Disclaimer: KHR!, no es de mi propiedad. Los personajes son producto, imaginación y creación de Akira Amano-sensei.
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Notas de la autora:oh my kat!, me entere de algo que me alegro el día al parecer habrá un corto de KHR! Con ELDLIVE, conclusión no puedo esperar para ver de nuevo a toda la familia Vongola (y esto es lo que me llevo a escribir la continuación tan rápido)
Advertencias: pues ya a estas alturas creo que ninguna.
Tiempo de actualización: INDEFINIDO a lo mucho me puedo ir de parranda 3 meses.
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Capítulo 64. Festival cultural (parte I).
Secundaria de Kokuyo...
El lugar estaba a rebosar de las personas externas que ingresaban a la institución. Sawada miro el lugar con cierto nerviosismo, si pudiera huir lo haría, pero no, por que ello significaba dejar a Hayato solo. Por su parte Gokudera esperaba muy en el fondo de su ser que el par deportivo se perdiera en el camino.
– Hayato-kun –llamo Sawada sacando de su ensoñación principal a la tormenta.
– No se preocupe, juudaime. Si usted lo decidió estará bien –dijo.
– No es bueno que mientas –señalo el castaño–. Si algo te incomoda solo dilo. No espero que Yamamoto y tu de la noche a la mañana sean buenos amigos; aun así parece que serán capaces de llevarse bien.
– Lo siento –admitió, no era fácil negarle algo a Sawada.
Los murmullos comenzaron a escucharse en la entrada principal, rápidamente ambos jóvenes se acercaron a las ventanas para saber cual era el motivo de tanto furor. Sawada casi se infarta al ver a Cavallone en compañía de los Varia, no solo eso. Hibari Kyoya también se encontraba en ese lugar. La mirada de Gokudera rebosaba de incredulidad al ver a toda ese grupo de matones.
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Rokudo salio de su oficina sin rumbo fijo, en verdad le molestaba de sobremanera hacer recorridos para vigilar su territorio. En un principio pensó en mandar a sus subordinados, pero estos ya tenían bastante con vigilar los cursos de tercero y primero. De pronto sintió la molesta presencia de las desagradables visitas, Varia, Cavallone y compañía y por supuesto también estaba la alondra. Hibari, eso si era todo un evento digno de ve usualmente raramente por no ser por molestar al contrario visitaban las escuelas. Eventos deportivos y académicos eras los único conceptos en los que de alguna forma ambos acordaron asistir a la escuela del contrario, claro solo si era absolutamente necesario. Empero, no era lo usual visitar en pleno festival cultural, mucho menos imaginaba o concebía la idea de Hibari Kyoya en un lugar lleno de herbívoros.
Esto podría ser interesante y sin mas se dirijo a la entrada, seria descortés no atender a los invitados (no deseados).
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Hibari miro el lugar con molestia. Antes de levantarse para ir a la escuela le llego un correo de origen desconocido, el usuario se hacia llamar “baby*1”, al principio pensó que se trataba de un spam. Por lo que lo que iba a eliminar el mensaje molesto, pero antes de que lo hiciera le llego otro correo del mismo usuario. Era un correo de Reborn, por lo tanto opto por abrirlo, el mensaje era interesante; por lo tanto era el motivo de su asistencia en un lugar lleno de herbívoros.
Al cruzar la entrada reconoció a algunos de los herbívoros.
– Kyoya –saludo amigablemente Cavallone–. Es bueno que estés aquí.
El presidente del escuadrón disciplinario de inmediato saco sus tonfas: – Herbívoro, ¿como te atreves a llamarme por mi nombre?
Cavallone sintió un nudo en la garganta, posiblemente su estudiante se levanto de pésimo humor.
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Gokudera y Sawada quienes eran espectadores ante el posible futuro de un campo bañado en sangre salieron corriendo del lugar.
– Hayato, debemos detenerlo.
– No se preocupe juudaime, incluso si tengo que llenarlos bombas no permitiré que perturben su tranquilidad.
Ante las palabras de Gokudera, Sawada deseo que no se complicara todo mas de lo que ya era. Ciertamente lo dicho por la tormenta era con buena intención, claro cuando no se prestaba atención a la parte de hacer volar a todos con el uso de explosivos.
Ambos jóvenes llegaron agitados, solo para encontrarse con que Rokudo se encontraba enfrascado en una pelea contra Hibari, los visitantes pensaron de forma ingenua que era un acto planeado por los estudiantes de Kokuyo, pero quienes asistían a la escuela prefirieron guardar una distancia segura.
– Kufufu, supongo que vienes de visita Kyoya-kun –la voz de Rokudo era burlesca.
– No te interesa –gruño la nube.
Las tonfas de Hibari comenzaban a llenarse de su atributo. Por su parte Rokudo hizo lo mismo con su tridente. Cavallone estaba meditando como frenar a ese par tan problemático, cuando llego Xanxus. El antiguo jefe de Varia tenia aquella mirada tan característica propia de un asesino un disparo impacto justo en las armas.
– Malditos mocosos quieren ir directo al infierno. SAWADA –hablo de manera severa–, se supone que eres el jefe de esa escoria. Controlalos.
Los Varia se quedaron mudos ante lo expresado por Xanxus. Acaso eso significaba que el lo aceptaba como Décimo Vongola.
– No molestes, sensei –agrego Rokudo.
– No sigo ordenes que no sean mías –pregono Hibari.
El ambiente era tenso.
– Ara –la mayoría reconoció de inmediato la muletilla utilizada por la madre de Sawada–. Están emocionados por el festival, es bueno.
De inmediato los tres hombres dieron un cese al fuego silencioso.
– Xanxus-sensei, buenos días.
– Buenos días Nana-san.
Atónitos, así se encontraban los Varia al ver que su terrible ex-jefe lucia como un manso cordero ante la presencia de aquella mujer. Squalo miro con recelo a la desconocida.
– Mamá, se supone... –intervino Sawada pero su madre no lo dejo terminar la frase.
– Oh, Tsu-kun. Vine de visita, tu padre y el padre de Xanxus-san también vendrán –informo la mujer.
– Kyo-kun, Mu-kun sean buenos amigos –agrego la mujer mientras sonreía.
Los que conocían a los tercos guardianes de Sawada esperaban que estos se alebrestaran en contra de ella, pero estos no dijeron nada. Su pensamiento se resumía a una cosa “aquella mujer era peligrosa”. No era de esperarse menos de la esposa de Iemitusu.
Varia, procedió a reunirse alrededor de su jefe en espera de una explicación lógica. Xanxus noto que sus subordinado tenían un par de preguntas, no obstante Sawada Nana no era lo que ellos creían: – Sawada Nana, no sabe nada de la mafia –sentencio de forma contundente–. Y sera mejor que no se entere por alguno de ustedes.
Continuara…