Cap XIII. Betrayal ·:Traición:·
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Esa noche en especial, el faraón estaba demasiado inquieto; abrazaba fuertemente a su hikari y lo acercaba a él tanto como podía, estaba desesperado por sentir su calor nuevamente.
- Yami, no tan fuerte- reprochó el menor- me lastimas
- ah, lo siento- se disculpó Atemu y lo soltó para después sentarse sobre la cama- pero es que... ya hace 2 días que no puedo saber lo que piensas o sentir lo que sientes... es como si estuviera solo, como si yo no fuera nada...
- no hables así- Yugi se levantó de la cama y se puso junto al mayor- tus poderes regresarán un día de estos cuando menos lo esperes, ya lo verás
- ¿cómo que un día de estos? ¿Qué quieres decir?
- pues... no sé… tal vez te equivocaste al descifrar el hechizo; tal vez podrías estar sin tus poderes por semanas, meses, años, milenios...
- ¡no! ¡Imposible!- gritó exaltado- ¡estoy seguro de haberlo traducido a la perfección!
- bueno, pudiste haber olvidado un detalle, una parte que no leíste... tal vez deberíamos revisar el hechizo otra vez y asegurarnos
- sí, es buena idea
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Una vez más, deambularon por los extensos y casi interminables pasillos del rompecabezas, pero esta vez el faraón no se molestó en ocultarle el camino a Yugi, estaba demasiado preocupado por la pérdida inesperada de sus poderes; en el trayecto, el peque recordaba lo que había hablado con Shadi algunos días atrás…
--Flash Back--
- Shadi, necesito tu ayuda- el tricolor se sentó a su lado- yo... quiero sellar el alma de Atemu- Shadi no logró ocultar su sorpresa- lo amo demasiado, pero... no puedo dejar que siga lastimando a otros, no quiero que los demás salgan dañados por mi culpa- unas sutiles lágrimas brotaron de su orbes- Shadi, tengo miedo de que no queda controlarlo la próxima vez…
- ¿estás seguro?- le preguntó. Yugi asintió retirando las lágrimas de sus ojos- de acuerdo, te ayudaré. Ésta puede que sea nuestra única oportunidad, tenemos que actuar mientras él carezca de poderes- escudriñó entre sus ropas y sacó un collar azul en forma de escarabajo- ten, usa esto, evitará que él lea tu mente o tus sentimientos... Yugi, para que pueda sellar el alma de Atemu necesito de tu total cooperación
- ¿qué debo hacer?
- tienes que llevar al faraón a la habitación que está justo en frente del cuarto donde estaba el hechizo que le dio un cuerpo. Yo me encargaré de inmovilizarlo, pero la siguiente parte es la más complicada... Cuando el faraón no pueda moverse, tú tienes que sellar su alma con un hechizo, y mientras lo haces, debes olvidar todo sentimiento que tengas hacia él. Si llegas a sentir algo por Atemu aunque sea por un instante, el conjuro no será lo suficientemente fuerte para sellar su alma... ¿crees que puedas hacerlo?
-- Flash Back--
- [[tengo que hacerlo... es por el bien de todos. Espero que me perdones Atemu]]- se decía Yugi a sí mismo- ¿aún falta mucho?- le preguntó
- no, ya casi llegamos- y como lo había dicho, algunos minutos después se encontraron frente a aquella puerta. Entraron rápidamente, el mayor comenzó a leer los jeroglíficos de las paredes- ummm... debe estar por aquí...- estaba tan entretenido en lo que hacía que no notó cuando Yugi salió de ahí- esto no tiene sentido, según esto... mis poderes debieron regresar justo cuando el hechizo se terminó, estoy seguro... ¿qué opinas Yugi?- se viró para buscar a su hikari, pero éste no estaba. Entonces vio que la puerta estaba abierta- ¡maldita sea! Le dije que no merodeara por el rompecabezas sin mí...- se apresuró y fue a buscar a Yugi, pero no tuvo que buscar mucho, ya que la puerta de enfrente estaba abierta y supuso que estaba en ese sitio. Entró lentamente a la habitación y encontró al menor parado justo en medio - Yugi, que bueno que estás bien- se dirigió a su lado- tenemos que salir de...- cuando intentó tomar al peque de su mano, éste retrocedió, lo que dejó atónito al faraón- ¿Yugi...?- sintió que una fuerza desconocida se apoderaba de su cuerpo y le impedía moverse. Por un breve instante, logró ver a Shadi detrás suyo- ¡tú! ¡¿Qué crees que haces?! ¡Cuando logre liberarme te voy a hacer pagar por esto!
- fue mi idea- interrumpió la voz del chibi- yo le pedí a Shadi que me ayudara a sellarte... porque... ¡porque no me gusta lo que le haces a los demás!
- Yugi...
- ¡hazlo ahora Yugi!- le ordenó el egipcio
- está bien- suspiró y se preparó mentalmente, para después comenzar a decir- la luz pertenece a la luz y la oscuridad a la oscuridad...
