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KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

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Notas del capitulo:

Disclaimer: KHR! no me pertenece todos los personajes usados en este fic son propiedad de Akira Amano-sensei, yo solo secuestró un rato a los personajes para escribir esta historia.

 

Perdón por tardar con la actualización.

Capítulo XXVI: Verdades

 

Aunque Lambo había ganado la batalla por el anillo del Trueno, los ánimos de todos estaban por los suelos. Cuando Tsuna recuperó el conocimiento al primero que vio fue a Lambo.

 

 

 

— Tsuna ¿te encuentras bien?

 

— Si, por un momento soñé que arrestaron a papá.

 

— Eso no fue un sueño —dijo Lambo mientras miraba el suelo.

 

— Pero, papá no es capaz de matar a nadie.

 

— Encontraremos alguna solución, cuando fui al futuro. él Tsuna de esa época me dijo: “Si no quieres perder nada tienes que ser fuerte”.

 

— Pero.

 

— También dijo que no tenías tiempo de dudar en nada.

 

— Yo iré a continuar con mi entrenamiento —dijo el menor antes de salir corriendo del lugar.

 

 

 

***

 

 

 

El arcobaleno del cielo les había advertido que las pruebas serían difíciles, claro que pensó en que los miembros de Varia intentarían hacer algo para que la familia de Tsuna perdiera, pero la situación actual. La situación era muy diferente a como se la esperaba Reborn. Primero apareció Vindice, ninguna de las familias mafiosas tenía control sobre esa organización, y luego “el bebé del pacificador incoloro”. Antes de que quedará atrapado en la maldición de los arcobalenos busco cualquier forma de romper la maldición, no encontró nada relacionado con los arcobalenos. Durante años estuvo atrapado al igual que los demás en el cuerpo de un bebé.

 

 

 

Debía pensar, quería consultarlo con el arcobaleno del cielo, pero era difícil lograr contactar con ella.

 

 

 

Estaba esperando en la sala de un hotel que habían rentado.

 

 

 

A los pocos minutos llegó Lal Mirch acompañada por Colonello.

 

 

 

— Hola, Reborn. Debe ser importante para que nos cites a todos.

 

— Esperaremos a que lleguen los demás.

 

— Intentaste contactar a la líder —preguntó Lal.

 

— Sabes que ella no se muestra si no quiere ser encontrada —respondió Reborn.

 

— Desde que recibí su carta, sabía que las cosas no iban a ser tan sencillas.

 

— Sin embargo ella nos advirtió acerca de las pruebas venideras —fue la voz de Fon.

 

 

 

Reborn y el resto de inmediato repararon en la presencia de Viper.

 

 

 

— Viper.

 

— No me llamen por ese nombre, mi nombre actual es Mammon.

 

 

 

Los arcobalenos se miraron entre ellos.

 

 

 

— Viper, tu hablaste con el arcobaleno del cielo.

 

— No… Solo me pidió que participara en esta batallas, de hecho yo iba a comenzar a realizar trabajos independientes, ya estaba entrenando a un sustituto por esa razón, mi reemplazo iba a participar en la batallas. Pero llegó la carta, odio hacer trabajo gratuito, pero . La carta solo decía que debía permanecer en Varia hasta que el asunto de los anillos estuviera zanjado.

 

— Bueno, regresando al punto. Ayer en la batalla apareció un bebé con un pacificador.

 

— Otro pacificador, pero solo estamos ocho personas —dijo Verde.

 

— Era un pacificador sin color —dijo de inmediato Lal.

 

 

 

Frente a ellos apareció una imagen de sujeto de Vindice que cargaba al bebé.

 

 

 

— Esta era su apariencia —dijo Mammon al crear dicha ilusión.

 

— Intente hablar con él pero se negó —aclaró Reborn.

 

— Esto no es nada bueno-cora, Vindice nunca actúa de forma tan…

 

— Directa —completo Lal.

 

 

 

De pronto entró alguien corriendo.

