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KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

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Notas del capitulo:

WIIIIIIIII

 

CAPÍTULO VII,

 

YO SE QUE MUCH@A ESPERAMOS QUE 

 

MUKURO SALTE ENCIMA DE TSUNA,

 

PERO SOBRE ESO IRA UN POCO LENTO,

 

DEBIDO A QUE TSUNA ES TSUNA,

 

Y MUKURO TENDRÁ QUE DESCUBRIR QUE TIENE SENTIMIENTOS,

 

ADEMAS DE QUE PUES COMO YA SABEMOS MUKURO ODIA A LA MAFIA, Y TSUNA VA A SER EL DECIMO VONGOLA.

 

SEE YOU!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Capítulo VII: Rokudo Mukuro

 

 

Ken y Chikusa, se encontraban en afuera de la oficina del presidente del consejo estudiantil, la puerta de un color blanco emitía un aura de odio. Ambos seguidores, tenían una idea de lo que sucedía y ante sus pensamientos solo suspiraron.

 

—     Posiblemente llegaron los resultados —murmuro Chikusa mientras se ajustaba los lentes.

 

—     Mukuro-sama, debe estar de mal humor… —Suspiro Ken.

 

Sin más remedio Ken llamo con un firme toque a la puerta: — Adelante —se escuchó la afable voz del presidente.

 

Ambos jóvenes se decidieron a entrar a ver a Mukuro, no era raro para ellos ver  la sonrisa de su líder, y no era raro ver en el rostro de Mukuro alguna sonrisa, de vez en cuando sarcástica, amable o cínica, pero diferenciaban claramente en el rostro de su líder aquella sonrisa de oreja a oreja, totalmente macabra.

 

—      Ken, Chikusa… —Hablo Mukuro al ver a sus subordinados— traigan ante mi presencia a Sawada Tsunayoshi y a  Gokudera Hayato.

 

—      Smokin’  Bomb Hayato —dijo Ken mientras se ajustaba los lentes— ¿Qué hace él aquí?

 

—      Así que lo conoces —pregunto Mukuro con repentino interés— me parecía conocido el nombre.

 

—      Cuando investigábamos a la familia Vongola salió a colación en nombre del hitman conocido como “Trident Mosquito” —confirmo Ken— al parecer durante un periodo tiempo fue el tutor de Gokudera Hayato, hijo del líder de una de las familias aliadas de Vongola.

 

—      Con que doctor Shamal, esto es un interesante descubrimiento que está relacionado con Vongola. Pero ese no es el asunto de momento, llegaron las estadísticas de las evaluaciones a nivel secundaria, Namimori —pronuncio Mukuro con odio— no superó por un mísero punto. Ave-kun, debe estar retorciéndose de felicidad.

 

—      Mukuro-sama, ¿para que necesita la presencia de ese par? —pregunto Ken— puedo molerlos a golpes.

 

—      Primero deja que yo juegue con ellos, y si es que sobra algo puedes jugar con ellos Ken. Ya que gracias a que ese par tenía que vencer al equipo de beisbol de Namimori, simplemente quedaron en un mísero empate, eso es más que inaceptable, y luego Sawada Tsunayoshi se atrevió a sacar cero en cálculo, por eso perdimos por un mísero punto. Ken, investiga a ese par.

 

—      ¿Y yo que hago Mukuro-sama? —Pregunto Ken totalmente entusiasmado.

 

—      Tráeme a ese par, —ordeno Mukuro— Ken, asegúrate de no dejar cabos sueltos.

 

—      De acuerdo kakipi vamos por esos mocosos —dijo Ken mientras jalaba a Chikusa del brazo.

 

*** *** ***

 

Últimamente, Tsuna podía intuir con mayor facilidad cuando iba a ocurrir algo. Definitivamente presentía que le había ido fatal en el examen de cálculo por no mencionar los demás exámenes, aun recordó que el método de estudio de Reborn fue someterlo a descargas eléctricas cada vez que contestaba mal, sin embargo no aprendió mucho.

 

La puerta de abrió de golpe, por ella entraron dos chicos, al chico de lentes lo había visto acompañando a Mukuro  el día en que los obligo/amenazo a participar en el partido de beisbol, el otro chico lucía un tanto salvaje y no lo conocía, de inmediato el salón se quedó en silencio.

