Pov Nath.
Dia 1
A cada paso que daba las imágenes se distorsionaban, el frio me calaba y estaba entumecido. Apenas podía caminar, tenia que llegar a la banca para derrumbarme en ella y descansar. Solo un poco mas, solo un poco mas. Repetía como un mantra en mi mente, por cada pequeño movimiento de avance; el dolor reptaba por mi cuerpo hasta abarcarlo todo. Un zumbido se instalo en mi cabeza aumentando mi mareo, el vértigo me hizo girar en una elipse imaginada. Deje de oír, deje de ver, deje de sentir. Todo en mi se apago.
Narra Castiel.
Me desperté bastante tarde, por lo visto de nueva cuenta ignore mi alarma. Al levantarme noté que el despertador estaba en el piso junto al basurero. Si típico de mi, esa pobre maquina era dura como yo, de no ser así, ya estaría rota de tanto golpe que le propinaba. No me apetecía ir al colegio así que simplemente me fui a la cocina por un sándwich y un jugo., prendí el televisor e inicie mi desayuno. Ah que bien se siente extender el fin de semana saltándose los molestos lunes. Lo malo es que mañana y el resto de la semana tendría sobre mí al jodido delegado tratando de hacerme firmar sus estúpidos papeles.
Era una molestia, si ese rubio torpe era una molestia, el solo pensar en él me hacia sentir raro y odiaba eso, pero no era algo que pudiera evitarse al menos no con facilidad y eso me molestaba, es por eso que el lame suelas era una molestia.
En el pasado fuimos amigos muy cercanos pero… Ah que mal, no debo pensar en el pasado con ese idiota, ahora lo odio y punto. Si punto. No desperdiciare mi mañana pensando en él, debo estar feliz de no ver su odiosa cara y ¡por que carajos sigo pensando en él!
Ah como sea algún día él me deberá tanto que lo tendré en mis manos, algún día él me mirara solo a mi y yo no tendré que fingir mas que no me gusta. No es como si fuera algo importante, no es que le quiera, solo creo que es lindo y me ha entrado un poco la bi curiosidad, ha de ser por culpa de Alexy. Eso o que el rubio reprimido rompiendo las reglas conmigo me pone.
Pase un excelente día en mi casa y ya en la tarde me dio por salir. No sabia exactamente hacia donde ir pero no era problema. Pensé en subirme a la moto e ir sin rumbo pero no tenía gasolina suficiente. Claro que podía cargar en el camino pero no me apetecía detenerme a ello y el clima frio me incitaba a caminar. Tome una chaqueta negra de cuero y salí a dar un paseo. Termine en una cafetería donde ordene un capuchino con galletas y después retome la marcha, estaba vez rumbo al parque. Eran aproximadamente las siete de la noche y el paisaje del parque a esa hora resultaba hermoso, las luces matizadas del sol desvaneciéndose, esa nube engulléndolo gustosa. Si hasta un tipo como yo tenia su sensibilidad solo que no era algo que debiera mostrar o seria tachado de niña tonta uf. Esto es algo de lo que jamás deben enterarse y menos cotillas como Peggy y Sucrette.
De pronto salí de mis ensoñaciones cuando vi a alguien tirado en el suelo. Parecía ser un chico, me acerque más pero con cuidado. No sabía si era un borracho o alguien dormido. Era rubio o eso me pareció de inmediato pensé en el delegado y me reprendí por eso dándome un pellizco. Pero al llegar me lleve una gran sorpresa al ver que se trataba de él. Me incline y le sacudí brevemente llamándole pero no había reacción, parecía estar dormido pero su respiración era irregular. La camisa que vestía lucia demasiado sencilla para el clima frio y él temblaba ligeramente. Seguí llamándole sin obtener respuesta, dudaba mucho que el delegado se quedara dormido en el piso de un parque solo por que si y que no se despertase al moverle y hablarle, así que lo lógico era pensar que estaba inconsciente pero ¿por qué? Un desmayo o alguien lo golpeo y quedo sin sentido. A juzgar por su expresión de dolor y su mejilla amoratada deduje lo segundo. Además él no llevaba pertenencia alguna, tal vez alguien le asalto y por eso. Bueno como fuera seria mejor irme ya a casa y… ¡claro que no iba dejarlo allí tirado! , podría ser presa fácil de los pervertidos Nathaniel era demasiado bonito y si un pervertido iba a abusar de él ese seria yo.
Entonces se me prendió el foco y sonreí maquiavélico al pensar en una divertida y pervertida idea, con cuidado levante el cuerpo del rubio y lo subí sobre mi espalda llevándolo a cuestas. No era muy pesado, de hecho creo que Sucrette lo era más. Había tenido la oportunidad de cargarla cuando demonio la tiro aquella ocasión. La chica me gustaba y pensaba en ella como un probable ligue pese a que fuera una tabla, pero entonces Lisandro me confeso estar enamorado de ella y como yo solo la quería para jugar un rato decidí dejarle el camino libre a mi amigo. Nunca se diría de Castiel que no seguía el “Bro Code”. Ok tal vez si en verdad yo también estuviera enamorado de la chica luchara por ella pero como no era el caso no iba a perder a Lisandro por un simple calentón.
