Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

[Reviews - 223]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

DISCLAIMER: KHR! NO ES MIO, SI LO FUERA SERIA FELIZ.

Los adolescentes comenzaron a caminar el silencio era terrible con un aire sepulcral. Tsuna suspiro, nunca se imaginó que terminaría en semejante situación, desde la llegada de Reborn su vida se había vuelto totalmente caótica y aunque el castaño lo negara a pesar de todas las pericias ocasionadas por el hitman también había momentos buenos. Había entablado amistad con Hayato-kun, Yamamoto-kun, Lambo. Aun no conocía muy bien a Ryohei pero parecía una persona sumamente alegre y deportiva. En cuanto a Mukuro y Hibari-san —atemorizantes—, era lo único que pensaba de ellos.


—      Eh... Mukuro ¿Dónde está Ken? —pregunto el castaño.


—      Debe estar por ahí —contesto indiferente Rokudo.


—       ¿A dónde deberíamos ir a buscar a Ryohei? —pregunto el castaño.


—      Odio las manadas de herbívoros —fue lo que contesto Hibari.


—      ¡MALDITO! ¿Cómo te atreves a hablarle de esa manera a Juudaime? —gruño Gokudera.


—      Hayato-kun, cálmate —hablo Tsuna en tono conciliador.


—      Vongola, yo no voy a servir como niñera —dijo Mukuro.


—      Juudaime, déjeme llenarlos de dinamita —pidió Gokudera.


—      Cálmate Gokudera, será más fácil buscar a senpai si nos dividimos —sugirió Yamamoto.


—      Tsk —chasqueo la lengua Gokudera—, si es lo que desea Juudaime.


—      Lo mejor será que “ustedes se pierdan” —dijo Yamamoto cambiando su tono de voz  poco amigable, mientras les dirigía una mirada fría a Hibari y Mukuro.


Tsuna y Hayato se quedaron mudos de la impresión, por lo general Yamamoto siempre se mostraba optimista y sumamente amable.


—      ¡Bien dicho friki de beisbol! —apoyo Gokudera.


El ambiente se volvió frio, Tsuna se quedó sin palabras.


—      Kamikorosu.


—      Kufufu, así que quieres pelear.


—      Solo estoy sugiriéndoles que se aparten —espeto Yamamoto.


—      No se peleen —interrumpió Tsuna con voz firme—, Hayato, Reborn te dijo que no usaras dinamita. En cuanto a Hibari-san y Mukuro si lo desean pueden pasear por Mafia Land. Yo buscare a Ryohei. Yamamoto, gracias por intentar detenerlos.


—      Oya, parece ser que el beisbolista no es el único con un lado oscuro Tsunayoshi-kun.


—      Que insinúas cabeza de piña, Juudaime es demasiado noble —expreso Gokudera.


—      Vamos a comer.


—      No recibo ordenes tuyas Vongola/herbívoro —se quejaron simultáneamente Mukuro y Kyoya.


—      Como quieran —Tsuna suspiro—, solo no causen problemas. Nosotros iremos a comer —dijo mientras jalaba a Yamamoto y Gokudera.


Por alguna razón Mukuro y Kyoya se sintieron molestos — ¿cómo se atrevía ese Vongola/herbívoro a ignorarlos?—.


—      ¿A dónde vas Tsunayoshi-kun? —inquirió Mukuro.


—      A comer —siseo fríamente.


Se escuchó la voz de Nana a distancia — Tsu-kun —, internamente Mukuro sonrió hasta que la castaña empezó a nombrar a los demás —oh, qué bien también están contigo Mu-kun, Kyo-kun, Haya-kun y Take-kun—. La castaña se acercó mientras a su lado caminaban Lambo, Ken y Chikusa.


—      Mamá —susurro Tsuna al escuchar a su mamá llamar tan amistosamente a Hibari-san y a Mukuro.


—      Ara, ¿no está Reborn-kun con ustedes?


—      No, se encontró a un amigo —respondió el castaño.


—      Qué bueno que los encontramos, hubiera sido difícil buscarlos por todo el parque… ¿Cómo les fue en el juego de la mafia? —pregunto entusiasmada la castaña.


—      Bueno, creo que no participamos —respondió Tsuna.


—      El amigo de Reborn se encargó de los enemigos con un rifle —comentó entusiasta Yamamoto.


—      Lástima que me perdí el espectáculo —comento Nana.


—      Oka-san, ahora que lo recuerdo siempre te han gustado las películas de yakuzas —comentó Tsuna.