 

—      Sawada Tsunayoshi, Gokudera Hayato acompáñennos a la oficina del consejo estudiantil —hablo Chikusa mientras miraba a los susodichos, de inmediato vio como el rostro del castaño se llenaba de terror, por su parte el de cabellos plateados lo ignoro olímpicamente y poso su atención en Sawada.

 

—      Juudaime, no es necesario que usted obedezca al tipo del gorro —dijo Gokudera, ocasionando que ese pequeño detalle lo añadiera en sus notas mentales Chikusa— además tu quien eres para ordenarle algo a Juudaime —dijo de manera mordaz Gokudera mientras miraba fieramente a aquel par.

 

—      Kakipi, puedo golpear a ese sujeto —dijo Ken.

 

—      Sawada, Gokudera… Mukuro-sama nos ordenó que vayan a verificar algo en su despacho.

 

—      Aja, pues si tanto quiere ese tipo puede venir, quien se cree que es para ordenarle algo a Juudaime.

 

—      Hayato-kun, contrólate. —Dijo Tsuna.

 

—      Como te atreves a desafiar la autoridad de Mukuro-sama —dijo de inmediato Ken— además que es eso de Juudaime, ni que fuera importante —exclamó furioso Ken.

 

Gokudera Hayato, no podía tolerar aquella falta de respeto en contra de su estimado Juudaime, aquel tipo había colmado su paciencia (y no es que se considerara alguien totalmente calmado), de inmediato encendió un par de bombas y se disponía a lanzárselas al sujeto rubio cuando visualizo a la vaca estúpida entrar en total calma.

 

—      Oye, Gokudera no deberías estar volando todo solo porque se burlan de tu cabello —dijo en total calma Lambo, él que se asomaba por el marco de la puerta.

 

—      Maldita vaca, pensé que te di la dirección equivocada para que no llegaras —siseo el joven de cabello plateado furioso.

 

—      De hecho me tarde en llegar, primero llegue a la secundaria de Namimori, —bostezo— pero puede llegar.

 

—      Y ¿Cómo demonios te tardaste más de una semana solo para llegar?

 

—      Bueno, me dio flojera venir a la escuela… Así, que ese es Sawada Tsunayoshi. —Dijo Lambo mientras miraba fijamente al castaño.

 

De repente el chico de cabellos rizados saco una bazooka de color morado y la apunto de manera directa a Sawada Tsunayoshi, de inmediato Hayato se disponía a lanzar sus bombas en contra de Lambo.

 

—      ¿Cómo demonios te atreves a apuntarle a Juudaime con esa cosa? —señalo indignado Hayato.

 

—      Reborn, me dijo que si vencía a su dame-estudiante consideraría pelear conmigo —bostezo— después de todo el “Jefe”, me dijo que si derrotaba a Reborn podría volverme el líder de la familia Bovino. Pero al venir aquí pensé, “Lambo, en serio quieres ser el líder de una familia mafiosa”…

 

—      Y que decidiste vaca estúpida, porque no pienso dejar que lastime a Juudaime.

 

—      El caso es que en la entrada encontré a Reborn, y él me dijo que usara la bazooka con su pupilo. Dijo que sería interesante ver a su dame alumno de diez años en el futuro.

 

—      Reborn-san, ordeno algo así —pregunto Gokudera— sin embargo  no puedo permitir que atentes contra Juudaime.

 

Por su parte Ken y Chikusa solo miraban en silencio, se supone que la escuela era una simple escuela no una novela mafiosa que giraba en torno a un tipo bombardero, un sujeto vestido de vaca y a un simple castaño.

 

—      Mencionaste a Reborn —articulo Chikusa mirando fijamente al hombre vestido de vaca.

 

—      Y tu quien eres, niño del gorro —pregunto Lambo al ver al Chikusa.

 

—      Kakipi, se supone que vinimos por esos dos —señalo Ken— Mukuro-sama debe estar esperándonos.

 

—      Es cierto Ken, Sawada, Gokudera si no nos acompañan por las buenas nos acompañaran por las malas, Ken por lo menos no los mates.

 

—      Kakipi, Mukuro-sama dijo que los lleváramos a la oficina… No menciona nada si es que oponían resistencia.

 

De pronto se sintió un aura amenazante acercarse al salón.

