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Cascanueces por Yasmine

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Notas del capitulo:

Solo diré que este capítulo hará que el que viene sea intenso, por eso este esta suave... creo... espero... gracias por comentar, sobre todo a Lady stardust, amo tus comentarios xD gracias por expresar lo que sientes :D 

Tambien gracias a Krona, y a mi bella lovely  gen_sagitagemini :D

-Lo lamento Aioria, fui atrevido.-El señor Merak apartó inmediatamente su mirada de mi, y creo que noté sus pómulos tomar un color rosado, no lo se, de alguna manera eso me hacia sentir bien, por que…Yo cause eso, ¿Cierto?

-De-descuide.- Di un paso hacia delante y le tomé de la mano derecha, el inmediatamente me miró a los ojos, con los labios entreabiertos, y un brillo en sus ojos hiso que la revolución de hormonas que llevaba dentro tomaran las riendas de mi destino y actuaran por si solas. Lo jalé lentamente hacia mi, lo rodeé con mi otro brazo por la cintura, y me atreví a susurrar su nombre, con mi aliento escaparse frente a sus labios.-Señor Merak.- Las palabras se las llevaba el viento, desvanecidas en el aire. Cerré los ojos y acerqué mi cabeza, hasta chocar su mejilla contra la mía, y restregarlas con sutileza, mientras me aferraba a su pequeño cuerpo, sin el deseo de querer soltarlo. Un calor insano recorrió mis pantalones, hasta mi cabeza, la cual se puso dura en el momento en que reaccioné. -Yo…eh…-Apenas y era capaz de dilucidar lo que estaba haciendo, lo aparté de mi con cuidado, el me miraba escéptico, con la boca aun mas abierta.

Yo quería morderme los labios, pero estaba congelado ante tal caótica escena.

-Disculpe, pero…-Me di cuenta, de que aun tenia tomada su mano sostenida con la mía, y sin poder negarme, entrelacé nuestros dedos, y agachándome suavemente, le bese la frente, ¡Mierda! Quisiera morirme ahorita.

Cuando me alejé para mirarle a los ojos, noté confusión en su mirar, tal ves se le hiso repugnante, considerando que soy menor que el, pero…pero… ¿Y mis sentimientos por el que?

-Será mejor que me adelante, joven Aioria.-Se alejó de mi, dándome un leve aventón lejos de el, casi corriendo, dejándome en el pasillo, con las mejillas ardiendo, casi como si me hubiese soltado una estrepitosa cachetada. Quería llorar, mis labios ya temblaban inconscientemente, encajé mi mandíbula, y me limpié los ojos con mis muñecas cuando las primeras lagrimas comenzaron a nacer en mis ojos.

¿Por qué me siento así? Es mi maestro, solo eso… ¿Por qué reaccioné así? ¿Debería fingir demencia y hacer como si nada hubiese pasado? Por demás seguro que eso hará el, pero… Yo no puedo. Se que no es su culpa, pero necesitaba mas, ahora que me doy cuenta que el me pone  nervioso por que lo quiero, no quiero morir mañana sin habérselo dicho antes, solo espero que no me repudie, de nuevo.

Empuñe mi mano fuertemente, haría lo que sea para conquistar al señor Merak.

 

Afrodita se fue incorporando poco a poco, tenia una molestia en la cabeza, sus piernas apenas y las podía mover, sus brazos le ardían, como si tuviese raspones en ellos, su ombligo parecía un enorme moretón que punzaba latentemente.

Abrió los ojos con suma lentitud, y divisó a un chico, sentado, con la cabeza recostada entre sus brazos, los cuales yacían en su cama, a un lado de donde se dejaba caer su mano. El, pensando en que se trataba de Milo, levantó delicadamente su mano, que aun le dolía, y acarició con amor sus cabellos, revolviéndolos amablemente, sonriendo un poco.

-¿Dita?-El chico despertó con un bostezo rápidamente apagado, en cuanto lo diviso despierto.-¡Oh, Dita! ¡Qué alegría que estés despierto! Lo juro, casi se me sale el corazón cuando me dijeron que podrías morir o quedar en coma, no me vuelvas a asustar así.-El chico se tendió a abrazarlo, pero Afrodita soltó un alarido de sumo dolor.-Oh, perdón, es que no me resistí a abrazarte, ¿Cómo te encuentras pequeño?-Le acarició la cara, y le sonrió puerilmente. Afrodita frunció el ceño, ese no era Milo.

