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KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

[Reviews - 223]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

 

Hola:

 

Con motivo de llegar a los 100 reviews, he decidido hacer un one-shot para la persona que escribió el review número 100, “Tokyo Fujioka” felicidades, podrías dejarme un review con el título, la pareja y la situación que quieres que se desarrolle en el one-shot.

 

y Para las demás, he decidido hacer un concurso, en el cual yo me comprometo a escribir un one-shot de KHR! a la ganadora, de la pareja que quieran, lo mismo se aplica para la temática. Lo único que tienen que hacer para ganar el One-shot es decir en un review, el nombre del  personaje al que le cambie el nombre durante capitulos anteriores, no es un error de dedo el personaje tiene el nombre de otro personaje. Considerare el primer review con la respuesta correcta.


Suerte!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! (Con lo que una se encuentra cuando revisa sus errores de dedo).

Capítulo XXXII: El cielo de Vongola

 

Tsuna observó al noveno, ¿porque llegaría a tales extremos por Xanxus?

 

 

 

Hibari se mantuvo inamovible en su lugar, solo observando. Ese anciano era fuerte, le emocionaba la sola idea de retarlo.

 

 

 

— Noveno —hablo Reborn—, no puedes dejar que tu hijo siga haciendo de las suyas.

 

— Reborn, lo sé pero es la única forma en la que Xanxus comprenderá el verdadero significado del Cielo de Vongola.

 

— Abu… Noveno —se corrigió Tsuna.

 

 

 

Los Vindice solo eran meros espectadores.

 

 

 

— Por qué no dejamos que Sawada Tsunayoshi decida —dijo el bebé de los Vindice.

 

 

 

Tsuna no sabía cómo contestar ante esa pregunta, de pronto escuchó una voz “El cielo de Vongola ¿que crees que signifique?”—la voz le transmitió un raro sentimiento no sabia como describirlo pero se sentía tranquilo.

 

 

 

— Yo…

 

 

 

« Me gustaría escuchar tu respuesta Sawada Tsunayoshi, piensalo y cuando lo sepas la escucharé con gusto».

 

 

 

— Sawada Tsunayoshi, cual es tu desición —hablo Jager—, puedes terminar con todo solo diciendo que no quieres pelear.

 

 

 

« En verdad no quiero pelear, pero sería injusto, todos mis amigos pelearon incluso están lastimados». Peso Tsuna.

 

 

 

— Yo quiero pelear —su voz era decidida.

 

— Sawada Tsunayoshi, Vindice aceptara tu voluntad. Por ciento,  tu padre será absuelto de todos los cargos, es la primera vez que dejamos salir libra a alguien de Vindice —aseguró el bebé—. Quiero saber algo, ¿porque peleas?

 

— Por mis amigos, a mi no me importa lo que suceda en esta batalla, pero sería un cobarde si no peleo y solo evito esta pelea, no tendría sentido que se haya iniciado la pelea por los anillos si simplemente no hago nada.

 

— De acuerdo —dijo el bebé— la batalla por el anillo del cielo se llevará a cabo mañana, Xanxus Vongola. Nosotros no somos una organización benevolente ni mucho menos caritativa, pero… Si mañana los anillos te aceptan no podremos hacer nada y tendrás que heredar Vongola, sin embargo “Ni siquiera sabes lo que es verdaderamente el cielo de Vongola”.

 

 

 

Xanxus chasqueo la lengua, solo podía confiar en sí mismo, sólo tendría que asesinar a Sawada Tsunayoshi y todas sus ambiciones retorcidas se cumplirian.

 

 

 

— El lugar de la batalla será en ese lugar —el bebé señaló con su mano una torre alta—. Todos los guardianes tienen que estar presentes. El acceso de cada guardián será por la puerta correspondiente a su llama. A la medianoche.

 

 

 

Hibari se acercó a los Vindice.

 

 

 

— Aún falta que me dejes pelea con ese carnívoro —amenazó Hibari mientras miraba fijamente a los Vindice.

 

— Estás seguro de no querer recuperate, Hibari Kyoya —expuso el bebé.

 

— Sí.

 

— Jager, solo no lo mates aún está pendiente el evento de mañana.

 

— Como ordenes.

 

 

 

Hibari preparó sus tonfas, vio al Jager dejar al bebé en el suelo.

 

 

 

— En verdad tiene tiempo que no peleo —comentó Jager—, supongo que será fácil.

 

 

 

Ante el comentario de Jager, Hibari se mordió el labio, ese sujeto lo estaba subestimando.

