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KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

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Disclaimer: KHR!, no es de mi propiedad. Los personajes son producto, imaginación y creación de Akira Amano-sensei.
Notas de la autora: de alguna forma me dije, antes de que los capítulos aumenten... me estoy dando a la tarea de darles una revisión para corregir los errores de los que no me percate en su momento.

Que más, oh es cierto amo “SOUL CONTRACT”, un manwha/anime japonés donde a mi parecer hay mucho fanservice. Y si me preguntan a mí, Yang y Xi ya están más que casados *-* (desearía saber chino para poder leerlo, aunque viéndolo, es hermoso por si solo).

Paring: 6927
Agradecimientos: muchas gracias a todas las personas que siguen este humilde fic.
Advertencias: pues ya a estas alturas creo que ninguna.
Tiempo de actualización: INDEFINIDO a lo mucho me puedo ir de parranda 3 meses.
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Capítulo 71. Festival cultural (parte VIII).

Era poco decir que Hibari Kyoya estaba enojado, la expresión del rostro del presidente del escuadrón disciplinario era completamente una combinación de odio e ira –kamikorosu–. Los golpeados por el guardián de la nube, aun no tenían las fuerzas suficientes para intentar ponerse de pie. Los que por el contrario prefirieron seguir en el anonimato reconocieron de inmediato al huraño joven como un digno poseedor de su atributo. Sin más tiempo que perder, Hibari Kyoya salió molesto del recinto con una sola meta: –morder al herbívoro con cabeza de piña–.

Mentalmente tanto Kakimoto como Joshima no sabían que pensar con respecto las acciones de su líder, pero al ver lo cabreado que lucia Hibari, daban por hecho que habría una afrenta entre ambos.
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Gokudera prácticamente tuvo que arrastrar a su hermana de vuelta al auditorio mientras mascullaba: –es mi deber como mano derecha protegerlo–. La tenacidad con la que las palabras fueron dichas hizo que la mujer enfocara su interés en conocer al joven Vongola. Por supuesto que Shamal también los acompañaba. Los tres llegaron al lugar cuando estaban subastando a los alumnos de segundo año, Gokudera se maldijo internamente.

– Debo encontrar a Juudaime –fue entonces cuando noto que en el lugar aún permanecían el idiota, el boxeador y la vaca. Sin dudarlo ni un segundo se acercó a ellos.

Yamamoto volteo de inmediato al sentir la presencia de la tormenta. Reconoció de inmediato a las personas que lo acompañaban, la mujer que gano la rifa y a Shamal.

– Gokudera –nombro.

El de cabello plateado solo miro a los tres. – ¿Donde esta Juudaime? –pregunto.

– Ahodera –respondió Lambo en un tono despreocupado.
– La subasta por Sawada se tornó extrema –aseguro Sasagawa–. Hibari mordió a los competidores a tonfazos, pero gano alguien que no conocíamos.
– Tsuna no salió –confirmo Yamamoto–. Es raro a lo mejor salieron por la puerta trasera del auditorio.
– Hayato no pierdas la paciencia –reprendió Bianchi.

A Yamamoto no le gusto para nada que la desconocida llamara a Gokudera por su primer nombre, después de todo en Japón llamar a alguien por su primer nombre era muestra de confianza y familiaridad.

– ¿eres el escorpión venenoso? –intervino Bovino. Después de todo la falta de información dentro de la mafia podía resultar en un completo desastre.

Bianchi miro de reojo al adolescente, durante un segundo lo confundió con su antiguo novio Romeo, pero desecho la idea, aquel chiquillo se parecía a Romeo pero no era lo mismo lo supo al ver que el desconocido portaba el uniforme de la secundaria, aun así tal vez sería un hermano o un pariente lejano.

– Romeo... ¿conoces a Romeo?
– ¿cuál Romeo? –inquirió desconcertado Bovino.
Bianchi suspiro, definitivamente él no sabía nada de Romeo.

– Olvídalo, te pareces a una persona que conocí. Yo soy Bianchi –se presentó.
– Lambo –respondió Bovino un tanto desconcertado por la pregunta Bianchi.
– Aneki, no tenemos tiempo para esto –gruño Gokudera– deberíamos estar buscando a Juudaime.
– Hayato, ese carácter. No molestes a tu dulce hermana –hablo Shamal.
– No fastidies. ¿Y si secuestraron a Juudaime? –expuso Gokudera comenzando a sentirse intranquilo.
– Gokudera cálmate. Estamos hablando de Tsuna, el estará bien –expreso Yamamoto–. Aun así, podríamos preguntarle a ellos –señalo hacia donde se encontraban Kakimoto y Joshima– ¿quién gano la subasta de Tsuna?