—      Ara —la castaña junto sus manos— en la primera cita tu papá  y yo fuimos a ver una película de yakuzas.


Tsuna suspiro, pensó en que casi no sabía nada de su padre.


—      Por cierto. Mamá, no viste a Sasagawa-senpai.


—      Si, lo encontramos hace unos minutos —respondió Nana.


—      Oka-sama —menciono con sumo respeto Gokudera—, podría indicarme en donde se encuentra la cabeza de césped.


—      ¿cabeza de césped? —pregunto confundida.


—      Gokudera, se refiere a Sasagawa-senpai —inquirió Yamamoto.


—      Es lo mismo —afirmo Gokudera—, sería bueno enseñarle a ese sujeto a no perderse —aseguro Hayato mientras chocaba sus puños.


—      Ryo-kun, estaba en la sección de deportes, de aquella tienda —señalo Nana el edificio que tenía en letras grandes “Tienda de deportes Pao-Pao”.


—      Mucha gracias por su ayuda Oka-sama —dijo Gokudera mientras se alejaba caminando.


—      Que buena persona es Haya-kun —exclamó Nana mientras sonreía.


Tsuna, sintió por un momento el aura asesina de Reborn, tenía que detener a Gokudera si es que quería seguir viviendo.


—      Mamá. Por qué no sigues paseando con Lambo y compañía mientras alcanzo a Hayato-kun.


—      No sería mejor, si todos seguimos juntos —menciono Nana.


—      No hay problema, si nos reunimos a las seis ese lugar —señaló Tsuna una fuente de agua que tenía a la mascota de Mafia Land, un pequeño bebé mafioso.


Tsuna miro brevemente la fuente, de alguna forma algo en aquella estatua le resultaba familiar, “aquel par de patillas rizadas”, en definitiva un bebé hitman con una fedora.


—      Que se diviertan —les deseo la mujer mientras sonreía.


***


En automático Tsuna comenzó a caminar seguido por Yamamoto tenían que evitar que saliera el lado explosivo del peli plateado.


—      Mu-kun, Kyo-kun, Lambo-kun, Ken-kun y Chikusa-kun ¿no van a seguir paseando con los demás? —inquirió Nana.


—      Me quedare acompañándote mamá, en definitiva a donde va Tsuna siempre se arma un caos —respondio Lambo—, es bueno de vez en cuando un poco de tranquilidad.


—      No me gustan las manadas —fue lo que respondió Hibari antes de alejarse.


—      Concuerdo con la vaca, nosotros tres seguiremos paseando con usted, Nana-san —afirmo Rokudo.


—      Ara, que amables son.


***


Gokudera abrió las puertas de golpe, y rápidamente busco con la mirada al poseedor de cabellera blanca, lo encontró observando el equipo de boxeo mientras gritaba “al extremo”.


—      Cabeza de césped, ¿Cómo te atreves a perderte? —gruño.


—      Cabeza de pulpo, estos precios son al extremo —hablo emocionado Sasagawa.


—      Sasagawa –senpai —saludo Yamamoto—, ¿Dónde está la sección de beisbol?


—      Idiota, se supone que estamos buscando al cabeza de césped, no comprando cosas. ¿verdad Juudaime?


—      Hayato-kun, se… —no supo Tsuna que decir al respecto, se supone que es lo normal en las salidas con amigos visitar todo tipo de tiendas y cosas para convivir—. Creo que vi una playera que te quedaría perfecta.


Hayato casi podía llorar de la felicidad, Juudaime como siempre se preocupaba por los demás.


—      Sasagawa-senpai. Por favor no te separes de nosotros, la isla es demasiado grande —pidió Tsuna.


—      De acuerdo Sawada —respondió el senpai.


Pasaron aquellos cuatro una tarde alegre, “en verdad así es como se siente salir con amigos”, pensó Tsuna. Era tan tranquilizante. Faltaba una hora para volver, cuando vieron una enorme noria.


—      Debe ser una vista espectacular —hablo Tsuna sin pensarlo.


—      Vamos Juudaime.


—      Suena divertido.


—      Al extremo.


Por voto unánime subirían a la noria, estaban fila cuando Gokudera noto que su Juudaime no se encontraba cerca de ellos.


—      Yamamoto, no está Juudaime —pensó en auto golpearse Gokudera, como era posible que siendo la mano derecha de Juudaime lo había perdido de vista.


—      Cálmate Gokudera, posiblemente fue al baño. Sasagawa-senpai, podría apartar durante un momento los lugares mientras buscamos a Tsuna.