 

El ambiente era tenso.

 

 

 

— Pareces muy confiado.

 

— Tal vez, solo trata de seguirme el paso.

 

 

 

Hibari atacó a Jager, a pesar de estar lastimado por la batalla anterior aun su mirada mostraba aquella determinación de pelear.

 

 

 

Jager lo observó, tenía suerte de que su jefe le pidiera que se contuviera, en verdad Hibari parecía fuerte, pero aun le faltaba entrenamiento y fuerza para alcanzar un potencial mayor, pero ello eran los carceleros de Vindice, quienes imponen las reglas sobre el mundo de la mafia, no había organización que no temblara al escuchar el nombre de Vindice.

 

 

 

Hibari estaba apuntando a su Rostro, para él era como jugar con un niño, de inmediato interceptar el ataque con sus cadenas.

 

 

 

— Supuse que atacamos de frente —dijo Jager—. Así que porque no terminamos esto Hibari Kyoya.

 

— Wow —bufo Hibari.

 

 

 

Hibari iba a golpear a Jager con su tonfa libre, cuando sintió como voló un par de metros.

 

 

 

Todo pasó tan rápido que los únicos de seguir aquellos movimientos fueron Reborn, el Noveno y el bebé. Jager liberó la tonfa que tenía atrapada entre sus cadenas y a gran velocidad el Vindice se acercó para golpear el estómago de Hibari, el menor voló un par de metros hasta caer en el agua.

 

 

 

Hibari sintió como trago algo de agua y de inmediato nado a la superficie.

 

 

 

— No pensé que fueras capaz de levantarte —habló el bebé—, Hibari Kyoya deberías considerar rendirte.

 

— NUNCA —gruño el menor.

 

— Eres fuerte, pero yo lo soy aún más… Cuando seas más fuerte intenta volver a retarme Hibari Kyoya—comentó Jager.

 

 

 

Hibari se levantó, obviamente rechazaba la idea de rendirse.

 

 

 

— Tsuna, controla a tu guardian —pidió Reborn—. Hibari no es oponente para ese sujeto, están en ligas completamente diferentes.

 

 

 

Tsuna trago en seco.

 

 

 

Hibari salió del agua, y se disponía a atacar al Vindice.

 

 

 

— Hibari-san detente —ordenó Tsuna—, en este momento solo te mueve tu determinación, si peleas contra Jager asi solo terminaras mas herido.

 

— Callate herbívoro, esto es mi propia voluntad.

 

— Maldito, como te atreves a hablarle así a Juudaime —grito la tormenta.

 

— Hibari, deberías escuchar lo que te dice Tsuna —dijo Yamamoto—, ese sujeto es fuerte. Deja de hacer que nos preocupemos innecesariamente —sonrió—. Además el dijo que volvería a pelear contra tí, ¿verdad bebé?

 

— Es la decisión de Jager —afirmó el bebé.

 

— Kufufu, en verdad eres un necio Ave-kun al intentar enfrentarse a los Vindice pero mira tus tonfas están casi deshechas. Solo recuerda que él único que puede matarte soy yo, aun está pendiente nuestro desempate.

 

— Hibari —hablo Dino—, es bueno que sepas cuando retírate.  

 

— De acuerdo Hibari-san —hablo Tsuna—, haz lo que quieras —dijo Tsuna.

 

 

 

Jager se acercó a Hibari y lo sostuvo del cuello.

 

 

 

— Odio a las personas como tú —le espetó el Vindice.

 

 

 

De imprevisto Jager lo aventó hacia el cielo.

 

 

 

— Pero también respeto ese tipo de determinación ciega —dijo antes de golpear a Hibari con sus cadenas.

 

 

 

Tsuna y sus guardianes solo observaron como caía al suelo Hibari inconsciente, con el cuerpo completamente magullado y lleno de heridas, sus ropas estaban manchadas.

 

 

 

— Vindice se retira —dijo el bebé—. Sawada Tsunayoshi trata de que tus subordinados te obedezcan.

 

 

 

Tsuna se acercó corriendo a su guardián de la nube, respiraba de forma dificultosa.

 

 

 

— Era la voluntad de Hibari —dijo Reborn—, no había mucho que pudiéramos hacer Tsuna, lo que paso con Hibari no fue tu culpa, también es importante para un buen jefe comprender los sentimientos de sus subordinados. Definitivamente Hibari te hubiera mordido hasta la muerte si lo hubieras detenido. Llame a los médicos de Vongola —informó el hitman—, no deben tardar en llegar.

