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KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

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Disclaimer: KHR!, no es de mi propiedad. Los personajes son producto, imaginación y creación de Akira Amano-sensei.


Paring: 6927


Notas de la autora: Cuando parece que la autora se fue de parranda, no fue así. Sufrió problemas técnicos con su lap. (me dieron ganas de escribir algo al estilo de los títulos de Gintama)debido a problemas técnicos se perdió el archivo que tenia previamente escrito, por lo tanto me atraso con las actualizaciones de varios fic´s.


Es difícil escribir cuando estas viendo anime y te quedas picada.


Advertencias: pues ya a estas alturas creo que ninguna.


Tiempo de actualización: INDEFINIDO a lo mucho me puedo ir de parranda 3 meses.


 


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Capítulo LVIII. Presente


 


Secundaria de Kokuyo...


 


Antes de percatarse del paso del tiempo ya estaban casi terminados los preparativos para el festival cultural, nunca se percato de paso del tiempo en un abrir y cerrar de ojos prácticamente había transcurrido un mes. Rokudo Mukuro se encontraba revisando una serie de permisos emitidos por el mismo.


 


Sus colaboradores principales: Ken y Chikusa supervisaban las clases de tercero y segundo año respectivamente. Miro con cierta incredulidad los papeles, durante un par de minutos se cuestionaba si había sido el quien los leyó y autorizo; algo dentro de sí lo inquietaba, muchas de las demandas realizadas por los alumnos eran cosas que el en primera instancia jamas hubiera aceptado. Claramente toda la documentación tenia su firma, por sus puesto que era su puño y letra.


 


Escucho unos ligeros golpes en la puerta. Tan suaves, que casi parecían temerosos. Reconoció de inmediato el tocar sutil, Sawada Tsunayoshi. De inmediato concedió el permiso para que ingresará a su oficina: – Adelante. –Dijo.


 


Y en efecto, quien cruzo el umbral era el joven décimo Vongola.


 


– Kufufu, debo suponer que ya terminaste.


– Si –respondió Sawada.


 


El castaño miro a Rokudo, tanto Lambo, Hayato y el mismo terminaron como subordinados del ilusionista el único culpable de aquello era el hitman (el mencionado estaba en Italia).


 


– Necesito que hagas panfletos de esto, sin olvidar los cupones de cortesía –ordeno Mukuro sin apartar su mirada de los papeles.


– ¿No esta Hayato-kun? –pregunto.


– Tsunayoshi-kun, preguntas lo obvio. Si no vez al chico punk, es porque no esta aquí –la respuesta fue concisa y mordaz. Últimamente tendía a ser cortante con el castaño, se lo alegaba a que en un futuro el castaño sería el jefe de la familia mafiosa mas poderosa de Italia. Sin duda alguna de no ser por que el mencionado Décimo estaba bajo la tutela de Reborn cuestionaría que Sawada Tsunayoshi fuera alguien capaz de pelear, claro eso era un punto muy diferente de “matar”. Cuestionaba la elección del noveno al elegir a alguien tan voluble como Sawada. Xanxus a pesar de lo desequilibrado y maniático que era, estaba mas que orientado a cierto punto de la mafia en donde los escrúpulos no tenían lugar.


– Es ver-dad, lo siento –se disculpo–. Bueno me retiro. 


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Tsuna suspiro aliviado, definitivamente en estas fechas Mukuro estaba de pésimo humor. Simplemente cuando ambos estaban a solas, estaba por preguntarle –¿Que es lo que ocurre contigo?–, pero irremediablemente terminaba haciendo una pregunta estúpida y fuera de lugar. Camino con paso lento para dirigirse al salón de fotocopias, en su camino se cruzo de forma fugaz con Chikusa, el chico del gorro camino pasando de su presencia.


