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Kommátia Protoú por HokutoSexy

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KOMMÁTIA PROTOÚ

(gr. pedazos antes)

 

Recordad que el secreto de la felicidad está en la libertad, y el secreto de la libertad, en el coraje.

Tucídides.

 

 

Para IGR, inagotable fuente de inspiración.

 

I. CORAJE O TALENTO (Aries)

 

SIDE A

Oh, my love, my darling,
I've hungered for your touch a long, lonely time,
Time goes by so slowly and time can do so much.
Are you still mine?
I need your love,
I need your love,
God speed your love to me.

Unchained melody, Righteous Brothers.

 

Shion, el Arconte de Aries, estaba concentrado contemplando el escudo que tenía en el piso: un verdadero reto a su talento… estaba hecho trizas, cuando aceptó arreglarlo de manera “rápida”, cómo siempre con Dohko todo era rápido y expedito, no se imaginó que las condiciones del condenado escudo serían esas… se trataba en efecto de uno de los escudos de la armadura sagrada de Libra.

 

—Maldita sea Dohko, espero que sirvas de remo para Caronte… —rezongó bastante cabreado.

 

Y es que de haber sabido que todas aquellas palabras halagüeñas hacia su gran talento, eficacia y conocimiento milenario, eran un anzuelo para que le ayudara… ¡Por supuesto que no lo hubiese hecho! ¡Faltaba más! Si apenas unos días atrás, habían estado discutiendo, para variar, y Dohko acabó llamándolo “duende”… cuando escuchó esas sucias, asquerosas, pestilentes y podridas palabras de burla dirigidas hacia su raza, sintió que el coraje le consumía…

 

Arrojó las herramientas celestes y dejó en el mismo lugar el polvo estelar.

 

—Ni hablar… repararé antes lo que tengo pendiente, y si me queda tiempo… este plato roto —se dijo a sí mismo, muy convencido de ello, es más, estaba gozando de aquella mezquindad.

 

Quería a Dohko, mucho… mucho era poco… pero a veces odiaba su forma de ser, detestaba su prisa para todo, estaba harto de su arrogancia y terquedad.

 

Así que sin más, se entregó a la loable labor de reparar una de las dos armaduras de plata que tenía en espera, y seguía dándole vueltas a su molestia con el Arconte de Libra, a su parabatai.

 

Sus dedos se deslizaban con gracia por las armaduras, su cosmos incendiado detectaba la materia prima, la esencia de los portadores que llevaban aquellos ropajes, prácticamente sanaba las estrellas que protegían las corazas… le relajaba eso… reparar… aunque no pudiese reparar a su propia persona.

 

Y es que llegó a la conclusión de que Dohko le fastidiaba tanto como le quería, ¿para qué negarlo? Lo quería más allá de lo que se quiere a un frater, por eso le herían sus palabras…

 

Y es que los lemurianos… sólo se enamoran una sola vez en la vida, una vez para siempre… el problema era que si se enamoraban de un humano…

 

Estaba demasiado embebido en lo que hacía como para darse cuenta de que el mismísimo protagonista de su coraje y talentos… había entrado clandestinamente al templo del carnero, llegó por su espalda, hábilmente le quitó incluso de la mano el cincel de Hefestos…

 

—Demonios, Dohko… hazme el favor de anunciarte cuando entres, esto no es una tienda de conveniencia —le reclamó fastidiado.

 

—Me anuncié pero estabas concentrado… —se disculpó, aunque seguramente mentía—, tienes muchos pendientes, ¿no?

 

—Algunos…

 

El chino se agachó, en cuclillas, hasta estar a la altura de Shion, tragó saliva, luego suspiró, jugueteó con el cincel en la mano.

 

—Discúlpame… no quise llamarte…

 

—Déjalo, no lo repitas…

 

—Parece mentira, un par de días molestos y yo ya no me aguanto solo… me tienes la cuerda muy tirante Shion… —confesó con desembarazo.

 

El lemuriano se volvió hacia él, los ojos violáceos sorprendidos de su sinceridad arrojadiza, los espejos claros de su corazón, no podía evitar caer ante semejantes arrebatos, y no sabía si Dohko era consciente de ello o no, pero caía… en picada.

 

Los ojos verdes del chino le sonreían con timidez, le devolvió el cincel, lo dejó en sus manos, no sin antes acariciarle, breve, le sonrió y se inclinó hacia su frente, un simple beso, una brisa primaveral.

 

Si un lemuriano se enamoraba de un humano… estaba condenado, pues los lemurianos sólo amaban una vez en sus muchas edades, al morir su compañero humano, normalmente eran llamados de regreso entre los suyos, para tener algún compañero y perpetuar su raza… aunque ya no pudiesen amar… la condena era doble: la separación y luego la soledad.

 

En silencio alargó la mano para jalar el escudo, dejó de lado la armadura y se concentró en el escudo, no dijo nada, sólo lo hizo.

 

Dohko le observaba trabajar concentrado, callado, sentado a su lado, la estampa era bella: la de ellos dos sentados lado a lado, en las baldosas del templo del carnero… Shion no lo sabía, pero precisamente ese escudo que estaba reparando, más adelante le salvaría la vida… tal vez su talento iba más allá de lo imaginable, tal vez su talento venía desde el fondo de su corazón…

 

SIDE B

Nothing to kill or die for
And no religion too
Imagine all the people
Living life in peace

You may say I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you will join us
And the world will be as one.

Imagine, John Lennon.


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