Tao tenía la nariz metida en una revista porno. Porno gay. Como siempre.
Estaba a punto de estirarse, quitarse los pantalones, y ponerse ‘cómodo’, cuando llamó distantemente su puerta. Tao se revolvió en el sitio, intentando esconder la revista y su apariencia desaliñada de sus amigos, a pesar de que estos sabían muy bien lo que Tao hacía cuando le dejaban solo.
– Uh… adelante – dijo Tao.
El hombre que entró en el humilde dormitorio de Tao no era ni su amigo mandón, Sehun, ni su amigo pervertido, Kai, ni tampoco su despistado amigo Luhan. En vez de ellos, un chico excepcionalmente alto, rubio y con aires de modelo entró por su puerta.
– Tao, ¿Verdad?– preguntó el extraño medio sonriendo.
Tao intentó, sin éxito, no atragantarse con su propia saliva.
– S-sí. Soy yo– Dijo tosiendo. ¡Ostia puta, está muy bueno! Tan bueno como un stripper. Espera… Kai no me habrá vuelto a traer un stripper, ¿verdad?
El chico <<tan atractivo que podría ser un stripper>> extendió su mano al perplejo hombre.
– Soy Kris. Supongo que ahora somos compañeros de habitación.
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– ¿Y qué pasa si tienes un compañero de habitación? ¿Cuál es el problema? Todo el mundo tiene uno– Kai se mofó sentado junto a Tao, ambos sin siquiera intentar prestar atención a la monótona explicación del profesor.
– Tú no – replicó Tao, moviendo el boli arriba abajo, a propósito, para simular que tomaba apuntes.
– La gente normal tiene un compañero de habitación– explicó Sehun tranquilamente al otro lado de Tao. Tampoco estaba prestando atención encontrando mucho más interesante hacerle cosquillas sutilmente a Luhan quien se sentaba no a su lado sino casi encima de él.
– Tener un compañero de habitación que en realidad es tu novio a quien follas tan ruidosamente que el vestíbulo entero sabe quién es el ‘Papasito’ no cuenta como normal – replicó Tao con una cantidad apropiada de orgullo desafiante.
Luhan jadeó lo suficientemente alto como para que la clase parase y le mirase. Completamente inconsciente de que le observaban, se apartó de Sehun y se giró para encararle, con las manos en sus caderas y una mirada de indignación.
– ¡Sehun!– Gritó. El profesor dejó de intentar enseñar y se unió a los estudiantes embobados con el despliegue de drama ante ellos. – ¡Me prometiste que nadie nos oiría!
Sehun, el buen orador, sonrió cálidamente a su cómicamente furioso novio. – Vamos, cariño, no hay porqué enfadarse. Todas las parejas tienen apodos cariñosos.
Kai soltó un bufido.
– No creo que sea un apodo cariñoso si solo lo usas cuando le azotas el culo.
Sehun giró la cara para taladrar a Kai con su fuerte mirada
– No tienes ninguna prueba de ello.
– ¿En serio, Papasito?– Kai contraatacó. – Porque estoy segurísimo de que la última vez que vi el estrecho culito de Luhan en la ducha tenía una gran marca de la palma de la mano roja… ¡Oh, dámelo todo, Papasito!
Luhan estalló en un sonido combinado entre el rugido de un león, el siseo de un gato y el graznido de una paloma antes de convertirse en un torbellino de pelo rubio, extremidades agitadas, y gigantescos ojos de anime y salir fuera de la clase.
Sehun se reclinó en su asiento, sin sentirse incómodo por las docenas de ojos que le miraban boquiabiertos. Suspiró y miró a sus dos conspiradores amigos.
– Bien jugado.
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– Esta situación da asco, en serio – Tao hizo un puchero cuando él y Sehun volvían de salir de clase, habiendo dejado a Kai atrás ligando inapropiadamente con el ayudante del profesor, al cual Kai se refería cariñosamente como ‘El Tío de la Mano’. ¿Por qué ‘El Tío de la Mano’? Intentaban no preguntar.
– No entiendo que es lo tan increíblemente horrible en tener un compañero de habitación – Le contestó Sehun, completamente tranquilo después de su discusión de amantes – No es como si no pudieras tratarle como cualquier otro amigo.
– ¿¡Amigo!?– Tao chilló, presa del pánico y haciendo que su voz subiera a un tono poco masculino durante unos segundos antes de reponerse – No puedo ser su amigo. Tendría que… decirle cosas… y más cosas… sobre otras cosas...
