NARRADORA
Tao estaba cansado, no cansado es poco, estaba molesto, fastidiado, hostigado, odia cada vez que Wu Fan se va a los brazos de Lay, a cada pelea que ellos tienen.
Esta más que molesto sobre ello, a Wu Fan le es tan fácil engañarlo, pero lo que más le molesta es, amarlo tanto que es capaz de perdonar cada engaño suyo con Lay.
Él no le hecha del todo la culpa a Lay, no claro que no, el simplemente está ciego de amor y Fan solo se aprovecha de eso, cada vez que se cuela en su cama y Lay que es tan fácil de convencer.
Está molesto hasta con su propia cabeza, por estar pensando –o más bien imaginando- las cosas que Wu Fan y Lay estarán haciendo en este momento, el y Fan acaban de discutir y lo último que vio fue al rubio entrar a la habitación del castaño y ahora están encerrados ahí.
EN LA HABITACION
Wu Fan se encuentra aferrado al cuerpo del chico castaño, después de haber discutido con Tao, corrió rápidamente a los brazos de este en busca de consuelo, pero esta vez el castaño tenía sus condiciones.
Esta vez sí puso un no en sus labios, no Wu Fan, no seré tu consuelo sexual –fueron las palabras del castaño- y esta vez no dejare que me convenzas, si quieres estar conmigo, al menos por hoy, solo duerme a mi lado –dijo convencido-
El rubio vio la mirada de convicción que el castaño le dedicaba, y sabía que no le quedaba de otra que obedecer o esta vez sí, se quedaría sin el plato y sin la cena –es una expresión xD- y definitivamente Fan no quería eso, amaba el calor y amor de Lay.
Se durmió un tiempo después, con sus brazo alrededor de la fina cintura del castaño, teniendo como sedante la calmada respiración de este sobe su pecho y eso, solo eso basto para que quedara dormido, como si de un bebe se tratara.
Wu Fan no iba a negar que sus sentimientos hacia el castaño son de amor total, y aunque a veces piensa en ya no volver con Tao, la cara de niño tierno y de no me dejes de este, no le permite dañarlo, Tao lo hace caer de nuevo.
Lay después de haber fingido que dormía y darse cuenta que el rubio si lo hacía, se dispuso a disfrutar de las hermosas facciones que este poseía, acompañado de su mano, acariciaba delicadamente el rostro del más alto, cuidando de no despertarlo.
Lo ama demasiado, como para dejar ir estas oportunidades, el bien sabe que el rubio lo ama también, y por lo que no están juntos, es únicamente por Tao, porque ninguno de los dos quiere dañar al pequeño.
Sus pensamientos fueron invadidos, por el rechinido de la puerta abriéndose, se dio vuelta encontrándose con el rostro triste del menor, sintiendo un nudo en la garganta, por la culpa de que el moreno los vea en la posición que se encontraban ahora.
Que… que pasa –pregunto en un hilo de voz-
Puedo hablar un momento contigo –el menor respondió-
y sin más lay asintió levemente, antes de salir detrás de Tao, dando una última mirada al rubio que yacía sobre su cama, sus hoyuelos aparecieron en su rostro al estirar sus labios para una sonrisa, cerrando después la puerta.
En el pasillo, camino al cuarto de Tao, todo fue silencioso, no se oía más que las pisadas de ambos, y Lay no podría sentirse más nervioso de lo que ya estaba, se preguntaba del porque Tao había pedido hablar con él.
Lo que el castaño nunca imagino, fue que de estar nervioso iba a pasar a estar confundido, cuando después de que la puerta de aquella habitación se cerrara, su espalda claramente fue a dar a la pared, los labios de Tao, besaban, lamian y presionaban esa parte de su cuello, en la cual estaba su sensibilidad.
Lo único que el castaño logro hacer, fue aferrarse a los hombros del menor, en busca de estabilidad, pero como podría tenerla, con todas las cosas que Tao hacía con su cuerpo, a duras penas recordaba como respirar ante tanto, sentía que sus piernas fallarían en cualquier momento.