No tarde mucho en llegar a mi casa. Demonio ladró y olfateo a Nath pero como lo traía en brazos mi inteligente can asumió que era un amigo y tras lamer su mejilla se fue a su tapete para seguir jugando con su carnaza.
Entre a mi habitación y deposite al delegado sobre la cama. Me quite la chaqueta y la avente sobre el sofá. Fui a la cocina por un refresco y al volver no pude evitar quedarme contemplando al rubio dormido sobre mi cama. Casi, casi podía decir que siempre había tenido esa fantasía, que ironías.
Sonriendo de forma curvada, camine hasta sentarme en la orilla de la cama y acariciar la mejilla amoratada del rubio. Era hora de jugar. Por supuesto no le haría nada, no soy tan bastardo. Pero eso no tiene por que saberlo él. Cuando despierte y note que esta en un lugar extraño, en una cama desconocida y desnudo se llevara un gran susto. Y más aun cuando sepa a quien pertenece la habitación y la cama. O cuando le haga creer que nosotros lo hicimos. Humm ¿Cómo se lo diría? Seria algo como…
“Hey rubito anoche la pasamos súper lindo, oh no me digas que ya lo olvidaste”
Je, no estaba mal, aunque también podría asustarlo aun mas y decirle.
“Si así es, al fin fuiste mío, te viole como siempre has querido minino”
No, mejor aun que el estuvo de acuerdo y muy lujurioso así que repetimos cuatro veces, see, eso esta mucho mejor.
Con las manos temblando de emoción comencé a desabotonar la camisa del delegado, poco a poco fui descubriendo su pecho conteniendo la respiración ante la fina piel que iba contemplando, sin embargo al cuarto botón mis dedos se detuvieron dudosos. Algo no estaba bien, podía notar fragmentos de piel de un tono violáceo, cosa que no me estaba gustando nada. Seguí desnudándole y cuando finalmente tuve su torso complemente expuesto a mi vista observe los manchones que grotescamente se atrevían a cubrir su piel. Me sentí enfadado. Quien fuera que fuese ese que lo agredió lo quería muerto. ¿Cómo se atrevía dañar así tan delicada piel? Pero aun así la historia seguía sin cuadrar, si en verdad alguien lo ataco en el parque y eso le causo el estado de inconsciencia no tenia mucha coherencia con que sus ropas no estuvieran desalineadas y con que tuviese semejantes marcas. Con cuidado le levante un poco para darle vuelta temiéndome lo peor y si. Allí se confirmaban mis sospechas, su espalda estaba en mucho peor estado mostrándome horrendos cardenales que debían doler de poca madre. Algunos parecían antiguos y otros se veían demasiado recientes e incluso había rastros de sangre. No solo parecían marcas de puñetazos parecía que le habían dado repetidamente con un cinturón o látigo. Estaba furioso. Tanto que aporree un par de cosas pero ni el ruido causo efecto alguno en el delegado que reposaba en mi cama ahora semidesnudo exponiendo sus múltiples heridas. Acaricie su mejilla ¿Quién te hizo esto Nath? Si alguna vez descubría al hijo de perra que lo lastimo seguro tomaría mi venganza. A decir verdad no sabía por que me importaba tanto pero lo hacía.
Me enfadaba observar esos moratones y heridas en todo el cuerpo, incluidos brazos y hombros. Se veía tan frágil, además noté que estaba mucho más delgado de lo que imaginaba, como si no estuviese comiendo bien. Termine de desnudarlo sólo para lanzar unos cuantos objetos más y maldecir unas 20 veces al notar marcas también en sus piernas. No me atreví a quitar su ropa interior, me dije que en este caso seria mejor olvidar la broma, pero lo cierto era que temía ver más daños aun y entonces terminaría muriéndome de un ataque de ira.
Me fui a la cocina por el botiquín medico y como pude comencé a tratar lo mejor posible sus heridas, lavando, aplicando una crema o aceite medicinal y vendando. Suelo tratar mis propias heridas ya que soy impulsivo y a veces hago cosas peligrosas, sin contar mis ocasionales caídas con la moto. Al final simplemente lo arrope y lo deje dormir quedándome dormido luego sobre el sillón.
Pov Nath.
Abro los ojos lentamente, la cabeza me duele y con dificultad me incorporo y miro hacia lado derecho. De e inmediato me sorprende la pared que estoy observando de un color azul cobalto y tapizada de posters de la banda que le gusta a Castiel. Obviamente no estoy en casa y eso de seguir soñando lo dudo mucho a juzgar por el dolor que me invade. Casi temeroso paseo la mirada por toda la estancia, algunos libros desordenados, unas cujas de cds sobre la mesa, una bolsa de frituras a medio comer y todo lo demás bien acomodado y hasta clasificado. Reposando en un taburete se encuentra una guitarra que conozco demasiado bien y casi al lado en un sillón bastante cómodo al parecer esta dormido él.
—! Pero que Rayos estoy haciendo aquí…!
r13;Ah vaya el minino ya despertó.
Escucho que me dice con tono jocoso antes de sonreír.