-----Beyond-----
Estaba a punto de recorrer una nueva experiencia desconocida para mí, ya que aunque había estado prendado anterior mente nunca fue de la misma manera, estuve con muchas chicas, aunque todo aquello en realidad era más bien una tapadera para que Mello no se diese cuenta, de que realmente lo quería a él,
El único verdadero amigo que había tenido, acabó siendo mi amor platónico, seguramente por eso en el pasado me comportaba de aquella forma, aunque realmente nunca quise aceptarlo, y cuando al fin pude, Mello se había echado una novia, una estúpida niña rubia, que solía ir siempre con una cola de caballo, leguins negros y camisetas largas.
Mi desilusión fue tal que estuve bastante deprimido durante por lo menos varias semanas, sin embargo, mi mejor amigo nunca supo nada de aquellos sentimientos que tenía hacia él.
Volviendo al tema principal, estaba a punto de recorrer una nueva experiencia desconocida para mí, pero el día de hoy no iba a ser posible, ya que los gritos del estúpido de mi amigo arruinaron todo el momento.
- Creo que habría que ayudar a la muñeca de porcelana… –Dijo el pequeño albino.
- Si, voy a ver que está ocurriendo, tú quédate aquí y espérame.
- Creo que será mejor que baje a desayunar, ayer no cené nada, y esta mañana no me has dejado levantarme… además de paso me pondré algo que me cubra el torso, aunque no sé dónde ha dejado el tío la maleta.
- Coge una camiseta mía si quieres.
- De acuerdo, después de cogerla bajaré a desayunar.
Después de dejar al pequeño cabeza de algodón me dirigí al cuarto de Mello a ver qué es lo que sucedía, y conforme iba avanzando por el pasillo los despotriques de éste iban sonando cada vez más fuertes.
Una vez frente a la puerta hice amago para abrirla sin embargo paré al escuchar los golpes de propinaba el rubio tras ella, lo que me hizo comprender que Misa lo había vuelto a encerrar.
- ¡Espera ahí Mello, voy por la llave!
Tras decir esto los golpes cesaron y el rubio por fin se calmó, me dirigí entonces al cuarto de Misa para recuperar la llave de la habitación de Mello sin embargo cuando entré ella no me recibió precisamente con los brazos abiertos.
- ¡Beyond Birthday! ¿no te ha dicho nunca nadie que no puedes entrar al cuarto de una señorita sin su consentimiento? –Dijo ella con cara de pocos amigos y un enfado notorio en su voz.
- Haaaains. –Después de un sonoro suspiro, ya sabía cómo tratar a Misa cuando quería algo de ella. –Siento mucho la intromisión señorita. –Me acerqué a ella con paso firme y una dulce sonrisa (fingida) la cual a sus ojos parecía la más sincera que podría haber visto. –Pero hay algo que me preocupa…–Me acerqué aún más a ella sujetándola por la cintura con un brazo mientras que con la otra mano sujetaba su mentón para que me mirase a los ojos mientras le hablaba con un tono de voz seductor. – ¿Tan bella dama, podría ayudar a un hombre solitario? –Siempre acababa por decir lo mismo, pero ella siempre caía a mis pies, mientras tanto Matt me miraba sorprendido, aunque no sé si por mis frases o por mi apariencia.
- Claro, te ayudaré… –A la rubia prácticamente se le caía la baba al hablar.
- Pero antes de que me ayudes, necesito que hagas algo por mí, el idiota de tu hermano es muy ruidoso, ¿te importaría si me das la llave para abrirle y que se calle?
La estrategia funcionó a la perfección, la rubia ya se había olvidado de Matt, y yo era el único que estaba en su mente.
Tras darme la llave fui deprisa a abrirle la puerta a mi amigo, sin embargo me tropecé con alguien en el camino.
- ¿Beyond? ¿Ya has terminado?
- Near… Tardaré un poco más de lo que pensaba, ve bajando y toma algo, tendrás hambre…
- Voy. –Tras decir esto, el albino bajó a la planta media para desayunar, y yo fui a abrir la puerta del rubio, el cual al oír la cerradura abrió la puerta de golpe y salió corriendo hacia la habitación de quien lo había encerrado allí.
-----Mello-----
Escuché el girar de la llave dentro de la cerradura e impaciente abrí de golpe la puerta empujando también a Beyond para poder apresurarme a buscar a Matt.
- ¡Misa! ¡Te voy a…! –Aunque lo que me encontré fue algo extraño, pues la rubia estaba sentada sujetándose la cara toda roja, mientras que Matt estaba sentado en los pufs rosas de mi estúpida hermana mirando lo que parecía ser una fotografía.
- Oh, hola Mello.
- ¿Matt? ¿Y a esa qué le pasa? –Pregunté señalando en dirección de mi hermana.
- No sé, lleva así desde que Beyond ha entrado en el cuarto con complejo de host. (Host es como un prostituto pero sin sexo, simplemente le pagas para que te acompañe, sea amable contigo y te diga cosas bonitas)
- ¿Host? ¿Otra vez? Me pregunto si algún día cambiará su manera de conseguir algo de mi hermana…
- Mientras funcione…–El azabache de mi amigo estaba detrás de nosotros, y al verlo Misa se tiró a su cuello como un cuervo.
- ¡Beyond! –Gritó con su típica voz la cual podría reventar los cristales.
- Sí, sí, pero espera…–Susurrando al oído de Misa para que tuviese más efecto su cuento mientras meneaba el dedo de un lado a otro en señal de prohibición. –A-que-es-te-mos-so-los. –Este acto dejó a la rubia sin aliento y se tiró simulando un desmayo, a lo cual Beyond aun en su papel de Host, la cogió entre sus brazos la llevó a una de las sillas rosas de su cuarto. Después Matt recordó que estábamos jugando a la consola. se levantó de su asiento y agarrándome del brazo nos dirigimos de vuelta a la habitación para seguir con el videojuego.
-----Near-----
Había pasado ya un rato y había comido alguna cosa en la cocina, como no sabía que hacer fui arriba a buscar a Beyond. Miré en su cuarto, pero no estaba, también miré en el baño, pero estaba vacío, luego se me ocurrió preguntarle al idiota de mi primo si sabía dónde estaba, así que me encaminé a su cuarto y abrí la puerta.
- Mihael…–Cuando lo llamé por su nombre de pila poco más y voltea la cabeza como la niña del exorcista, porque la cara con la que me miró no era muy diferente.
- ¿Nate…? –Contestó el enfadado. – ¿Qué coño quieres y por qué tienes que joder cada vez que puedes?
- ¿Has visto a Beyond? –Harto de mí decidió contestar sin rodeos.
- Probablemente esté en la habitación de Misa, pero no creo que debas molestar a esos dos.
- ¿Eh? –Sin hacer mucho caso a lo que me había dicho me dirigí al cuarto de mi prima, sin embargo antes de abrir la puerta escuche a alguien que estaba hablando.
- Bueno, My Lady, ¿Qué actividad tiene pensada para este corazón solitario?
- Oh Beyond… ¿Qué te parece si hoy cambiamos un poco de escenario?
- ¡¿Ehhhhh?! ¿Pero qué narices?
- Yes, My Lady…–En ese momento decidí entrar, y lo que vi me dejó helado.