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KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

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Disclaimer: KHR!, no es de mi propiedad. Los personajes son producto, imaginación y creación de Akira Amano-sensei.


Paring: 6927


Notas de la autora: parece mentira que inicie este fic hace cerca de tres años. Según yo y mis cuentas he publicado alrededor de 24 capítulos por año, aunque depende por que recuerdo que he tenido semanas de falta de inspiración, a veces he batallado con el tiempo. Oh my Kat! Sin contar los fic´s que tengo pendientes de actualización, pero estoy en espera de ideas.


Recientemente vi 91 days y me dije, oh my Kat! Cuando Tsuna se vuelva capo definitivamente ocurrirá eso.


Siempre que escucho "guardián de la nube" me imagino a Hibari protegiendo a Cloud Strife de FF7.


Agradecimientos: muchas gracias a todas las personas que siguen este humilde fic.


Advertencias: pues ya a estas alturas creo que ninguna.


Tiempo de actualización: INDEFINIDO a lo mucho me puedo ir de parranda 3 meses.


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Capítulo 73. Festival cultural (parte X)


La naturaleza de Sawada Tsunayoshi por si misma distaba mucho de la de ser un jefe mafioso. El mismo comprendía lo complejo del asunto, en cuanto conoció al futuro Décimo sintió que si alguien lo entendería seria él. Solo aquellas personas que estaban destinadas a tomar las riendas de una familia podían entenderse. Desde que ocurrió el incidente de la rifa siguió de cerca los pasos de Tsuna y su respectivo guardián de la niebla. Al principio pensó en que tanto jefe como subordinado estaban liados en una relación amorosa no obstante, descartó la idea al escuchar a Tsuna preguntarle al presidente del concejo estudiantil de Kokuyo "si este sentía atracción por un tal Hibari". Por los reportes de Adelheid conocía los nombres de todos los actuales candidatos a guardianes, y reconoció el apellido de Hibari como candidato al guardián de la nube. En cuanto al asunto que despertó su interés… la primera vez que vio a Tsuna-kun este no parecía alguien que atacara, mucho menos parecía alguien que le gustara la idea de luchar (a diferencia de la niebla y la nube); la cálida llama pura del cielo fue más que suficiente para convencerlo de que Sawada Tsunayoshi era un digno sucesor para ostentar el título de Vongola Décimo.


– Pero no es suficiente –musito Kozato. No cuando Tsunayoshi temía de su propio poder.


En primera instancia pensó en seguir a Sawada, pero descarto la idea. Ellos no eran amigos, solo conocidos. Sería bastante imprudente de su parte hablar con él.


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Kakimoto le explico de forma breve a Joshima lo que su jefe le había dicho por el celular.


– Mukuro-sama ¿quiere que encuentre al Vongola? –mascullo el rubio–. ¿Acaso huyo?


– No me dio todos los detalles Mukuro-sama, solo me pidió que lo encontraras.


El rostro fastidiado del rubio, no le dijo nada más a Kakimoto. Joshima salió del lugar pensado – ¿Cómo se le habría ocurrido a Vongola huir de Mukuro? – el rubio farfullo un par de maldiciones a diestra y siniestra, fue cuando vio a los amigos de Vongola recorriendo los diversos puestos de los alumnos, antes de conocer a Mukuro nunca vislumbro una vida, un futuro todas esas posibilidades se las habían negado los mafiosos corruptos. Chasqueo la lengua de forma furiosa. En cuanto salió del lugar se topó con la madre de Vongola.


– Ara, Ken-kun. Si buscas a Tsuna está en casa –informo la progenitora del castaño.


– Gracias –respondió, restándole importancia a la oportuna información brindada por Nana.


Saco su celular y marco de inmediato el número del guardián de la niebla: –Mukuro-sama, Vongola está en su casa –Joshima no esperaba una respuesta del otro lado de la línea, supo de inmediato que Rokudo había cortado la llamada.


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Sawada Tsunayoshi se encontraba recostado en su cama, mientras miraba el techo. Desde hace un par de días un sueño estaba presente en sus sueños, la sensación de terror al recordarlo, usualmente en las mañanas despertaba exaltado sin recordar que fue lo que soñó no obstante, al intentar detener a sus guardianes el pesadilla se volvió vivida. Era él, no sabía por qué tenía en sus manos una pistola, el tacto ante el arma se sentía familiar, como si hubiera sostenido muchas veces un arma de fuego entre las manos. También escuchaba sus voces eran de personas que no conocía. Oía algunos murmullos ofrecidos por las siluetas difuminadas que alcanzaba a ver. Estaban reunidos en una habitación iluminada por luces tenues, lo suficiente para solo ver que había enfrente.