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Rokudo y Sawada caminaban en las afueras de la secundaria de Kokuyo.

– eh... Mukuro ¿no se supone que debes supervisar el festival?
– Oya, oya no seas aguafiestas Tsunayoshi-kun. Sería problemático que Ave-kun destruya la escuela mientras nos persigue a diestra y siniestra.

“y eso sin sumar a todas las familias mafiosas que asistieron”. Pensó internamente Rokudo.

– Pero...
– Ave-kun seguro debe estar buscándome como desquiciado –admitió–. Va a ser divertido esquivar a Kyoya-kun.
– Pero si Hibari-san destruye los puestos.

Las palabras de Sawada no sonaban a mentira, ciertamente el mencionado presidente del comité de disciplina era violento.

– Kufufu, me gustaría ver la cara de Ave-kun rabiar –las palabras de Rokudo no mostraron en ningún segundo temor, es mas era como si se divirtiera haciendo rabiar a Hibari.

El semblante de Sawada se mostró temeroso, tanto la niebla como la nube eran personas que al parecer disfrutaban pelear.

– Eh... pues es que era el primer festival al que asistía –confeso Sawada.
– ¿Entonces?
– Quería ver el lugar con todos mis amigos.

La sinceridad de Sawada molesto a Rokudo. El castaño de inmediato sintió el cambio en la mirada del ilusionista.

– Regresa –mascullo Rokudo.
– Yo... también te considero un amigo*1 –aseguro con completa honestidad Sawada.

La ligera y peculiar risa de Mukuro escapo de sus labios: – kufufu, siempre dices cosas bastante divertidas.

Sawada se percató de la sincera sonrisa de Rokudo.

– Nunca creí que me tuvieras en la Friendzone –dijo burlón Rokudo.
– ¡¿Frie, que?! –pregunto sin entender a lo que se refería.
– A veces puedes ser tan tierno.
– Solo te estas burlando –replico alzando levemente la voz.
– Lo digo en serio –cedió Rokudo–. Entonces Sawada Tsunayoshi… ¿Qué tal si me muestras Namimori?
– ¿Namimori? –inquirió.
– Sí, Kyoya-kun siempre ronda su ciudad… es el último lugar en donde nos buscaría.

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Fue difícil frenar el impulso de Gokudera por destruir todo. Ambos comprendían por qué el guardián de la tormenta estaba en exceso preocupado, ellos mismos lo estaban. Sawada Tsunayoshi y Rokudo Mukuro juntos. Lograron sonsacarle dicha información a Ken.
– Ahodera deberías calmarte. Tsuna estará bien –dijo Lambo esperando que los contrarios no notaran su propio nerviosismo.
– Si fuéramos Mukuro –menciono el beisbolista– ¿A dónde iríamos con Tsuna?

Yamamoto permanecía completamente pensativo. Prácticamente ya habían revisado la escuela y ni rastros de ese par.

– Hibari lucia completamente como un asesino –comento Lambo.
– Namimori –musito Sasagawa.
– ¿Qué dices cabeza de pulpo? –mascullo la tormenta.
– Si Hibari estaba aquí, por lógica Rokudo estaría en Namimori.
– Son puros disparates –se quejó Gokudera.
– Senpai, tienes razón…
– El problema es en que parte de Namimori –se cuestionaba Lambo.

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Sawada miraba con cierta incredulidad a Rokudo, el segundo solo lo traía de un lado para otro.

– Ave-kun nunca se esperara esto –auguro con confianza.
– Mukuro… ¿te gusta Hibari?

La pregunta fue hecha. Rokudo casi se atragantaba con la crepa con chocolate que iba comiendo.

– Kufufu, veo que tienes un lado sumamente bromista Tsunayoshi-kun.
– Estas evitando la respuesta –señalo el castaño. Por lo general, él no se catalogaría como una persona observadora. Pero era como si fuera la forma de actuar de Mukuro que lo llevaba a esa conclusión.
– No me gusta Hibari Kyoya –replico–. ¿En qué cosas piensas Tsunayoshi-kun?