 


Fue entonces cuando tropezó. En esos momentos Sawada Tsunayoshi maldecía su torpeza, se incorporo de forma torpe, al igual que la persona con la que había chocado, la torpeza de ambos fue notable cuando golpearon de forma accidental sus cabezas, cayeron tenuemente de sen ton.


 


– Lo siento, no fue mi intención –se disculpo Sawada.


– No, fue mi culpa.


 


Sus ojos se cruzaron, Tsuna contemplo los ojos rojos del desconocido. Posiblemente el contrario era de su edad, noto de inmediato que el joven tenia varias heridas vendadas, también vio que el uniforme del chico era negro.


 


– En serio lo siento –ofreció disculpas nuevamente–. Es el uniforme de esta escuela, ¿verdad? –pregunto el pelirrojo.


– Eh, si... aquí estudio –afirmo Tsuna.


– Serías de gran ayuda –comento con voz tenue el desconocido–. Estoy buscando la oficina del director.


– ¿Eres alumno de intercambio?


– Sí –sentencio–. Me llamo Kozato Enma, vengo de la secundaria Shimon.


– Sawada Tsunayoshi, mucho gusto.


 


Por alguna razón ambos entraron de inmediato en confianza.


 


– Puedo acompañarte a la oficina.


 


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Gokudera Hayato estaba mas que fastidiado con los alumnos de primer grado eran sumamente fastidiosos,  se suponía que el tenia que estar a acompañando a su preciado Juudaime, pero no el descarado de Rokudo Mukuro lo aparto del lado de su jefe. En este momento caminaba con Ken, el chico bestia lo exasperaba. Dejo pasar eso de lado, por lo menos mañana podría estar disfrutando el festival en compañía de su Juudaime.


 


– Esto es aburrido –suspiro el rubio.


– De que demonios te quejas, si no has hecho nada.


– Por algo, Mukuro-sama me encargo que supervisara tu trabajo –alejo el rubio mientras sonreía con superioridad.


– Eso lo dices por que Chikusa hace tu trabajo y el suyo como es debido –riño.


 


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Lambo estaba de un lado para otro verificando que los cosas estuvieran en su lugar, parecía que el destino le escupía en la cara que su destino estaba ligado al café, su clase decidió hacer una cafetería. Lo peor de caso es que la gran mayoría del salón no tenia ni la mas remota idea de como hervir agua sin quemara, en su corta vida no creyó posible que quemaran el agua, pero sus compañeros lo hicieron. 


 


Aun recordaba ese evento. La tranquilidad que se respiraba sin Reborn cerca era agradable.


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Italia, casa de campo de la familia Giglio Nero...


 


Reborn miro a Yuni, pese a la corta edad de la infante esta era sumamente intuitiva. La vida privada de la jefa de los arcobalenos era un completo misterio, el no era quien para indagar con preguntas o si quiera cuestionar a su líder. Pero el evento del futuro era algo que lo rebasaba con creces. Sin contar con que el futuro jefe de Vongola actuó fuera de su vista. Definitivamente había entrenado bien al futuro Décimo.


 


En un inicio solo pensó en ir, hablar con Aria y regresar de inmediato a vigilar a Tsuna, aun así ella le sugirió que descansara un par de días. Miro a Yuni, de cierto modo ver  a la pequeña niña en vez de la valiente adolescente en la que se convertiría era un poco raro; la nostalgia que no se permitió sentir en el futuro le golpeo de frente, a pesar de que Aria era la hija de Luce, sin duda alguna Yuni se parecía mucho a su abuela.


 


– Tío Reborn, luces preocupado.


– No es nada serio –aseguro el hitman al ver el rostro preocupado de la menor.


– Ellos estarán bien –afirmo la niña mientras intentaba armar el rompecabezas que estaba


 


La oración de Yuni descoloco al hombre, pero recordó de quien era familia la menor. Es mas en el futuro ya mostraba dotes de aquel poder. No era bueno indagar sobre el futuro mas de lo necesario.


 


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Casa de la familia Sawada...


