Capítulo XLVII: Proteger
Cuidad de Kokuyo. Tiempo presente.
Nagi se había puesto de pie, en definitiva no era bueno fastidiar al Mukuro, pero en esta ocasión había sido necesario. Miro la destrucción que se había generado al choque de sus cajas armas.
Mukuro respiraba de forma agitada. Observó el desastre con su mirada heterocromática.
“Tanta destrucción por una sola arma”.
— En verdad es terrible la mafia, siempre inventando esta clase de armas —gruño Mukuro con voz rencorosa.
— No puedo decirte lo contrario, pero muchos inventos al principio no tenían un fin bélico.
— Oh, por supuesto. Y, ¿con qué finalidad existen estas armas? —preguntó en tono sarcástico Rokudo.
— Para proteger —aseguró la mujer.
— Y para proteger, los humanos —dijo con una voz llena de desprecio— crean cualquier cosa que asesine.
— Boss, quiere proteger a toda su familia.
— Boss, te refieres a Sawada Tsunayoshi.
— Él… Mukuro-kun. Dejemos el entrenamiento por hoy —sugirió Nagi.
— Oya, te cansaste tan rápido. Esto apenas comienza.
Nagi se acercó a Mukuro.
— No te hagas el fuerte, a veces está bien caer —dijo mientras le tocaba un brazo a Mukuro, el menor se mordió los labios para no emitir ningún sonido de dolor.
Mukuro no dijo, ni alejó nada.
— Supongo que Hayato y Lambo, ya deben haber terminado con sus tutorías —murmuró Nagi para sí misma.
— ¿Qué son exactamente las cajas armas? —preguntó Mukuro.
— Uhmm. Supongo que solo se poco realmente respecto a ese tema. Hibari-san es más versado en ese aspecto. Existen dos tipos de cajas armas, el primer tipo es “Caja de contención”, usualmente estas cajas sirven para el almacenamiento de armas u objetos, estos objetos, se podría decir que son como los X-Gloves de Boss, lo cuales son capaces de soportar la llama del cielo.
— Armas que soportan llamas, eso no es una ventaja.
— Desde el punto de vista de almacenamiento si, es más fácil transportar cosas. El segundo tipo de cajas armas, es el que viste. “Cajas armas con animales”, las que contienen en su interior un animal en su interior el cual es alimentado por llamas de última voluntad del usuario y permitiéndoles mantenerse fuera de la caja, estos demuestran tener su propia conciencia y por tanto ser como cualquier otro ser vivo, además pueden utilizar las llamas que le mantienen para combatir. Claro que también existen los rangos de cajas armas, y para ello es necesario un anillo del mismo rango.
— Entonces, si un anillo es más débil que una caja, esta no se abrió.
— Exacto, pero si el anillo es de un rango A+, este es capaz de abrir cualquier caja del mismo atributo. Existe un rumor interesante. Respecto a las cajas de la Décima generación, se dice que el poder de ataque de las 7 cajas es sin duda alguna mayor al ataque principal de Boss.
— No crees que hablas demasiado.
— No, sin duda alguna no eres alguien a quien le guste estar sin información. Además, no estoy hablando de más, es información útil —aseguro Nagi—. Bien, dejemos la conversación por el momento. Es mejor la vida con un poco de misterio.
Nagi camino, hacia donde se encontraban los demás. Observó a Reborn, quien vigilaba atentamente el entrenamiento.
— Tú… ¿Dejastes las cajas armas? —pregunto Reborn.
— No. Las cajas armas, las dejo en su habitación otra persona.
— Mucho misterio —aseguró el hitman.
— Reborn-san, incluso usted tiene sus misterios. Es lo mismo para los que venimos del futuro, no somos como los arcobalenos.
— Así que sabes algo al respecto.
— Un poco —aseguró la mujer.
— Por que Tsuna, destruyó los anillos.
— Es algo que no me corresponde decir. Las acciones de Boss, siempre tienen una razón de ser.
— Parece que Hibari uso demasiadas llamas —mencionó Reborn.
— Esto es malo —aseguro Nagi.
— Debido a la característica de la nube.
— Sí, esta vez Hibari-san se excedió.
***
Hace un par de minutos…
Lambo adulto, entrenaba a los deportistas, esto era relativamente fácil ya que no necesitaban mucha explicación. Ahora Sasagawa y Yamamoto se concentraban para poder sacar a sus animales de sus respectivas cajas armas, mientras se enfrentaban entre ellos.