Sawada miro a Rokudo con cierto recelo.

– ¿entonces por qué se la pasan peleando?
– Kufufu, pareces celoso.
– ¿de quién? –inquirió Sawada de forma seria.
– No mientas Tsunayoshi-kun.
– Así como tú no mientes.
– Yo no miento. La relación entre Kyoya-kun y yo es netamente de enemigos.
– Como tú digas.
– Lo juro. Cuando llegamos a Japón nos dimos a la tarea de seleccionar de forma cuidadosa una secundaria.

Rokudo, Kakimoto y Joshima se encontraba en una tienda de uniformes. Mukuro tenía cierta fascinación por los uniformes japoneses. Había escuchado acerca del Gakuran*2, el pulcro uniforme estilo militar de color negro.

– Mukuro-sama, este es el uniformo de Teiko –indico Chikusa mientras le mostraba el uniforme a modo de pasarela.
– Este es el de la secundaria Furinkan –mostro Ken.

Mukuro miro de forma analizadora todos y cada uno de los uniformes. Estaba tentado al uniforme típico, hasta que Chikusa apareció vestido con un gakuran de color verde.

– ¿de qué secundaria es ese uniforme? –pregunto Rokudo.
– es de la secundaria de Kokuyo –respondió Kakimoto.

Tsuna miraba incrédulo a Mukuro.

– Entonces… elegiste la escuela por el uniforme –musito Sawada.
– Es lo más sensato –admitió–. Elegir una escuela por el uniforme y hablando de eso ¿Por qué elegiste Kokuyo?

Durante un par de segundos dudo en cómo responder a la pregunta de Rokudo.

– Mi papá. Envió una carta en donde era aceptado en Kokuyo.
– Oya, nunca escuche nada acerca de una carta de recomendación –musito Rokudo.
– En serio –musito.
– Sí. Pero no es como si fuera a dejar que te fueras a Namimori-chuu. Kufufu no deberías estar a la defensiva. ¿Por qué no vamos a comer? –Ofreció Mukuro– debes conocer un lugar para comer ya que vivías aquí.
– No conozco muchos lugares –admitió Sawada–. Pero… tal vez podríamos ir a comer sushi en ese lugar.

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El lugar permanecía en silencio. Yamamoto Tsuyoshi preparaba y revisaba los ingredientes. Había tenido la fortuna de dejar a de encargado a su primo en el restaurant de Kokuyo. Entonces escucho como la puerta se abrió y por ella vio entrar a dos alumnos de la secundaria de Kokuyo. Si no se equivocaba el chico castaño era amigo de Takeshi.

– Oe, Tsuna –saludo de forma animada–. ¿No se supone que hoy es el festival de tu escuela?
– ¡Es el papá de Yamamoto!
– Buenas tardes –dijo Rokudo– tuvimos que salir a comprar algunas cosas.
– ¿Y tuvieron que venir hasta Namimori? –pregunto Tsuyoshi.
– Sí –respondió Tsuna.
– Descuento especial para los amigos de Takeshi.

Rokudo miraba la variedad de comida, ciertamente la comida japonesa se distinguía por su presentación. Observo a Tsunayoshi quien al parecer no sabía que elegir.

– El padre del beisbolista, no parece una persona normal. Ahora que lo pienso él es el dueño del dojo de la familia Asari.
– ¿Asari?
– lo mencionaron en la batalla del anillo de la lluvia. Es curioso –sonrio Rokudo.
– ¿Por qué lo dices?
– Por nada en especial –acoto restándole importancia al apellido Asari, este era el apellido del primer guardián de la lluvia de Vongola.

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Reborn acababa de llegar a Kokuyo. Miro el lugar con retomado interés, durante su viaje a Italia, Aria solo menciono un par de cosas; pero siempre envolviendo sus palabras en la intriga. Lo más interesante fue lo que le dijo su líder: Llegará alguien nuevo.

– ¿Aliado o enemigo? –musito mientras pensaba en quien sería la persona que llegaría.
– Eso es decisión de Tsunayoshi –respondió Aria–. Pero el elegirá, no puedes influenciar su decisión.

La entrada de la secundaria estaba llena de pequeños puestos. Durante unos segundos sintió como alguien le clavo la mirada y cuando volteo esa sensación se había perdido entre los transeúntes del festival.