 

 

 

Se veía a la distncia llegar a un par de hombre son el emblema de Vongola en sus ropas, atendieron de inmediato al Noveno y no mucho después se llevaron a Hibari en una camilla.

 

 

 

Xanxus se retiró del lugar furioso, sin embargo aún le quedó la inquietud de ¿por qué demonios ese sujeto era tan fuerte?

 

 

 

***

 

Habían pasada un par de horas desde que se encontraban en el hospital.

 

 

 

Tsuna caminaba de un lado para otro, sus guardianes estaban sentados en los sillones del lugar. Lambo cabeceaba un poco, Gokudera traía un poco de café para Juudaime, Yamamoto veía la tele aunque realmente no le pusiera atención, Ryohei había salido a hablar por teléfono para avisar que no llegaría a dormir.

 

 

 

Y por su parte los adorables senpais de Kokuyo permanecían alejados del resto, a decir verdad Mukuro odiaba los hospitales, pero sentía la necesidad de permanecer en ese lugar al lado de Tsunayoshi-kun.

 

 

 

— Juudaime, debería dormir un poco —pidió Gokudera.

 

— Gokudera tiene razón —apoyo Yamamoto—, descansa te avisaremos en cuanto nos digan algo.

 

— Estoy bien chicos —respondió Tsuna—. Solo ire a tomar un poco de aire —dijo el castaño.

 

— Yo lo acompaño Juudaime.

 

— No tardaré —dijo Tsuna—, necesito despejar mi mente.

 

— De acuerdo Juudaime.

 

 

 

***

 

 

 

Tsuna miraba el cielo nocturno, habían pasado tantas cosas en un par de horas.

 

 

 

— En verdad eres amable, Tsunayoshi-kun.

 

— Mukuro.

 

— No era la solución más fácil elegir no pelear.

 

— Lo era, pero no era lo correcto. Las peleas anteriores hubieran sido en vano. Mukuro, ¿puedo preguntarte algo?

 

— Pregunta.

 

— ¿Que es el cielo de Vongola?

 

— ¿Por qué esa pregunta?

 

— Los Vindice dijeron, que Xanxus no comprendía lo que era el cielo de Vongola, y yo tampoco lo tengo claro.

 

— El cielo… Yo tampoco tengo una respuesta concreta, es más creo que tu lo sabes, pero no sabes cómo definirlo.

 

— Yo… Q…

 

— Sígueme —pidió Mukuro.

 

 

 

Ambos comenzaron a subir las escaleras, hasta llegar al tejado del lugar.

 

 

 

Mukuro se recostó en el suelo.

 

 

 

— ¿Eh?

 

— Intentalo —dijo Mukuro.

 

 

 

Tsuna por instinto lo obedeció y se recostó a su lado.

 

 

 

— Cuando estuve —pensó en que decir—, en cierto lugar solo podía imaginar en cómo sería volver a ver el cielo, no importaba como.

 

 

 

Tsunayoshi recordó brevemente la pelea del cielo, aparentemente Mukuro siendo solo un niño había estado encerrado en un lugar, aún no conocía el porqué.

 

 

 

— Era en lo único que podía pensar… Tsunayoshi-kun, en verdad deberías dejar el mundo de la mafia,, no es un mundo amable.

 

— Yo… No quiero seguir huyendo, lo he hecho la mayor parte de mi vida. Solo por esta vez quiero pelear.

 

— Kufufu, dirás algo como pelear por la amistad.

 

— Exacto —Tsuna sonrió.

 

 

 

Entró caminando Reborn con su agilidad felina.

 

 

 

— Tsuna, el Noveno despertó y pidió verte.

 

— Ya voy.

 

— Arcobaleno, quiero preguntarte algo.

 

— Habla claro Mukuro.

 

— Es algo que recientemente llamó mi atención, a mi parecer Iemitsu-san nunca quiso involucrar a su hijo en la mafia. ¿Qué ocurrió para que fuera lo contrario?

 

— Tan sagaz como siempre, porque no vienes, deberías escucharlo directamente del Noveno.

 

— Paso, no me gusta estar en medio de tanto mafioso —dijo Mukuro antes de retirarse.

 

 

 

Reborn observó a Mukuro, a veces sabia mas de lo que aparentaba. Y otras veces parecía que evitaba algo.

 

 

 

Caminaban por los pasillos del hospital.

 

 

 

— Tsuna, a diferencia de Hibari y de los demás a tí nunca te ha gustado pelear, ¿estás seguro de lo que haces? —lo observó el hitman esperando ver algún gesto.

