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Mi amado Leviciento por SebbyPhantomhive

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Notas del fanfic:

Espero les agrade la idea surgió despues de ver parte de la pelicula Cenicienta en el trabajo, algo relajante sin drama ni eso... en mi intento por ser graciosa... segun yo,,, está medio flojo pero es el primer capitulo veremos como surge despues, ¿Habra lemon? pues claro, no es un cuento para niños,,, :3  pues a leer... 

Notas del capitulo:

Espero les agrade este primer capitulo es una introducción, y deseo hacer mejor el segundo... Gracias por leer.

Muy temprano casi madrugada se ve a una delicada figura removiéndose entre las sabanas en una habitación modesta pero muy ordenada y limpia, se ve una pierna asomándose fuera de la sabana y se escucha una especie de leve sollozo.

-!Mi%$#"... ya es hora¡... %&GQ@&.... Malas palabras salían del interior de esa sabana tan blanca como la nieve parecía muy enojada esa voz, de repente la sabana se elevó por el aire dejando ver una pequeña y delgada figura, sus cabello corto y de un color negro intenso estaban revueltos, cubriendo un poco esa mirada que reflejaba desgano y enojo, con el ceño fruncido su boca media torcida maldecía su vida y el hecho de levantarse tan temprano. Pero detrás de ese malhumorado rostro se notaba su belleza, un juvenil rostro aunque su edad no concordaba con su edad real, era un poco mayor de lo que aparentaba, levantándose decidió de mala gana lavarse, y hacer otras necesidades encerrándose en el baño, al salir cambiaba su pijama por una ropa sencilla pero eso sí muy impecable, pantalones, camisa, zapatos por último  se colocó un delantal, que lo hacían verse adorable a los ojos de cualquiera, unos pajaritos se asomaron a la ventana parecían querer dar los buenos días al recién levantado. Con paso lento el malhumorado protagonista se acercaba con una pequeña sonrisa a lo que los pajarillos comenzaron su dulce trinar, pero rápidamente salieron volando despavoridos alejándose de la ventana.

-Malditos pájaros... Eso les pasa por venir a molestarme, lo último que quiero es escucharlos... Decía con desanimo recogiendo el zapato que había lanzado a los pájaros para que se alejaran. Limpió su habitación con mejor ánimo al parecer le gustaba mucho hacerlo, dando un fuerte suspiro salía de la habitación para comenzar su dura labor de cada día, pasó una hora y el silencio se rompió de repente.

-Levi... Levi... Ven aquí... Se escuchaban los gritos de una odiosa voz masculina, con resignación Levi nuestro varonil y servicial protagonista caminaba maldiciendo al inútil que lo llamaba entrando a la habitación de este que recostado al espaldar de la cama.

-Joven Jean... ¿Qué sucede?... Decía sin darle importancia al que le gritaba mientras se sacudía el delantal.

-Esto sabe horrible... ¿Cuándo aprenderás a cocinar? Le exclamaba con mala cara dejando a un lado el plato con el desayuno que Levi le había preparado a lo que el sirviente solo hacia mueca de desinterés.

-¿Cuando usted aprenda a ser aseado? ¿Qué le parece? Contestó Levi recogiendo una prenda del piso, con mueca de asco la volvió a tirar al fijarse que prenda era.

-Le diré a mi padre lo altanero que eres... Dijo indignado el joven que se levantaba de la cama con el afán de pelear con el indiferente sirviente.

-Dile... Él no puede decirme algo o llamarme la atención porque yo conozco su secreto... así que cállate... Respondió nuestro valeroso Levi con seguridad viendo fijamente al hombre que era más alto que él teniéndolo en frente no se intimidaba por nada ni nadie.

-Si es así ¿Por qué sigues aquí? Bien podrías irte. Le dijo Jean con mala cara, no entendía el motivo de porque Levi seguía sirviéndoles aun cuando tenía chantajeado a su padre, bien podría usar eso y marcharse para hacer su vida en otro lado.

-Mantengo una promesa... Exclamó Levi con fuerza en su voz a su hermanastro.

-¡Qué dulce eres! Dijo sarcástico Jean, pellizcando levemente una mejilla a Levi.

-Suéltame, no soy uno de tus novios... Lo empujó y le contesto de forma burlona saliendo de la habitación.

-Maldito... Uno de estos días... Uno de estos días... Gritaba furioso y sonrojado Jean, pues aquellas palabras en parte eran ciertas.

-Levi... Levi... ven rápido... necesito que me hagas un favor... Le llamaba en tono más amable una voz en otra habitación, a lo que Levi con un bufido solo acertó a entrar.

-Dime de una vez... sabes que la paciencia no es mi virtud. Decía Levi al entrar y ver a un joven rubio alto que dirigía su mirada fuera de la ventana.

-Bueno, quiero que limpies esto... lo necesito para la tarde. Respondió el rubio dándole un pequeño paquete a Levi.

-Conoces mi debilidad... No negaré limpiar algo y si está muy sucio me gusta mucho más... Dijo Levi con algo de brillo en su mirada al abrir el paquete y encontrar un pañuelo manchado con polvo y tinta negra.

-¡Que rareza eres! Querido Leviciento... Exclamó con burla Erwin acariciando dulcemente la cabeza del que era más pequeño que él.

