- De lo que me dijiste, de que sea un accidente, ¿Cómo lo supiste?- se tapó la cara avergonzado.
- Sólo hay que descubrir.- lo abrazo para que no se sintiera avergonzado.
- Idiota.....
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Capítulo 12: Sentimientos al descubierto.
Su día había comenzado por hablarle a Zoro para avisarle que iría a su casa a visitar a Sanji, pero como eran amigos desde hace años, ¿Por qué hacerlo? Así que para qué avisarle. Salió de su departamento y fue rumbo a la casa de estos dos.
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Se removió un poco entre las sábanas, ¿Por qué había tanto ruido en el piso de abajo? Palmeó a un lado suyo y lo encontró vacío. "¿Y Sanji?" . Se inco en la cama, ayer por primera vez, estuvo con Sanji desde esos cuatro años, y para su opinión había sido fantástico, ¿Qué más podía pedir? Ah si, rogaba que estuviera abajo, porque su mente sacaba conclusiones de que se había ido con Law.
Se puso sólo su boxer que estaba tirado en el suelo, y salió de la habitación. Un delicioso olor capturó sus fosas nasales, cuanto había extrañado su comida. Asomó su cabeza por el marco de la cocina y lo encontró moviendo cucharas y demás, se acercó hasta él y lo abrazó por detrás, cuánto había deseado por hacer eso. Restregó su nariz en el cabello del rubio olfateando a la vez su aroma.
- Buenos día marimo.
- Buenos días cejas de sushi.
- Saca los platos para que desayunes.
Sacó dos platos y los puso en la mesa lo mismo hizo con los vasos. Sanji cuando término de hacer el desayuno, lo sirvió en los platos.
- Vaya, si que has mejorado.- dijo el peli verde cuando comió el primer bocado.
- ¿Qué te piensas marimo? Por supuesto que he mejorado.
- Si lo que digas.- comentó en tono burlón.
- Espero que hoy venga Nami-San, tengo muchas ganas de verla.- dijo más para él que para Zoro.
- Fue un dolor de cabeza estos días que no estuviste.
- ¿Eh? ¿Por qué?- preguntó dejando de comer, claramente preocupado.
- Ni yo lo sé, aparte siempre se ponía tan enojada cuando sacaba de tema algo de ti.
Sanji abrió los ojos sorprendido, por qué Nami haría algo así, una pequeña suposición le llegó a la mente. ¿Nami estaría enamorada de Zoro?
- ¿No se te ocurre algo de qué le pasa?
- No, no tengo ni la menor idea.
El rubio suspiró, así era SU marimo, tan torpe, estúpido, despistado y con un maldito sentido de la orientación malísimo. Por eso y muchas más razones lo amaba.
Se quedó observandolo, sus facciones, su pelo, sus ojos, su nariz, su boca. Todo de él era perfecto, qué más podía pedir, ahora estaba con la persona que más amaba.
Salió de su trance gracias a la mano de Zoro moviéndose enfrente de su cara.
- Sé que estas enamorado de mi, pero no es para tanto.- comentó burlón ocasionando que Sanji se sonrojara.
- ¡C-cállate! quién esta enamorado de ti, estúpido.- se levantó de su asiento y fue a golpear a Zoro que se seguía muriendo de la risa.- ya cállate maldito.- levantó una de sus manos para pegarle, pero el peli verde fue más rápido y lo tomó de las muñecas.
- Jaja, lo siento.- tomó a Sanji de la cintura y lo pegó más a su cuerpo.
- Estúpido.- se zafó de su agarre y pasó sus brazos por el cuello de Zoro.
- Te amo.- se acercó lentamente a los labios del rubio y lo besó.
- ¡Zoro ya llegué!- Nami llegó abriendo la puerta de golpe.- Aaah l-lo siento.-
- ¡¡Nami-san!!- se separó de Zoro, pero esté no le soltó de la cintura.
- Lo siento chicos, no sabía que, bueno ustedes saben, vine a ver a Sanji-kun pero creo que estan ocupados, regreso más tarde.- se dirigió la puerta para irse pero Sanji la detuvo.
- No Nami-san esta bien, yo también tenía muchas ganas de verte.- le sonrío como siempre.
- Tsk, ¿No sería mejor que se fuera?- añadió Zoro, que estaba molesto por la anterior interrupción.
- MA-RI-MO.- lo volteó a ver con una cara de enojo que hizo que Zoro diera un pequeño respingo.- bien ¿Qué hacemos primero?- volvió a su compostura anterior.
- ¿Celebrar por qué has llegado?- propuso Nami.