—      Sí.


***


En conclusión se había extraviado, por un momento se distrajo y había quedado en aquel laberinto de cristales. Tenía que avanzar con cuidado, ya se había golpeado un par de veces por no darse cuenta que había un cristal.


—      Kufufu, es un juego de niños.


—      ¿Mukuro?


—      Oya, parece que me he encontrado con el joven Sawada Tsunayoshi.


—      ¿Tú no eres Mukuro?


Parecía una versión más grande de Mukuro, más alto y de alguna forma la presencia que emitía era más cálida.


—      Si lo soy, solo que soy el Rokudo Mukuro de diez años en el futuro. No hay mucho tiempo.


Sin previo aviso Mukuro tomo la mano de Tsuna y lo dirigió hacia la salida, pero no se detuvo ahí, lo siguió haciendo correr hasta que llegaron a la montaña rusa (La que sale en el opening 3, de KHR!).


Tsuna miro con temor aquel lugar, había mucha fila, sin embargo a aquel Mukuro adulto parecía no importarle en lo absoluto, cargo al castaño y brinco y se posiciono hasta en frente, muchas personas comenzaron a quejarse hasta que Mukuro hablo.


—      Kufufu, pensé que había trato especial para la familia Vongola.


De inmediato las quejas se disiparon.


—      Mukuro, ¿Por qué nos estamos subiendo en este juego?


—      Por qué es más emocionante que la noria —respondió—, además… Es tu juego favorito, Tsunayoshi.


La sonrisa de Mukuro lo dejo un tanto embobado. Empezó a moverse la montaña rusa, cuando se escuchó un “poof” y reapareció el Mukuro de su época. Claro que Mukuro estaba riendo como desquiciado, pero a los oídos de Tsuna era una sonrisa sincera.


Cuando bajaron de la montaña, Mukuro lo miro inquisitivamente.


—      Hiii.


—      ¿Por qué estamos en este lugar Vongola?


—      Tú quisiste Subir —respondió Tsuna.


—      Estaba hablando. Con…


De pronto sonaron las bocinas de Mafia Land, emitiendo un comunicado., “Se busca al joven Décimo Vongola, repito se busca al joven Décimo Vongola, su fiel mano derecha Gokudera Hayato está al borde de un ataque, favor de reportarse en personas extraviadas”.


Mukuro sonrió, mientras Tsuna quería hacerse pequeño, a veces Hayato-kun simplemente era Hayato-kun.


La alarma volvió a sonar, esta vez la voz pertenecía a Chikusa, “Mukuro-sama, repórtese a personas extraviadas”


Una clara vena de enojo en la frente de Mukuro apareció, mientras Tsuna sonreía.


***


Mientras tanto en personas extraviadas.


—      Juudaime no aparece.


—      Cálmate Gokudera, Tsuna estará bien.


—      Chikusa, posiblemente Mukuro-sama no estará muy feliz con tu forma de buscarlo, pudiste haber seguido el aroma de Mukuro-sama.


Llegaron Mukuro y Tsuna.


—      Juudaime.


—      Mukuro-sama.


—      Etto, no era necesario que nos reportaran a personas extraviadas.


De pronto atrás de Tsuna llego su tutor dándole una patada.


—      Dame-Tsuna, ¿Cuál es el propósito de buscar a los miembros de tu familia si tú mismo te extravías?


—      Hiii, pero Reborn.


—      Pero Reborn nada. Hiciste que se preocuparan los miembros de tu familia.


—      Lo siento.


—      Desde ahora seré aún más estricto —anuncio el hitman—, y de improvisto golpeo a Lambo.


—      Y, yo que hice —se quejó Lambo.


—      Eso es por usar la bazuca de los diez años.


***


Hace una hora, Nana y los demás se encontraban comiendo un helado. Cuando de pronto Lambo se tropezó y se le cayó su helado sobre Chikusa.


—      Que te has creído Vaca —se quejó Chikusa mientras se ponía unos dientes y gritaba “KONG CHANNEL”.


De inmediato Chikusa creció y tomo a Lambo de la pierna, ocasionando que a Lambo se le cayera la bazuca de los diez años, cayendo encima de Rokudo Mukuro. Una nube rosa se formó, dejando en su lugar a un Mukuro mayor, que sin más salió corriendo.


***


—      Viste algo interesante —le pregunto Reborn mientras observaba de reojo a Mukuro.


—      Digamos que fue algo informativo —respondió Mukuro mientras sonreía.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).