Cap XI. Oportunity ·:Oportunidad:·
- *¿faraón, estás seguro de querer hacer esto?*- preguntó Yugi nuevamente
- *sí Yugi, hazlo... estoy listo*- ante la respuesta del faraón, el menor suspiró profundamente y se colocó dentro del extraño símbolo que su yami había dibujado en el piso. El símbolo se iluminó y un aura extraña color violeta oscuro lo rodeó- *tranquilo pequeño, nunca haría algo que te lastimara... pronto pasará...*- toda la habitación fue invadida por aquella luz...
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Cuando despertó, vio asombrado el cuerpo desnudo del faraón sobre el piso, éste permanecía aún inconsciente. Lo subió como pudo a su cama y lo cubrió con las sábanas; después lo miró descansar.
- me parece algo increíble que alguien con un rostro tan hermoso y apacible pueda causar tanto daño- acarició delicadamente los cabellos de su yami y salió de su habitación- Shadi... ¿Shadi, estás aquí?- al llegar a la sala encontró al egipcio sentado en el sofá
- ¿qué sucede pequeño Yugi? ¿Para qué me llamaste?- inquirió con mirada penetrante
- Shadi, necesito tu ayuda- el tricolor se sentó a su lado- yo... quiero sellar el alma de Atemu- Shadi no logró ocultar su sorpresa- lo amo demasiado, pero... no puedo dejar que siga lastimando a otros, no quiero que los demás salgan dañados por mi culpa- unas sutiles lágrimas brotaron de su orbes- Shadi, tengo miedo de que no queda controlarlo la próxima vez…
- ¿estás seguro?- le preguntó. Yugi asintió retirando las lágrimas de sus ojos- de acuerdo, te ayudaré. Ésta puede que sea nuestra única oportunidad, tenemos que actuar mientras él carezca de poderes- escudriñó entre sus ropas y sacó un collar azul en forma de escarabajo- ten, usa esto, evitará que él lea tu mente o tus sentimientos... ahora, esto es lo que vas a hacer para sellar su alma dentro del rompecabezas...
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Los rayos del sol entraron por la ventana; la intensa luz golpeó de lleno su rostro, obligándolo a despertarse lentamente. Cuando se dio cuenta en dónde estaba, sonrió ampliamente y comenzó a tocar ansioso su cuerpo y algunas cosas que tenía a la mano. Poco después entró su hikari a la alcoba, lo que hizo que se alegrara aún más.
- hola Yami ^-^ que bueno que despertaste, te traje el desayuno- le anunció sonriente
- ¿Yugi, cuánto tiempo estuve dormido?- preguntó curioso
- umm...-miró el reloj- cerca de cinco horas
- ¡¿cinco horas?! ¡¿Por qué no me despertaste?! ¡Ya desperdicié demasiado tiempo!
- tranquilo- puso el desayuno sobre un mueble cercano a la cama- aun falta mucho para que...- pero no pudo seguir hablando, ya que el faraón lo haló del brazo, lo tumbó a la cama y se subió en él, haciendo que el menor se pusiera de todos colores
- Yugi...- le musitó al oído mientras se pegaba más al cuerpo de su hikari, éste se puso más rojo al sentir el miembro de su yami rozando su entrepierna (N/A y si tomamos en cuenta que estaba desnudo, pues...) y su cálido aliento golpeando su cuello
- ba... basta Yami- el susodicho lo miró- no quiero hacer esto... no todavía. Quiero dejarlo para después...
- n.n claro pequeño. Como quieras- se bajó de él y se puso a su lado- ¿y qué hacemos entonces?
- ¿qué tal si tú y yo salimos juntos? ^///^
- ¿una cita? Me parece buena idea n_n
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Yugi logró encontrar algo de ropa para su yami, y después de arreglarse fueron a la salida, cuando el menor abrió la puerta, se encontró con su rubio amigo.
- ¡Jo... Joey!- al ver al ojimiel cerró la puerta antes de que su yami pudiese salir. Éste se pegó a la puerta para oír lo que decían- ¿qué haces aquí?