 

—      Ken, Chikusa… Solo los mande a traer a un par de alumnos y ustedes se van a vivir.

 

Era Mukuro, quien venía entrando furioso al salón.

 

—      Mukuro-sama, estábamos en eso… Ese tipo se niega a ir —señalo a Gokudera— además de parecer disco rayado, diciendo “Juudaime”. —Pronuncio Ken molesto.

 

—      Así que Gokudera-kun te opones a mis reglas, siendo que te encuentras en mis dominios —dijo Mukuro fingiendo una sonrisa amable.

 

—      Mukuro-sama, el tipo vestido de vaca al parecer pertenece a la familia Bovino, mencionó el nombre de “Reborn”.

 

—      Vaca-kun, porque no nos acompañas a mi oficina… Solo será un pequeño interrogatorio —dijo Mukuro sin dejar de sonreír.

 

—      Paso, Piña-kun… —devolvió Lambo el saludo— además no se supone que tenías que hablar con ellos —dijo Lambo señalando a Gokudera y Tsuna.

 

—      Piña-kun… Kufufu, como que no sabes cuál es tu lugar.

 

—      La verdad no, acabo de ser transferido —respondió Lambo.

 

Mukuro, se molestó por aquella vaca imprudente y de pronto apareció un tridente.

 

—      Kufufu, como que alguien quiere ir a conocer la morgue.

 

—      La verdad no, aun soy demasiado joven para ir a ese lugar —dijo Lambo— yo solo vine a estudiar. Por favor Tsuna, cuida de mí. —Dijo el chico.

 

—      ¿Cómo? —pregunto Tsuna mientras miraba al chico de cabellos rizados.

 

—      Así es joven Vongola, su madre me permitió vivir en su casa.

 

—      Hiiiiiiiiiiiiiiiiii —grito Tsuna impresionado, como era posible que su madre fuera tan despistada.

 

—      Gritas demasiado Sawada Tsunayoshi… —Pronuncio Mukuro mientras se acercaba al castaño.

 

De pronto una extraña niebla cubrió el salón, Gokudera se alertó al no encontrar a su jefe. Por su parte Mukuro y Tsuna se encontraban en lo que parecía un salón completamente vacío, Tsuna miro a su alrededor no había nadie.

 

—      Kufufufu, me ahorras el trabajo de ir a buscarte, Vongola. —Pronuncio con desprecio Mukuro.

 

—      Hiiiiiiiiiiiiiii, ¿Dónde están los demás?

 

—      Estamos dentro de una ilusión, y los demás están dentro de otra. Así, tu eres el futuro líder de Vongola.

 

—      Cla…claro que no. —Dijo Tsuna.

 

—      Así, que te gusta mentir, Vongola… —dijo mientras lo miraba serio.

 

—      Te equivocas, yo no quiero ser ningún mafioso.

 

—      Aja, y la luna es de queso. Entonces por qué Smokin’  Bomb Hayato, te dice “Juudaime”, Decimo Vongola.

 

—      Ya le dije, que no pienso dirigir Vongola, solo soy alguien común, y corriente en contra de la violencia —se defendió Tsuna.

 

—      Y supongo, que no es tu tutor Reborn… El mejor hitman del mundo. —dijo totalmente sarcástico.

 

—      Bueno, Reborn llego un día a casa diciendo que sería mi tutor para la escuela… Pero me amenaza para que me convierta en el líder de Vongola.

 

—      Entonces simplemente ¿esperas que te crea?

 

—      Sí. —dijo Tsuna mientras se llevaba la mano derecha atrás de la nuca.

 

Mukuro se tomó su tridente en la mano derecha, y de pronto sin previo aviso se lo lanzo a Tsuna, una de las puntas pasó rozando la mejilla derecha del castaño. Ocasionando que Tsuna se quedara prácticamente mudo por lo que acababa de ocurrir, de su mejilla broto un poco de sangre.

 

—      La sangre de los Vongola… Corre por tus venas Tsunayoshi-kun, incluso tu eres un simple humano ¿crees que puedes negar tu naturaleza?... Odio a los humanos, pero sobre todo odio a todo lo que se relaciona con la mafia. El humano, es un ser podrido… De las seis veces que he reencarnado es la existencia que más odio.

