Capítulo VII: Te puedo ayudar.
Tenía mucho que procesar y el dolor en su cabeza no ayudaba en nada, no sabía hacia donde había corrido, no sabía qué hacía, sus piernas quemaban y la adrenalina de no saber hacia dónde ir lo llenó, tal vez por primera vez en su vida se sentía relajado estando de aquella forma, huyendo de todo, pero ¿Qué más podía hacer?
Cuando se detuvo había llegado a la estación del subterráneo, seguramente su padre lo estaría vigilando, pero hasta que el señor llegara a casa nada iba a pasar, no iba a cambiar sus negocios por su hijo y eso estaba claro.
Todo había sido un malentendido desde el día en que JaeBum y él habían tomado de más, nunca había estado enamorado de él, pero su amigo sí, él tenía una pareja, Choi YoungJae, pero lo prefería a él.
Los tres eran amigos de la infancia, YoungJae siempre quiso algo con SunHwa, la hermana de Choi y JaeBum con Choi hacían buena pareja, fue algo natural que se dieran ambas parejas. Cuando su padre y Choi los descubrieron muchos secretos salieron a la luz, como el arreglo con SunHwa o los negocios que había sobre los hombros de JaeBum para su familia que le beneficiaban casándose con Choi, por eso se mudaron de ciudad, para evitar cosas así, para evitar que JaeBum se involucrara con YoungJae y la furia de los Choi cayera sobre su familia y eso su padre no iba a permitir.
Todo estaba decidido. Ya nada importaba. Su padre nunca se interesó por él, de su madre ni sabe de ella, se la pasa de viaje en viaje, su hermano se acababa de ir de la casa, SunHwa era una víbora, no podía confiar en JaeBum y Choi lo odia…solo le quedaba DaeHyun, desde que pasó lo que pasó en su departamento su mente había dado vueltas, pensaba que las cosas iban demasiado rápido, pero podría darle una oportunidad, al fin y al cabo nadie se había interesado por él y DaeHyun de la nada lo había hecho y aunque era un idiota le agradaba su compañía, no sabía que había pasado, pero estar con él hacía las cosas un poco mejor.
Llevó sus manos a sus mejillas y sonriendo de medio lado se limpio las lágrimas que apenas sintió que se escapaban, sinceramente no sabía que pasaba con sus sentimientos, pero si sentía una gran decepción por DaeHyun, pensó que era diferente, idiota, pero diferente y que realmente mostraba interés en él, había sido muy bueno en el juego pues logró convencerlo de sus emociones falsas y ahora se sentía más solo al darse cuenta de su realidad.
Solo había regresado a casa para tomar su mochila, algunas cosas que le servirían y finalmente salió de casa, cerrando la puerta caminó por la avenida, sin un rumbo fijo sin nada por esperar, solo algo, algo nuevo tal vez. Lo único que sabía que hacía bien era esto, seguir adelante sin todos ellos a su alrededor.
—¿Así de fácil vas a huir? —YoungJae detuvo su andar.
—¿Y a ti te importa? —
—Tal vez. —El menor rodó los ojos, DaeHyun no cambiaría.
DaeHyun le detuvo, pero YoungJae seguía forcejeando, tratando de quitar su mano de su brazo, pero el mayor lo tomó entre sus brazos.
—No te vayas… —Susurro a sus oídos.
—¿Por qué? —El menor sonrió.
—No dejes que te venzan, te puedo ayudar con esto. —Le miró, acariciando su mejilla.
YoungJae lo tomó entre sus mejillas con sus manos, dándole un intenso beso, sus bocas se encontraban como viejas amigas, entrelazando sus lenguas, DaeHyun debía admitir que le gustaba demasiado esa boca y haber probado su cuerpo le hizo perderse un poco, tal vez más de lo usual, muchas cosas habían pensado desde que el menor llegó a su departamento y lo encontró con SunHwa, aunque solo había sido un beso.
El menor había puesto su confianza en él, sabía lo que pasaba y aunque la verdad sintió algo por SunHwa en el pasado ahora YoungJae…no sabía que sentir y eso junto al beso dado lo confundían más.
—¿Y crees que alguien como tú me puede ayudar? —Habló el menor al separarse.
—¿Alguien como yo? —Le dijo con molestia.
—Sin nada que ofrecer, sin nada en que caerse muerto, sin nada más que oh…¿Tu apellido cual es? ¿El de tu padre en prisión? —YoungJae detuvo un taxi y miró de pies a cabeza al mayor. —No me hagas reír…—
YoungJae se subió al auto y se alejó del mayor, dejándolo atonito. No supo porque lo hizo, pero al verlo las imágenes de él con SunHwa le llegaron a la menta y es algo que no podrá olvidar.
DaeHyun se quedó estático ahí, habían acabado con él y cuando se tocó la mejilla las lágrimas bajaban y ahora ¿Qué se supone debería hacer?
***
—Hay buenas noticias y malas…. —
—Dime todo ya. —
—Yoo se ha ido de la ciudad…solo. —
—¿Y la mala? —
—DaeHyun se enamoró de él, es un traidor tal vez, trató de impedir que se fuera. —
—No lo es, hizo un buen trabajo y SunHwa, las malas noticias son para ti, DaeHyun ya no te quiere querida hermana. —
—Tienes razón…pero al menos pude hacer sufrir a Yoo, yo no quería estar en esa relación, aunque él me llegó a querer…no era nada personal solo que nadie me puede obligar a hacer nada. —
Los hermanos chocaron sus bebidas y siguieron comiendo en el comedor de su casa mientras JaeBum se encontraba a su lado, con enfado y sin más que decir.
—Lo siento me habló mi amigo el señor Yoo. —Hablaba al regresar al comedor el padre de los hermanos. —Estaba un poco alterado tal parece que su hijo ha tenido una rabieta. —
—Ya se le pasará. —Choi interrumpió antes de que JaeBum hablara.
—Madre regresa mañana con todo listo para la boda, hermanito. Podrás casarte en un par de días. —
—Estupendo. —Dijo con sarcasmo y su padre simplemente festejó, sin saber que pasaba él estaba feliz por su hijo, creyendo que era una buena opción adelantar la boda.