Raramente a Sanji se le congeló la sangre, el tono de voz de Nami había sido algo frío para el tono de voz que ella tenía, tal vez sólo añadió el celebrar y la verdadera pregunta era, por qué había llegado, si sus suposiciones eran correctas, aunque deseaba que no lo fueran, Nami lo odiaba a todo pulmón y no había dudas de eso.
- Bien entonces, ¿A dónde vamos?
- ¿Por qué no vamos a un pequeño bar y nos ponemos a beber?, Sanji-kun por fin es mayor y ya lo dejarán entrar, invitamos a algún amigo tuyo Sanji.
- Si claro.- se sentía tan excluido de esa conversación que tenían.- ire a llamarlos.- se marchó de ahí dejando a Zoro y a Nami solos.
- Zoro.- llamó la atención del peli verde.- necesito hablar contigo a solas.- el peli verde confundido sólo asintió.
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Llegaron al bar y pidieron su mesa para cinco personas, se fueron a sentar esperando a que llegaran los dos últimos que faltaban. Nami y Zoro en cuanto llegaron comenzaron a beber y Sanji sólo se quedó observandolos.
- Ya tienes edad, ¿Por qué no bebes?- le preguntó Zoro cuando lo sintió tan aislado.
- Quiero esperar a los demás.- trató de no sonar molesto, pero le era imposible. Lo admitía estaba completamente celoso. No debería sentirse de esa manera porque sabía que Zoro lo amaba, pero Nami no ayudaba mucho; estando ya casi borracha, aun le mandaba insinuaciones a Zoro y esté sólo se reía.
Totalmente arto de eso se paró dispuesto a ver si ya habían llegado los otros, pero Zoro le detuvo.
- ¿A dónde vas?
- A ver si ya llegaron- se soltó de su agarre y se fue.
- Y ahora ¿Qué mosco le picó?
- Déjalo Zoro, sólo esta celoso.
- ¿De quién?
- De mi.- se apuntó con el dedo índice a ella misma.
- ¿Eh? ¿Por qué?
- Porque sabe que me gustas.- lo miró directamente a los ojos.
- Vamos Nami, de qué hablas.- debía aceptarlo estaba nervioso, y no por Nami si no por Sanji, ¿Qué haría si llegaba en cualquier instante? Ni siquiera se lo podía imaginar.
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Llegó a la puerta del bar a esperar a que llegaran Law y Luffy, fueron los únicos que se le ocurrió invitar, unos cuantos minutos más y apareció Law.
- Hey, Law.- llegó hasta él y lo abrazó.
- Hola Sanji-ya- correspondió al abrazo.
- Te estaba esperando, vamos a la mesa.
Tomó de la muñeca a Law y se dirigieron a la mesa, de repente el rubio detuvo su paso.
- ¿Qué sucede Sanji-ya?- vio que el rubio le hizo una señal de silencio. El peli negro volteó hacía donde veía Sanji y observó que estaban Zoro y Nami platicando.- ¿Sanji-ya?
- Shh, guarda silencio.
- De mi.
- ¿Eh? ¿Por qué?
- Porque sabe que me gustas.
- Vamos Nami, de qué hablas.
- Estoy hablando de que estoy enamorada de ti, de qué más estaría hablando, me gustas desde la secundaria.
- Nami...
- No puedo dejar de sentir esto por ti, sé que estoy haciéndole un mal a Sanji, pero si se interpone en mi camino no duraré en quitarlo de este.
- Nami sólo estas borracha, deja de decir esas cosas.
- Aunque no me lo creas, de verdad te amo.
Zoro abrió los ojos sorprendido, Nami hablaba enserio, con ese tono de voz tan serio hacía que de verdad le creyera. Salió de sus pensamientos cuando oyó un manotazo en la mesa.
- Si aún dudas, no me importaría aclarartelo.- se acercó lentamente hacía Zoro y puso una de sus manos en la mejilla de este.
- Sanji-ya creo que es hora de que interfieras.- le susurró Law al oído y lo empujó.
- Wuaa, ya-ya ¡estamos aquí!
- ¡Sanji!- el peli verde empujó a Nami lejos de él.
- ¿De-de qué platicaban?
- No... De nada importante.- Zoro miró a Nami la cual estaba con la cabeza abajo, pero pronto comenzó a reír.
- ¿Nami-San?
- Ja ja ja, no me la tienes tan fácil San-ji-kun.
- Lo siento, aunque seas mi dama, no será así.- prendió un cigarrillo viéndola directamente a los ojos.
- Shishishishi, ¡he llegado!- gritó un animado monito, pero cuando vio a todos tan serios, volteó su cabeza de lado y se puso de forma pensativa.- ¿Qué sucede?
~Continuará~