-¿Qué haces tu aquí?-Preguntó balbuceante.-¿Cómo sabes mi nombre?

-¿No es obvio? Vine a cuidarte.

-Lárgate.-Gruñó, casi sacándose una hernia, por el esfuerzo que le llevó a hablarle de esa manera.

-Tranquilo, no te esfuerces, podrías lastimarte.-Se acercó a el, y le acarició el pecho.-Yo cuidare de ti, lo prometo.

-No quiero que me cuides.-Se replegó instintivamente contra la pared, con el roce que sintió en su pecho, muy asustado.-¡Aléjate de mi! ¡No me toques!-Comenzó a sollozar, hasta perder el conocimiento por el fuerte impacto que le causo Ángelo.

-¿Qué ocurre?-Llegó una enfermera, administrándole un tranquilizante de manera intravenosa.-Ángelo, ¿Cierto?

-Solo estaba feliz, por que yo lo cuidaré.-Espetó el moreno con satisfacción, cruzado de brazos.-El es todo lo que tengo, lo único que me hace querer vivir.- La enfermera lo miró con dulzura.

-Este chico es muy afortunado de tenerte en su vida.-Le tocó el hombro, y se retiró.

 

Amaneció normal, un día mas, un día menos, me daba igual, la única motivación que tenia era que podía hacerle sacar bilis a Camus, eso era magnifico.

Bostecé con satisfacción, en cuanto llegué a la escuela, divisé a un nervioso chico; Camus, eso era todo lo que quería el día de hoy.

-Hola.-Saludé sin voltear a verlo, luego le miré por el rabillo del ojo, y noté que había escondido su cabeza entre sus brazos cruzados, recostados en la banca.-¡Hey! ¡Te saludé! ¡Podrías devolverme el saludo!-Golpeé la banca molesto, el giró su cabeza, con la mirada apagada, sin verme precisamente a mi; mas bien a la nada.

-Hola.-Gimoteó cabizbajo. ¿Cuál es su problema?

-¿Qué ocurre contigo?-Me paré preocupado, y justo en ese preciso momento, sentí como alguien me nalgueaba la retaguardia.-¡Hey!-Me volteé molesto por el atrevimiento. Estúpido Shun, quien me sonrió lascivamente y luego volvió sus ojos hacia Camus mientras se mordía los labios con suma lujuria.

-No olvides nuestro trato.-Susurró Shun cerca de mi oído.

-Y a ti no se te ocurra acercártele a el, ¿Entiendes?

-Comprendo.-Sonrió dándome la vuelta y meneando las caderas de forma provocativa, asco de hombre, gruñí. Esa cara es solo una que seguramente Afrodita podría amar…

-Camus, ¿Qué ocurre?-Le toqué la frente, y pues….¡Estaba hirviendo!-Carajo, Camus, ¡Tienes fiebre! ¡Debes ir a la enfermería!

-Estoy bien, solo déjame.-Volvió a esconder su rostro, y me tomé la libertad de tomarlo de la muñeca y sacarlo a rastras del salón antes de que comenzara la clase.-¡Oye, suéltame!

-Hasta que te atienda la doctora.-Espeté impasible.

-¡No quiero!

-No me importa.-Toqué la puerta, y en cuanto nos abrieron, lo aventé dentro.-Doctora, Camus se siente mal.-Volteé a verlo para que este dijera su parte.

-¿Qué te ocurre, Camus?-Cuestionó la mujer, sacando su pluma.

-Nada.- Escupió molesto.

-¡Maldito panda! ¡Di la verdad!-En ese momento me volteó a mirar mas que enojado. Ni yo se por que coño le dije panda, me gusta el zoológico, me gustan las focas y las morsas… ¡¿Por qué carajos pensé en un panda?! No es de mis mejores insultos, voy decayendo, a cualquiera le daría pena ajena mi jodido retraso.

-¡¿Me llamaste panda?!

-¿Acaso estas sordo?-Respondí con otra contra cuestión.

-¡No soy un panda!

-¿Y esos ojos de panda que?

-¡No te metas con mis ojos!

-Muy lindos por cierto.-Le tomé del hombro, y con un empujón lo senté en la silla, ante una desconcertada doctora.-El tiene fiebre.-Me volví hacia ella.

