Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El hilo rojo del destino por Cata-chan

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Espero que les guste esta nueva historia que les traigo con mucho cariño.

!!!!!!!!!!Feliz 2014!!!!!!!!!!!!!!!

Notas del capitulo:

Bueno aquí les traigo una nueva historia que en un principio será un poco shota >/////< para contar la historia de como estos dos se conocen.

Por otro lado ojo con la familia de Kaede... por ahora solo los dejo con eso.

Espero que les guste y me den sus comentarios :)

PD: aún no se como poner a los dos personajes, la página solo me deja poner a uno :(

 

Capítulo 1: El encuentro

Estaba harto de esas clases de piano, la profesora era estricta y no lo dejaba tocar lo que él quería por eso salió corriendo de casa sin escuchar los gritos de las criadas que estaban a su cargo.

Corrió todo lo que su cuerpo le dio, cuando al fin se detuvo miró donde se encontraba y se vio en medio de un parque, lo recordaba vagamente, un sentimiento de nostalgia lo envolvió aún no sabía el porqué pero ese parque le traía recuerdos de tiempos mejores, comenzó a caminar hasta llegar a la zona de juegos infantiles, a lo lejos pudo divisar los columpios, uno de ellos estaba ocupado, pero eso no le importo, se sentó en el de al lado y todo se aclaró, su madre… ella lo traía aquí cuando era pequeño, cuanto la extrañaba, no sabía cuánto tiempo con exactitud había pasado desde la última vez que la vio, pero parecía ser una eternidad, recordaba que era realmente hermosa, jamás ha vuelto a ver a un ser así, ya casi no recordaba su cara y eso lo asustaba más, ¿será que ella no se acuerda de mi tampoco? Pensó con tristeza.

-          Toma

Se sorprendió al escuchar esas palabras, levantó sus hermosos ojos azules y miró a un niño un poco más alto que él que le daba una especie de pañuelo

-          ¿Por qué lloras?

Recién ahí se dio cuenta que estaba llorando, recordar a su madre siempre lo ponía así…

-          Por mamá

-          ¿Le pasó algo? Pregunto con timidez

-          Murió, dijo bajando su mirada

-          Lo siento, le dijo tocando con cariño su cabeza desarreglando sus suaves cabellos negros.

¿Hace cuánto que no sentía esa caricia?, solo su madre había sido cariñosa con él, al menos eso recordaba, ella siempre antes de dormir le leía algún libro y acariciaba su cabello, sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente ante el sutil contacto provocando que el otro pequeño se asustara y retirara su mano

-          Lo siento dijo nervioso

-          Por favor… no… no la quites le dijo tomando su mano y bajando su cabeza

-          … si … dijo sonriendo dulcemente

Esa mirada lo cautivo por completo, sintió su corazón desbocarse por primera vez sin entender el porqué inevitablemente llevo una mano a su pecho, provocando que el otro niño se acercara un poco más, con cariño el niño dirigió la cabeza de Kaede hasta su pecho sin dejar de acariciarla, esa sensación no quería volver a olvidarla.

Luego de unos minutos así finalmente el niño de ojos azules lo volvió a mirar a la cara, quería saber quién era ese niño ya que nunca lo había visto por ese sector, lo vio bien a la cara tenía unos rasgos dulces pero masculinos, el cabello corto y castaño, su ropa se veía un poco sucia y mal cuidada, involuntariamente una de sus manos se acercó a la mejilla del pequeño y la limpio, el receptor de la caricia sin poder evitarlo se sonrojo y cargo su cara en la pequeña mano, ¿hace cuánto que nadie lo tocaba? ¿Cuánto volvería a pasar hasta que alguien lo hiciera de nuevo? Abrió los ojos solo para encontrarse con un hermoso par azul ahora con tintes rojos por el llanto, él entendía perfectamente lo que el pequeño sentía o al menos podía hacerlo, el era huérfano o eso le habían dicho, pero ese día había descubierto la cruel realidad, lo habían abandonado cuando apenas era un bebe, ¿por qué no lo querían? ¿Había hecho algo malo? Su mamá algún día ¿vendría a buscarlo? El sabía que eso no pasaría, por otro lado ya estaba muy grande para ser adoptado y se quedaría solo, por eso huyó del orfanato y corrió hasta ese parque, tenía hambre y estaba cansado de llorar, solo se detuvo de hacerlo hasta ver como ese pequeño niño se sentaba en el columpio contiguo al suyo y lloraba. El también sabía lo que era la soledad, salió de su ensimismamiento cuando sintió los pequeños brazos del niño envolviéndolo, sin querer evitarlo lo abrazo y ambos lloraron y se consolaron hasta que sus pequeños cuerpos se sintieron más aliviados.

