Sanji sin saber que hacer se sonrojo y no hizo nada por separarse de Zoro, al contrario se acercó un poco más al peli verde.
Zoro besó tiernamente la mejilla de Sanji y le dijo:
- Feliz cumpleaños cejillas.
Capítulo 6: Terminó el curso.
Ante la felicitación de Zoro, el rubio sonrió con un ligero sonrojo, el cual era bastante notorio por tener su blanca piel de porcelana. Le regreso el beso, mas este fue un poco más cerca de sus labios.
- G-gracias marimo.- habló con cierto nerviosismo.
- No hay nada que agradecer.- soltó la cintura de Sanji y se sentó sin quitarse a Sanji de encima.
- ¿Me das un abrazo?- preguntó el rubio, Zoro claramente no iba a responder a eso, así que acercó un poco más a Sanji a él y lo abrazó fuerte, Sanji correspondió al abrazo.- ¿Me llevas a mi habitación?
Zoro se tensó con la pregunta, su mente de adulto era muy pervertida. Sin responder comenzó a levantarse del piso con un poco de dificultad ya que Sanji parecía un koala pegado al tronco de un árbol.
Cuando terminó de levantarse, caminó hacia las escaleras y empezó a subir.
Con tropezones y casi caídas, llegó a la habitación del rubio y entró, cerró la puerta tras de sí y se fue hacia la cama. Recostó a Sanji en está.
- Ya llegamos.- confirmo Zoro, lo cual era demasiado obvió, pero decía incoherencias cuando estaba nervioso, si se acerca un poco más de lo que ya estaba a Sanji, una “pequeña” parte de él crecería y tendría serios problemas, además de que lo clasificarían como un pervertido.
- Oye ya me puedes soltar cejilas.- le dijo cuándo se percató de que Sanji aún no lo soltaba.
- Quédate un poco más conmigo, por favor.- le rogó el rubio y muy bien sabía que éste no se negaría a sus ruegos.
- Bien pero sólo unos minutos más.
Se acostó a un lado de Sanji viendo su espalda y su nuca.
Sanji en ese preciso momento, se encontraba que se moría de los nervios, algunos días antes de su cumpleaños había decidido a declarársele a Zoro y ahora ese era el día.
Se volteó para ver al peli verde y éste se tensó a sentir la mirada del rubio.
- Zoro.- comenzó a hablar el rubio.
- D-dime.- le dijo con cierto nerviosismo.
- S-sabes, unos días atrás me había decidido a decirte algo.- trato de no sonar nervioso, pero era casi imposible.- yo…. Yo….- se quedó con la palabra en la boca, cuando un pensamiento se le instaló en su mente.
El curso terminaría en unas semanas más y él tendría que irse a estudiar a Sapporo para ser un gran chef. En cuanto terminaría él se iría.
- Me voy a ir….
- ¿Qué?- pregunto anonado.
- Recuerda: cuando acabe el curso me tendré que ir a Sapporo.
- Es cierto sólo faltan dos semanas más.
Se quedaron en silencio, el cual no era nada incomodo, pero si estaba lleno de pensamientos por parte de los dos.
Z: “¿Se ira? Y además sólo faltan dos semanas para que se vaya, y yo me quedare sin él”.
S: “Me iré y él se quedará sin nadie, ¿Quién lo acompañara?, además ¿Me extrañara?”.
Z: “¿Se acordará de mí?”.
S: “Cuando me vaya, ¿Tendrá a alguien más?”.
Pensamientos unos tras otros y cuál era el punto. Cada uno con cada pensamiento diferente, pero lo compartían con la misma persona.
Se volvieron a mira a los ojos, Sanji trataba de no llorar, mas no quería llorar frente a Zoro, así que se acercó a él y recargo su frente al pecho del peli verde. Zoro sin saber qué hacer, y un gran problema se avecinaba en su parte baja. Pasó su brazo por la cintura del rubio pero no quiso pegarlo más a su cuerpo, tenía miedo de que Sanji sintiera algo.
Sanji levantó la mirada y vio a un Zoro un tanto nervioso.
- ¿Te sucede algo?- preguntó haciendo que el peli verde diera un respingo.
- No n-nada jeje.- “Estúpida risa nerviosa ¿Me habrá descubierto?”. Pensaba Zoro, comenzando a sudar frío.
- Mmm ¿Seguro?, tú voz se oye demasiada nerviosa.- se acercó un poco más.