-No me llamas así... lo odio... Exclamó Levi con mala cara apartando la mano que le acariciaba, frunciendo aún más su ceño.

-Por eso te llamo así, eres muy encantador cuando te enojas... Erwin le dijo pretendiendo acariciar el rostro molesto de Levi pero quien hábilmente esquivó aquello con un rápido movimiento.

-Déjate de tonterías, maldito acosador... Levi le gritó con mala cara.

-Es broma, tú sabes que estoy enamorado de alguien más... Dijo sonriendo Erwin a Levi.

-Sí, lo sé... lo sé muy bien, pervertido... Aclaraba Levi, pues en numerosas ocasiones había servido de intermediario para que Erwin pudiera encontrarse con esa persona, algunas veces también había sido testigo de escuchar ruidos raros y provocadores, cuando hacia guardia fuera de la puerta para que su hermanastro no fuera descubierto en su tormentoso y tórrido romance.

-Espero lo tengas listo para más tarde. Mi padre te llama... Dijo Erwin con una sonrisa, y escuchando como alguien de voz más adulta llamaba al fiel sirviente a lo que Levi guardó el pañuelo en uno de sus bolsillos, saliendo de la habitación de Erwin se dirigía a la recamara principal.

-Sí, ya voy... ya voy viejo estúpido... Caminaba con molestia Levi, murmurando insultos al que le llamaba que era su padrastro. El caminar de Levi fue interrumpido cuando alguien tropezó delante de él.

-¿Estúpido? ¿A quién llamas así? Preguntaba con curiosidad Auruo viendo a Levi delante suyo.

-A nadie... ¿Se siente atribuido a ese insulto? ¿No, verdad? Exclamaba Levi a su padrastro con sarcasmo.

-Pues no... Muchachito idiota... Le respondió el mayor que él con algo de duda, pues no sabía que contestar sin que el otro lo insultara peor con algún juego de palabras.

-Para que me llamaba… Dijo hostigado el sirviente desviando la mirada.

-Sé que te gusta limpiar, así que sabes te tengo una sorpresa... Bueno veo que mencioné la palabra mágica. Hablaba con tranquilidad Auruo viendo un leve destello en la mirada de Levi al escuchar la palabra limpiar.

- sabes lo del ático, el lugar que siempre has querido limpiar y no te dejo porque eres un raro que te gustaría limpiarlo, aun cuando la mayoría odia limpiar y huiría para hacerlo, lo estaba guardando para ti, todo el polvo de años está ahí... Toma un pequeño presente de mi parte... Dijo Auruo entregando una llave a Levi que su mirada destello aún más, ese cuarto era el que siempre quiso limpiar y el más sucio de la casa, al que no podía entrar tomando la llave que le daba su padrastro.

-Voy a limpiarlo... Levi con una sonrisa se disponía para de inmediato limpiarla dándole la espalda al mayor, si había algo que le emocionaba era limpiar, rara manía suya que era bien conocida por todos sus cercanos.

-Ve, Leviciento... nosotros comeremos fuera, hoy no quiero tener dolor de estómago con tu comida. Disfruta tu día... Le advirtió Auruo antes de que Levi se alejara, el joven notaba algo sospechoso, tanta muestra de amabilidad por ese hombre que lo trataba mal siempre, era un comportamiento extraño,  pero la ilusión de limpiar un lugar tan sucio le parecía excitante aplacando un poco sus dudas, pensó que tal vez ese idiota quería algún cuarto más para hacer alguna tontería. Así que fue al cuarto de limpieza recogió una escoba a la que utilizaba en ocasiones especiales, limpiadores líquidos, jabones, varias franelas, un trapeador, un balde, se puso su pañuelo blanco tapando su boca y cabeza con emoción se dirigió al ático al dejar sus implementos de limpieza tomo la llave y la introdujo en la cerradura al abrir la puerta se llevó una fuerte impresión.

-Maldito viejo de #$%fgfg#$$... Gritaba encolerizado Levi al observar el ático donde realizaría una limpieza extrema ahora era el lugar más pulcro que podía haber, casi lloraba de la ira que recorría su ser, fue burlado por ese idiota pero se las cobraría de alguna manera una próxima vez.

-Vivir con tres idiotas, uno grotesco, un acosador y un monstruo... Murmuraba molesto mientras recogía sus valiosos implementos y se retiraba pateando todo lo que se le cruzara.

Mientras tanto en un lugar no muy lejos de ahí en un gran  castillo llegaba un distinguido caballero cabalgando su caballo negro como la noche.

-Bienvenido a casa, Príncipe Eren… Exclamaban unos sirvientes haciendo una reverencia, a lo que el joven se ruborizo levemente algo avergonzado solo asentía con la cabeza. 

Notas finales:

 

¿Qué secreto guarda el malvado padrastro de Levi?

¿Cuál es esa promesa que guarda Levi?

¿Cuántos novios tendrá Jean?

¿De quién está enamorado Erwin?

¿Cómo cobrara venganza nuestro Leviciento?

Leviciento es adorable ¿Verdad? ¿Sera capaz de captar la atención del tímido príncipe Eren?

Algunas de esas preguntas serán respondidas en el próximo capítulo. Gracias por haber leido y espero me dejen saber su valiosa opinión.


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