– Hmm – Sehun burlonamente le dio suaves toques con el dedo en la barbilla – Cosas y más cosas sobre otras cosas. Así que… homosexualidad y cosas sobre ser homosexual, ¿no?
– No estoy avergonzado ni nada por el estilo – Tao saltó a la defensiva, notando la burla de Sehun. – Es simplemente que él tiene que vivir conmigo y quizás, no sé, no está a gusto con ello, ¿sabes? Quizás piensa que me gusta, o lo que sea, sólo porque él es un tío y yo soy gay. Lo cual es totalmente ridículo.
– Oh, por favor – Sehun puso los ojos en blanco – Le he visto recogiendo sus cosas esta mañana y si no te sientes atraído por él, eres hetero. Muy, muy hetero. Quizás tú también deberías empezar a vestir ropas anchas, agarrar culos de mujeres, y, en general, ignorar la higiene personal.
– Está bien, está bastante bueno. Como tú digas – Tao torpemente evitó el tema anterior, intentando quitarse de la cabeza la imagen de ese hombre escultural. – Pero eso no es lo importante. Yo sólo quiero no tener ningún compañero de habitación. Especialmente uno que esté bueno. ¿Cómo coño se lo monta Kai para no haber tenido nunca ninguno?
– Bueno, él en realidad no quería ninguno porque probablemente necesita privacidad para hacer… Bueno, no quiero saber que quiere hacer. Así que cada vez que el departamento de alojamiento le asignaba un compañero de habitación él intentaba follar con alguien cerca de su compañero. Cuando eso no funcionaba, follaba encima de su compañero. Cuando eso no funcionaba, se follaba a su compañero. Con eso normalmente terminaba todo.
– ¿Por qué iba eso a asustarles? A mucha gente le gustaría – Tao hizo una pausa. – Quiero decir, a mi no, por supuesto. A otra gente.
Sehun enarcó una ceja antes de contestar.
– Por lo que he oído, Kai da miedo en la cama. No sé porqué ni cómo, y me da igual. Pero su técnica de ‘Asustemos al Compañero de Habitación’ tiene una efectividad del 100%, así que lo único que puedo hacer es asumir que lo que sea que haga es ilegal, inmoral, y causa trastornos de estrés post-traumático.
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Más tarde esa noche, Tao y Kris estaban educadamente ignorando la existencia uno del otro cuando Kai entró atropelladamente en la habitación sin picar a la puerta.
Antes de que Tao fuera capaz de abrir la boca para avisar a Kris sobre el huracán que se dirigía hacia ellos, Kai empezó
– ¡Nunca te vas a creer lo que me ha dicho El Tío de la Mano!
– Kris, Kai. Kai, Kris – Tao con nerviosismo hizo las presentaciones que estaba bastante seguro que Kai ignoró – ¿Qué pasa ahora?
– Verás…– Kai resopló mientras se dejaba caer intrusivamente en la cama de Kris, para confusión del mayor. – Estaba tirándole los tejos descaradamente. Quiero decir, estaba dándole claramente las llaves para el castillo con indirectas. Y este capullo va y tiene los cojones de decirme que no es gay. ¡No es gay! Como si hubiera alguien en esta escuela que no fuera gay. Idiota.
Tao entró en pánico.
– Obviamente no todo el mundo es gay. ¡Yo no soy gay!
Kai se paró abruptamente en medio de su crítica para darse la vuelta de golpe hacia Tao. – ¿Desde cuándo?
Tao estaba determinado en defender su masculinidad no-gay delante de Kris.
– ¡Desde siempre! Amo las… vaginas. Son geniales. Las vaginas son lo mejor– Tao protestó, consciente de ridículo que debía sonar.
Kai estaba claramente poco convencido.
– Uh-huh…
– Si, son muy...– Mierda, ¡no sé nada sobre vaginas! ¿Cuál fue siquiera la última vez que vi una vagina? ¿Fue en esas Navidades cuando mi prima intentó ligar conmigo? ¿Y por qué coño vi su vagina? Joder, este no es el mejor momento para preguntas incestuosas. ¡Tengo que decir algo sobre vaginas que sea lo suficientemente creíble para que Kris no se dé cuenta de que soy gay!–… Están situadas en un lugar muy conveniente.
– Vale, esto es raro – Kai se cansó de las estúpidas mentiras de Tao y se fue de la habitación, sin duda para ir a molestar a Sehun o a Luhan.
Tao giró su cabeza e intentó ignorar la mirada confusa de Kris.
Mierda.
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