 

 

 

— ¡Por qué demonios empiezan sin el gran Skull! —fue la queja del recién llegado.

 

— Pensé que ya estábamos todos —dijo Reborn.

 

— A veces me olvido de que eres un arcobaleno-cora.

 

 

 

***

 

 

 

En la secundaria de Kokuyo.

 

 

 

Mukuro están observando todo, desde que llegó se dio cuenta de las patéticas ilusiones que utilizaron para engañar a los alumnos, las ventanas estaban completamente quebradas, trato de relajarse. Si no recordaba mal, en los informes de Chikusa la batalla había sido la de la Vaca y el sujeto de bigotes de Varia.

 

 

 

Vindice. El siempre hecho de escuchar el nombre de esa organización era desagradable, para que Vindice interfiriera en algo era porque encajaba con sus objetivos. La mafia no era nada comparado a esa organización. De hecho siempre se había preguntado el por que no destruyen la mafia, al contrario vigilaban que no se salieran de las reglas, si es que existía honor entre los mafiosos.

 

 

 

— Mukuro-sama.

 

— Eh, qué ocurre Chikusa.

 

— Es sobre Vindice —dijo el de lentes mientras le entregaba una foto a su líder.

 

— Un bebé —dijo mientras observaba la foto—. Un octavo arcobaleno —dijo al ver el pacificador.

 

— Sí, la tomo Ken anoche mientras vigilamos las peleas.

 

— Esto es serio.

 

 

 

***

 

Tsuna se encontraba entrenando por su cuenta, después de todo Reborn había desaparecido. “¿Que diablos esta pasando?”, no tenía ni la más remota idea. Debía hablar con Reborn. Cuando reviso su celular vio un mensaje del hitman: en el que decía que habría una reunión en una hora en su casa. Salió corriendo directo a casa.

 

 

 

En el trayecto le dio sed, por lo que decidió entrar y comprar un botella con agua. Estaba tomando la botella cuando escucho una voz.

 

 

 

— Oya, no solo te vuelas las clases ahora también te saltas los entrenamientos del arcobaleno.

 

— Mukuro, Hiii —salió un leve grito de sus labios—. ¿Que haces aqui?

 

— Salí a comprar algunas golosinas —dijo el mayor mientras le mostraba su cesta repleta de comida chatarra—. Además de que el Arcobaleno me envió un mensaje a mi celular.

 

— Por cierto, ¿por qué le dices arcobaleno a Reborn?

 

— No se muchos respecto al tema, solo se que los arcobalenos son un grupo formado por los bebés más fuertes del mundo, o al menos eso se supone, pero como viste Reborn es un adulto. En cualquier caso, deberías preguntarselo al arcobaleno.

 

— Tienes razón.

 

 

 

Cuando pagaron por las cosas que compraron, Mukuro arrastró a Tsuna con él. Llegaron a un parque vacío, y se sentaron en los columpios.

 

 

 

— ¿Qué hacemos aquí?

 

— Que desconfiado eres, Tsunayoshi-kun.

 

— No es eso.

 

— Entonces…

 

— Es solo que.

 

— No sabes cómo hablar conmigo, no soy una persona muy complicada —aseguró Rokudo—. Además lucías preocupado. Es por lo de Iemitsu-san.

 

— En parte. Pero también. No quiero fallar.

 

— ¿Fallar en que? —inquirió el mayor.

 

— Yo siempre he sido torpe… Y Reborn me dijo que no debe haber errores, que si perdemos esta batalla.

 

— Todos moriran.

 

— Sí.

 

— ¿Es tan importante la mafia para ti? —pregunto Rokudo.

 

— No es la mafia, son las personas que están involucradas, a todos los considero mis preciados amigos.

 

— Incluso a Ave-kun y a mí.

 

— Sí.

 

— Eres tan simple, Sawada Tsunayoshi. Será que no conoces la maldad de este mundo. Al mismo tiempo eres bastante ingenuo.