 

—      Pero tú eres humano.

 

—      Estas muy equivocado, podre tener la apariencia de un humano… Pero en realidad soy un demonio… Las apariencias son engañosas, aunque claramente tu apariencia de un sujeto asustadizo que en realidad es un mafioso en mejor que mi apariencia engañosa.

 

—      Yo, —paso un poco de saliva por la garganta antes de hablar— yo, en verdad no quiero ser un mafioso, Mukuro… No comprendo muchas cosas, y sin embargo sé que eres tan humano como yo.

 

—      Eres alguien interesante, Tsunayoshi-kun… Sin embargo cumpliré mis objetivos.

 

—      ¿Cuál es tu objetivo?

 

—      Destruir la mafia. Debería ser fácil, después de todo vas a ser una muy valiosa pieza, Decimo Vongola.

 

—      Hiiiiiiiii, ya te dije que me niego a ser parte de la mafia.

 

—      No me interesa, solo quiero tu cuerpo.

 

—      ¿mi cuerpo? —repitió totalmente confundido Tsuna.

 

—      Si, con tu cuerpo comenzare una guerra entre mafias.

 

—      Ya te mencione que soy pacifista, Mukuro —dijo Tsuna sintiendo el ambiente completamente pesado a su alrededor.

 

—      Aja, y tu brillante plan es reprobar cálculo, gracias a tí, Ave-kun gano.

 

—      Como.

 

—      Si, nunca pensé que fuera posible obtener un cero —dijo Mukuro acercándose más a Tsuna.

 

—      Hiiiiiiiiii —Mukuro se acercó hasta estar lo suficientemente cerca del rostro del castaño.

 

—      Kufufu, pensé que sería más difícil destruir Vongola, pero contigo diciendo “Hiiiiiiiiiiiii” como si su vida dependiera de ello, será pan comido.

 

—      Yo, sé que soy un cobarde y me interesan pocas cosas en realidad. Pero, yo…

 

Se escuchó el sonido de un disparo atravesando la sala.

 

—      Kufufu, debes ser muy bueno para ver a través de mi humilde ilusión.

 

—      Dame-Tsuna, concéntrate es solo un ilusión. ¿Qué clase de líder serás si no eres capaz de distinguir entre lo que es real y falso? —era la voz de Reborn...

 

—      Reborn, así que le mejor hitman al servicio del Noveno líder de Vongola.

 

—      Mukuro Rokudo, se supone que estabas bajo el cuidado de la familia Estraneo —dijo el hombre afilando su mirada.

 

—      Y se supone que tú eras un arcobaleno —dijo Mukuro— pero al parecer lograron romper de alguna manera la maldición.

 

—      Al parecer estas bien informado.

 

—      Sol alguno detalles, ex-arcobaleno —pronuncio Mukuro sonriendo de forma ladina— además de que no debes intervenir en asuntos de la mafia.

 

—      Eso, solo era cuando la maldición del arcoíris existía.

 

—      Solo eliminaron, esa maldición temporalmente —dijo Mukuro al ver a Reborn— supongo que fue el arcobaleno del cielo.

 

—      Reborn, Mukuro… Yo me voy y los dejo conversar a gusto.

 

—      Como si pudieras, mi torpe alumno no eres capaz de salir de esta ilusión.

 

—      Kufufu, el ex-arcobaleno tiene razón Tsunayoshi-kun.

 

—      Yo, ya les dije que no me interesa pertenecer a la mafia —grito Tsuna.

 

—      Ya te lo dije  dame-Tsuna “Nadie te pregunto”, “Serás el Décimo Vongola”.

 

—      Oya, y yo pensé que Tsunayoshi-kun estaba mintiendo —Mukuro observo al castaño— ex-arcobaleno, por que no hacemos una apuesta —sugirió el chico con peinado de piña.

 

—      ¿Cuál sería el premio? —pregunto el arcobaleno.

 

—      Yo quiero destruir a la mafia, para mis propósitos necesito el cuerpo de Tsunayoshi-kun…

 

—      Y si yo gano —pregunto el hombre con fedora.

 

—      No lo sé, tú decide el premio.

 

—      Te unirás a la mafia —aseguró Reborn— ¿entonces que siguieres que haga mi alumno?

 

—      Fácil, que derrote a Hibari Kyoya.


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