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Los sentimientos también crecen. por Roronoa_ZXS

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Notas del capitulo:

Hello, ¿Cómo han estado? :3 aquí viene esta escritora irresponsable =w=

Siento la tardanza, ya he entrado a la escuela y he pasado a tercero de la secundaria y pues los deberes de la escuela no me dejan tranquila >:c pero los sábados y domingos estoy libre ^w^ así que me es más fácil actualizar esos días :D así que esperen las actualizaciones los sábados o domingos J

Sin más, los personajes son del grandioso Eiichiro Oda, disculpen si hay faltas de ortografía n.nU

Tener otro hijo no había estado en sus planes, por el momento, pero con todo lo que les había dicho Isao los había conmovido y les entraba de verdad las ganas de darle lo que el pequeño quería, un hermanito.

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Capítulo 19: No todo es color rosa.

Mientras el pequeño ya había terminado de comer su sopa, Zoro y Sanji se quedaron aún en la mesa pensando en lo que su pequeño les había dicho.

Realmente a Zoro no le daba importancia a eso, porque la idea si le alegraba y no sólo por el hecho de tener un bebé, aunque su pervertida mente de adulto lo delataba a lo que realmente quería. Mientras tanto Sanji sólo pensaba el beneficio de tener otro hijo, y si éste embarazo era peor que el de Isao, si se complicaba en algo, qué haría. El pequeño se los había dicho tan inesperadamente que no le dio tiempo a su cabeza a formular una pequeña excusa o tan siquiera una razón para explicarle a Isao.

El pequeño grito de Isao los sacó a cada uno de sus pensamientos, el pequeño sólo quería que Zoro jugara con él, pero como siempre el mayor se negó y simplemente se sentó en el sofá viendo al pequeño con burla. Mientras que el rubio lavaba los trastos sucios sonriendo divertido al ver a los dos peli verdes pelear nuevamente.

- Bien, vámonos a dormir.- sugirió tomando al pequeño entre sus brazos.

- Yo lo llevo.- tomó a Isao aunque éste se resistía porque quería ir en brazos de Oto-Chan.

- No Oto-San, quiero irme con Oto-Chan.- renegó Isao volviendo a alejar a Zoro de él.

- Recuerda que Oto-Chan está enfermo.- lo volvió a tomar en brazos y ahora el pequeño no se resistió ya que Sanji estaba débil, aunque éste se negara, y aún seguía enfermo.

-Bien.-suspiró y tomó a Zoro del cuello para agarrarse.

Los tres subieron las escaleras, y Sanji abrió la puerta, ya que ningún peli verde podía, según ellos; entraron a la habitación y se dispusieron a ponerse un pijama abrigado para no pasar frío en la noche. Zoro, literalmente lanzó al pequeño a la cama y él caminaba hasta el armario para tomar su pijama, a la vez que Sanji sacaba una para él y para el pequeño.

- Ven para ponerte la pijama Isao.- llamó a su pequeño el cual estaba dando saltos en la cama.

- No tengo sueño Oto-Chan.- rió sin dejar de saltar.

- A mi cámbiame.- dijo Zoro entregándole sólo la parte de arriba ya que la pantalonera ya la traía puesta.

- ¿Eh?- volteó a ver a Zoro el cual estaba dándole la camisa dejando ver su pecho muy bien formado, no pudo evitar sonrojarse, hacía tiempo que no lo veía así.- bi-bien.- susurró apenado.

Sonrió de lado y se acercó hasta el rubio entregándole la camisa de botones y tomándolo de la cintura para acercarlo hasta él. Volvió a sonrojarse viendo de reojo a su pequeño que se encontraba jugando con sus cochecitos y volteó a ver a Zoro, lo miró un poco y sin saber el por qué le sacó la lengua de forma infantil ocasionando que Zoro empezara a reír, pero sin separarse de Sanji.

- ¿De qué te ríes?- preguntó algo enojado pero sin querer separarse del peli verde.

- De nada.- dijo tan simple mostrándole una sonrisa al rubio.

- Ya deja de verme así, vamos a ponerte esto.- volteó la mirada avergonzado, le gustaba esa parte tan tierna de Zoro haciéndolo sentir seguro.

- Bien, bien.- se sentó en la pequeña camita de Isao, ya que el pequeño dormía en el mismo cuarto que ellos, y se dejo poner lo que faltaba del pijama.

Pasó un brazo por una manga de la camisa haciendo lo mismo con el otro brazo, el rubio se agachó un poco para abotonar cada uno de los botones, cuando llegó hasta el primero levantó su vista hacía Zoro y por reacción propia pasó sus brazos por el cuello de Zoro haciendo que éste sonriera y lo tomara de la cintura. El peli verde se acercó un poco hasta Sanji pero éste lo paró al ver que iba a hacer.

- Espera marimo Isao puede ver.

- ¿Y eso qué?

- Marimo...