 

— Claro que he conocido a personas malvadas —afirmó el castaño.

 

— Kufufu, te refieres a mí.

 

— Tu no eres malvado —aseguró el menor.

 

— Kufufu —sonrió el mayor—. En verdad eres un encan…

 

 

 

Mukuro fue interrumpido por un látigo.

 

 

 

— Tsuna —grito el rubio mientras se abalanzaba sobre él para abrazarlo.

 

— Dino-san, ¿que haces aqui?

 

 

 

***

 

 

 

Dino caminaba con destino a la casa de su hermano menor, del alguna forma se había alejado de Romario. Cuando intentó usar su celular siempre mete no lo encontró. De pronto vio algo que lo incomodó. Su hermanito estaba a punto de ser besado por Rokudo Mukuro, no lo iba a permitir.

 

 

 

***

 

 

 

— Hola Tsuna —dijo el rubio mientras se rascaba la cabeza—, iba a tu casa.

 

— No me digas que te perdistes.

 

— No, de hecho — la respuesta era sí pero no lo admitiría en frente de Rokudo—. Bueno, los estaba buscando. Reborn me citó en tu casa.

 

— Ah, por qué no te adelantas Dino-san. Estoy hablando con Mukuro.

 

 

 

Las palabras de su dulce hermanito eran como una puñalada.

 

 

 

— ¿Pero? —trato de protestar el rubio.

 

— No tardaremos mucho.

 

— De acuerdo.

 

 

 

Mukuro rio internamente, aun no comprendí porque cada vez que hablaba con el castaño los demás siempre los interrumpen.

 

 

 

Dino comenzó a caminar.

 

 

 

— Como decía —dijo el castaño—. He conocido a personas malvadas —asintió el menor mientras recordaba como en la primaria sus compañeros siempre le quitaban el dinero y se burlaban de él—. Y definitivamente, tú no encajas en esa descripción.

 

 

 

Mukuro lo miro a los ojos, era la primera vez que alguien le decía esas palabras, cuando era tan solo un niño su madre lo abandonó a su suerte alegando “que ella no había dado a luz a un demonio”, su infancia fue oscura. No le gustaba depender de los demás, odiaba a los humanos eran tan corruptos y ambiciosos.

 

 

 

Los ojos de Sawada Tsunayoshi, eran sinceros, pero también lucían preocupados por los reciente hechos ocurridos. Sabía que se arrepentiría si seguía mirando aquel par de ojos de color café caramelo.

 

 

 

A Tsuna, desde que conoció a Mukuro siempre le había gustado el color impar de sus ojos.

 

 

 

— Mukuro…

 

 

 

Tsuna lo llamó por su nombre. Hiiiiiiiiiii, nunca había mirado a nadie directo a los ojos por lo general apartaba sus ojos siempre que observaba a otras personas.

 

 

 

— El mundo no es un lugar gentil, Tsunayoshi-kun. Los humanos son despreciables y traicioneros.

 

— Aun así, hay personas a las que quiero proteger.

 

— Esa amabilidad tuya, puede ser tu peor debilidad.

 

— Ehhh.

 

— La amabilidad es… olvidalo.

 

 

 

Mukuro optó por abrir una de las bolsas que contenía frituras. Tomó unas cuantas papas con la mano derecha y le ofreció la bolsa a Tsuna.

 

 

 

— Eh, gracias —dijo el castaño a l momento de tomar un par de papas.

 

— Parece que ni siquiera desayunaste, si vas a hacer algo hazlo bien. No tiene sentido que intentes saltarte el desayuno. También es importante que descanses.

 

— En verdad eres amable Mukuro.

 

 

 

***

 

Por su parte Dino caminaba en lo que él creía que era la dirección de la casa de su hermanito, de pronto choco con alguien.

 

 

 

— Lo siento —dijo el Cavallone mientras se disculpaba juntando ambas manos.

 

— No es nada serio, no paso nada.

 

 

 

Dino se quedo frio, era Hibari. Y sin más se desmayó de la impresión.