No dijeron nada hasta que el pequeño de ojos azules habló

-          ¿Cómo te llamas? Dijo mientras se restregaba los ojos

-          Hanamichi ¿y tu?

-          Rukawa Kaede

-          Ohhh Kae-chan le dijo sonriendo

-          Eso se le dice a las niñas y no lo soy le dijo poniendo un puchero

-          Jajajjajaj lo sé Kae-chan pero eres muy lindo, le dijo desordenando su cabello

No supo que responder, su corazón saltó con esas dulces palabras por lo que se quedo en silencio y mirando al piso, se habían sentado en una de las bancas del parque, ya estaba atardeciendo y comenzaba a hacer un poco de frío, solo ahí se dio cuenta que Hana no llevaba zapatos, con el apuro de salir corriendo los olvidó y en realidad ni siquiera le importo. Kaede pensó que era pobre, una vez su padre le habló de eso y le dijo que fuera sutil con ese tema para que no hiriera los sentimientos de las personas.

-          ¿Tienes frío? le pregunto al verlo temblar ligeramente

-          Mmmm no dijo avergonzado y abrazándose así mismo

-          Toma le dijo poniéndole un chaleco que él llevaba puesto

-          Gr… gracias

-          ¿Tienes hambre?

-          No… pero su estómago no pensaba lo mismo provocando que un sonoro sonido se escapara de el

Le dio tanta vergüenza que no quería levantar su cara, pero la hermosa risa del pequeño Kaede fue como una melodía para sus oídos y verlo sonreír fue aún mejor, realmente era hermoso para ser un niño.

-          Vamos le dijo sonriendo y tomándolo de la mano

-          ¿A dónde vamos? Le dijo siguiéndolo sin romper ese tierno apretón que le daba Kaede

-          A casa Hana-kun vamos a casa

Sin poder evitarlo lloro mientras caminaba, él sabía que no era cierto, pero solo por hoy quería creerlo, sólo por hoy quería pensar que alguien lo quería y lo esperaba en un hogar.

Mientras caminaban en silencio escuchó el claro grito de un hombre, levanto la mirada y vio a un gran hombre que se acercaba raudo a ambos, se notaba a leguas su molestia, sintió miedo e inconscientemente apretó la mano de Kaede.

-          Tranquilo ese es mi papá le dijo mirándolo

-          ¿¿¿Ah???

-          KAEDE, ¡¡¡¡¡¡¡¡CUÁNTAS VECES TE TENGO QUE DECIR QUE NO SALGAS HUYENDO DE CASA!!!!!!! La pobre de Kari- san te ha estado buscando toda la tarde

-          Lo siento papá…

-          No sé cuantas veces tendremos esta conversación, solo ahí se dio cuenta que su hijo llevaba de la mano a un pequeño que se escondía tras de él

-          ¿Y no me presentas a tu amigo? Dijo un poco más repuesto

-          Ahhh si él es Hana- kun lo encontré en el parque

-          Se dice lo conocí en el parque, no es un juguete sabes

-          Lo siento dijo sonrojado

-          Hola Hana- kun

-          Ho ho… hola señor Rukawa

Ahora que salía tras de su hijo lo podía ver bien, era un poco más alto que Kaede pero parecía de la misma edad, estaba descalzo y sucio, sintió tristeza de ver así a un niño, no debería andar solo y menos descalzo con este frío, miró a Kaede y se sorprendió de verlo sonreír… hace cuanto no lo veía así… ¿era por ese niño?, sin esperar a comprenderlo tomo en brazos a un sorprendido Hana y de la mano a su pequeño hijo, quién no dejaba de sonreír.