Por su parte, Hayato. Miraba al guardián de la nube, ahora recordaba que algunas veces catalogaba a Hibari como alguien perezoso si no se encontraba motivado, sólo había una forma de motivar. Es decir “pelear”, el nunca rechazaba esa clase de desafíos. Hayato solo tenia afuera a Uri, la cual miraba a Hibari. Por su parte el menor, miraba todo con pereza.
— Oe, Hibari. ¿porque no peleamos?
— No me interesan los herviboros.
— Te aseguro que soy fuerte —comentó el guardián de la tormenta con una sonrisa ladina en el rostro—. De hecho —hablo con presunción—, te recuerdo que en estos momentos el herbívoro eres tú. Pero bueno, si quieres puedes seguir tomando tu siesta. Al parecer, la piña ya logró abrir su caja.
Hibari chasqueo la lengua, lo molestaba de sobremanera la actitud altanera de aquel punk adulto.
Bueno, total. No era mucho lo que tenía que hacer, solo insertar el anillo en la ranura. Estaba algo fastidiado. Una intensa llama envolvió al anillo de la nube, se notaba que estaba el tamaño de la llama. Hayato recordó que de hecho, Hibari rompía cada uno de los anillos que utilizaba para liberar su caja arma. Ese no sería un impedimento para el anillo Vongola de la nube. Aunque pensándolo bien. Podría estar en problemas por la temperamental nube.
Hibari insertó el anillo en la caja, era una llama fuerte. El ataque de la nube salió disparado hacia Hayato, la tormenta de inmediato se puso serio. El impacto se quedó atrapado en uno de sus escudos.
— Parece que es todo lo que puedes hacer —afirmó Hayato.
Antes de darse cuenta, le estaba costando retener el ataque.
— Deberias tener mas control sobre la cantidad de llamas que usas —le advirtió Hayato—. Es verdad que una llama poderosa te da ventaja, pero. No sirve de nada si se vuelve en tu contra.
Hayato movió sus escudos, haciendo que rodearan a lo que sea que haya salido de la caja arma de Hibari. Una bola del color de las llamas de la nube salió disparada encajando contra los árboles.
Hibari chasqueo la lengua, de pronto se escuchó el sonido de algo expandiéndose.
— Por cierto, recomiendo que seas cuidadoso con el poder de expansión de las llamas de la nube.
***
Y de esa manera estaban en esa situación.
— Tsk, en que demonios pensabas —gruño Hayato—. Definitivamente, les volveré a dar la parte teórica de las llamas.
***
Cuidad de Kokuyo. 10 años en el futuro, base de la familia Vongola.
Ryohei caminaba. Le había costado comenzar a quitar algunas fotos de ellos en esa época. Pero algunas eran un tanto reveladoras, como la de la boda de su jefe y el guardián de la niebla.
— Perdon, por encargarte ese trabajo —aseguró Yamamoto.
— No hay problema. Pero, no creo que sea suficiente.
— De hecho ya preguntaron sobre “El bebé” —añadió algo preocupado Takeshi—. Ahora comprendo esa orden de Tsuna, prohibido hablar del futuro si es que venían visitas del pasado.
— Pero seria mas facil.
— Oya —se anexó Mukuro—. O sí, y que les decimos. Oh ya se. Gokudera, me creeras que en el futuro estas casado con el “idiota del beisbol” —bufo Mukuro.
— Bueno, también podemos presumir que eres el glamoroso esposo de Tsuna —añadió Takeshi.
— Sería un caos —opinó el guardián del sol—. De momento me he llevado las fotos al ático.
— Vean el lado bueno, aun son jóvenes. Y sabemos como son, fue tan fácil engañar al joven punk —Mukuro sonrió—. Incluso cuando dije que era la mano derecha de Tsunayoshi-kun, se olvidó de lo demás.
— Puede ser… pero.
— Tal vez Lambo sea más calmado —confirmó Ryohei.
— ¿Deberíamos comenzar a buscar a Tsuna? —hablo Takeshi.
— De momento, la CEDEF ya está buscando —murmuró Mukuro— pero… Hay algo que me sigue inquietando
— A mi igual —opinó el guardián de la lluvia.
— Tal vez… Debemos prevenir cualquier ataque de Millefiore, pero algo me dice que ese idiota de Gesso disfruta la tortura.
***
Templo de la familia Giglio Nero. 10 años en el futuro.