 

 

 

— estas bien —grito el individuo.

 

— Supongo que tendré que ayudarle.

 

 

 

De pronto llegó un hombre de traje negro.

 

 

 

— Jefe —dijo al ver al rubio inconsciente.

 

— No se preocupe solo se desmayo — aseguró el hombre.

 

— Perdón, por los inconvenientes causados —dijo el mayor haciendo una reverencia—. Mi nombre es Romario como podría agradecerle su amabilidad.

 

— No es nada —aseguró el contrario.

 

— Ahora que lo observó, joven ¿es usted familiar de Hibari Kyoya?

 

— No. No tengo familiares en Japón.

 

— Bueno, es que podría decirse que parecen bastante, podrían pasar como hermanos,

 

— En serio, bueno. Supongo que puede vigilarlo —dijo Fon mientras señalaba al rubio—. Tengo que ir a otro lugar.

 

— Gracias, yo me haré cargo a partir de ahora.

 

 

 

Fon se despidió. Era raro que le dijeran que alguien se parecía a él.

 

 

 

Romario, suspiro. A veces Dino era un jefe tan problemático, en especial cuando se extraviaba. Bueno debían apresurarse a hablar con Reborn.

 

 

 

***

 

Reborn había organizado una reunión de último minuto con los guardianes de Tsuna. El primero en llegar fue Lambo, ya que el menor vivía en esa casa.

 

 

 

— Reborn —hablo el menor algo temeroso.

 

— ¿Qué ocurre?

 

 

 

Esto sí era raro, Reborn no le había dicho Vaca tonta o cualquiera de sus respectivos apodos.

 

 

 

— Eh, bueno. Cuando fui al futuro… Él Tsuna de diez años en el futuro ya me estaba esperando.

 

— Habla de una vez.

 

 

 

***

 

 

 

Diez años en el futuro.

 

 

 

Cuando Lambo vio el lugar al que había llegado se encontraba en una oficina elegante.

 

 

 

— Te estaba esperando.

 

 

 

Sentado en el sillón, se encontraba Tsuna del futuro.

 

 

 

— ¿por qué?

 

— Bueno, recordé que por estas fechas ocurrieron las batallas por los anillos —sonrió el mayor.

 

— Entonces, sabes que va ha pasar.

 

— En teoría, solo se que va ha ocurrir si es que ustedes viajan a esta línea de tiempo. Pero no se si su línea del tiempo vaya a tener nuestro mismo camino a futuro —explicó el mayor—. Además no puedo revelar cosas sobre el pasado, Lambo.

 

— Pero. Tú.

 

— Solo puedo darte palabras de apoyo, quiero que le digas a mi yo del pasado que “Si no quieres perder nada tienes que ser fuerte”.

 

— Pero, en este momento.

 

— Solo dile eso. Los más importante para mi, siempre ha sido mi familia. A cada uno de ustedes, los considero como mis hermanos propios —el mayor sonrió—. Por cierto, papá fue el que puso la “granada de los diez años en el futuro” en tu pantalón. ¿Quieres beber algo de té? —preguntó el castaño mientras le ofrecía una taza.

 

 

 

***

 

— Entonces, el dame-Tsuna del futuro te dijo eso.

 

— Sí.

 

 

 

Reborn miró de reojo a la Vaca, definitivamente…

 

 

 

***

 

 

 

Tsk. Gokudera chasqueo la lengua fastidiado, aún no logra perfeccionar bien su técnica. Y eso no era todo, Vindice, esos malditos como se atrevieron a difamar al padre de Juudaime.

 

 

 

— Yop, Gokudera.

 

 

 

Lo que le faltaba el friki del béisbol.

 

 

 

— ¿Que quieres imbécil?

 

— Bueno, Reborn me pidió que te viniera a buscar.

 

— ¿Reborn-san?, ¿ocurrió algo?

 

— Al parecer quiere organizar una reunión previa, o algo así —sonrió el moreno.

