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De Santa Falso a Príncipe por Dolche

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Notas del capitulo:

*Lean las notas al final :3

             El pequeño Kibum se encontraba en su cama la noche del veinticuatro cuando un extraño ruido lo despertó de su muy ligero sueño. Con las pantuflas en los pies y su pequeña bata rosa, decidió bajar a investigar.

             En el primer piso, una figura de traje rojo y cabellos plateados colocaba los regalos bajo el árbol minuciosamente decorado. Cuando Jonghyun terminó de hacerlo, se irguió con un suspiro. Esa esa su última casa de la noche. ¿Y después? Esperaría trecientos sesentaicinco días para volver a hacer su recorrido.

             Paseó a vista por la decorada estancia en busca de su tan merecida merienda. Bufó decepcionado al encontrar en la mesita de centro dos barras energéticas, pero miró con ilusión el termo metálico que se alzaba a un lado. Lo abrió olfateando el contenido, y de nuevo bufó.

             ‘¿Café?’ Se preguntó secamente. ¿No habría leche? ¿No habrían galletitas dulces? —Café y barras energéticas, ¿por qué alguien dejaría algo como eso?

             —Eres un adulto ¿no? ¿Por qué querrías comer galletas? —le devolvió la voz a sus espaldas.

             Jonghyun se giró casi derramando el café, viéndose descubierto por el pequeño niño de cabellos negros. Sin duda el pequeñín parecía simpático, con su pijama rosa a juego con la bata y las pantuflas; su piel era muy blanca, y en su cara había un pequeño y enojado puchero. —Se supone que entregas regalos, el café es mejor para mantenerse despierto, y las barras son más saludables que las galletas. —El niño se acercó a él con los brazos cruzados mientras la satisfacción de extendía por su rostro.  El pequeñín tenía un punto.

             —Am, gracias por cuidar mi salud pero, creo que es hora d…

             —No eres viejo —apuntó cortándolo—, tampoco tienes barba…, y me sorprende que no tengas barriga después de todas las galletas que has de haber comido esta noche. ¿Estas seguro de que tú eres Santa?

             — ¡Pero claro que soy yo! —dijo sonriendo—. ¿No ves mi  traje, mi cabello? Mi…, mis…

             —Sólo has de ser un Santa falso, como los de las tiendas.

             Jonghyun vio la gran decepción en su cara cuando se giraba cabizbajo para irse. —Espera. Te mostrare que yo soy el verdadero Santa—, se apresuró a decir. Kibum se volvió, escéptico, pero no se marchó.

             Miró inseguro por toda la habitación sin saber qué hacer. —Tu media, ¿dónde está? La llenaré con caramelos —. Kibum le señaló al árbol y Jonghyun puedo ver la media roja cerrada por unas puntadas mal hechas con un hilo ancho. — ¿Por qué está cerrada?

             —Porque no quiero caramelos —Kibum ya se estaba dando la vuelta cuando unos brazos lo levantaron y terminó sentado en el sofá sobre el regazo del supuesto Santa, como “listo para pedir su regalo”.

             —Mira —susurró. Levantó su palma frente a los ojos de Kibum y sopló en ella.

             Kibum abrió mucho los ojos cuando del aliento de Jonghyun aparecieron diminutos copos de nieve, estos revolotearon por su mano hasta formar un trineo jalado por renos que corrían. — ¿Te gusta? —Kibum asintió. — ¿Ahora me crees? —volvió a asentir.

             Jonghyun sonrió satisfecho. —Si no quieres caramelos, ¿qué es lo que quieres Kibum?

             — ¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó sorprendido.

             — ¿Olvidas que yo soy Santa?; estás en mi lista blanca —dijo. Guiñó un ojo y la piel de las mejillas de Kibum se volvió roja. —Ahora, dime qué es lo que quieres. Me aseguraré de traértelo la próxima navidad.

             Jonghyun lo vio jugar con sus manos nerviosamente mientras su cara se hacía más roja. —Quiero un príncipe.

             Jonghyun parpadeó sorprendido y arrugo el ceño cuando pregunto: — ¿Un príncipe?

             —Sí. —. Asintió convencido. —Quiero un príncipe, como en los cuentos. Quiero que venga por mí, me despierte con un beso y me lleve a su reino. Nos amaremos y seremos felices para siempre —. Kibum sonrió con su ojos brillando y las manos sobre los cachetes.

             “¿De dónde sacaré un príncipe?”, se preguntó Jonghyun. Miró más detenidamente a Kibum; sería una belleza cuando creciera, sus ojos eran hermosos, y su mente y razonamiento le hacían preguntarse muchas cosas. Entonces lo decidió.

             —Pues…, se me terminaron los príncipes, pero, ¿te gustaría vivir en un gran castillo, rodeado de nieve y con duendes trabajadores y amigables?

             — ¿Hay animales allí? ¿Podré llevar a mi gatito?

             —Por supuesto —sonrió con dulzura—, a los renos les caerá bien tu gatito.

             —En ese caso…, supongo que si me gustaría —dijo, otorgándole una radiante sonrisa.

             —Entonces, ya sé que te daré —. Volvió a soplar sobre su palma y apareció una sortija plateada con un diamante en el centro. —Toma. Tienes que guardarla muy bien, porque cuando crezcas, yo seré tu príncipe. Te despertaré con un beso (así que asegúrate de estar bien dormido) y te llevaré a mi castillo, donde viviremos felices para siempre.

             Kibum apretó el amillo en sus manos y lo colocó sobre su pecho; pequeñas lágrimas se juntaron en sus ojos. —Es hora de dormir Kibum.

             —Pero aún no se tu nombre.

             —Soy Jonghyun. Recuérdalo bien, no debes olvidar el nombre de tu príncipe, ¿cierto?

             —Cierto —reconoció.

             —Bien, es hora de irme. Tú tienes que ir a la cama para que abras tus regalos cuando despiertes—. Kibum se abrazó a su cuello sin querer irse.

             — ¿Te volveré a ver? —preguntó contra su oído.

             —Pero claro que sí, vendré a verte cada navidad, ¿está bien? —Kibum asintió mientras soltaba su agarre, y besó la mejilla de su príncipe.

              Jonghyun podía sentir el anillo tocándole la cara cuando Kibum le acarició la mejilla, haciéndolo avergonzar por con el pequeño acto.

****

             Kibum miraba desde la ventana de su cuarto, como un trineo empujado por renos se perdía en el cielo. “Hasta las siguientes navidades, Príncipe”. Guardó el anillo bajo la almohada y se acostó cerrando los ojos. Durmiendo con una sonrisa en su rostro.

             Ahora la navidad era su época favorita.

Notas finales:

Como dice en el resumen, aqui sibiré el one-shot del hermoso reencuentro entre Key y Santa Jong haha por mientras, aqui esta el esto. Bye!


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