-          Kira – san hizo pollo teriyaki, ¿te gusta Hana – kun? Es el favorito de Kaede

-          Sss… si dijo con timidez, la verdad es que se comería cualquier cosa, tenía tanta hambre que su estomago dolía pero le avergonzaba decirlo

-          Qué bien le dijo con una cálida sonrisa, bueno ya llegamos, Kaede lleva a Hana – kun a tomar un baño y bajen a comer, no se demoren les dijo dirigiéndose a la cocina

-          Si, le dijo un sonriente Kaede que tomo de la mano al tímido Hana y subió rápido las escaleras con él

-          Hana – kun no te molesta si nos bañamos juntos le dijo mientras se quitaba la ropa

-          No… no para nada le dijo, el estaba acostumbrado a las duchas rápidas y con sus pequeños compañeros

Una de las sirvientas salió del cuarto de baño que estaba en la pieza de Kaede y les dijo que el agua estaba lista, se llevó la ropa sucia y les dejo un cambio limpio en la cama.

Al entrar Hana casi se cae de la impresión, para él el baño era gigante y lindo, nunca había visto un lugar así, le daba miedo tocar algo y ensuciarlo, pero se sorprendió más al ver la tina con burbujas, sin poder remediarlo sus ojos brillaron de emoción, Kaede que lo estuvo mirando todo el tiempo se dio cuenta de que Hana estaba embobado y a la vez intimidado por lo que se decidió a sacarlo de sus cavilaciones, se acercó a él y comenzó a sacarle la camiseta, cosa que tomo por desprevenido a Hana quién solo atino a levantar los brazos mientras miraba al pequeño Kaede desnudo frente a él, le bajo los pantalones y lo tomo de la mano para dirigirse a la bañera, al entrar, el agua tibia los envolvió provocando un placer indescriptible para Hana y un deleite para Kaede que miraba cada reacción de él.

Se acercó a Hana y lo hizo girarse para tallarle la espalda, tomo una esponja y la paso por ella, luego paso por sus brazos y por el pecho de Hana, estaba tan cerca de él que podía sentir su olor y extrañamente se puso nervioso, su corazón volvió a palpitar rápidamente, pero no entendía él porque nunca antes se había sentido así, Hana que noto que el  pequeño Kae- chan se había detenido se giro y lo quedo mirando, le saco la esponja de las manos y se la paso por su blanco pecho, para Kaede ese acto lo había dejado sin habla, mientras estaban en eso una de las criadas golpeo la puerta y les dijo que se apresuraran para que bajaran a comer sacando a ambos de la ensoñación del momento.

Salieron de la tina y se secaron rápidamente, Kaede le dio ropa limpia a Hana y unas cómodas pantuflas lo volvió a tomar de la mano y lo guió hasta el comedor donde su padre los esperaba, la mesa estaba cubierta por hermosos platillos, el olor de la comida provocó que el estomago de Hana rugiera de hambre y que por ende la dulce risa de Kaede saliera a flote dejando sin aliento no solo a Hana sino a su padre y a las criadas, al fin su niño reía de nuevo, eso lo lleno de emoción, entonces sus dudas se disiparon, la causa de esa hermosa risa era el pequeño niño que se sentaba al lado de Kaede, Hana – kun.

Se sentaron todos a comer, Hana no sabía por dónde empezar, las tías que los cuidaban siempre le decían que tuviera modales y si iba de visita a casa de alguna persona que lo quisiera adoptar se comportara, por lo que no sabía si era correcto sacar algo sin permiso.

-          Hana – kun ¿por qué no comes?