-Lo mejor será que se regrese a su casa, puedo darte medicamento, pero necesitas descansar.

-Estoy de acuerdo.-Me volví hacia el, esperando su respuesta.

-Camus, llamaré a tus padres.

-No quiero.-Refunfuñó hastiado.

-Debo hacerlo.-Concluyó triste.-¿Cuál es su número?

-Ellos no tienen…-Se mordió los labios.-No tienen…

-¡¿Cómo que no tienen?! ¡Su celular! ¡Su casa, algo!-Me metí molesto.

-Ellos dicen que los teléfonos son dañinos.

-¿Y entonces tu no tienes celular?-El negó con la cabeza.-¡Pues que retrasado!-La doctora me miró acusadoramente

-Ellos dicen que las ondas del celular dañan el cerebro provocando cáncer.-Me miró con reproche, fue ahí cuando me cayó el veinte, quería retractarme, pero algo me impedía mostrar arrepentimiento.

-Ellos tienen razón.-Continuó la doctora, vieja metiche, métase en sus asuntos… braco, fui yo quiñen vino a ella, que bueno que no pensé en voz alta, juntarme con Aioria me esta afectando, me fugaré, eso haré, viviré bajo un puente, mientras Camus me prepara chocolatito y nos peleamos por las cobijas, sabiendo que cualquier vago podría violarnos… De acuerdo, juro por mi vida que no estoy drogado ni borracho, al menos hasta donde yo se….

-Bueno, dele la medicina, yo me hago cargo de el lo que resta del día.-Me crucé de brazos, después de decirle eso, ante su inminente tic en el ojo derecho de Camus, solo hable por hablar, no quería realmente tener que soportar su indiferencia un día completo.

-¡De ningún modo!-Camus levantó, pero inmediatamente se desmayó, y no alcancé mas que a levantarme inmediatamente para cacharlo entre mis brazos antes de que azotara contra el suelo, la doctora nos miró asustada y confundida.

-Es que el se enoja mucho, y eso lo cansa bastante.-No se me ocurrió una mejor excusa.

-Eso puedo verlo, será mejor que busques un modo de hacerlo feliz, por su salud.

-¡¿Qué?! ¡¿Y yo por que?!

-Por que tu me pareces un factor que lo estresa bastante.-Chasqueó los dedos, y me ayudó a cargarlo a la camilla.-Así que ahora el es tu responsabilidad.-Lo que me faltaba, hacerme cargo de un panda chino, yupi. Esperen, tiene acento francés, aunque juraría que es griego… dejémoslo en chencho… aight, ya, podría pasar por Canadiense…-Vuelve a clase, a la hora de tu descanso vendrás para cuidarlo.-Me palmeó el hombro, y prácticamente me aventó lejos del cubículo, ¡Algún día me rogara por que vuelva!

Entré a clase sin pedir permiso, la maestra me miró con reproche.

-¡Toque la puerta señor Milo!

-Ya será para la otra.-Ella suspiró, y me señaló a alguien por algún rincón del salón.

-Siéntese con el señor Hyoga, estarán juntos por este día.

-¿El señor Hyuga?-Fruncí el seño, ¡¿Quién carajos era el señor Hyoga?!- ¿Y quien es ese?-Volteé hacia donde apuntaban sus dedos, y divisé a un chico con una gorra, y una sudadera roja, sentado, escribiendo tan rápido que me mareaba.-Agh.-Carraspeé y jalé una banca junto a el.-Me obligaron a venir aquí contigo, no te emociones.

-¿Eh?-Me miró confundido.-Entiendo.-Apretó los labios y frunció el entrecejo.

-¿Qué hay que hacer?

-Hmm, unos problemas de matemáticas, no te preocupes, yo los hago.

-Pues no conozco otra manera de resolver esto.-Eché mi cabeza hacia atrás, estiré y crucé mis piernas y cerré los ojos, al poco tiempo sentí como alguien me pegaba con un periódico.

-¡Es trabajo en equipo!

-Yo le doy apoyo moral y el escribe.-Le guiñé un ojo a la profesora.

-No me rete por que lo hago trabajar solo.

-Es culpa suya.-Bufé enojado.-Mi pareja siempre es Afro, ¿Por qué decidió ponerme hoy con este rarito?