 

 

 

Hayato observó con incredulidad a ese idiota, en verdad aún creía que la mafia era un juego.

 

 

 

— Deberías tranquilizarte un poco —sugirió Yamamoto al ver al de ojos verdes agotado y en cierta manera adherido.

 

— Tsk —gruñó—, ¿tú que sabes?

 

— A Tsuna, no le gustaría verte lastimado, y a mí tampoco.

 

— ¿como puedes decir cosas tan vergonzosas? —se exalto el menor.

 

— Ni yo lo se, pero me recuerdas a un gato callejero.

 

— ¿quieres morir verdad?, ¿porque carajo me comparas con un gato callejero?

 

— Bueno, te lo diré si prometes no matarme.

 

— Habla de una buena vez idiota. Aunque la primera vez que tuvimos la desgracia de conocerte Juudaime y a mí, nos dijistes conejos.

 

— Verás —sonrió el moreno mientras se rascaba el cuello—. La primera vez que te vi, parecías. Como decirlo… Solo pareces, maldición. Posiblemente me vueles la cabeza.

 

— Habla de una buena vez, no quiero perder mi tiempo contigo.

 

— Te gusta Tsuna.

 

— Eh… A qué te refieres.

 

— Bueno, siempre dices que quieres ser su mano derecha.

 

— Sí, es mi sueño. ¡PERO NO CAMBIES EL TEMA IDIOTA! —grito Hayato.

 

— Cuando se trata de Tsuna, te ves verdaderamente feliz —comentó Yamamoto—. La primera vez que te vi. Estabas a la defensiva, como un gato callejero. Al principio un gato tal vez conocía a algunas personas buenas que jugaban con él, y por ello el gato creyó que los demás eran iguales. Pero se dio cuenta que no todas la personas son buenas, y por eso actúas tan reacio con los demás. A Tsuna lo estimas, y a Reborn lo admiras y por ello pensé. Que —Yamamoto se sonrojo— que…

 

— Aja.

 

— No es tán fácil decirlo.

 

— Solo escupelo de una buena vez —dijo impaciente.

 

— Que me consideres.

 

— Bueno siempre te he considerado un idiota.

 

— Pero, eres tan espeso como senpai —dijo el beisbolista.

 

— Salgamos algún día a comer juntos.

 

— No tengo ningún problema.

 

 

 

Gokudera era tan espeso, él tratando de hablar sinceramente y el de cabellos plateados se las arregló sin saberlo para romper el ambiente.

 

 

 

— Cuando termine el conflicto de los anillos, también hay que llevar a Juudaime y a la Vaca.

 

 

 

Internamente, se auto maldijo a sí mismo. Sabía exactamente por donde iba el asunto del friki. Pero aún no estaba listo, o al menos no en ese momento para hablar con Yamamoto en ese sentido, “salir con alguien”. Tsk. Se sintió mal al ver la cara disimulada del moreno. Pero también no se atrevió a rechazarlo del todo.

 

 

 

— Hay que apurarnos, seguramente Reborn-san nos está esperando.

 

 

 

***

 

 

 

Reborn, suspiro. Que nadie planeaba llegar a la reunión.

 

 

 

Lambo tenía un horrible presentimiento, “¿En que demonios estaban pensando al dejar esperando al hitman?”.

 

 

 

— Y… Sí… los salgo a buscar —habló Lambo, no le agradaba la idea de estar solo con Reborn.

 

— No muerdo —dijo el mayor como si pudiera leer sus pensamientos.

 

— Yo, nunca dije eso.

 

— Lo estas pensando, deberías saber que puedo leer mentes.

 

— Debes estar bromeando.

 

— En serio —dijo el mayor mientras sonreía—. Es una de mis habilidades especiales.

 

 

 

El tono de Reborn, sonaba a presunción.

 

 

 

— Bueno, si pudieras leer mentes. Sabrías más sobre lo Vindice.