– Reborn-san. Bienvenido.

El hitman no necesito voltearse a ver de quien era la voz. Reconoció al instante la presencia de Gokudera Hayato, también estaban Yamamoto Takeshi, Sasagawa Ryohei, Shamal, Lambo y Bianchi.

– Chaoss –saludo.
– Reborn ¿debiste avisarme que estarías en Italia? –señalo Bianchi.
– Solo estuve una corta temporada. Tenía asuntos que tratar –dejo zanjado el asunto, Bianchi y Shamal sabían que el sicario no diría más de lo necesario.
– ¿Dónde está Tsuna? –cuestiono el hitman.
– Se lo llevo Mukuro –comento Yamamoto.
– oh, ya veo –fue lo único que dijo Reborn.
– Yo encontrare a Juudaime –se ofreció Gokudera de inmediato.
– Tsuna estará bien, ustedes –señalo a Gokudera y a Lambo– se supone que este es el festival de su escuela.
– Reborn… Hayato me está acompañando, lo gane de forma justa en una rifa –sentencio Bianchi.
– Entonces Gokudera, acompaña de forma correcta a Bianchi –ordeno el hitman– no es correcto que hagas correr a una dama a diestra y siniestra.
– Lo hare –respondió con convicción Gokudera.

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Lambo aprovecho la llegada de Reborn para regresar a su salón. Después de todo, si Reborn decía que Tsuna estaba bien en compañía de Rokudo ¿Quién era el para contradecirlo?

Volvió a ocupar su puesto como mesero. Después de servirle a los Varia, nada podía ser peor.

– Ara, Lambo-kun, este es tu salón.
– Mamma –dijo con acento Italiano.

No era solo Nana, también estaba Iemitsu y sin restarle importancia la actual cabeza de la familia Vongola, pese a que el señor Timoteo lucía un rostro y semblante afable, no ponía en tela de juicio su capacidad para ser el jefe de la familia mafiosa más importante de Italia.

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Habían terminado de comer y ahora se encontraban caminando de forma aleatoria en las calles de Namimori. Sawada lucia disperso.

– Tsunayoshi-kun ¿no pareces concentrado? –pregunto Rokudo.
– ¡eh! ¡No es eso!... siento como si alguien no observara –confeso– deben ser solo mi imaginación.

Rokudo lo miro de forma inquisidora.

– Nunca dudes de tu intuición –afirmo el ilusionista.
– Ahora que lo pienso creo que tropecé contigo el primer día de clases.
– Kufufu, tuviste mucha suerte Tsunayoshi-kun estaba de buen humor.
– Por el inicio de clases.
– Tal vez. También porque nuestra puntuación de cierre de bimestre fue más alta que la de Namimori.
– Siempre compites con Hibari-san.
– ¿Por qué a Hibari lo llamas con el honorifico? –mascullo Rokudo.
– Ni pienses que te diré Mukuro-sama –bufo Tsuna.
– Kufufu, puedo decir que eres el peor guía turístico que he conocido.
– Nunca en mi vida pensé en dar un tour –añadió Sawada–. ¿Te gusta la cultura japonesa?
– Sí –respondió de forma concisa.
– Suponga que ya fuiste a un festival nocturno.
– no… Pero he escuchado algo. ¿Acaso me estas proponiendo una cita? –Dijo Rokudo de forma interesada, mientras veía como el rostro de Sawada Tsunayoshi se comenzaba a tornar rojo–. Kufufu, es tan fácil molestarte.
– No me molestes, solo lo dije porque pensé que podrías ir con Ken y Chikusa.
– No sería lo mismo ir con ellos, que ir contigo.

Sawada miro incrédulo a Mukuro.

– Yo sé que soy fantástico…

En ese momento un tonfazo fue a dar directo en el brazo izquierdo de Mukuro.

– Oya, oya ave-kun estas muy agresivo –rumio Rokudo mientras se sujetaba el brazo.
– ¿Hibari-san?

Esto era lo peor. El aura asesina de Hibari y Rokudo rodeaba el área. Sawada sintió que era llamado, pero no sabía por quién. La voz era atrayente, no comprendía el idioma pero intuía que lo llamaba.

“No vayas”, escucho la voz proveniente del anillo que colgaba de su cuello. La ensoñación en la que estuvo se disipo. Para empezar ¿A dónde se dirigía? Vio a Hibari frenar el ataque de Mukuro.

