Ella me odia, y si es así… ¿De que sirve estar aquí? Ya lo había dicho, solo soy su problema…entonces… ¿Por qué sigo aquí? ¿Por qué no me puedo ir?
La vampira estaba sentada en la torre del castillo, justo sobre la habitación de Bonnibel, mil pensamientos cruzaban su cabeza, si no estuviera muerta seguro le dolería el pecho. Seguro las lagrimas brotarían de no ser por su fría alma. Miro al cielo con melancolía, cuando de pronto una luz se encendió a sus pies.
En tres tiempos, voló de allí, pero a alejarse vio a Bonnie que la buscaba con la mirada parada en el balcón, la vampira decidió gastarle una broma. Se acercó silenciosamente y…
-¿A quien buscas Bonnie?
Se puso detrás de esta para sorprenderla. Cosa que funciono a la perfección.
-¡Marcy! ¿Qué haces aquí?
La vampira paso flotando frente a ella como si no le importara mucho contestar a sus preguntas.
-No mucho ¿Y tu?
-Yo vivo aquí
-¿En serio? ¿Y por qué no me invitaste?
-¡Marceline!
La vampira se acercó a la chica de rosado cabello con mala cara.
-¿Acaso tanto le molesta a la princesa que salga a pasear en la noche? ¿O será que le molesta que este cerca de ti?
Las cejas de la princesa se torcieron ligeramente en señal de molestia. Marceline por su parte solo se mantuvo allí, mirándola de cerca.
-Marceline, ¿Aun estas molesta por eso?
¡Claro que estoy molesta idiota! ¿Acaso crees que es lindo sentirse así? ¿A mi también me duele sabes?
Marceline quería gritarle mil cosas a la chica que estaba frente a ella, pero su orgullo y sus sentimientos se lo impedían.
-Claro que no, sé que soy solo una molestia y no me importa.
La vampira había decidido irse, pues si se quedaba seguro comenzaría a llorar. Pero cuando planeaba hacerlo, la princesa la detuvo, pues se lanzo sobre ella en un abrazo eufórico, de esos que le daba cuando eran pequeñas.
La chica no pudo evitar sonrojarse, miro a la princesa para gritarle un par de cosas, pero se detuvo por la sorpresa sobre lo que ocurría. La princesa, esa dulce niña que se había perdido hace unos cientos de años en el bosque y había conocido a la persona que más daño le haría en su vida. Estaba llorando, lloraba aferrada a la vampira que solo la miraba, atónita sin comprender nada.
-¡Lo siento! ¿Vale? NO soy perfecta, pero hago lo que puedo, tú sabes que esto me es difícil también.
En ese momento miles de recuerdos pasaron por la cabeza de la vampira, cuando se conocieron, cuando se besaron y enamoraron, y cuando se separaron. Una lágrima cayó por la mejilla pálida de la chica, quien al recordar esos momentos, se aferro a su "amiga" en un abrazo lleno de sentimiento.
Allí estaban ambas, juntas, como debía ser, bañadas por la tenue luz de la luna. Debajo de la torre todo era oscuridad, nada, ni una sola luz, todo lo que existía eran ellas. Como si todo lo demás hubiera desaparecido en ese abrazo, como si un mundo perfecto sin prejuicios ni deberes reales hubiera sido creado en ese instante, en ese preciso y mágico momento.
Marceline sabía que eso no duraría para siempre, sabía que cuando ese abrazo se acabase, cuando la luz del sol iluminara el reino, ella debería volver a su vida en la cueva y Bonnibel a su vida de princesa de Chuchelandia. Pero…Solo por ese instante, aun si fuera solo un sueño…
La vampira tomó el mentón de la chica y le sonrió mientras con su otra mano secaba sus lágrimas.
-Bonnie…solo por esta vez…
La princesa sonrió y mirando tiernamente a su amada dijo al momento de juntar sus labios.
-Solo por esta vez, Marcy
Aunque la boca de Marceline sabía a rayos—por obvias razones…muerta—a Bonnie le pareció el beso más dulce de su vida. Y aunque Marcy odiaba los dulces, el sabor de los labios de Bonnibel era el mismo cielo.
Cuando tuvieron que separarse por falta de aire, ambas se miraron, como cuando se conocieron, y Marceline sonrió, Bonnie por su parte no entendió por que, su beso había terminado, habría que volver a las peleas sin fundamento y el ignorarse mutuamente, entonces, ¿Por qué sonreía?
-Marcy, ¿Por qué sonríes?
La vampira floto y se recostó en el aire, con una expresión divertida
-¿No lo sabes?
-No… ¿Debería?
La chica volvió a sonreí pero esta vez de manera traviesa, y con un pequeño impulso volvió a juntar sus labios con los de la chica. Al separarse contemplo a una princesa sonrojada y algo molesta.
-Sonrió porque nunca te hago caso Bonnie
La chica comprendió enseguida el significado de esas palabras, solo sonrió y vio como Marceline desaparecía en la penumbra del frio anochecer.
-Por primera vez…me alegro de ello…Marcy…
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