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KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

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Notas del capitulo:

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Los personajes son de Akira Amano-sensei


 


Parining: 6927


Advertencias: Posibles spoilers.

Capítulo XI: Dino Cavallone

 


La pequeña ave de color amarillo voló de la mano de Tsuna, posiblemente regresara a buscar a su dueño, cuando los cuatro jóvenes salieron del hospital en compañía del tutor, visualizaron un llamativo auto deportivo de color rojo.


—      ¡Es un deportivo! —Grito Lambo emocionado.


—      Nunca había visto uno tan cerca, solo en las películas —dijo Yamamoto viéndolo de reojo.


—      Ni yo —afirmo Tsuna, mientras le prestaba atención al vehículo.


—      Es mío —dijo el hitman— o, ¿acaso pensaban que íbamos a regresar caminando a casa? —dijo sarcástico el adulto.


—      HIIIIIIIII, pero ¿Dónde lo tenías escondido? —Reborn le dio un coscorrón a su alumno.


—      Dame-Tsuna, deja de sorprenderte y súbete al auto —regaño el tutor— lo mismo va para los demás, dejen de mirar el auto, a no ser que sean capaces de volar, o tele transportarse les sugiero que se suban de una vez y se abrochen lo cinturones.


Ante las palabras del mayor, sin ninguna queja o replica proveniente de los menores se subieron rápidamente al auto, Reborn iba en el sentado en el asiento del piloto, mientras Tsuna era el copiloto y en la parte trasera del vehículo se encontraba sentado en el medio Lambo, a su derecha Gokudera y en la parte izquierda estaba Yamamoto. Reborn sonrío de manera tétrica una vez que todos estaban dentro del auto, y cuando inserto la llave para encender el auto. Lo único que supieron los menores es que el auto salió disparado a toda velocidad.


Eran cerca de la media noche cuando llegaron a la casa de la familia Sawada, afortunadamente y para desgracia de los pasajeros del auto Reborn había conducido como maniático por aproximadamente diez minutos.


—      Gracias a Kami, llegamos a casa —dijo Tsuna respirando con alivio.


—      Nunca pensé en amar tanto caminar, o el suelo —afirmo Lambo.


—      Fue un paseo divertido —aseguro Yamamoto mientras sonreía.


—      Reborn-san es un conductor muy diestro —pronunció Gokudera con cierto toque de admiración.


Las últimas palabras pronunciadas por Gokudera, dejaron a Yamamoto, Lambo y Tsuna con una clara expresión de duda en sus rostros.


—      Si, Juudaime. Es muy importante saber conducir rápido, con destreza y precisión por si es necesario realizar una persecución.


—      En... en serio, Hayato-kun —dijo Tsuna.


—      Si, dame-Tsuna. Va a ser divertido cuando te enseñe a conducir —dijo macabramente Reborn— sin embargo aún eres menor de edad —dijo con pesar— además de que no aparentas tener trece años.


—      Reborn, insinúas que parezco un niño —reclamo el castaño.


—      No lo insinuó lo creo —dijo firmemente el hombre de fedora— por cierto, ya sabes ara que es el algodón.


—      No, podemos dejarlo para mañana. —Dijo bostezando  Tsuna.


—      Entremos a casa lo averiguaremos en la mañana —dijo el mayor.


Otro nuevo día, y como siempre la en la casa de la familia Sawada las cosas estaban muy animadas desde temprano, era raro ya que la única que se levantaba temprano en aquella casa eran por lo general Nana y Reborn, sin embargo Tsuna escucho un par de voces provenientes de su cocina, era algo temprano pero él tenía un poco de sed, pensaba visitar el refrigerador, cuando vio a dos personas que se suponía que no vivían en la casa.


—      Vongola —pronuncio escuetamente Ken.


—      ¡HIIIIIIIIIIIIIIIII!... ¿Qué hacen ustedes aquí? —dijo Tsuna señalando a los subordinados de Mukuro.


—      Venimos  a ayudar a Nana-san, a preparar el desayuno —dijo rápidamente Chikusa.