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BONUS CHAPTER: Noche de copas

La mansión principal de Vongola en Italia se encontraba en paz y armonía. Sin su jefe en la residencia Rokudo Mukuro bajo a buscar algo de comer, no era que le gustara hurgar en plena noche el refrigerador, pero su suministro de chocolate estaba vacío. Escucho un ligero ruido en la cocina, sin dudarlo comenzó a caminar con cautela.

– ¿Dónde está el whisky? –gruño una voz, al instante reconoció la voz de Xanxus. Ahora recordaba que Xanxus había llegado al atardecer en compañía del resto de Varia.

– Oya oya, con que te gusta asaltar cocinas ajenas Sensei –dijo Rokudo a modo de burla, después de todo Rokudo había sido su profesor en secundaria. – Para tu información el licor no se encuentra en la cocina –señalo.
– ¿deberías ser un buen alumno y traerme una botella de whisky?
– No soy tu sirviente.

Xanxus saco sus pistolas mientras Rokudo sacaba su tridente. Ambas armas soltaron chispas, fue entonces cuando ambos se percataron en la presencia de una tercera persona.

– Xanxus, Mukuro –saludo de forma servicial Yamamoto mientras sostenía una botella en sus manos–. A Tsuna no le gustaría que destruyan la cocina –sentencio–. Mucho menos quieren interrumpir el sueño de Reborn o el de Hibari.

Ante la mención de Reborn optaron por bajar la voz. Sin restarle importancia al ridículo sueño ligero que tenía el guardián de la nube.

– TSK –chasqueo la lengua Xanxus.
– Porque no vamos al bar –ofreció Yamamoto– la habitación esta insonorizada además, ya están ahí el resto de los Varia.

El ambiente que estaba instaurado en el bar era de alguna forma al estilo Varia. Belphegor lanzaba un par de cuchillos al niño que Nagi había acogido como su alumno el niño de cabellos verdes parecía aburrido.

– Bel-senpai, deje de usar a Fran como si fuera una diana*3 –dijo la mujer mientras se interponía entre el rubio y el niño.
– Oh, vamos Nagi solo estábamos divirtiéndonos –se defendió Bel.
– Fran, ve a dormir –el menor obedeció sin replicar las ordenes de su maestra y se fue del lugar. Después Nagi miró de forma furiosa al príncipe– Bel-senpai, espero que le guste respirar veinte metros bajo el agua.
– Mammon-chan, Nagi me está amenazando –fingió miedo en su voz mientras abrazaba al arcobaleno de la niebla.

Mammon suspiro con molestia. Por su parte Lussuria y Leviathan

– A todo esto, ¿por qué estabas aquí beisbolista?
– Ah eso… me encontré a Squalo cuando baje por un vaso de agua.
– Esos malditos hacen las cosas a mis espaldas –farfullo Xanxus.
– Bueno, eso se debe a que nadie quería entrar a despertarte –acoto Yamamoto.
– Escorias –gruño Xanxus– como se atreven a organizar esto sin mí.
– La última vez destruiste medio lugar –se quejó de inmediato Superbi–. Además mañana no tenemos ninguna misión y vamos a emborracharnos hasta caer.
– ¿Por qué no jugamos verdad o reto? –Propuso Luss emocionado– Traje el jenga –señalo mientras mostraba los bloques de madera.

De alguna forma los presentes terminaron sentados alrededor de la mesa. Empezó Xanxus y su pieza le ordenaba tomarse tres vasos, lo cual lo hizo sin rechistar. Después a Squalo le toco mencionar el nombre de la primera persona con la que salió, algunos ya esperaban que el nombre de Dino Cavallone saliera a colación. Las rondas siguieron hasta que las piezas del juego cayeron de forma estrepitosa. El inoportuno había sido Yamamoto a quien le toco beber una botella de golpe, después del juego siguieron bebiendo, hasta que la puerta se abrió de golpe.

– Herbívoros hacen mucho ruido por eso… –rumio Hibari Kyoya quien estaba con un pijama de color negro– Kamikorosu.
– Oya, ave-kun ¿acaso tienes miedo de beber con nosotros? –sugirió Mukuro con una sonrisa burlona.

Si había algo que Hibari Kyoya odiaba era que lo tacharan de miedoso, con molestia tomo la primera botella que vio y se la bebió de golpe.