- sólo pasaba por aquí y... pensé en venir a disculparme por lo que dije el otro día. Estaba tan enojado que no pensé que pudiera hacerte daño, sé cuánto significaba el faraón para ti... pero pensé que tal vez tú y yo podríamos intentarlo de nuevo y podríamos salir juntos… como amigos, claro ¿qué dices?
- Joey, no creo que… - sintió que el faraón trató de abrir la puerta, pero Yugi logró cerrarla de nuevo- ...que no es un buen momento para esto
- ¿qué fue eso?
- una corriente de aire, jeje ^^U Joey, deberías irte. Yo estaba de salida y...
- ah, entiendo, te estoy retrasando. Bueno, nos vemos luego- se despidió con un ademán de mano y se marchó. El peque suspiró aliviado y dejó que Atemu saliera.
- sería mejor irnos lo más lejos posible- sugirió Yugi- si alguien te ve, vamos a estar en problemas
- supongo que sí…- entonces notó algo que su hikari nunca había usado, un extraño collar- Yugi, ¿y ese collar?
- Me lo envió mi abuelo por correo desde Egipto. Acaba de llegar, ¿no es hermoso?
- supongo… Bueno, será mejor irnos
- n_n
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Tomaron un autobús y salieron de ciudad Domino, llegaron a una ciudad conocida como Odaiba; ahí nadie los conocía, así que estaban seguros. Caminaron un poco hasta que encontraron un lugar que llamó mucho la atención del faraón.
- ¿Yugi, qué es eso?- señaló a aquel lugar
- es un parque de diversiones- contestó divertido, le parecía gracioso la ingenuidad de su yami
- ¿podemos ir?- ni siquiera dejó que el chibi respondiera, ya que lo arrastró a aquel sitio.
Pasaron toda la tarde ahí, subiendo a toda atracción que le apeteciera a Atemu; ya al medio día, decidieron hacer una pausa para comer. Yugi estaba exhausto, no entendía en dónde guardaba su yami tanta energía. Éste ni siquiera le dejó terminar su comida, ya que lo arrastró hacia otra atracción…
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Saliendo del parque de atracciones fueron al cine. Entraron a la sala y se sentaron en unas butacas que se encontraban en la parte de en medio; estuvieron atentos a la película la mayor parte del tiempo, pero al notar a una pareja delante ellos, la miraron unos momentos. Vieron que la chica abrazaba al joven que la acompañaba y lo besaba tiernamente. Atemu y Yugi se miraron al mismo tiempo, el menor de ellos se sonrojó.
El faraón tomó la mano del peque y se aproximó a él poco a poco, sus ojos se cerraron involuntariamente. Yugi, se puso un poco nervioso, pero aún así imitó los movimientos de su yami, y pronto sus labios quedaron unidos por un beso. Para el faraón, era el mejor momento de su vida, los labios de su hikari eran tan deliciosamente adictivos que quiso probar más. Adentró su lengua a la cavidad de Yugi y comenzó a explorar la zona más profundamente, puso sus manos sobre su rostro y lo acercó lo más que pudo al suyo. Atemu no quería que se separasen, quería quedarse así para siempre, deseaba detener el tiempo en ese mismo instante,… pero por falta de aire tuvieron que deshacer su beso, además de que la película ya había terminado y estaban por encender las luces. Se fueron a caminar un poco antes de ir a cenar una pizza. Después regresaron a la casa del chibi.
- n.n fue muy divertido, ¿no crees?- dijo Yugi cuando entraron al inmueble y cerraba la puerta.
- sí, lo fue… pero- acorraló al menor entre él y la puerta y le sujetó las manos- aún falta lo mejor- volvió a besar apasionadamente a su hikari, deleitándose con cada milímetro de su cavidad. Bajó a su cuello y comenzó a recorrerlo con su lengua, mojando toda la zona, haciendo que el peque se sonrojara y comenzara a gemir levemente.
- fa… faraón… aquí no- pronunció dificultosamente entre gemidos
- entonces, vamos a tu habitación…
Continued…