Era la noche del veinticuatro de diciembre y un dragón se encontraba en su casa preparando la cena…bueno relativamente…
-¡Por que no mejor pague para que hicieran la dichosa cena! – bufaba mientras trataba de poner el mango en la licuadora pues quería… o al menos intentaba realizar una decente salsa agridulce de mango. Pero el descuidado dragón olvido poner la tapa de la licuadora lo que hizo que todo el contenido salpicara los azulejos de la cocina.
-Ash demonios en serio que te debo de amar demasiado Seung como para que este día este aquí tratando de hacer una cena decente – mascullaba mientras medio limpiaba el desastre que había dejado a su paso la licuadora sin tapa.
Su laboriosa labor lo estaba consumiendo pero como había dicho quería que fuera una cena sorpresa para su novio últimamente estaban muy distanciados y este día le había dicho al mayor que lo pasarían juntos lo que no le había dicho es que el mismo haría la cena… ¿Qué tan difícil podría ser? La respuesta llego cuando al cortar las verduras para la guarnición se había cortado manchando las verduras con su sangre o cuando intento prender el horno dejándolo por poco sin su adorado cabello. Si admitía que todo esto era un caos pero él era Kwon Ji Yong el que nunca se daba por vencido así que la cena no le ganaría.
Iban a dar las once de la noche cuando por fin después de algo más de cinco horas había por fin hecho algo decente, la mesa estaba preparada, la comida estaba ya en diferentes contenedores y una botella del mejor vino ya esperaba en la nevera para cuando llegara la hora con su contenido acompañar la cena que con mucho esfuerzo y cuando digo mucho esfuerzo es que realmente al Dragón le había hecho sufrir.
Vio todo en orden por lo que se dirigió al baño para tomar una ducha en lo que llegaba el mayor.
Realmente necesitaba ese caída de agua por todo su cuerpo, estaba realmente estresado pero con el agua cayendo y mojando cada parte de su cuerpo realmente se sentía en el paraíso, se llenó de jabón aromático con olor a menta para después masajear su cabeza y cabellos con un shampoo olor lavanda ese que tanto le gustaba que usara su novio. Termino su labor colocando una toalla sobre su cuerpo del cual resbalaban gotitas de agua que fueron poco después absorbidas por la tela. Se vio al espejo realmente ya se veía y sentía fresco, su ego se elevó, él era hermoso.
Salió después de captar que se hacía tarde y todavía no se arreglaba para la cena, como si fuera un tornado arraso con todo lo que se encontraba en su camino dejando toda la habitación tirada… que más daba dentro de poco cuando llegara su novio iba a estar peor, ya saben ¿No? “La Noche Buena”
Se puso un traje de Saint Laurent, lo acompaño con un toque de Chanel N° 5, un peinado no tan elaborado pero que sin duda lo hacía ver muy guapo y por último delineó un poco sus ojos con lápiz negro. Sin duda sabía cómo vestirse no por eso era considerado como el fashionista de Corea.
Eran cuarto para las doce cogió el regalo que le había comprado al mayor y rápidamente lo coloco debajo del árbol de navidad; sin duda le iban a encantar era una pareja de Bearbrick’s navideños y aunque sabía perfectamente que la madre de Seung ya no quería que coleccionara esos muñecos sabía que tanto su novio como él idearían un plan para conservarlos.
Miro su reloj diez para las doce y Seung no aparecía por ningún lado ¿Dónde estará? Se supone que habían quedado que esta vez en la villa pasarían la navidad.
Los minutos pasaban y Seung no cruzaba la puerta por lo que eso alarmo al menor, cogió su móvil y oprimió el número de marcación rápida que le correspondía a su novio, comenzó a sonar…pero no contestaba…siguió sonando hasta que por fin se escuchó una voz del otro lado.
-Ji amor – pronuncio la voz claramente gruesa de Seung a través de la bocina del móvil.
-¿Dónde estás Seung? Te estoy esperando en la villa como acordamos – exclamo el menor de los dos.
-Lo siento Ji surgió un contratiempo y llegare un poco tarde – se excusaba Seung.
-¿¡QUEEE!? ¿¡Como que llegaras tarde!? – gritaba Ji
-Lo siento, me encontré a unos compañeros con los que rodé la película y me invitaron un trago. Ji llegare tarde pero llegare – decía Seung del otro lado de la línea mientras un no tanto feliz dragón escuchaba lo que su novio le decía
-¿¡¡NO TE BASTO PASAR TODO ESTE TIEMPO CON ELLOS!!? ¿¡¡AHORA TAMBIEN LA NAVIDAD ME LA TIENEN QUE JODER!!? – Y ahí estaba el gran G DRAGON defendiendo su derecho de pasar más tiempo con su novio, y es que últimamente casi no coincidían, sus agendas eran muy diferentes lo que ponía triste y la vez sulfuraba al menor pues lo que el más quería era estar todo el tiempo con su novio lo que últimamente no pasaba.
-Ji por favor – hablo con calma el mayor como si quisiera tentar el terreno en el que en este preciso momento estaba pisando – Solo tardare poco – concluyo.
-Joven Choi aquí tiene su… - una voz femenina fue escuchada por Ji a través de la bocina.
-¿¡ESTAS CON MUJERES!? ¡ERES DE LO PEOR SEUNG! – y tras decir eso el menor colgó.
No lo podía creer pensaba que por lo menos este día estaría con el mayor celebrando que iluso fue al parecer a su adorado novio le importaba más festejar a lado de las personas con las que trabajo en la película que con su novio que se había cortado o hubiera quedado calvo todo por hacer la estúpida cena de navidad. Se levantó enojado y fue a la cocina si Seung pensaba que lo iba a esperar para cenar estaba muy equivocado que cenara solo si quería.
El menor se sirvió una porción grande de lo que había preparado para ir a sentarse a la sala, ojala se me callera la comida en su sillones de diseñador pensó con aire malvado en sus ideas, rio dentro suyo.
Doce campanadas sonaron del reloj que se encontraba en la recamara del su dueño.
-Feliz Navidad Ji Yong – pronuncio para sí mismo.
Termino de cenar doce y quince minutos y de Seung ni sus luces, se paró a dejar el plato al lavabo y se dirigió un estante donde había libros cogió el primero y comenzó a leer…
-¡Bah! Que cuento tan más tonto – pronuncio después de quince minutos de lectura, que hicieron que al menor le produjera sueño por lo que se acomodó en el sillón hasta quedarse dormido.