 

 

 

Toché. Esa Vaca no era tan torpe como aparentaba. en verdad de vez en cuando al hitman le gustaba tomarles el pelo a sus conocidos, solo podía leer las expresiones faciales, y claro que disfrutaba hacerles creer sus habilidades de lectura de mente.

 

 

 

Se escuchó que tocaron a la puerta, apareció Dino acompañado de Romario.

 

 

 

— Perdon por la tardanza —dijo Dino temeroso, él conocía lo suficiente al hitman para saber que odiaba esperar.

 

— ¿por qué llegas tan tarde?

 

— Bueno, no me lo creerás, pero me encontré a un Hibari amable.

 

— Debes estar mal de la cabeza, Hibari Kyoya en definitiva encaja con la nube de la familia.

 

— Es verdad, Reborn-san. Pero a diferencia de Hibari-san, parecía que era chino además de tener unos veinte años.

 

— Ah, entonces se encontraron a Fon.

 

— ¿Fon? —mencionaron los presentes confundidos.

 

— Es una aliado —aseguró el mayor—. En serio que tanto hacen los guardianes de Tsuna.

 

— Pues, Tsuna estaba hablando con Rokudo —dijo Dino.

 

 

 

Se formó un sonrisa sádica en el rostro del hitman.

 

 

 

— No me gusta esa sonrisa Reborn, es buena o mala —dijo Dino.

 

— Solo te dire que es buena.

 

— No me tranquiliza nada —agregó Lambo.

 

 

 

De pronto se escucharon uno pasos, venían llegando el guardián del sol, el de la tormenta y el de la lluvia.

 

 

 

— Lamento la tardanza Reborn-san —se disculpo Gokudera mientras hacía una pequeña reverencia.

 

— Si, no desviamos un poco del camino. Y nos encontramos a senpai —aclaró Yamamoto.

 

— ¿Dondé está Sawada? —pregunto Ryohei.

 

 

 

De pronto alguien entro por la ventana.

 

 

 

— No me gustan las manadas —dijo Hibari—, así que sean rápidos y concisos.

 

 

 

***

 

Mientras tanto en el parque.

 

 

 

— Parece que tenías hambre —dijo Mukuro al ver que ya no tenían ninguna bolsa intacta de comida chatarra.

 

— Te compraré más bolsas —aseguro Tsuna.

 

— No hace falta, solo dame algo de agua.

 

 

 

Tsuna observó que la botella de agua ya estaba por la mitad.

 

 

 

— No te molesta que yo le haya tomado primero —fue la observación del menor.

 

— En serio, no comprendo cómo los japoneses son tan cerrados en este tipo de asuntos, Tsunayoshi-kun —dijo Mukuro mientras le quitaba la botella.

 

— eh, ¿porque?

 

 

 

Mukuro se bebió lo que restaba de agua.

 

 

 

— Porque es un beso indirecto —aclaró Rokudo.

 

« —HIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII —Tsuna grito en su mente mientras sus mejillas se tornaban rojas».

 

 

 

Tsuna se llevó las manos a las mejillas.

 

 

 

— Es tán fácil molestarte —dijo Mukuro antes de sonreír.

 

— Pero, bueno… no cuenta como beso —se defendió Tsuna.

 

— Oya… que ingenuo eres Tsunayoshi-kun.

 

— Pues.

 

— No será que nunca has besado a nadie.

 

 

 

Mukuro había adivinado, lo noto por la expresión del castaño. O si era tan divertido molestar al menor.

 

 

 

— No me digas que crees en esas cursilerías, de que el primer beso debe ser mágico.

 

 

 

Tsuna desvió la mirada.

 

 

 

— Kufufu, eres tan ingenuo.

 

— No te burles Mukuro.

 

— Claro que no me burlo, solo me estoy divirtiendo.

 

— Es lo mismo —aseguró Tsuna—. De todos modos debemos ir a ver a los demás —hablo el castaño.

 

— Y apenas te acordaste de la reunión, después de una hora aquí.

