Estaba ahí, lejos del lugar en donde todas mis preocupaciones y frustraciones se encontraban, y aun así encontraban una forma de llenarme con estos sentimientos indeseados. Por qué es tan difícil tener unos momentos de paz? Por qué es tan difícil encontrar un poco de paz en este mundo tan inmundo, con personas tan inhumanas? Sin excluirme de ese montón. Es que acaso la vida se basa en usar y ser usado? Me he dado por vencida mientras que mi cuerpo se deja llevar por la lujuria de tu cuerpo encima del mío, besando tus labios en busca de ese amor no correspondido, fundiéndonos en esa pasión y sed de ser consumida la una por la otra.
*/*/*
“Hola hermosa, que hace una flor tan bella como tú en esta mierda de lugar?”
“Pues…”, por qué estaba tan nerviosa? No lo puedo negar, se parecía un tanto a mi ex, “para lo que se supone que uno viene aquí, a estudiar.”
“Y que estas estudiando?” Sentía que no estaba interesada en lo más mínimo en lo que tenía que decir, aun así, no podía negar que la atención me gustaba.
“Asistente de oficina, y tú?”
“Enfermería.” Me miro de pies a cabeza lamiendo sus labios, “así que una secretaria no? Que sexy.”
“Mas sexy que una enfermera? No lo creo.” No podía evitar el coqueteo, y se rió con más ganas de lo que creía necesario.
“Mientes entre tus dientes hermosa,” me miro de nuevo, esta vez con más lujuria en su mirar. “Con una blusa apretada sosteniendo esos senos que tienes, esos lentes intelectuales, unos tacones y una mini…” se mordió los labios, “…estarías para comerte toda.”
“Y tú, lista para darme un chequeo corporal, no?” Porque le estaba siguiendo la corriente? Se sentía tan mal, no podía negar que lo disfrutaba, quien no lo disfrutaría? Pero su rostro seguía asomándose desde lo profundo de mi mente y no había nada que pudiera hacer para evitarlo. Promesas son solo palabras, mentiras acarameladas para no lidiar con la realidad, y su memoria era exactamente eso. Quería seguir con mi vida, pero la memoria de lo que un día tuvimos lo hace tan difícil.
“Por supuesto bella,” me guiñó el ojo y se lamio los labios. No éramos las únicas ahí, todos a nuestro alrededor hacían caso omiso a nuestras miradas cómplices de algo que aun no existía. Que era exactamente lo que estaba pasando entre nosotras? La verdad es que no quería saberlo…
*/*/*
“En que piensas amor?” Ella estaba frente a mí, abrazándome fuerte contra su cuerpo echadas en la cama después de hacer el amor por enésima vez. Siempre siendo ella quien daba el placer, sin dejarme darle placer.
“En cómo nos conocimos.” Había pasado hace un poco más de un año, pero todo había pasado tan rápido que aun me costaba creer que todo esto era real; era como si estuviera viviendo un sueño del que no quería despertar jamás.
“Que si? Por qué?” su mano acariciaba mi mejilla y se sentía tan bien. Cerré mis ojos dejándome llevar por la paz que me inundía y no quería despertar de este sueño.
“Porque eras tan sexy coqueteándome mientras que yo lo hacía en un intento fallido,” podía sentir como la piel de mis mejillas subía de temperatura bajo su tacto a causa de mi sonrojo.
“Cállate preciosa, tenias tu propia línea de chicas y chicos detrás de ti y tu ni cuenta te dabas.” Estaba hablando en serio?
“Y aun así tuve la suerte de que la persona que atrapó mi atención reconoció mi existencia.” Era mi turno de acariciar su rostro, aunque sabía que se quejaría por ello.
“Ugh! Amor para, no toques mi piel, es tan asqueroso.” Ahí vamos…
“Calla y recíbelo, me encanta tu piel, es tan suave y no podrás convencerme de lo contrario.” A veces no sé si lo hace porque le gusta verme a la defensiva, o porque realmente se siente asqueada de sí misma. De cualquier manera, odiaba que no me dejara ser dulce con ella.
“Lo que sea bebe, solo bromeo y lo sabes,” me jaló hacia ella, como si eso fuera posible, y beso mi frente.
“Eso es todo, ya te cansaste de mis labios?” Me gustaba tentarla, tratando de no ser empalagosa o quejarme de querer un beso en los labios.
“umm cariño, si sigues así tendré que castigarte,” se mordió los labios para luego tomarme de la barbilla y besar mis labios. El contacto de su piel con la mía envió una corriente por mi espalda y la deliciosa sensación de sus labios contra los míos me envió al paraíso y de regreso; no había tal cosa como tener demasiado de ella y se lo hacía saber con los rasguños que le daba por encima de su polo, haciendo que se estremezca y me tomara con pasión por las caderas.
“Oh si? Y cómo me castigarás?” Nunca fui tan desafiante, pero esto era un sueño, verdad? Tenía que serlo, esto era demasiado bueno como para ser real.
“Ay preciosa, tu lo pediste.” Me jalo poniéndose encima de mí, separó mis piernas, posicionó su rodilla entre ellas y empezó a frotarla contra mi intimidad mientras me besaba el cuello, mordiendo mi hombro y sacándome leves gemidos por el simple roce de su respiración contra mi piel. Me aferre a ella arañando su espalda, esta vez por adentro de su polo. Podía sentir su cuerpo temblar y pequeños jadeos escapar de su boca que buscaba su camino hacia mis pechos.