—      Buenos días Ken-kun, Chikusa-kun, llegaron temprano —dijo Nana mientras entraba a la cocina.


—      Buenos días —pronunciaron Chikusa y Ken mientras veían a la castaña sonreír.


—      Tsu-kun, ara, es raro que estés despierto tan temprano —afirmo Nana.


—      Mamá, ¿Qué hacen ellos aquí? —pregunto Tsuna mientras los señalaba.


—      Tsu-kun, es de mala educación señalar con el dedo —dijo a modo de reprimenda— además son tus senpais, trátalos con más respeto. ¿Por cierto donde esta Mu-kun? —pregunto la castaña.


—      ¿Mu-kun? —repitió el castaño confuso.


—      Kufufu, ¡buenos días Nana-san! —saludo el chico con heterocromía.


—      Oh, Mu-kun pensé que aún no te habías despertado.


—      Mamá, que hacen aquí.


—      Ara, es que como ayer no llegaron a cenar Reborn-kun, Lambo-kun y tú, los invite a ellos, fueron tan amables cuando me ayudaron a cargar las compras para preparar la cena, y como ya era algo tarde les sugerí que se quedaran a dormir. —Respondió la mayor.


—      Ah, sobre lo de anoche… —pronuncio Tsuna, si saber que decirle a su madre.


—      Si Reborn-kun me informo que estaban realizando un ejercicio de supervivencia —dijo la castaña— por cierto Tsu-kun, ¿Por qué no me habías presentado antes a tus amigos? —soltó la castaña. —Claramente Mu-kun, Chikusa-kun y Ken-kun son adorables.


Tsuna se quedó frio ante las palabras dichas por su madre, “Adorables” eso en definitiva no describía a ese trio para nada, para empezar no conocía los suficiente a Mukuro pero lo consideraba alguien engañoso por su sonrisa, a Chikusa lo consideraba algo salvaje y a Ken, no sabía exactamente como describir al chico del gorro. Además su mamá afirmo que ese trio eran sus amigos, no podía estar más alejada de la realidad, solo faltaba Hibari Kyoya desayunando en su casa.


—      Tsunayoshi-kun se avergüenza de nosotros —dijo Mukuro haciendo una pose de víctima.


—      Tsu-kun —dijo la castaña.


—      Mukuro, deja de inventarte cosas —reclamo  él castaño.


—      Juudaime, ¡buenos días! —saludo Gokudera mientras entraba a la cocina.


—      Tsu-kun, él es Gokudera-kun —se aventuró a preguntar la mujer.


—      Si mamá, él es Hayato-kun. Hayato-kun ella es mi mamá.


—      Oka-sama, es un gran placer conocer a la madre de Juudaime —dijo Gokudera cordialmente— ¿por cierto oka-sama como sabia mi nombre? —pregunto el peli plateado.


—      Oh, Tsu-kun ha hablado mucho de Gokudera-kun. —Dijo la castaña.


—      Hayato-kun, Yamamoto-kun no se ha despertado —pregunto el castaño.


—      No, Juudaime la vaca y el friki siguen durmiendo, Reborn-san se estaba bañando —informo la mano derecha.


—      Ya veo —dijo el castaño.


—      ¡ustedes que hacen aquí! —dijo el peli plateado al ver al trio de Kokuyo.


—      Ara, Gokudera-kun… Seguro te emocionaste al ver a tus senpais —dijo la mujer mientras sonreía.


« — Claramente Oka-sama, era una persona bondadosa al parecer Juudaime lo había heredado de su progenitora —pensó Gokudera  mientras observaba el parecido entre Nana y Juudaime»


—      Ah. Si —dijo rápidamente Gokudera. No quería volar nada dentro de lasa de su estimado Juudaime y mucho menos en la presencia de Nana.


—      Tan temprano, y ya están tan animados —dijo Yamamoto mientras se integraba a la conversación.


—      Mamá, no debiste dejar entrar a la piña, ni al perro ni a gorrita a la casa —reclamo rápidamente Lambo, mientras miraba a los tres.


