AUTORA POVE
Desgraciadamente la fiesta de navidad tuvo que ser pospuesta para el día siguiente.
Aquellas cosas que Ciel sentía en su pancita era un gran dolor, provocado por comer chocolate aquella mañana a escondidas de Sebastian. Ahora entendía el porque no chocolate antes del desayuno.
- Se lo dije Bocchan – dijo el mayor tratando de bajar la fiebre del menor
- Ca-cállate Sebastian – dijo el menor muy débil – bien que disfrutas que este enfermo
- Claro que no Bocchan, como puedo disfrutar ver el sufrimiento de la persona que amo por una enfermedad, y peor aun si es mi niño
- No soy un niño, duele Sebastian – se quejo el menor. Todo la fuerza que podía por aguantarse el dolor se fue al carajo y comenzó a retorcerse
- Bocchan por favor, resista pronto estará el medico aquí – y como si fuera arte de magia, Tanaka entraba por la puerta de la habitación con el doctor Thomas
- Buenas tardes Joven Ciel, pronto se pondrá mejor – diciendo esto levanto el camisón del menor y comenzó a examinarlo. Pidió amablemente que salieran de la habitación a lo que ambos mayordomos salieron sin decir palabra alguna
Después de unos 15 minutos donde todos se comían hasta las uñas de la preocupación por su Bocchan, salió el medico. Como si hubiera ocurrido un milagro todo se lanzaron a preguntar si Ciel estaba bien. El medico sonrió y asintió, explicó a Tanaka y Sebastian el porque de su malestar y el medicamento que usarían para que se recupere.
Amablemente Tanaka dirigió al doctor hacia la puerta de salida y Sebastian evitando que los tres sirvientes entraran a ver a Ciel, cerró la puerta sin antes decirles que no molestaran ni rompieran nada mientras Ciel se recupera.
SEBASTIAN POVE
- Bocchan esta despierto? – pregunte con calma y desespero, quería saber como se sentía; pero no tengo una respuesta por su parte, debe estar dormido
- Bocchan debo darle la medicina, despierte por favor – le digo mientras preparo la sustancia blanca que me dio el medico, pero sigo sin obtener respuesta, empiezo a asustarme
- Ciel, despierta por favor – digo cerca de su cuerpo, lo siento débil – Ciel
- Mmm – veo que comienza a moverse un poco, siento alivio en mi ser
- Se-sebastian – me llama con pesadez – que sucedió?
- Tranquilo Bocchan, le dare la medicina, dice el doctor que pronto estará bien – le respondió
- Si, eso lo se… a lo que me refería era porque me llamaste por mi nombre – aquello me dejó sorprendido, creí que dormía
- Mis disculpas, tal vez se me escapó, de verdad lo lamento Bocchan - le dije presuroso pero relajado
- No importa… esta bien – me dijo tratando de sentarse – solo que me tomaste por sorpresa
- Crei que dormía
- Si pero no estaba completamente dormido
Luego de la conversación le di su medicina, a lo que me respondió con un gesto bastante gracioso, una mueca de desagrado
- No le ha gustado la medicina – le dije tratando de sonar tranquilo, pero su cara era demasiado graciosa
- Se que quieres reírte, pero esto sabe horrible – me dijo con escalofrío en su cuerpo ante el sabor que quedo en su boca – si quieres compruébalo
- Bocchan, yo no tengo sentido del gusto, para algunas cosas, y creo que las medicinas humanas están en esta categoría – le dije mirando el frasco – no me parece tan desagradable
- Te reto a que lo pruebes – me dijo con orgullo en su sonrisa
- Jojo~, un reto, que ganaré yo si no me sabe a nada – le pregunto con un poco de malicia
- Mis labios – me dijo sin chistar – te dare que me des un beso
- Aquello me ha sorprendido – le respondí y era cierto, estaba seguro que sus labios serían míos – pero a tal ofrecimiento no puedo negarme
- Si yo gano me darás un regalo de navidad único y que me encante, conoces mis gustos y exigencias, si no lo cumples tendrás un castigo – me dijo con total naturaleza
- Acepto Bocchan – pan comido esos labios son míos
Tome el frasco entre mis manos y me lo tome de un bocado, nada…. Al principio. Luche con todas mis fuerzas por no escupirlo pero no aguanté y salí corriendo al baño a escupirlo. Ciel solo reía
CIEL POVE
Debo admitirlo, creía que perdería pero la suerte esta conmigo y Sebastian ahora esta tosiendo en el baño, es demasiado gracioso, esa cara fue divertida
- Sebas…se-sebastian… jajaja… debiste ver tu cara – le decía entre risas
- Diablos como pudo hacer usted para tragarlo, que horrible – mientras salía del baño se limpiaba con su guante sus labios
- Te lo dije, gane – veo su mirada con enojo ante mi orgullo, pero no quiero discutir por ello dejo de reírme
- Bien Bocchan – me dice serio
- Mo~~ Sebastian tranquilo, era un juego cálmate, aunque la apuesta era real, dime que no te has divertido – le dije con una sonrisa en mis labios a lo que él me sonrió
- Si lo he hecho y lo mejor de todo es que usted esta riendo y sonriendo, es hermoso joven amo, y que lo haga conmigo es aun mejor – me dice sinceramente, ante lo cual me sonrojo
- Cállate! – le lanzo una almohada completamente sonrojado. - Otra vez creo q voy a enfermarme, siento algo raro en mi estómago
- No Bocchan – me dice apurado – no dejare que se enferme de nuevo
Sebastian me ha recostado otra vez en mi cama – traeré algo nutritivo Bocchan – me dijo mientras salía de la habitación.
Trato de relajarme un poco, pero en esta mansión nunca dura más de 3 segundos, ahora tocan mi puerta con desespero
- Adelante – digo molesto
Entran Meirin, Finny y Bard por la puerta
- Bocchan como sigue? – me pregunta la pelirroja
- Bien gracias – digo sentándome en mi cama
- Le trajimos fruta Bocchan – me dice Finny extendiéndome una cesta
- Esperamos sea de su agrado – completa el chef
- Gracias – les digo mientras la recibo – pronto estaré mejor, así que les encargo la mansión y saben a que me refiero
- Si señor- me responden los tras para retirarse a hacer sus labores – trío de locos – digo para poner la cesta a un lado y volverme a acostar
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Luego de unos momentos tocan mi puerta y entra Sebastian con la comida
- Huele delicioso – digo en voz alta
- Ahhhh… no sabia que a Bocchan le guste tanto mi comida – me dice burlándose
- Cállate Sebastian – le digo con vergüenza
- De nada Bocchan, es un placer servirle – se sienta a mi lado y me ayuda a comer como niño
- Sebastian puedo comer solo puedes..
- De ninguna manera – me interrumpe – yo le ayudare a comer, así que no insista
Con ello mató la conversación, me deje ayudar por él y cuando termine se levanto de su lugar y antes de que se fuera le detuve
- Sebastian, espera …. Que paso con la celebración de navidad? – pregunte
- Se a pospuesto hasta nuevo aviso Bocchan, no se preocupe, su salud es primero – me dijo dando una reverencia
- Sebastian, mañana será la fiesta – le dije serio
- Pero joven amo, no es prudente que…
- Es una orden
- Yes my lord – y se retiro de mi habitación
Como pude me acosté de nuevo, me arrope y traté de dormir, pero estas sensaciones en mi estomago no me dejan tranquilo, parece que si me enferme algo fuerte.