- no Yugi...- le pidió lastimeramente Atemu
- cuando el día sea absorbido por la noche, sólo Ra, el dios del sol, puede extinguirla...
- Yugi, no lo hagas...- un círculo brillante apareció en el suelo y rodeó al faraón, formando una pared luminosa alrededor de él- Yugi, por favor detente...- Shadi soltó a Atemu y dejó que el menor terminara el conjuro
- desde el reino de los mortales, clamo tu nombre...
- no Yugi...- del suelo brotó una especie de enredadera cubierta de espinas, ésta comenzó a trepar por las piernas de Atemu, tratando de apresarlo. El tricolor intentó resistirse quitándoselas con las manos y sacudiéndose- Yugi, ayúdame...- el menor miró a su yami; y pudo ver una profunda tristeza reflejada en su rostro- te amo Yugi…
- ¡no lo escuches Yugi!- le gritó Shadi- ¡termina el hechizo!
- [[concéntrate, concéntrate]]- …poderoso Ra, extingue la sombra que está sobre mi alma…
- Yugi- por el rostro de Atemu comenzaron a correr algunas lágrimas, y sin poder evitarlo, Yugi comenzó a llorar también. El faraón bajó su mirada y dejó de luchar; y en poco tiempo, las ramas ascendieron por su cuerpo, rasgando su carne completamente; hasta que quedó envuelto por aquella enredadera. Las espinas lograron subir por su cuello y cubrieron sus ojos; sus brazos estaban levantados, parecía como si hubiese sido crucificado. Y tan rápido como había empezado, la enredadera dejó de avanzar, dando fin a tan horrible ritual. La luz que lo rodeaba desapareció; Yugi cayó de rodillas al suelo sin parar de llorar.
- lo hiciste bien Yugi- Shadi lo cogió del hombro- ahora que el alma del faraón está sellada, ya no podrá lastimar a nadie... aunque… él podrá seguir leyendo tus pensamientos y sentimientos, pero tú no...
- ¿y eso por qué?
- te distrajiste en el último momento, el hechizo se debilitó
- lo siento
- no es tu culpa... Todo estará bien mientras él no escape del hechizo. De lo contrario,va a ser nuestro fin...- el peque miró a su yami, las ramas que lo aprisionaban estaban teñidas de rojo, y las lágrimas aún podían verse en su rostro.
-yo... yo te amo también Atemu….
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Dos semanas después...
Yugi caminaba con su inseparable amigo Joey rumbo a la escuela; mientras que le contaba todo lo que había sucedido.
- vaya, así que eso fue lo que pasó...- exclamó Joey sorprendido- ¿y entonces por qué sigues usando el rompecabezas del milenio?
- Shadi me dijo que para mantener sellado al faraón era necesario tenerlo siempre junto a mí; de lo contrario, el conjuro se debilitaría más y Atemu podría liberarse...
- es por eso y porque aún te gusta el faraón, ¿no es cierto?- el chibi lo miró desconcertado- creo que acerté…
- Joey...
- *Yugi, aléjate de él*- profirió débilmente el faraón, pero el peque no lo escuchaba.
- tal vez... deberíamos empezar de nuevo. Nunca perdí la esperanza de que te enamorarías de mí algún día...
- *idiota, él nunca se va a fijar en ti*
- ¿pero qué dices Joey?
- que, a pesar de que no sientas nada por mí, yo sé que tarde y temprano querrás estar conmigo
- Joey...- el rubio se inclinó para alcanzar los labios de Yugi, quien sólo cerró sus ojos
- *¿qué haces Yugi?*
- te quiero- fue lo último que dijo el ojimiel antes de juntar sus labios con los del peque; iniciando así un tierno pero apasionado beso.
- *Yugi, no lo hagas... aléjate de él*- el odio y los celos comenzaron a fluir por su cuerpo, sus manos comenzaron a moverse lentamente- *¡¡maldito perro, suelta a mi Yugi!! ... ¡¡¡es mío… mío...!! ¡Sólo yo puedo estar con él!*
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Shadi hacía su recorrido de rutina en el rompecabezas para asegurarse de que todo estuviera bien; fue entonces que escuchó una voz:
- *¡sólo yo estaré con él… sólo yo!*- la voz del faraón hizo eco por todo el lugar, los pasillos del rompecabezas se enfriaron y obscurecieron repentinamente.
- no, no puede ser...- corrió hasta donde estaba Atemu, pero no encontró ninguna anormalidad. Se acercó al tricolor y lo miró más cuidadosamente- ¿habrá sido mi imaginación?- el faraón logró soltar uno de sus brazos y sujetó por la cara a Shadi, comenzando a hacer presión en éste.
- ¡todo esto es culpa tuya!- gritó el faraón mientras alzaba a Shadi del suelo con extraordinaria facilidad y seguía apretando con más fuerza su rostro; Shadi intentaba desesperadamente liberarse...
Continued….