Su primer instinto fue empujar lejos de su cuerpo al menor, pero su cuerpo al final termino dejándose hacer, y además que otro pensamiento vino a su mente, dejándole saber porque el menor hacia todo esto y el solo quería disminuir su conciencia.
Terminó rindiéndose ante las caricias que el pelinegro le proporcionaba, cerró fuertemente los ojos, tratando de disfrutar de lo que el menor hacia y terminó haciéndolo porque de verdad que este era muy bueno haciéndolo sentir bien, no como Wu Fan pero si lo hacía.
Por otra parte aunque el propósito inicial de Tao era de venganza, no podía negar que estaba disfrutando del sensible cuerpo del castaño, y todo pensamiento de hacerle daño, se fue por un tubo, quería vengarse si, pero no haciendo daño a su mayor.
No podía dañar a esa perfecta imagen que sus ojos presenciaban en este momento, sus mejillas se encontraban de un color rojo carmesí, nunca había visto a alguien pudiese ser tan tierno e inocente en un momento como estos, y en partes se vio reflejado a sí mismo.
Sus labios se fueron directos a besar una a una las mejillas del castaño, y quiso besar sus labios, pero sabía que un beso en los labios es algo más allá de lo carnal, era más como un acto de amor, y no quería involucrar sentimientos a esto, así que solo beso su cuello una vez más.
Pero sus manos que ya estaban más que inquietas, viajaron a la camisa de Lay, despojándola rápidamente, y haciendo lo mismo con su demás ropa, quería disfrutar, pero también hacerlo rápido, se desnudó así mismo, para luego atacar uno de los pezones del castaño.
Gemidos eran cayados por el castaño, al morder levemente su labio inferior para que ninguno de estos escapara, sus cuerpos estaban calientes y ambos se encontraban más que excitados, más al sentir el contacto de piel contra piel, era raro, pero a la vez excitante para ambos.
Las manos del pelinegro viajaron a los muslos del castaño, acariciándolos de manera ascendente y descendente repitiendo este acto varias veces, su miembro dolía horrores y claramente sentía como este palpitaba recordándole el dolor a cada momento, estaba claro que este ya tendría las venas saltadas, pero tampoco quería ser brusco.
Se apresuró y busco el frasco de lubricante en uno de los cajones, al encontrarlo lo destapó y coloco una cantidad apropiada en sus dedos y poco a poco fue introduciendo uno en la entrada de Lay, sintiendo como sus cálidas paredes absorbían su dedo y una punzada eléctrica recorrió su espina dorsal al imaginarse a su miembro ser aprisionado así.
Lay a su mirada, es un ser demasiado inocente para su propio bien, y sabiendo bien por eso mismo es la adicción de su rubio, es que en parte, quien podría resistirse al ver el brillo en sus ojos, el color rojizo en sus mejillas, el no culpa a Wu Fan y tampoco a Lay de lo que pasa entre ellos, él sabe claramente porque ambos se atraen.
Wu Fan es la viva imagen de la perversión pero él jamás se portaría de ese manera ante el tranquilo Lay, el castaño es la imagen de la inocencia, y eso es lo que vuelve loco al más alto y Tao tiene muy presente eso, solo que no quiere dar su brazo a torcer.
En otro momento o circunstancia el también, hubiese caído en amor por Lay, pero ese ya no es el caso.
Teniendo ya tres de sus dedos en el interior del castaño, este se dedicaba a darle el placer necesario para así pronto escapar de aquel dolor que sentía en su propio miembro, quería sentirse apretado por aquellas cálidas paredes.
Sacó sus dedos del castaño y colocó un poco más de lubricante en su pene sobre el condón, llevándolo hasta la entrada de este, empezó a introducirse poco a poco, encontrando el rostro de Lay más rojo de lo normal, mientras seguía mordiendo su labio inferior.
Cuando estuvo completamente dentro se quedó quieto y empezó a estimular el miembro del castaño y un poco después empezó a moverse, primero lento pero aumentado las entradas y salidas poco a poco.
Las uñas de Lay fueron enterradas en los hombros del menor, cuando sintió el miembro de este moverse dentro suyo.