“Te amo Kristah,” siguió sus caricias en mis pechos y estomago. Mi cuerpo estaba totalmente consumido por la droga que era sentir su cuerpo encima del mío, acariciándome infinitamente. No respondió a lo que dije, lo que era perfectamente normal pues sentí que se inmuto por lo aquellas palabras. Me quitó el brassier y el polo que llevaba puesto para tener mejor acceso a mis pechos para poderlos explorar, besar, lamer y morder. Su mano bajó a mi entre pierna, descubriendo que estaba por demás lubricada, e introdujo dos dedos dentro de mí, sacándome un grito ahogado por la sequedad de mi garganta. La jale para encontrarme con su boca, besándola apasionadamente dejando que nuestras lenguas se encuentren, permitiéndole jugar con mi piercing de lengua mientras sus dedos se movían dentro mío a un ritmo que me mataba de placer y con su otra mano piñizcaba mis pezones erectos. Mis manos encontraron su camino hacia sus pechos, levantando su polo y sostén deportivo, para acariciarlos y jugar con sus pezones.
“Te gusta?” que clase de pregunta era esa? Ella tenía la insaciable necesidad de saber que estaba haciendo un buen trabajo, como si los movimientos de mi cuerpo, los gemidos, y la lubricación de mi sexo no transmitieran el éxtasis en el que estaba siendo consumida.
“Si amor. Me encanta!” Se lo daría si eso es lo que le hacía feliz. Si esto es lo único que puedo darle, le haré escuchar todo lo que mi cuerpo tan desesperadamente esta gritando. Cuando escuchó mis palabras, pude sentir que se detuvo y su cuerpo se estremeció, tan solo para luego aumentar la intensidad de sus movimientos; sus labios bajaron a mi cuello, dejando marcas de mordidas y succiones, siguiendo a mis pechos y mi abdomen sin detenerse. Me quito el pantalón junto con mis bragas-que tal apreciación por lencería de Victoria’s Secret-, me separo las piernas y empezó a depositar besos en mis entrepiernas, mientras que sus manos se depositaron en mis glúteos, apretándolos y jalándome mas cerca a ella para luego posicionar mi cuerpo de tal modo que le fuera capaz de acercarse mas y mas a mi intimidad, haciéndome gemir aun mas-como si eso fuera posible-. Tuve que aferrarme a las sabanas cuando sentí su lengua entrar en contacto con mi clítoris, lamiendo, succionando, e incluso mordiendo levemente mientras sus manos arañaban mis piernas, estremeciéndome y haciendo que mi espalda se arqueara. Cuando pensé que el placer no podía superarse, sus dedos se introdujeron de nuevo en mi interior mientras su lengua aun jugaba en esa zona.
“Ah! Kristah! Eres tan hot! Ya no puedo…contenerlo”
“Eres deliciosa, vamos amor, córrete por mí.” Ambas llegamos a nuestro punto máximo. Dejé de pensar y llegué. Pude sentir la explosión entre mis piernas, cada musculo de mi cuerpo se dejo llevar por el placer que me daba. Sentí a la vez que su cuerpo se estremecía encima de mí pero no detuvo sus movimientos. Retome todas las fuerzas que a mi cuerpo le quedaban para moverme al compas de su cuerpo, levantando mi pierna para frotarla contra su sexo y pude sentir que ella también había llegado.
“Te amo bebe.” De verdad lo dijo? Me levante para poder abrazarla.
Y nada…Estaba sola en mi cama. Mire a mí alrededor para asegurarme donde estaba: en esta habitación de dos personas con mi compañera de cuarto profundamente dormida. Fue entonces que agradecí no hablar en mis sueños. Suspire y fui al baño, el sueño, por mas sueño que fuera, dejo efectos muy reales en mi cuerpo. Tome una ducha tibia que se sentía tan bien contra mi cuerpo que parecía estar en llamas. Ella no estaba aquí, y nunca lo estaría; me odiaba a morir y no podía culparla. Mi mente me había pasado una muy mala jugada, haciéndome sentirla de forma tan real, incluso cuando se estremeció al escuchar esas palabras de sentimientos no correspondidos. Estoy segura que eso hubiera pasado si hubiera sido real.
Cuando salí, Michelle aun seguía dormida, tenía que amar el hecho que tuviera un sueño profundo. Me metí debajo de las cobijas en un intento fallido de olvidar lo que había soñado, lo que había sentido. El sueño dejó un vacio en mi interior, ese vacío que pensé se había llenado con decepción y mediocridad.
No lograba volver a conciliar sueño, sentía que mi cama era demasiado grande a pesar que era para una sola persona. No podía soportarlo, así que puse mi almohada a mi lado y me repose como si fuera ella.
“Me dejarías acurrucarme en tus brazos?” Sé que no recibiría respuesta, estaba sola.
“Claro, ven aquí.” Sentí sus brazos aferrarme. Empezó de nuevo, y me odié. Que tan patética podía ser? Su vos aterciopelada era tan calmante, podía sentir sus brazos envolverme en ese calor sincero y, acurrucándome en su pecho para escuchar el latir de su corazón, me cuestioné si esto realmente era un sueño; se sentía tan real, no quería despertar jamás.