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El cuarto de Geminis por Whitekaat

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Notas del capitulo:

Quiero decir en mi defensa que el alcohol, los juegos de azar y los hombrezuelos me llevaron a no poder a actualizar, lo sè, lo sè, no tengo perdòn de Dios, se que soy un vil parrandero que bebio 3 semanas seguidas pero saben no me arrepiento de nada :C, pido perdon por no poder actualizar antes, pero como explique antes, el "carrete" me lo empedia, espeor lo disfruten, quizas esto vaya un poco lento pero quiero que se entienda la trama, que todo nace por algo y no sòlo por que si :3 espero les guste C:

aaah y agradecimientos a Amorosa,Gen_sagita y a Megami le agradezco los reviews infinitamente

CAPÌTULO III

EL ORÀCULO

Después de aquella noche Saga despertó mareado y desorientado, su cabeza dolía como los mil demonios, no recordaba un dolor tan parecido desde una pelea con Kanon cuando eran pequeños, su  cuerpo dolía, su estomago rugía.

 

Ya no sabia cuanto había dormido, su cuarto estaba completamente obscuro, pensó que quizás sólo había pasado unos minutos, pero su cuerpo no lo sentía de esa manera estaba muy decaído para que fuese de esa manera, si tan sólo tuviese un reloj, un calendario o quizás una computadora Saga podría saber en que momento se encontraba, pero no, su llegada al templo había sido tan parecido a quedar varado en un isla desierta junto con animales salvajes.

 

Recordó una imagen de su niñez donde Kanon comía con su manos un pedazo de pollo, su  cara totalmente embarrada de restos de pollo, y por lo antiguo del recuerdo Saga agregaba los sonidos de bestia, el gemelo sonrió frente a su pensamiento, estaba tan exhausto que por su mente se cruzaban imágenes con las cuales pensó nunca sonreír.

 

Tal vez debía comer, beber agua, tal vez era deshidratación, talvez era su propio olor corporal que lo estaba noqueando pero realmente no quería hacer nada, esa obscuridad era abrumadora como ninguna pero pacífica como ninguna, y tras un flash de su mente recordó el diario, el diario de alguien que conocía pero a la vez le era totalmente irrelevante.

 

Saltó de su cama y con la obscuridad encima de él comenzó a buscar desesperado el diario, palpó sobre la cama y nada, sobre el velador y tampoco se encontraba ahí, no recordaba haberlo dejado en alguna parte específicamente y como una especie de intuición miró hacia el librero y tal como se lo imagino ahí estaba, tan obscuro como antes, sin pensador dos veces se apresuro a tomar el libro, hoja tras hoja y nada, el libro estaba completamente vacío, había desaparecido cada minúscula palabra, otra sensación que agregar a su mente confusión.

 

—Tsk… Estùpido sueño— chasqueo su lenga cabreado, pensó que tal vez todo aquello había sido un mero sueño, un muy real sueño, pero dentro de su interior algo le decía que no podía ser así, un sueño no se siente de esa manera, incluso ser hasta ser poseído por Arles no se sentía así de real, debía algo lógico.

 

Tal vez Kanon le jugaba una broma, no, para él tal como su recuerdo Kanon era una bestia, una bestia que no le importaba que sucediera en aquel mugroso lugar. Frustrado por el libro y sus pensamientos nuevamente cayó en su cama, sin ganas de moverse, levantarse y prestar atención a algo tan simple como un libro.

 

El ex dorado de Géminis sentía hambre y sed, y vaya que los sentía, él ahora era sólo un humano normal debía ver agua mas a menudo comer cada cierto tiempo pero el sólo echo de encontrarse a Kanon afuera le fastidiaba, ese idiota con síntomas de supremacía le causaba un dolor de cabeza y eso que solamente había cruzado un par de palabras con él, pero tras el rugir de su estomago y el desierto que se formaba en su boca sigiloso cual víbora decidió salir de la habitación y quizás con algo de suerte darse un baño.

 

El hombre de cabellos añiles avanzaba por los cuartos, su intuición le decía que su hermano no se encontraba en ese lugar y que probablemente hace tiempo no lo hacia.

 

El piso rebosaba en polvo, el lugar parecía sin vida y cuando se acerco a la cocina no había rastro de haber sido utilizada en mucho tiempo, sin esperar invitación o que quizás su gemelo llegara bebió todo el agua que pudo, desesperadamente tomaba cada gota de agua que salía del grifo recordó a esos animales de las sabanas y se controló, el no era una bestia y tampoco pretendía transformarse en una.

 

Se senita lucido nuevamente, la deshidratación no seria un problema esta vez, luego cogiò algo del refrigerador para comer, la fruta se veía bien y todos los alimentos dentro de él también, no sabia que sucedía en aquel templo, era como si alguien se encargara de hacer y traer comida pero como si nunca se comiera.

 

A Saga no le interesaba que fuese, hasta cosas que odiaba sabían rico en aquel momento, tomo un par de víveres y botellas de agua para dejarlas en su cuarto, y luego se dirigió al baño, realmente necesitaba un baño, su olor propio era asqueroso hasta para él, si el templo se encontraba vacío debía aprovechar dicha circunstancia.