- No verá nada, te preocupas demasiado.- se volvió acercar hasta él de nuevo, pero ahora sin tener ninguna queja, así que continuó con lo que quería hacer. Rozó los labios del otro con cuidado sintiendo como el rubio movía sus labios buscando que él también los moviera y no espero más y juntó sus labios con los de Sanji, olvidándose un poco del pequeño que era tan molesto, pero aún así lo tenía que querer otra mejor cosa que le había pasado, y eso le hacía bastante feliz.

Terminaron el romántico beso por el oxígeno que se les había agotado, en cuanto sus ojos se encontraron, Sanji le sonrió y lo abrazó, algo que no era usual en él, pero debía admitir que amaba ese lado tan tierno de Sanji. Los dos amaban el mismo lado de cada uno.

Unos jaloncitos en la pantalonera de Zoro los hizo separarse, voltearon a ver al pequeño que les miraba sonriendo.

- Yo también quiero un abrazo.- levantó sus bracitos y Zoro lo cargó abrazando a los dos con fuerza, sacando unas risas al pequeño.- papi, no puedo respirar.- dijo como pudo.

Los soltó a los dos y Sanji rápidamente lo agarró entre sus brazos para por fin ponerle la pijama.

- Te atrape hora de cambiarte.

- Moo, Oto-Chan quiero seguir jugando.- reclamó mientras levantaba sus bracitos para ponerse la pequeña camisetita de la pijama.

- Pero ya es hora de dormir, mira Oto-San está alistando la cama para dormirnos.- terminó de decir tosiendo un poco.

- Wua, está bien.- hizo un lindo puchero rindiéndose al instante.

- Ya estás listo.- en cuanto lo soltó, Isao salió corriendo hasta lo brazos de Zoro, quien lo cargó y lo tiró a la cama.- ya dejen de jugar.- jaló las cobijas para poder meterse a la cama pero los dos marimos se lo impedían porque seguían jugando- basta.- sabía que su paciencia se acabaría y eso sería muy pronto.

- Oto-San, mami se está enojando.- rió el pequeño al oír al rubio suspirar molesto.

- ¿Quieres eso?- le preguntó Zoro a Isao y éste rápidamente negó.

Levantaron las cobijas y el rubio se acostó rápido.

- Noo, yo no quiero en medio, que Oto-Chan se duerma aquí.- gritó el pequeño realmente incómodo.

- Bien, bien muévete.- Isao se hizo a un lado y el rubio se acurruco en su nuevo lugar, Sanji pegó su espalda en Zoro y abrazó a Isao contra él sintiendo rápidamente el mismo calor corporal de los dos peli verdes.

- Buenas noches malditos marimos.- susurró el rubio escuchando las risas de los dos.

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Los rayos del sol ya le estaban pegando en su pequeña carita, parpadeó un poco para acostumbrarse a la molesta iluminación, con esfuerzo pudo abrir sus ojitos, se fijó que estaban en la misma posición en la que se habían dormido, volteó su vista hacía Sanji y lo encontró totalmente dormido.

Lo observó un poco, su Oto-Chan era bonito para crítica de él no sabía cómo se pudo fijar en su Oto-San, el cual era un gruñón rió bajito para no despertar a los dos.

Subió un poco su vista y vio a Zoro, que también estaba completamente dormido, rió de nuevo su Oto-San aunque durmiera siempre llevaba el ceño fruncido. Volvió con el rubio y con su dedito índice comenzó a tocar la mejilla viendo como Sanji fruncía un poco el ceño, volvió a hacerlo sintiendo como agarraba su manita para que parara.

- Oto-Chan despierta, tienen que ir con la tía Robin.- susurró viendo como Sanji abría un poco sus ojos.

- ¿Hmm?

- Que ahora tienen que ir con tía Robin.- volvió a repetir.

No hubo respuesta durante unos minutos, sin embargo cuando el cerebro de Sanji analizó la información abrió los ojos de golpe.

- Maldición es cierto, hoy tenemos que ir con Robin-San- saltó de la cama para ir por sus toallas para meterse a bañar.- Isao despierta a Oto-San.- y cerró la puerta.

- ¿Despertar a Oto-San eh?- sonrió, y se paró en la cama comenzando a saltar en ella.- ¡Despierta Oto-San, tienen que ir con tía Robin!- gritó el pequeño peli verde para que Zoro despertara.

Zoro se removió entre las cobijas y sólo murmuró un pequeño si. Isao se detuvo y observó como su Oto-San volvía a quedarse dormido.

- Oto-San, mami se enojará si no te levantas.- lo movió un poco para ver si resultaba.- Oto-San.

El peli verde dio un suspiro y se levantó.- ya, ya, me levanté.

Isao sonrió feliz y él también se levantó de la cama para ir a cambiarse.

- ¿Y el cejas de sushi?- preguntó Zoro.

- Oto-Chan se fue a darse un baño.

- ¿Vamos tarde y él se da un baño? Tan extraño...- susurró.

Mientras que ellos se cambiaban, la puerta se abrió de golpe mostrando a Sanji ya listo.

- ¿Aún no estás listo Zoro?

- Ya iba a cambiarme.