 

— !EH¡... UNA HORA —gritó Tsuna mientras se llevaba las manos a la cabeza—. Reborn me va a matar.

 

 

 

Tsuna jalo a Mukuro del brazo, debían correr y rezar por que Reborn no estuviera molesto y quisiera matarlos o algo peor.

 

 

 

***

 

Nana se emocionó al ver a todos los amigos de su hijo reunidos en su habitación, así que no tardó nada en llevar té helado y un par de bocadillos para las visitas.

 

 

 

Ya se encontraban sentados en unos cojines, cuando de pronto se oyeron unas pisadas veloces acercarse. Llegaron agitados Tsuna y Mukuro.

 

 

 

— Dame-Tsuna llegas tarde —dijo molesto el hitman—, Lo mismo va para tí Mukuro. ¿Que estaban haciendo? —inquirió el hitman.

 

 

 

De pronto Rokudo, sintió como le lanzaban un par de miradas asesinas el beisbolista, el chico bomba, la vaca e incluso Ave-kun aunque no era extraño del último se odiaban a muerte.

 

 

 

— Hablando —dijo rápidamente el menor.

 

— Que mentiroso eres Tsunayoshi-kun.

 

 

 

El tono en que lo dijo Mukuro, molesto a Dino y a todos los guardianes a excepción del guardián del sol.

 

 

 

— También estábamos comiendo papas —dijo burlón el guardián de la niebla.

 

— Bueno regresando al tema, explicaré lo poco que se sabe de Vindice —dijo el hitman—. Como vieron anoche los Vindice son una organización que protegen las leyes de la mafia mundial. No trabajan para nadie, salvo para ellos mismos.

 

— Pero… ¿qué ocurrirá con papá?

 

— Nos preocupamos por Iemitsu después de que termine la Batalla de los anillos, no se que es lo que planea Vindice. Y aún faltan cinco batallas más. Debemos ser cuidadosos. En el peor de los casos. Intervendré —dijo el hitman.

 

— Incluso en contra de las reglas del arcobaleno del cielo —dijo rápidamente Mukuro.

 

— Esto ya dejó de ser un juego por los caprichos de Xanxus —dijo Dino a la defensiva.

 

— Me sorprende que Vindice dejará que Xanxus hiciera su berrinche —comentó Mukuro—, aun así… Esto ya no solo…

 

 

 

Mukuro fue interrumpido Reborn, le apuntaba al menor con la pistola.

 

 

 

— Una palabra más y tendremos nuevo guardián de la niebla.

 

— Kufufu, que serio eres arcobaleno. Al menos deberías explicarles el por que arriesgaron sus vidas —dijo Mukuro retando con la mirada.

 

— Reborn… Explícate —pidió Tsuna.

 

— Los anillos Vongola, forman parte del Tri-ni-set —comenzó a hablar Reborn—.El Tri-Ni-Set se compone de los Pacificadores de los Arcobaleno, los Anillos Vongola, y los anillos Mare. Los anillos Mare fueron robados hace un par de años, a mí se me encargó la misión de buscar esos anillos pero nunca encontré ningún rastro. Por eso, el arcobaleno del cielo, mi líder me envió a trabajar bajo las órdenes de Vongola para poder cuidar a los anillos Vongola.

 

— Pero… —trató de hablar Tsuna— ¿porque alguien los robaría?

 

— Para reconstruir el mundo —dijo Dino—. Lo escuche por parte del noveno.

 

— No solo eso, el Tri-ni-set no están simplemente limitado a eso —dijo Reborn—. Como último Recurso.

 

— No te preocupes Reborn. En el peor de los casos —dijo Tsuna con su rostro serio—. Me encargaré de destruir cada uno de los anillos Vongola.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer m(_ _)m

 

Perdón pr tardar con las actualizaciones, pero estaba algo ocupada. Pero bueno espero que disfruten del capítulo.

 

See you!!!!!!!!!!

 

Actulaizado el 21/05/2015 a las 2:34 p.m.


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