 


Nana cocinaba de forma alegre mientras tarareaba una canción que recientemente se había puesto de moda. Fue entonces cuando noto a los amigos de Tsu-kun, sentados en la sala. Las visitas de Hayato, quien en un principio parecía ser sumamente recio a entrar a la casa de los Sawada se habían vuelto usuales. Lambo miraba el techo mientras suspiraba y Tsuna estaba demasiado silencioso.


 


– Lucen cansados –auguro la castaña, esperando a que ellos les respondieran el motivo de su estado actual.


– No es nada oka-sama –se apresuro a decir de inmediato Gokudera.


– Afortunadamente todo termina mañana –anuncio Lambo mientras suspiraba.


Ara, ¿que es lo que termina? Deberían estar entusiasmados, no todos los días vives en carne propia un festival cultural.


– Es solo que con la explotación por parte de la piña, no nos deja ni respirar –se quejo Lambo.


– Ahora que lo mencionas, tiene tiempo que no vienen sus senpais –comento Nana mientras posaba una mano en su mejilla–. Deben estar ocupados con los deberes de sus clases. Tsu-kun, aun no me has dicho que presentara tu clase.


– Nada serio. Solo tendremos un puesto de... no es nada serio –intento el castaño cambiar la conversación.


– Mi clase hará una cafetería –dijo Lambo.


– Xanxus-san, menciono que en su salón harían una casa embrujada.


 


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Afueras del pueblo de Kokuyo...


 


Enma miraba el poblado, muy diferente de su lugar de origen. Ciertamente no espero encontrarse en su primer encuentro al joven décimo Vongola. Recordó que cuando el castaño se despidió le entrego un panfleto. En ese momento no le tomo mucha importancia, pero cuando lo leyó noto que en la secundaria se llevaría acabo un festival cultural, tan propio de la cultura japonesa.


 


– Tal vez deba asistir –musito suavemente.


– Enma deberías entrar esta empezando a hacer frio –dijo una mujer.


– Adelheid –pronuncio el nombre de su prima.


 


Los ojos carmesí se mantuvieron mirándolo fijamente, su cabello peinado en una coleta mientras un mechón sobresalía quedando a la derecha de su rostro.


 


– No te preocupes, entrare en un par de minutos –aseguro el pelirrojo.


– Se lo que piensas –advirtió–. Haz lo que creas mejor.


 


A pesar de que Suzuki tenia un temperamento fuerte, era sumamente cariñosa con los miembros de la familia Simon, a excepción de Julie a quien mayormente golpeaba su prima.


 


– ¿Que opinión tienes de Sawada Tsunayoshi?


– Sobre Tsuna-kun, aun no estoy muy seguro –admitió–. Solo converse con el un par de minutos.


– Julie, me dijo que Xanxus pertenece al profesorado.


– Debemos actuar con cautela.


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Yamamoto se levanto sumamente entusiasmado, incluso Tsuyoshi, su padre noto la felicidad que emanaba su hijo.


 


– Entonces... Takeshi, ¿por que tan feliz? –pregunto el adulto.


– No es nada.


– Confiesa pequeño mocoso –su voz era burlona–. ¿Tienes una cita? Inquirió mientras una sonrisa picara relucía en sus labios.


– Nop.


– No me digas, Gokudera-kun cedió a tu acoso.


 


Por un instante el rostro del menor pareció sorprendido, el nunca menciono nada sobre Gokudera. Es más, de hecho habían sido Lambo y Tsuna quienes lo invitaron a su festival.


 


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La juventud, que mejor momento para vivir que disfrutar de los festivales culturales. Su madre le había dicho lo importante que eran, siendo pequeño no sintió la misma efusividad que en este momento, sus amigos asistirían; después de todo era un evento abierto al publico. Distaba mucho de los eventos realizados durante la primaria.


 


– Buenos días Juudaime –saludo Gokudera de forma amable.–


– Buenos días, Hayato-kun.