No es que el miembro de Tao fuese más grande que el rubio, pero aun así causaba algo de dolor, pero gracias a la estimulación que este le proporcionaba a su miembro, en realidad estaba disfrutando de esto, pero tampoco quería acostumbrarse.
Las caderas del castaño tomaron vida propia, moviéndose en igualdad con las del menor, haciendo más fricción en las embestidas, y sintiendo más dentro el miembro del menor.
La pueda se entreabrió , pero solo el menor pudo distinguir la silueta del rubio viendo aquella impactante escena para él, y Tao no hizo más que sonreír, y salir y entrar más rápido y fuerte en Lay para que el rubio pudiera escuchar los gemidos de este, aunque fue así, pues el castaño seguí mordiendo su labio para evitarlo.
La puerta fue cerrada nuevamente, y embistió y estimuló más al mayor haciéndolo llegar al orgasmo y esta vez sí que Lay gimió, mejor dicho gritó, encorvando su espalda y manchándolos a ambos, el menor lo siguió segundos después, pero sin llegar a depositar gota alguna de su semilla en el castaño, pues el condón la detuvo toda.
Terminaron sudados, y con sus respiraciones entrecortadas, el castaño buscó algo para limpiar su miembro y abdomen y solo mientras su respiración volvía a la normalidad, se quedó quieto simplemente mirando al techo.
Muy bien, creo que tu objetivo ya está cumplido no?, si es así, yo no tengo nada que hacer más aquí –dijo con un dejo de ironía- y antes de que el castaño saliera de la habitación, un rubio detrás de la puerta decidió que era momento de volver a la habitación del castaño.
Caminó a grandes zancadas, hasta la habitación y se tumbó en la cama de la misma forma en que el castaño lo había dejado anteriormente.
Por su parte el castaño, se vistió rápidamente, rogando que el rubio no haya despertado y se haya dado cuenta de su ausencia y salió rápidamente de aquella habitación sin dirigirle mirada alguna al pelinegro, sabiendo que después de esto nada sería igual.
Caminó rápidamente por el pasillo, entro a la habitación y al ver que el cuerpo del rubio aún estaba en la misma posición que lo dejó, fue a darse una ducha rápida, dando tiempo al rubio a pensar y reflexionar algunas cosas.
Como el, lo que Tao hizo fue la gota que derramó el vaso, y el Lay tu eres solo mío, y de ahora en adelante solo yo tocare y estaré dentro de ti, lo lamenta por Tao, en serio que lo hace, pero el solo es un crio que pensó que con algo así solucionaría algo que hace mucho ya no tiene solución.
Eres mío – fue lo único que el castaño hizo, y claramente sintió con su cuerpo tembló ante tales palabras, ahora sí que estaba seguro que el rubio estaba enterado de lo sucedido.
Por miedo o inseguridad, prefirió hacerse el de oídos sordos y solo escondió su rostro en el hueco del cuello del rubio, temiendo que si lo ve a los ojos, sin duda comenzaría a llorar y él no quiere que el rubio vea eso, claro que no quiere.
Kris por su parte apretó protectoramente el sensible cuerpo del castaño y lo acuno tal cual bebe, depositando un beso en su frente y uno seguido en los dulces y suaves labios de este, suspiró cansado y pensó que lo mejor por ahora era dormir.
Prometiéndose a sí mismo, nunca más dejar que alguien toque a su Lay, porque claramente, es suyo y no podría perdonarse una cosa como esta otra vez, sus ojos se volvieron pesados y pronto se dejó llevar por el mundo de los sueño sintiendo la tranquila respiración del castaño.
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Tao sabía que esperaba, pero no se arrepentía en lo absoluto, pues aunque sabe que perderá al rubio, le agrado disfrutar de aquel hermoso y delicado cuerpo, que ahora muy bien sabe que será totalmente prohibido tocar una vez más, pero no se arrepiente, porque será un buen recuerdo que no dejará ir por nada del mundo, y quien quita y tal vez al final y termine aceptando la propuesta de Suho y al fin después de mucho tiempo darle al mayor el sí que tanto ha esperado, pero eso será otro día, ahora solo dormirá porque su cuerpo lo necesita.