La puerta del bar quedo abierta por lo que no paso mucho tiempo antes de que llegara Reborn. Quien los miro de reojo.

– Toman como niñas, eso ni siquiera es fuerte –dijo mientras sacaba una botella.

Así parte de la noche y de la madrugada y del día. Varia, parte de la media generación de guardianes y el hitman numero uno bebieron como posesos.

Hayato conducía sin apartar la mirada del camino. Lambo seguía dormitando en los asientos posteriores.

– Juudaime, no cree que sería mejor que descansara –sugirió la tormenta.
– No te preocupes Hayato estoy bien –acoto Tsuna.

Cuando llegaron al lugar, vio a una de las empleadas suspirar aliviada.

– Décimo, bienvenido.
– ¿Ocurre algo?
– Intentamos detenerlos, pero… están fuera de control –musito la mujer.

Tsuna comprendió a quienes se refería. Pero se suponía que por ello Reborn y Hibari iban a vigilar que no destruyeran el lugar.

– No se preocupe, Silvia. Podría decirles a los demás que pueden tomarse esta semana libre. Hayato, autoriza los pagos –pidió el castaño de forma amable.

Hayato se apresuró a dirigirse a hacer la encomienda de Juudaime. Por su parte Lambo que recientemente había descendido del auto el sonriente rostro de Tsuna, aquella sonrisa no presagiaba nada bueno para los responsables. Por lo que Bovino se colocó a la derecha del castaño. Cuando abrieron las puestas se encontraron no solo con los Varia, sino también con Reborn y Hibari ligeramente tomados.

– Me alegra ver todo el desastre que hicieron, porque por esta semana ustedes serán el nuevo personal de limpieza, cocina de esta casa.
– No puedes obligarnos –gruñeron Reborn y Xanxus al unísono.
– Claro que puedo y lo hare. Porque si no dejan el lugar impecable, su castigo de limpieza no será comparado en lo que les hare.

Reborn lo miro, su dame-alumno no podía hacerle nada.

– Se lo que piensas Reborn. Pero Lambo se ira de vacaciones a Japón. Oh, pero creen que no soy capaz –dijo con sarcasmo mientras miraba a Xanxus–. Hayato.

Al instante apareció Hayato.

– Sí, Juudaime.
– ¿quiero que reduzcas un ochenta por ciento los fondos de Varia?

Las protestas no se hicieron esperar por parte de los castigados.

– No puedes hacer eso –se quejó Xanxus.
– Pues yo no los veo comenzar a limpiar –sentencio Tsunayoshi.
– Es la puerta del refrí –musito Lambo.

– ¿Nagi? –pronunciaron el nombre de la chica sorprendidos.
– Bienvenido Boss –dijo mientras se sostenía la cabeza.
– ¿También participaste en la borrachera? –cuestiono Lambo.
– Sí, Mammon-sensei dijo que era mi iniciación, pero tal vez también sea mi retiro. Me duele la cabeza horrible.

De pronto Mukuro se levantó y se abalanzó sobre Tsunayoshi.

– Mukuro… si yo fuera ustedes –dijo mientras veía a los tres –comenzaría a reparar la cocina.
– Idiota, como dejaste que destruyeran el lugar –mascullo fastidiado Hayato–. Bueno eso no importa, comiencen a limpiar.

– Por cierto tienen dos horas antes de que llegue mi mama y vea su desastre.

Ante la mención de la progenitora de Tsunayoshi, todos comenzaron a moverse y ordenar de forma frenética.

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Aclaraciones:

*1. Perdóname Mukuro-sama, de alguna forma indirecta hice que Tsuna te mandara al “FRIENDZONE”.
*2. Gakuran: es un tipo de uniforme de colegial de estilo militar, usado por los varones, consiste de una chaqueta de cuello largo y pantalón (por lo general ambos son de color negro).
*3. Diana: es el objetivo circular que se utiliza comúnmente como objetivo de tiro al arco.


Notas finales:
No sé por qué Tsuna llego a la conclusión de que Mukuro y Hibari se gustan. No me maten, mejor huyo.
Tenía mucho tiempo sin hacer un bonus, recordé que tenía tiempo que me preguntaron cómo terminaron bebiendo Rokudo, Yamamoto en compañía de los Varia y Hibari, pues eh aquí la respuesta a esa incógnita.


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