—      Lambo-kun, es de mala educación poner apodos —reprendió Nana.


—      Oh, no se preocupe Nana-san, es una muestra de afecto, ¿verdad Vaca? —dijo Mukuro mientras miraba a Lambo.


—      Ara, si es así… entonces está bien. —Dijo la castaña conforme por la explicación.


—      Mamá, te presento a Yamamoto Takeshi —dijo Tsuna tratando de disminuir el pesado ambiente que se había formado gracias a Lambo y Mukuro.


—      Mucho gusto en conocerla Sawada-san —dijo el moreno mientras sonreía.


—      Igualmente Yamamoto-kun, pero puedes decirme Nana-san, Sawada-san no me gusta como suena. —Dijo la mujer—, ya que estamos todos aquí, me apresurare a preparar el desayuno. Siempre es bueno tener más personas en la mesa.


—      Oka-sama, permítame ayudaré —dijo rápidamente Gokudera.


—      Nosotros también ayudaremos-pyon —dijo rápidamente Ken— ¿verdad Kakipi? —agarro al chico de la gorra.


—      Yo también mamá —se ofreció rápidamente a ayudar Lambo.


Después de que la mayoría se dispusiera a ayudar a Nana a preparar el desayuno, Tsuna y Mukuro se encontraban en la sala, el silencio era demasiado incómodo.


—      Tsunayoshi-kun, pareces nervioso —dijo Mukuro mientras miraba de reojo al castaño.


—      Hiiiiii, claro que no. —Aseguro el castaño.


—      En serio —dijo Mukuro arqueando una ceja— cuando tienes miedo, siempre dices “HIIII”, entonces ¿me temes? —pregunto Rokudo, mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios.


—      Yo… Bueno…


Entonces entro Reborn a la sala.


—      Dame-Tsuna, algún progreso con el algodón —pregunto el hitman mientras miraba a Tsuna.


—      No, perece ser solo un algodón normal —dijo Tsuna, ocasionado que el tutor le diera un coscorrón.


—      Pero... Pero, Reborn es solo un algodón para que más podría servir el algodón.


—      Salió de León, recuerdo que te lo mencione…


—      Así, que tu camaleón es bastante inusual, arcobaleno —dijo Mukuro.


—      Algo así, Tsuna eres el jefe, debería ser Mukuro el que te tuviera miedo, no al revés —dijo Reborn.


—      Kufufu, Arcobaleno… Tsunayoshi-kun, no inspira para nada ni un pequeño ápice de miedo, aunque aún sigo sin creer que venciera a Ave-kun, ese sujeto en verdad es desagradable, y sin embargo reconozco que es fuerte —dijo en tono burlesco Rokudo.


—      Tsuna, será el próximo líder de Vongola —afirmo Reborn, con un extraño brillo en su mirada.


—      Reborn, no hay alguien mas que pueda ocupar el lugar —dijo Tsuna.


—      Hay alguien, pero digamos en que no es tan factible —dijo Reborn — además, ya tenemos a cuatro miembros de tu familia.


—      ¿Familia?... ¿a qué te refieres? —pregunto el castaño confundido.


—      A aquellos que te seguirán, Gokudera, Yamamoto, Lambo y Mukuro.


—      Recuerda que nuestra apuesta solo durara por un año —dijo Mukuro— Tsunayoshi-kun, no tiene madera para pertenecer a la mafia.


—      Dentro de un año, tú no podrás dejar Vongola. Seguirás a Tsuna, al igual que los demás miembros de la familia.


—      Más específicamente, te refieres a los guardianes, o ¿me equivoco arcobaleno? —dijo seriamente Mukuro.


—      Pareces estar bien informado, Rokudo Mukuro. En dos semanas comenzará el entrenamiento de los guardianes,  me imagino que será bueno que trapeen el suelo contigo —dijo Reborn mientras sonreía.


—      Solo un año, no pienso ser parte de la mafia. —Aseguro Mukuro, mientras salía de la sala.


—      Tsuna… —llamo Reborn al ver que su alumno no decía ni una sola palabra.


—      ¿Qué son los guardianes? —pregunto el castaño.