 

Un baño de burbujas era lo que saga necesitaba, ese olor a burbujas de miel y almendras que tanto le gustaba aun permanecía en aquel lugar, cerró sus ojos dentro de la ducha queriendo dejarse llevar por las tibias aguas, sin recordar a Kanon, al libro y al altercado con Aioria, se era su tiempo de desconexión con el mundo.

 

Sumergió su cabeza bajo el agua pero cuando lo hizo escucho un sonido dentro de la habitación, eso alertó a Saga y a modo de reflejo saco su cabeza para observar quien era el que irrumpía su relajante momento.

 

Ahí estaba frente a él, lo podía ver entre mechones azules cubiertos de espuma, no sabia que hacer, ni decir, ese idiota estaba ahí en ese preciso momento, sentía vergüenza de su desnudez y aborrecía su precaria e inútil situación.

Su armadura brillaba y hasta el patrón de las hombreras parecía tener luz propia, ese niñito el cual él conocía había quedado atrás, Aioria se sentó al borde de la bañera sin mirar al otro dándole la espalda y empezó a hablarle como si nada, adjudico dicha reacción a que no había notado que él no era Kanon.

 

— Creí que no te encontrarías dentro del templo, las malas lenguas dicen que tienes este horrendo lugar en el abandono— Saga analizaba el tono en el que hablaba el caballero de Leo, no podía decir algo apresurado ya que apenas habían sido unas cuantas frases, pero había cierta informalidad entre ellas, quizás en el tiempo que no estuvo, los caballeros entablaron cierta amistad, una amistad que se basaba en repudiar su presencia y lanzar dardos a una imagen de él.

 

Saga no sabia que hacer en esta incomoda situación, ¿Debía responder?, ¿Debía decirle que el no era Kanon?, estaba confundido su mente ya no estaba funcionando tan rápidamente como antes, encontrarse en la posición actual le era un tanto molesto, incomodo, le molestaba la actitud del otro caballero, se sentía horrible ser confundido con su hermano, pero claramente no podía reclamar por ello.

 

— ¿Como han ido las cosas con el hijo prodigo? — ahí estaba, la frase que tanto estaba esperando Saga, sólo veía su espalda pero podía sentir esa mueca de disgusto hacia su persona, la frase iba cargada de molestia, necesitaba responder algo, necesitaba decir algo como si fuese Kanon, pero había un ligero problema no conocía muy bien a Kanon, Aioria esperaba una respuesta, un comentario que el no le podía dar, ya que su forma de referirse a él le molestaba.

 

— Deberías preguntar si puedes pasar, no deberías irrumpir de esa manera el cuarto de baño de otra persona — Aunque no lo quisiese aceptar su voz había sonado un poco temblorosa y sus manos por otro lado también estaban temblando, odia sentirse temeroso era una de las sensaciones que mas odiaba.

 

Se hundió en el agua dejando ver sus ojos y en ese momento el otro se giro para verlo, sólo con un vistazo notó los furiosos orbes verdes del caballero de Leo, su mirada entrecerrada, otra vez lanzándole dagas, pero pensó que quizás no terminaría tan mal, después de todo fue Aioria el que llego al templo.

 

Saga se sentía nervioso y lanzaba maldiciones a diestra y siniestra en su mente, de pronto el caballero de Leo no hizo nada mas que mirarlo profundamente, como si intentara desmantelarlo por completo, en su mirada habían rastro de que ya sabia que él no era el gemelo que buscaba, de pronto fuera de todo pronostico Aioria resopló pesadamente y le comenzó a hablar calmadamente.

 

— ¿No crees que es algo hipócrita de tu parte enseñarme modales? — Saga sólo desvío la mirada, no quiso responder, se sentía ofendido sí, pero cada palabra que salía de la boca del otro lograban irritarlo un poco, había jurado no encontrárselo mas, había jurado quizás no volver a salir del estropeado templo, había jurado para si mismo no volver a toparse co ninguno de esos dos hermanos respetándolos de cierta manera, pero ahí estaba Aioria con sus cabellos castaños y ojos verdosos mirando las baldosas del baño y dirigiéndole la palabra como si nada hubiese ocurrido ayer.

 

El momento era incomodo, mas para Saga naturalmente, se preguntaba por que no se iba, por que no lo insultaba y se marchaba, pero ahí permanecía dentro de su armadura con los hombros rectos y la nuca tensa.

 

— ¿Cual es tu problema? — El caballero de leo lo miro fijamente, no enojado como creyó Saga si no mas bien un tanto confundido, el de cabellos añiles no sabia que pensar, quizás era una artimaña del castaño o quizás sólo lo hacia para burlarse, pero aun muy indefenso, muy sin expuesto, el orgullo de el gemelo no le permitía ser pasado a llevar de ninguna manera.

 

—No sé a que te refieres Géminis — Ahí estaba, los claros síntomas de algo que no debió haber dicho, algo que dijo sólo por un impulso, Aioria aun lo miraba confundido notando como Saga evitaba a todo costa mantener su mirada firme ante él.