"Traje al invitado de honor", la voz era de un hombre y le parecía sumamente familiar. Después escucho como una puerta era abierta y por ella llego un hombre cargando a un ser humano como si se tratara de un costal de papás. Escucho el estruendo del cuerpo al desplomarse de forma violenta bajo sus pies, y esa persona comenzaba a implorar de por su vida, hablaba acerca de sus hijos, de su familia, que él no había traicionado a la Fagmilia, suplicaba y lloraba, pero él no escuchaba sus ruegos. Y ahí estaba el arma, él sabía que tenía que jalar el gatillo. Su voz sonaba fría y distante, juraba que era el quien hablaba: –En la mafia la traición se paga con la vida–. El sonido de la bala resonaba en sus tímpanos y todo se cubrió de sangre, lo peor sin duda alguna fue que no se arrepentía de habar sesgado aquella vida. Sangre y más sangre, peleas. El estómago se le revolvía.


"¿Ese es mi futuro?", pensaba.


Sus cavilaciones internas fueron interrumpidas. Escucho alguien tocaba a la puerta de su habitación. Durante un segundo dudo en levantarse, no se encontraba de ánimos para nada. Sabía quién era la persona que toco a su puerta.


– Sawada Tsunayoshi-kun –Rokudo hablo.


A paso lento se levantó y abrió la puerta. Mukuro lo miraba sin embargo no era una mirada de enojo. Ambos quedaron frente a frente.


– Entonces… ¿Por qué huiste? –pregunto Rokudo.


– Fue… casi los mato –mascullo con voz queda. Era lo único que pudo decir–. Juro que no quería que pasara, y entonces vi el hueco. Solo quería que se detuvieran –aseguro.


Rokudo espero a que Sawada continuara hablando. Era la primera vez que pensó en el que Sawada se estaba desboronando. Ni siquiera cuando peleo contra Xanxus lo vio en un estado tan frágil.


– Sigo vivo –contesto Rokudo.


– Yo… siempre he tomado el significado de Vongola, mafia muy a la ligera. Después he estado soñando… si mi verdadero yo es un asesino.


– Así que ya caíste en cuenta de lo que se trata –musito Rokudo.


– Yo…


Sawada lo sabía, él no podía huir de ese cargo. Empero no quería involucrar a sus amigos.


– ¿Qué más es lo que te preocupa? –cuestiono la niebla.


Rokudo lo sabía a la perfección, un juramento hecho a Vindice no podía ser tratado a la ligera. No desde la batalla por el anillo del cielo.


– No quiero que nadie se vea involucrado por mi causa.


– Kufufu eres bastante egoísta Tsunayoshi-kun. Pero estas ignorando los deseos de los demás. El chico punk te seguirá hasta las profundidades del infierno de ser necesario. Lo mismo va para el beisbolista, el boxeador y la vaca.


Sawada respiro. Sabía que sus amigos eran capaces debido a lo que ocurrió en la batalla de los anillos. Mientras que con los guardianes de la niebla y de la nube no estaba nada claro.


– ¿y tú? –inquirió Sawada.


– yo. ¿Qué?


– Sé que no quieres ser involucrado en la mafia –musito el castaño.


Durante un par de minutos se mantuvieron en silencio. Rokudo recordaba las palabras de Sawada: Quiero conocer al verdadero Mukuro. Las palaras dichas por Sawada lo sacaron de balance. Por política personal evitaba involucrarse con persona, omitiendo a Ken y Chikusa. Ellos vivieron el mismo infierno que él. Por eso mismo durante el inicio de los preparativos previos al festival cultural se mostraba reacio a hablar con Sawada más de lo normal. Por su puesto que noto que el castaño noto su cambio parco, sumándole que Tsunayoshi nunca se quejó ni se molestó con él.


– Es cierto que no quiero tener que ver nada con la mafia –sentencio Rokudo–. Pero es diferente si se trata de ti.


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Notas de la autora: Mukuro-sama que atrevido. Ya era justo y necesario después de 72 capítulos previos. A eso súmenle que soy medio lenta para el amor y comencé a armar una trama Shonen.


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