—      Aún es pronto para que lo sepas, además necesito que se reúnan todos… Pienso incluir a Hibari, solo falta uno… Ellos se comenzaron a reunir solo por ti, aunque tú no hayas hecho nada. Cuando aparezca el último miembro de tu familia te diré que son los guardianes. —Dijo Reborn—, mientras hay que ir a desayunar.


Aquellas palabras no dejaron tranquilo a Tsuna, además como se le ocurría a su tutor  involucrar a sus amigos. El desayuno en la casa Sawada no paso a mayores, incluso todos los presentes se comportaron frente a Nana Sawada, nada de bombas, nada de peleas, ni siquiera se mencionó la palabra Vongola o mafia en la mesa.


*** *** ***


Tsuna se encontraba regresando a casa de un agotador día de escuela, Lambo y Hayato venían caminando con él caminando, antes de llegar a la casa de los Sawada se encontraron con varios hombres uniformados con trajes negros, usaban lentes. Tsuna, no tenía un buen presentimiento de lo que iba a suceder.


Los hombres de inmediato se formaron en dos filas y pronunciaron: ¡Bienvenido Décimo!


Tsuna se quedó sin palabras, y de inmediato ingreso a su casa, y entonces miro a un joven rubio que se encontraba tomando té verde en la sala, era un joven rubio de uno veinte tantos años, de piel blanca y ojos cafés.


—      Oh, ya llegaste… Hermanito —pronuncio enérgicamente el rubio.


Tsuna, quedo mudo de la impresión y en su mente resonaba claramente la palabra “Hermanito”, pero él era hijo único, a no ser que su desobligado padre tuviera un hijo al que no conocían ni su mamá, ni mucho menos él.


—      Ho…La… —tartamudeo Tsuna.


El rubio al verlo se lanzó a abrazar al menor, sin embargo lo que sucedió en esos instantes dejo a Tsuna con una gota en la sien, el chico rubio se tropezó y fue a estampar directamente en el suelo, siendo el impacto amortiguado por su rostro.


—      ¿Te encuentra bien? —pregunto rápidamente el castaño.


—      Si, suele suceder a veces —dijo el rubio disculpándose— jaja —río el rubio mientras se llevaba la mano derecha a atrás de la nuca— mi nombre es Dino Cavallone —dijo el rubio a modo de presentación,


—      Sawada Tsunayoshi —dijo el castaño.


De pronto Dino sintió un aura asesina, él sabía a quién pertenecía esa presencia, después de todo había sido educado por aquel hombre durante un par de años.


—      Reborn —dijo el rubio.


—      Así que ya llegaste dame-Dino —dijo el tutor— se suponía que debías llegar a ver el combate de dame-Tsuna.


—      Perdón, no pude llegar antes. El aeropuerto estuvo cerrado —se excusó el rubio.


—      Dame-Tsuna, él es mi primer dame-alumno, él es del Décimo líder de la familia Cavallone, es un aliado de Vongola.


—      Ahhh… —pronuncio Tsuna.


—      Si, Tsuna puedes decirme Onii-chan —exclamo alegre el rubio— después de todo somos como hermanos alumnos debido a Reborn.


Los ojos de Dino brillaban de la emoción, mientras miraba a Tsuna con cierto toque de esperanza en sus ojos.


—      Dino-san —dijo el rubio ocasionando que el rubio se deprimiera.


—      Pero, yo quiero que me llames Onii-chan, —dijo Dino un un aura triste y oscura— nunca tuve hermanos menores, por eso pensé que tú —dijo el rubio mirando de reojo a Tsuna, su táctica de chantaje debía funcionar.


—      Onii-san —dijo dudoso el menor.


—      Onii-chan —lo corrigió Dino.


—      Onii-chan —repitió Tsuna, y como si fueran palabras mágicas Dino abrazo efusivamente al castaño.


De pronto Reborn transformo a León en una pistola, y comenzó a amenazar: — Dino, no viniste aquí para abrazar y fraternizar con Tsuna.