“Aléjate, aléjate”. Rogaba Zoro en su mente.
- B-bien creo que me voy a mi habitación.- Soltó a Sanji y se puso de pie.- buenas noches cejillas.
- Buenas noches.-
El peli verde corrió rápidamente al baño, entró y cerró la puerta recargándose en ésta.
- Demonios me he puesto duro, soy un maldito pervertido.
Abrió la llave del agua helada, y se quitó rápidamente la ropa.
- ¡Wuaa! Me puse demasiado duro.- exclamó en un susurro, tratando de que se esfumara su asombro, realmente Sanji llegó a ponerlo así sólo con un abrazo.
Se metió bajo el agua helada y vio que su erección se iba poco a poco, recargó su frente a la pared y cerró sus ojos, Sanji pronto se iría y él qué iba a hacer; tendría que esperar hasta que el rubio volviera de Sapporo siendo un gran chef.
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Las semanas ya habían llegado y solo quedaban tres días, para que el curso terminara completamente. Todos se ponían a organizar la graduación, ya todos tomarían caminos diferentes.
Pronto los días se restaban y era el día de la graduación. En la casa de Zoro, estaba toda patas arriba; primero, Zoro no encontraba las llaves del carro y Sanji no encontraba su birrete, aparte de que Nami los estaba apurando.
- ¡Maldición! Apúrense que llegaremos tarde, además yo tengo que estar ahí.- gritaba una Nami muy enojada.
- Entonces ¡¿Por qué no te vas tú?!- le devolvió el grito Zoro.
- Cállate marimo.- Sanji le dio un capón y bajó las escaleras ya con su toga y su birrete puestos.- ¿Nos vamos Nami-swan?
- Vamos.- le sonrió Nami.- te ves muy bien Sanji-kun.
- ¡Wuaa! Nami-swan es tan linda.
- Ya vámonos.- dijo Zoro con tono molesto.
Los tres se subieron al carro y partieron rumbo a la preparatoria.
Llegaron apenas a tiempo, gracias a que Nami estaba conduciendo porque si dejaba manejar a Zoro, llegarían hasta otro día. Se pusieron en sus puestos y la graduación empezó.
- Queridos alumnos.- comenzó a hablar el director.- hoy en este día su graduación llegó, se esforzaron para llegar hasta aquí, aunque tuvimos algunos problemas con unos cuantos alumnos, no nos quita el hecho de que ésta generación fue una más de las que serán inolvidables.- como siempre los discursos del director eran largos que duraban varios minutos.- ahora dejaremos el micrófono al profesor Roronoa.
- Gracias, bien chicos estoy realmente orgullosos de todos ustedes, así que es todo un honor para mí, les entregaremos los reconocimientos.- Zoro comenzó a llamar a todos, cuando llegó el turno de Sanji.- Kuroashi Sanji.
El rubio se puso de pie y llego hasta el escenario, estrecho las manos con todos, hasta que llegó con Zoro.
Le extendió su mano y Zoro la tomó, se acercó a su oído y le dijo:
- Bien por llegar hasta aquí, estoy orgulloso de ti.
Sanji sonrió con ternura y asintió.
La graduación después de unos minutos más, término y Zoro, Nami y Sanji fueron a desayunar. Llegaron a un restaurant familiar y ahí ordenaron lo que comerían, tenían que celebrar una gran victoria por parte de Sanji.
- Oi, Sanji-kun, ¿A dónde iras a estudiar?- preguntó Nami.
- Iré a Sapporo.- le respondió con una sonrisa.
- Ya que estamos hablando de eso, compre tu boleto.- dijo Zoro con una sonrisa, el hecho de que Sanji se fuera le ponía triste, pero por otro lado que regresara siendo un gran chef le daba ánimos que llegara así.
- ¿Enserio?- preguntó sorprendido Sanji.
- Sí.
- ¿Para cuándo es?- ahora pregunto Nami.
Zoro vio el boleto, y no pudo evitar que los ánimos se le bajaran.- para el… domingo.
- ¿Tan pronto?- Zoro no le contesto a Sanji sólo asintió.
- Entonces tendremos que aprovechar, nos quedan solo ahora y mañana, así que hay que aprovechar estos días ¿Si?- les animo Nami con sus sonrisas.
Los dos tortolitos asintieron y sonrieron. Unos cuantos días que Sanji se iría y volvería dentro de cuatro años…
~Continuará~.