-          Mmm yo…

-          Sírvete lo que quieras Hana -  kun le dijo el señor Rukawa invitándolo a comer

-          Si… gracias

Con timidez saco algo de comer y lo encontró delicioso, el siempre ha tenido un gran apetito, pero esta comida era lo mejor que había probado a sus cortos 8 años. Una hermosa sonrisa apareció en sus labios dejando deleitado a Kaede que no podía dejar de mirarlo, el pequeño anotó en su mente que  a Hana lo hacía feliz comer.

Luego de comer, el Sr. Rukawa llamó a su hijo mientras Hana iba al baño y le preguntó de él, para su sorpresa el pequeño no sabía nada, le contó que lloró con él pero que no le dijo la razón, le sorprendió que su hijo hablará sin miedo con él al igual que la preocupación que se notaba sentía por el pequeño Hana.

-          No quiero que se vaya papá

-          Debemos averiguar donde vive hijo, quizás sus padres están preocupados

-          Mmmm ¿no volverá cierto? Le pregunto con los ojos llenos de lágrimas

-          Claro que si hijo, no te preocupes quizás vive cerca, vamos a preguntarle dijo tomándolo de la mano

Al acercarse a la sala principal el Sr. Rukawa pudo ver que el pequeño Hana se había quedado dormido en uno de los sillones, se notaba cansado, por lo que sintió pena de despertarlo, pero sabía cuánto se preocuparía un padre de perder a su hijo, a él le pasaba cada vez que Kaede huía de casa.

-          Hana – kun le dijo con cuidado ¿dónde vives?

-          Mmm

-          Tu casa ¿dónde queda? ¿Sabes?

-          No tengo casa, le dijo mientras luchaba con el sueño

-          ¿A qué te refieres?

-          Mis padres me abandonaron, vivo en un orfanato le dijo mientras pequeñas lagrimas corrían por su cara

Ante esa confesión no pudo más que abrazar al pequeño niño, mientras un pequeño Kaede lo miraba con tristeza al haber escuchado la triste historia, ahora entendía mucho de lo que había ocurrido esa tarde, un sentimiento de protección había nacido en su pecho, él aún no lo conocía pero lo haría más pronto de lo que él pensaba.

Después de llorar Hana se durmió en los fuertes brazos del Sr. Rukawa

-          ¿Papá puede quedarse con nosotros?

-          No lo sé hijo, pero por hoy dormirá aquí

-          ¿Por qué no puede quedarse para siempre?

-          Kaede, el no es un perrito que uno encuentra y trae a casa, es una persona y me imagino que lo han de estar buscando, pero te prometo que averiguaré que podemos hacer para que esté con nosotros, mañana cuando Usagi -  san venga le pediré que averigüe por nosotros, ¿te parece? Le dijo acariciando su cabello

-          Si… le dijo mientras se limpiaba unas traviesas lágrimas, ¿puede dormir conmigo?

-          Claro, llevémoslo a la cama

Subieron hasta el cuarto de Kaede y lo acostó en la gran cama que había en él, al dejarlo allí no pudo evitar que su corazón se estrujara de pensar en que hubiera pasado si Kaede no lo hubiera conocido ¿aún estaría en la calle? se dio vuelta y vio como Kaede se subía al otro extremo de la cama, se acercó a él y lo arropo.

-          Ahora debes cuidar el sueño de Hana – kun ¿si?

-          Si papá le dijo feliz

Se acercó y lo beso en la frente, para su sorpresa Kaede se colgó a su cuello y lo abrazó, gracias papá le dijo con ternura, te quiero y lo beso en la mejilla, yo también te quiero Kaede lo volvió a arropar y salió del cuarto.

Al salir no pudo evitar que una lágrima cayera, ¿hace cuánto que su hijo no lo tocaba? ¿Hace cuánto no escuchaba esas palabras? Y todo gracias a ese pequeño niño, aún no entendía el porqué pero de lo único que estaba seguro era de que haría lo que fuese para que se quedara con ellos.

Notas finales:

Dejen reviews :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).