— ¿Entonces dónde está mi yo del futuro?... ¿está en el pasado? —pregunto Tsuna.
La pregunta había sido hecha. Pero…
— Desapareció —contesto Irie—. Era el precio que Sawada Tsunayoshi escogió hacer para proteger a su familia. No me queda claro en lo que pensaba al hacer algo tan arriesgado. Pero, el no lo dudo ni un segundo. Creo que la parte más difícil fue mentirle a todos, solo Hibari y Nagi sabían el plan. En un principio tu yo de esta época pensado en decírselo a los demás guardianes, pero. No se atrevió. El dijo: “A veces para proteger a tus seres queridos es necesario mentirles”.
— Pero, eso quiere decir…. —murmuró algo temeroso ante las palabras de Irie.
— Que el Sawada Tsunayoshi de esta época no existe más en este mundo —afirmó Yuni—. Pero es algo que él mismo decidió, Irie-san. Sawada dejó una carta para su yo joven.
— Es verdad, pero él pidió una condición para que se la entregara.
— ¿que pidió? —inquirió Colonnello.
— Que Sawada Tsunayoshi del pasado, haga la prueba de sucesión.
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Chapter bonus FINAL
Cuidad de Namimori.
Extrañaba su mundo. Sin darse cuenta ya se encontraba caminando en los territorios de la niebla. Decidió entrar al lugar, era tal y como era en su mundo, un lugar desordenado. Vio a Ken, Chikusa y Fran salir del lugar.
— Kufufu, ¿que te trae por aquí Vongola? —era la voz de Mukuro.
— Nada en particular, solo estoy caminando —aseguró el menor.
— En mis territorios.
— Que yo sepa, no tienes las escrituras de este lugar.
— Kufufu,, alguien se levantó irritado —murmuró Mukuro—. Pero, tu no eres el Sawada Tsunayoshi de esta época, definitivamente ya hubieras huido.
— No —aseguró el castaño—. Pero es una interesante teoría.
— El arcobaleno vino a ver a Verde-sensei.
— Oh, supongo que para solucionar lo de la bazooka. En cualquier mundo, Mukuro sigue siendo Mukuro —afirmó Tsuna—. Pero… Olvidalo…
— Supongo que te contaron de mi atentado contra Vongola.
— Escuche algo por Enma-kun.
— No pareces muy preocupado —comentó Mukuro.
— En algún momento regresaré a mi mundo solo…
***
Cuidad de Kokuyo.
No había ningún ruido en la casa, seria que habían salido todos. De pronto escuchó abrirse una puerta.
— Mukuro —titubeo el castaño.
— Oya, así que estás aquí.
— ¿Eh?, solo en lo que regreso a mi mundo —aseguró el castaño.
— Espero que sea pronto.
— Pareces triste.
— Oya, parece que siempre eres capaz de leerme, Tsunayoshi-san.
— ¿San?
— Si, a Tsunayoshi, siempre le digo Tsunayoshi-kun, pero aunque tu seas de un mundo paralelo no significa que seas la mismas persona.
— Es verdad —completo Tsuna—. Tu pareces, más, no lo se exactamente.
***
Cuidad de Namimori.
Sin previo aviso, el Sawada Tsunayoshi del otro mundo lo estaba abrazando.
— Oe, ¿que te pasa Vongola?, estas muy amistoso.
— No —sonrió y de pronto el castaño desapareció en una nube.
***
Cuidad de Kokuyo.
— Tsunayoshi-kun, ¿porque parece como si hubieras abrazado a alguien? —reclamo el guardián de la niebla.
— Solo era un abrazo de despedida.
— Oh, ¿con quien?
— Contigo.
— Kufufu, al parecer intentas hacerla de celestino.
— Tal vez —Tsuna sonrió—. Regalame un abrazo —pidió el menor.
— Oya, ¿conque estás de atrevido? —sorio Mukuro mientras se acercaba abrazar al menor.
***
Cuidad de Namimori.
Mukuro estaba sin palabras.
— Mu...ku...ro —murmuró dubitativo Tsuna.
— ¿Que ocurre Tsunayoshi-kun?
— ¿Porque no estamos abrazando?
— No lo se preguntaselo a tu yo del mundo paralelo —aseguro Mukuro mientras rompía el abrazo.
Por su parte el pequeño bebé, Reborn sonreía mientras pensaba en que lo que acababa de ver era interesante.