-Camus no esta, y Afrodita faltó.-Se dio la vuelta, y yo me pregunté….¿Faltó? ¿Por qué?

-Oye, rubio, ¿Cómo te llamas?

-Hyoga.- Oh, en verdad ese es su nombre…En ese momento se me iluminaron los ojos.

-Oh, eres el hijo del profesor de mi hermano.-El me miró extrañado, pero no sostuvo el cruce de miradas por mas de una milésima de segundo.-Dime la verdad.-Me incliné hacia el.-¿Qué quiere exactamente ese hombre con mi hermano?

-¿Eh?

-No te hagas el simplón, ambos sabemos que tu padre le trae ganas a mi hermano, por eso lo molesta tanto.

-Mi padre…-Musitó apenas audible, y cerró los ojos con fuerza.-El es un buen hombre.

-Como digas.- Me relamí los labios y proseguí.- Hoy tu te vienes conmigo.

-¿Qué?-Me miró preocupado

-Vienes a mi casa.-Si como no, le mandaré a Shun, por que yo tengo otros planes.

-No.-Fue lo único que dijo.

-Tu no me dices a mi que no, tampoco me da gusto tu presencia.-Hiso un visaje de disgusto, pero continuó escribiendo.-Mi hermano será tu tutor.

-¿Tutor? No considero necesitar un tutor.

-No se para que solo se a quien, solo hago mi trabajo.

-Oigan, no peleen.-Se quejó Mu a un lado de mi, maldito chismoso.

-¡Cállate!-Me paré echándole pleito.

-¡No le hables así a Mu!-Esta vez fue Saga quien se paró, con mas bronca.

-¿Y que me harás si lo hago, chaparrito?-Le di un empujón en el pecho, y el se lanzó contra mi de una tacleada, comenzó a golpearme en el rostro.

-¡Señores, por favor deténganse!-Exclamó la maestra asustada. Algún monote se levantó para separarnos, ese era Shura, Estúpido español que se cree ingles y vive en Grecia.

-¡Suéltame, trol!-El molesto me dio un puñetazo, y de repente todo se volvió negro y no logré recuerdar nada mas.

 

-¿Estas bien?-Le preguntó Saga a un desconsolado Mu.

-Si, perdóname Saga, yo no quería que el te lastimara por mi culpa.

-No te preocupes, alguien tenia que darle su merecido a ese maldito antisocial.

-¡Te esta sangrando el labio!-Exclamó Mu asustado, sacando un pañuelo para limpiarle la zona afectada.

-Gracias.-Saga rozó su brazo y Mu se sintió extraño

-Debemos continuar con el trabajo.-La maestra llamó a Saga

-No creo, supongo que me darán un reporte.

-Perdóname, no debí haber dicho nada.-Se disculpó Mu, mirando sus pies.

-No te preocupes, estoy harto de que Milo siempre te hostigue de esa manera.

-Igual es mi culpa, siempre le cuestionó lo que hace.

-No, el es un maldito amargado, no dejes que te intimide.-Saga se dio la vuelta, dispuesto a recibir su castigo.

-Mu.-Shura se acercó hasta el tomándolo del brazo.-Aléjate de Saga.-Mu abrió sus ojos en sobremanera.-El tiene problemas con Milo, si no quieres salir lastimado, sal de ellos rápido, si no eres tonto, seguirás mi consejo.

-Pero Saga y yo apenas nos hablamos

-Pero de igual manera, el suele ser muy agresivo, soy su mejor amigo, y se que no te conviene estar cerca de el.

-Shura no seas aguafiestas.-Shun le revolvió el cabello, y este lo fulminó con la mirada.-Deja a mi amigo en paz.-Jaló a Mu con el, y Shura les miró frustrado.

 -Shun no te das cuenta en lo que te has metido.-Saga sintió sus pupilas inundadas de deseo de venganza, posando sus ojos fijamente en Hyoga, apretando sus nudillos derechos contra su palma izquierda, sonriendo lascivamente.

Notas finales:

patonejo hard para el siguiente Capítulo :D

Por cierto, Aioria no es estupido, tienes sus ataques cuando se trata de Shaka, solo con el e.e no vayan a pensar que quiero hacerlo ver tonto, solo es torpe por que el rubio lo pone nervioso, pero imaginense como se ha de poner Shaka jajaja. 


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