 

— Sí. A decir verdad preferiría que no se hubieran realizado las batallas por los anillos, pero no soy tan ingenuo para creer que todo se puede solucionar de forma pacífica.

 

 

 

El rostro de Tsuna no mostraba duda en él, se mostraba tan sereno y lleno de convicción.

 

 

 

— Si es tu desición la respetaré.

 

— Gracias Reborn.

 

 

 

Se detuvieron enfrente de una habitación custodiada por un par de hombres en traje negro.

 

 

 

— Reborn-san, pase el Noveno lo espera —mencionó uno de los guardias de seguridad.

 

— Gracias —dijo el hitman mientras se adentraba en la habitación seguido del castaño.

 

 

 

En la cama está el Noveno Vongola.

 

 

 

— Buenas noches —dijo Tsuna algo nervioso.

 

— Noveno —saludo el hitman mientras inclinaba su fedora.

 

— Tsunayoshi-kun, Reborn. Gracias por estar aquí.

 

— No es nada —respondió Tsuna—, ya se encuentra mejor.

 

— O si, solo estoy un poco fatigado por el uso de llamas, nada serio —dijo alegremente el hombre.

 

— Tsunayoshi-kun —pronunció Timoteo—, se que te he metido en muchos problemas al nombrarte como el Décimo Sucesor.

 

 

 

Tsuna suspiro… En verdad, aquel hombre de apariencia tan serena ¿era el responsable de que su vida cambiara tan drásticamente?

 

 

 

— ¿Podría explicarme por que Xanxus no puede ser el sucesor? —pregunto Tsuna tratando de ser lo más educado posible.

 

— Tsuna, no es el momento —replicó Reborn.

 

— Reborn, Tsunayoshi-kun tiene el total derecho a saber el porqué de mis decisiones, después de todo su vida se ha vuelto un total caos por mi petición.

 

Timoteo tomó un segundo para continuar hablando.

 

 

 

— Tsunayoshi, cuando Reborn llegó a entrenarte él te mostró un árbol genealógico.

 

— Sí —asintió Tsuna con la cabeza.

 

— Verás a diferencia del anillo del cielo solo escoge a un sucesor con la sangre de Vongola Primo.

 

— No querrá decir que…

 

— Sí —asintió el hombre—, es lo que estás pensando. Xanxus no es mi hijo, sin embargo lo quiero como si fuera mi propia sangre. El anillo del cielo, también juzga algo que todos los líderes de Vongola han cumplido.

 

— Pero…

 

— Hace un par de años, Xanxus lo descubrió. Al enterarse él...

 

— Atacó la sede de Vongola, ese lugar se conoce como “La cuna” —agregó Reborn.

 

— Yo detuve a Xanxus, ya que el no respeta los que significan los “Lazos con su familia”, un líder debe ser capaz de proteger a su subordinados, pero Xanxus, supongo que lo haz visto.

 

— Se deshace de los débiles —dijo Tsuna.

 

— En ese entonces, Iemitsu me invitó a pasar un par de días de vacaciones con su familia. Aún eras muy pequeño y tal vez no recuerdes mucho.

 

— Te llamaba abuelito —soltó Tsuna.

 

— Sí —asintió el mayor—. En uno de esos días fui capaz de ver tu llama de la última voluntad.

 

— Reborn me menciono algo, de que estaba sellada.

 

— Si, yo la selle tu llama es muy fuerte Tsunayoshi-kun, como eras un niño pequeño podías auto lastimarte y en el peor de los casos lastimar a alguien, por eso te elegí para ser el “Decimo Vongola”, de acuerdo a las cartas que Reborn me envía de forma periódica se que eres una persona amable, que se preocupa por su amigos. En cuanto te vi usar tu llama, simplemente lo supe, tú serías mi sucesor.

 

— ¿Que es el cielo de Vongola? —inquirir Tsuna.

 

— No es que, si no quien. Y lo más importante es el por qué. Me gustaría oír tu respuesta en cuanto la sepas, Tsunayoshi-kun.

 

— Noveno, usted me preguntó eso cuando estábamos en la batalla de la nube.

 

— ¿eh?, no fui yo. Es la primera vez que te lo pregunto.

Notas finales:

Hola perdón por tardar con la actualización, pero estaba en finales, afortunadamente ya termine la mayoría de mis examenes.

 

See you!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

 

Gracias por leer!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

De momento huyo de las fans de Hibari-san.

 


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