—      Reborn, sigues siendo un demonio —murmuro Dino.


—      Vamos al asunto que nos concierne —dijo Reborn— Dino, cuando León creo tú látigo también creo a Ezio.


—      Si —afirmo a Reborn.


—      ¿Quién es Ezio? —pregunto el castaño.


—      Él es Ezio —dijo Dino mientras en su mano izquierda sostenía una pequeña tortuga verde.


—      ¿Cómo un camaleón puede tener una tortuga como hijo? —cuestiono Tsuna.


Durante unos minutos se quedaron en silencio ante la pregunta de Tsuna.


—      Desde ese punto tienes razón —dijo Dino.


—      León, es padre y yo apenas me entero murmuró Reborn. La razón por la que te llamamos, es por… Muéstrale el algodón —ordeno Reborn.


—      ¿Algodón? —cuestiono Dino.


—      Al igual que Ezio, cuando Tsuna peleo contra Hibari, León creo los X-Gloves y una bola de algodón, de la que aún no sabemos nada —dijo el hombre de fedora.


—      ¿Aquí está? —dijo Tsuna mostrando la pequeña bola de algodón.


—      Agua —dijo de inmediato Dino.


—      ¿Agua? —se preguntaron al mismo tiempo Reborn y Tsuna.


—      Como recordaras —dijo Dino mirando fijamente a Reborn— cuando Ezio es mojado con agua, crece —dijo Dino.


—      Vamos al baño —ordeno Reborn.


Los tres hombres se encontraban en el lavamanos, Tsuna abrió el grifo y mojo el algodón. Nada ocurrió, ahora solo tenían un algodón, pero a diferencia este estaba mojado.


—      No pasó nada —dijo Tsuna.


—      No se me ocurre nada más—dijo Dino.


Lo que ocasiono que Reborn le diera una patada a su primer dame-alumno.


—      Dame-Dino, entonces no sirvió de nada hacerte venir desde Italia.


De pronto, el algodón se comenzó a mover.


—      Se mueve —dijo Tsuna.


—      Si —dijo Dino.


—      ¡Conejita! —exclamo Nana, mientras el algodón salía brincando directamente a la mano de Nana.


—      ¿Conejita? —dijo de inmediato Tsuna.


—      Ara, ¿La conejita es tuya Dino-kun? —preguntó Nana mientras miraba a Dino.


—      No, es de Tsuna —respondí Reborn — mamá, como conocías al conejito.


—      Pues ayer en la noche, me levante y fui a la cocina a servirme un vaso con agua, entonces la pequeña conejita estaba buscando comida en la cocina —dijo la mujer sonriendo.


—      Nunca imagine que fuera un conejo —dijo Dino.


—      Ni yo —dijo Tsuna.


—      Por cierto, Tsu-kun no me avisaste de tu mascota. —Reclamo Nana.


—      Jaja, es que pensábamos que era un algodón —dijo Dino.


—      Ara, como se va a llamar —pregunto rápidamente Nana.


—      Shiyo —dijo el castaño mientras Nana le entregaba a Tsuna a pequeño animal.


—      Bueno, Dino-kun siéntete como en casa, en un rato más los llamara para que podamos comer juntos —dijo Nana mientras sonreía— últimamente hemos tenido muchos invitados— dijo la castaña para sí misma mientras se alejaba caminando.


—      Por cierto Dino, si sabes que eres un completo inútil sin tus subordinados, ¿Por qué esta aunque sea Romario acompañándote? —pregunto tajante el tutor.


—      ¿Inútil? —pregunto Tsuna, después de todo Dino tenía cara de tipo genial.


—      Así es dame-Tsuna… Dino es un completo inútil su sus habilidades no son usadas para el bien de la familia. —Respondió Reborn— pensé que ya no seguías siendo tan inútil Dino.


—      Auch, Reborn en verdad me esfuerzo… Por eso deje a mis subordinado en la entrada, pero al parecer en tienen que acompañar. —Dijo Dino con un aura derrotista.


—      Un dame, siempre será un dame —dijo Reborn mientras veía de reojo a sus alumnos.


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