– apropósito, estupidera invitamos a tu beisbolista favorito –increpo Lambo mientras se colgaba del hombro izquierdo del chico bomba.


– ¿QUE DEMONIOS? Como carajos se te ocurrió invitarlo.


 


Gokudera estaba molesto, se suponía que era un día para reforzar el vinculo jefe-mano derecha con Juudaime.


 


– Eh, te molesta que lo invitara –hablo Sawada–. Pensé que era bueno que conviviéramos todos.


– Afortunadamente Hibari se negó, claro no sin antes mordernos hasta la muerte –intervino Lambo–. No quiero ser testigo de la furia de la niebla y la nube. Pero creo que todos los demás estaremos bien.


 


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Rokudo miro a su salón de clases, una casa embrujada no estaba dentro de sus planes, Miro a Xanxus, lógicamente el se había ganado el respeto de los alumnos cuando... –de inmediato se llevo una mano a la cabeza–. Intento recordar por que el Varia era admitido como el profesor de su clase. Era verdad, hubo un incendio en la escuela. Por lo tanto el poder de los alumnos se encontraba en un estado neutro, no molestaban a Xanxus, de algún modo una tregua silenciosa fu establecida. Miro por la ventana, fue cuando vio caminar a Tsunayoshi en compañía de sus guardianes. Todo esto lo entusiasmaba hasta cierto punto. Vivir una vida común sin relación alguna con la mafia.


 


La escuela permanecería abierta al publico hasta las seis de la tarde.


 


– Ey, basura –la voz de Xanxus resonó en sus oídos–. Deja de estar mirando la ventana –ordeno el mayor. Rokudo lo miro de forma tajante.


– ¿que ocurre conserje-sensei?


– Cierra esa ventana –ordeno.


 


En la clase de 2-1, no era raro ver al presidente estudiantil pelear por nimiedades con Xanxus. Muchas veces ninguno admitía la derrota y solo dejaban lugar a una tregua silenciosa.


 


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Dino estaba extasiado con la idea de ver un festival cultural. Que bueno que su hermanito lo invitara a ser parte de su vida escolar, nada que ver con la escuela mafiosa a la que el asistió en donde principalmente se mostraban los talentos en cuanto al mundo de la mafia. Combates cuerpo a cuerpo, con armas, todo eso lo abrumaba.


 


– Bronco.


 


La voz la reconoció de inmediato. –Squalo –dijo mientras vio que el resto de los Varia estaban atrás de su nuevo jefe.


 


– No se supone que debías estar trabajando –emitió el espadachín.


– Tenia tiempo que no te veía con el cabello corto –opino el rubio–. Te queda bien.


– No fastidies, bronco.


– Supongo que vienen a ver a Xanxus... yo vine a ver a mi hermanito –irradio el aura de hermano mayor.


– ¿Que yo sepa eres hijo único? A no ser que tengas un medio-hermano –señalo Squalo.


– Tsuna es como un hermano para mi –confeso–. Bueno solo estamos aquí para ver a nuestros conocidos. Que hará la clase a cargo de Xanxus. Escuche que se llevan mejor desde que los salvo de un incendio. Tal vez este tiempo lo haga meditar, tal vez debería aplicar para ser el profesor de idiomas.


– Jefe –intervino Romario–. Deje de hacer esa clase de comentarios, no podemos estar mucho tiempo en Kokuyo –le recordó su asistente.


 


Continuara…


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Notas finales:


 


Sí, apareció por fin Enma, se lo esperaban; posiblemente sí. Debo admitir que debes en cuando releo lo escrito y me impacto al encontrar dedazos.


 


Aun me falta planear el papel de Enma, así como que pasará en este arco, por cierto el antagonista en turno ya tiene nombre, Kufufu. Solo diré que es un secreto de momento. Fue un capítulo corto, aun me falta saber que hará la clase de Tsuna y Gokudera.


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