 

— Ayer deseabas asesinarme como es que ahora…— sus palabras fueron interrumpidas por la voz de el hermano menor, al escucharlo se había quedado un tanto shockeado, tanto que pidió si podía repetir lo que había dicho tartamudeando un poco.

 

— Es cierto lo que te acabo de decir, eso fue hace casi tres semanas—Aioria lo miró despectivamente antes de marcharse del baño, Saga esta mas confundido que nunca, no podía ser cierto algo como aquello, había dormido mas de tres semanas.

 

—Si ves al idiota de tu hermano dile que deje a esas prostitutas y que entrene— Se marchó sin mas, al parecer su hermano se había convertido en una bestia tal como lo pensó, un ser que sólo se centra en el placer, se sentía un tanto asqueado de ser parecido a él.

 

Se Sumergió nuevamente asimilándolo todo lo que en la corta visita del caballero había sido dicho, tenia demasiadas cosas que aclarar, como que diablos estaba ocurriendo, comenzaba a pensar que realmente no estaba vivo, que el infierno se hizo palpable frente a sus ojos, castigándolo una y otra vez. Comenzaban a cumplirse sus más profundos miedos, ser débil, no tener el control, la incertidumbre y ser comparado con la cosa mas asquerosa que pueda haber, le estaba empezando a doler su cabeza ya no quería seguir despierto.

 

Miró por la pseudo ventana de su habitación y notó que nuevamente el cielo era obscuro, “obscuro como aquella vez” pensó, con ese pensamiento dentro de su cabeza se encaminó al librero y tal como lo recordaba ahí estaba ese mismo lomo de libro que asemejaba el vacío lo tomó y para su asombro la tinta había vuelto al libro como por arte de magia, quizás no por arte de magia quizás era ese tipo de extraña noche la que teñía letras en el diario.

 

Saga busco la pagina en la que había quedado y comenzó a leer el resto para saber de que se trataba todo aquel misterioso secreto que era capaz de amedrentar a los mismos dioses.

 

“Salí bastante temprano en la mañana, le dejé una nota a Pólux diciendo que me marcharía a visitar a madre.

 

Llevo semanas caminando me siento totalmente destruido, siento que este viaje me esta haciendo daño, tanto física como espiritualmente… me siento menos yo cada vez que avanzo.

 

Estoy a sólo un día de hablar con la Pitonisa, debo crear mi estrategia para cerrar su boca, será muy difícil eso lo tengo claro pero estoy dispuesto a chantajear o cortar la lengua de esa mujer para que nadie se entere de mis intenciones.

 

En mis manos tengo la llave que libera aquel poder, siento miedo de seguir, la sangre de la pitonisa aun mancha parte de mi rostro y mis manos, la ira de Apolo se desató hoy en Delfos tras la muerte de la Pitonisa, la luz del Dios brillaba como nunca, buscando con sus rayos al culpable, su ira dejaba enrojecida la piel de los habitantes, algunos con ampollas, algunos caían inconcientes en las calles e incendios comenzaban propagarse por la ciudad.

 

 

Las palabras de la pitonisa resonaban en mi interior tan claras que martillaban mi interior.

 

Tu viaje será largo, tu viaje traerá desgracia para aquellos y libertad para nosotros, pero tu futuro es incierto.

 

El poder descansa en terreno sagrado, en terrenos de la sabiduría, descansa en un cofre tan obscuro como su verdad, en un templo que dejo de ser templo, en ruinas bajo agua que cae de un risco, aquel hombre que fue castigado a mirarse por la eternidad rodea la entrada, será inconfundible, no podrás fallar, la más dura armadura del guerrero vigila la entrada, deberás tener cuidado *****,  en el interior de mi  garganta descansa la llave, tómala y corre lejos de aquí y sálvanos de la ira que se desatará.

 

La pitonisa me dio un daga y apunto a su cuello, en ese momento no lo pensé sólo lo hice, atravesé su garganta como si nada y extraje ese cristal rojo como su sangre y corrí como nunca lo había echo.

 

El día es mi enemigo, Apolo sigue buscándome, mas bien dicho buscando al asesino de su oráculo y la noticia de la muerte de la pitonisa se esparce rápidamente por cada pueblo por el que pasó, tengo un leve sentimiento de que se cual es el lugar será difícil de llegar, pero llegare pase lo que pase.

 

Saga lanzó el libro con asco y comenzó a desesperarse, sentía sus manos sucias, no quería mirar ya que podía sentir la sangre escurrir por sus manos, otra vez ese recuerdo y memoria física estaba ahí.

 

Lentamente comenzó a quedarse a dormido, tenia miedo de no volver a despertar otra vez pero el sueño comenzaba a ganarle, pestañaba reiteradamente, dejaba de sentir sus extremidades, semiconsciente ya estaba seguro que no podría abrir sus ojos, sólo pedía que al siguiente día sus ojos se abrieran y su mente dejara de tener esos recuerdos que no le pertenecían.

Notas finales:

espero les guste mucho, y aclare un poco mas el misterio, aunque lo dudo, pero me gustaria escuchar sus suposiciones :3


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