel y la de su amado en el camino. –No puedo vivir sin ti… lo sabes…- susurró en su oído, colocándolo con suavidad en el suelo nuevamente.

-Yo… prefiero marcharme contigo…- dijo, sin ganas de venganza, sin ganas siquiera de seguir respirando. –Ha muerto mi hermano, y ahora tú… todos por mi culpa… ni siquiera merezco seguir de pie…- encendió una estela de luz alrededor de su mano, tan poderosa y tan filosa como una espada. –Me reuniere contigo en el más allá… lo prometo…- y dicho eso la clavó el mismo en su pecho sin miramientos, justo en el corazón para acabar con su vida en ese momento.

-Go-Goten…- murmuró Trunks después de unos pocos momentos, sintiendo el dolor en su espalda, y la sensación de haber escuchado a su amante cerca. Se sentó en el piso, quedándose mudo y alterado con la imagen a su lado. El cuerpo de Goteo sangrante y sin vida, aun la sangre caliente brotaba de su herida. -¡Goten! ¡¿Qué te paso?! ¡Maldición!- se arrodilló a su lado, cubriendo con sus manos el grande hoyo en su pecho, inútilmente, pues la hemorragia no paró.

-Tiene que ser un mal sueño, esto no puede ser real…- se dijo, acunando el cuerpo sin vida del pelinegro. –Ho tan cruel destino, ¿Por qué a nosotros?- cuestionó hundiéndose en lágrimas. Besó los labios, aun esponjosos y suaves de Goteo. –Me prometiste que estaríamos juntos, no te puedes ir, no puedes dejarme, antes prefiero ir contigo…-

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Goku cayó de rodillas frente a la escena, trayendo consigo el cuerpo inconsciente de Vegeta. No podía creer, y tuvo que parpadear varias veces para que su cerebro pudiera darse cuenta de la realidad. Su hijo y Trunks, ambos atravesados por lo que parecía una estela de energía, el Brief-puleto sobre el cuerpo de su hijo, ambos bañados en u charco de sangre que le correspondía a los dos.

-¿Hasta donde ha llegado tu odio, Vegeta?- preguntó Goku al cuerpo que descansaba en su regazo. -¿Ha sido por mi? ¿Ha sido solo porque en el muchacho corría mi sangre?- Miró de nuevo a su hijo, recordando que Gohan había muerto por pagar el mismo pecado. –No ha sido justo, ¿Qué clase de horrible broma es esta?-

Giró su vista a otro lado, mirando ahora el rostro calmado de Vegeta. –Sé que no me perdonarás incluso después de esto, ni a mí ni a mis hijos…- Levantó la mano, creando en ella una lanza de energía. –Maldito el odio y el rencor que envolvía a nuestras familias…-

Y apuñaló a Vegeta también, sintiendo su sangre derramarse sobre el suelo en una muerte silenciosa.

“Nunca llegada  la reconciliación y amistad, premiar a unos y castigar a otros, triste historia la de Goteo Trunkslieta…”

 

Así, muerto, una mañana

todavía se le ve:

con el rostro á la ventana,

lívido, la paz en él.

 

Fin.

Notas finales:

Si, tenian que morir, jejejejeje

Saludos y gracias si llegaron hasta aquí! Nos leemos!

Reparto:

Romeo – Goten.
Julieta – Trunks.
Capuleto/Teobaldo – Vegeta.
Paris/sirviente. – Dr. Briefs.
Mercurito – Gohan.
Benevolio/Sr. Sontesco – Goku.
Sra. Capuleto – Bulma.
Ama (sirvienta mayor) – Bunny.
Fray Lorenzo – Piccolo.
Baltasar – Dende. 
Criados – Bra/Pan.


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