- Vamos tarde y aún no estás listo.- frunció el ceño un poco molesto.

- Vamos tarde y te das un baño.

- Bueno lo que importa es que están listos para ir con tía Robin.- Isao levantó sus bracitos sonriendo, para que los dos dejaran de pelear.

Cuando estuvieron listos, los tres bajaron y el rubio le habló a Nami para decirle si podía cuidar a Isao, ya que Robin les había dicho que no llevaran al pequeño con ellos, así la persona que se les hizo más responsable, la única fue Nami. El pequeño quería que lo cuidara Luffy, pero lo único que corría peligro era la casa, con esos dos en casa y solos lo que pasará no les podría sorprender.

- Gracias por venir Nami-San, adiós cariño volveremos rápido ¿Si? Pórtate bien con Nami-San.- le dio un beso en la frente y se despidieron.

- Que les vaya bien.-dijo Nami cuando los vio dentro del carro.

Encendió el auto y arrancaron rápidamente al hospital ya que iban un poco tarde, no dijeron nada en todo el camino, no porque siguieran furiosos por la pequeña pelea de esa misma mañana, si no que estaban nerviosos por lo que les diría Robin, cada quien estaba nervioso a su manera.

Llegaron al hospital y Zoro aparcó el carro en un lugar disponible y bajaron rápidamente del carro. Entraron y cuando estaban por sentarse, apareció Robin por la puerta del consultorio.

- Sanji-San, Zoro-San.- tragó duro al verlos ahí tenía que decírselos rápido antes de que quisieran otro bebé.- por favor cancela todas mis citas ahora, ¿Si?- le susurró a una de sus enfermeras.- por favor pasen.

Los dos acataron la información y entraron al consultorio, se sentaron en las sillas frente al escritorio, esperaron a que Robin se sentara. Observaron un poco a Robin, se le veía un poco más pálida y también se le veía nerviosa, ayer por la noche les había llamado para que vinieran al consultorio, pero Robin sólo los miraba.

La morena suspiró y comenzó a hablar.

- ¿Cómo han estado?- preguntó dándoles una de sus mejores sonrisas.

- Muy bien Robin-San.- le sonrió el rubio de la misma manera.

"No sonrías así Sanji-San, me hará más difícil decírselos". Pensó tratando de sonreír.

- Algo anda mal ¿No es así?- soltó de repente Zoro viendo fijamente a Robin.

- Zoro no digas eso esperemos a que Robin-San hable.

- No te equivocas Zoro-San.- ya era hora de decírselos.

- ¿Eh? ¿Algo anda mal? ¿Qué es Robin-San?- preguntó comenzando a preocuparse, sintió la mano de Zoro agarrando su mano, él también estaba igual de preocupado pero no lo mostraba de la misma manera que Sanji.

- Estaba esperando a que Sanji-San se recuperara un poco más, pero aún no a mejorado mucho, sin embargo si tardo en decírselos dolerá más.- paró un poco observando al rubio quien estaba preocupado y también a Zoro que también estaba igual pero no lo demostraba.- ¿Están planeando tener otro bebé?

- Bu-bueno, aún no estamos decididos en ese tema.

- Bien, lamento decirles lo que les voy a decir, pero tenía que decirlo pronto.

- Robin, basta de tantos misterios y comienza a decirlo.

- Zoro...

La morena suspiró un poco y tomó fuerzas para poder hablar.

- Sanji-San, tu cuerpo no está diseñado para volver a tener un bebé, no te lo dije pero con Isao hubo complicaciones con la cesárea y dudo mucho que puedas volver a embarazarte.

Silencio, había un incómodo y duro silencio en ese pequeño consultorio, los dos estaban destrozados, pero estaba más que claro que Sanji estaba completamente destruido. Zoro por su parte, no sabía que hacer o decir estaba preocupado por como estuviera el rubio.

- Sé que es difícil se asimilar, pero si vuelven a hacerlo, puede que Sanji no termine embarazado o que si pero sería bastante riesgoso, ya que puede que los dos mueran o muera el bebé o Sanji-San, pero normalmente en estos casos siempre es la primera opción.- observó a Sanji quien sólo miraba hacía algún punto indefinido realmente le preocupaba la salud del rubio.

- Entonces significa ¿Qué no podré tener otro bebé?- susurró tan bajo que casi era imposible de escuchar.

- Lamento decirlo, pero es la verdad.- dijo mirando a la pareja, quien no supo qué hacer, Zoro se tapó la cara con una de sus manos sin soltar la mano de Sanji, mientras que a éste se les llenaba los ojos de lágrimas y comenzaba a llorar sin importarle quién lo escuchara.

~Continuará~.

Notas finales:

¿Les gustó? Espero y si, dejen sus review’s, recuerden que se aceptan todo tipo de review’s cx

¿Qué les pareció? Muy horrible xc no pues, la conti ya la tengo, así que espero no tardar tanto ^w^

Y…. Eso es todo :b nos vemos hasta la próxima n.n/ un beso y un abrazo  para todos!!!

Bye~Bye~♥♥


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