Unos golpes en su puerta lo sacaron de su enmismamiento, volteó la mirada y vio a Sanji con un vaso de agua y con una sonrisa en el rostro.
- Llegaremos tarde, marimo.
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Capítulo 3: ¿Rival?
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Le devolvió la sonrisa y se levantó. Caminó hacia el baño.
- Marimo, te apuras ¿Entendido?
- Si, lo que digas, deja de molestar… cejillas.- esto último lo dijo en un susurro para no comenzar otras de sus típicas peleas.
Entro al baño y comenzó a bañarse, tardó unos cuantos minutos al igual que alistarse. Llegó hasta la cocina y en la mesa estaba el desayuno como todas las mañanas. Se sentó en una de las sillas del comedor y sin esperar a Sanji, comenzó a comer.
Desde que era pequeño Sanji le dijo que no debería comer si él no estaba, pero a él le importaba un comino lo que dijera en ese tiempo. Pero aun a su edad se lo dice.
- M-a-r-i-m-o ¿Por qué no me esperaste?- le reprochó entre dientes como siempre lo hacía.
- No es mi culpa.- respondió indiferente, solo se ganó (de nuevo) un chasquido de su parte.
Cuando terminaron de comer, salieron rumbo a la preparatoria. Lo bueno de todo eso, es que era el profesor de Sanji y de su grupo, es obvio, no hay cambio de profesores, pero lo malo es que Sanji seguía sin cambiar. Era rebelde y faltaba a bastantes clases, se metía en problemas, y el que pagaba con todo eso era Zoro.
Las terapias a las que había ido Sanji, lo ayudaron un poco; aun así no cambio por completo, en la mente de Zoro siempre se preguntaba ¿Cómo lo puede hacer cambiar? O tal vez ¿Necesitará de su ayuda?, esos pensamientos siempre estaban presentes a cada hora, cada minuto y segundo.
Sanji le hacía sentir completo, su compañía lo era todo para él. Y eso era lo que Zoro necesitaba hace mucho tiempo, compañía, ya que su padre nunca estuvo a su lado, pero con Sanji ahora a su lado, le hace sentir cosas que nunca había sentido antes.
Debía admitir que había tenido un par de novias cuando Sanji comenzó a vivir con él, aunque a decir verdad, nunca duraba tanto con ellas, además de que cuando las llevaba a su casa, Sanji no le dirigía la palabra en unos cuantos días. Y algunos pensamientos se le venían a la mente, como la típica pregunta que se instalaba en su cabeza: ¿Sanji estará enamorado de él?, aunque sentía que Sanji lo odiaba.
Tanto estaba sumido en sus pensamientos que no se di cuenta cuando llegaron a la puerta del instituto.
- Te veo en la salida, marimo.- le dijo Sanji despidiéndose con la mano.
- ¡¿Cómo que en la salida, imbécil?! ¡Ni se te ocurra faltar a clases Sanji!- le gritó, aunque solo lo ignoro y siguió su camino.Sanji siempre le sacaba de sus casillas a Zoro.
Se adentró al edificio y se dirigió a la sala de maestros, tomó asiento en su lugar correspondiente y comenzó a revisar algunos exámenes, cuando alguien lo interrumpió.
- Roronoa-sensei, le traigo este documento de que le informa que va a ver un nuevo alumno en su grupo.- le dijo una chica de pelo castaño, le dio las “gracias” a esta y se retiró.
Comenzó a leer la inscripción del nuevo alumno, ¿Trafalgar Law?, fue expulsado de su anterior escuela por eso lo cambiaron, ese chico le daba muy mal espina cuando vio su fotografía, sus ojos los tenia adornados con unas grandes ojeras, además de que tenía unos percing´s en cada oreja.
“¿Será un matón al que todos le tendrán miedo?”. Se preguntó así mismo.
El timbre sonó y se dirigió a su salón de clases, abrió la puerta de golpe, causando que todos dieran un respingo.
Automáticamente su cabeza volteó hacia la butaca de Sanji, pero para su sorpresa ahí estaba, dándole una sonrisa irónica. Y para acabarla ahí también estaba el chico nuevo.
- Buenos días chicos.- les dijo a todo el grupo, a lo cual ellos le contestaron.- bien hoy tenemos a un compañero nuevo, por favor pasa al frente.- Law le hizo caso y con una sonrisa de lado comenzó a presentarse.
- Mucho gusto, mi nombre es Trafalgar Law, espero llevarnos bien.- cuando termino de presentarse, Zoro pudo escuchar unos susurros de “es muy guapo” o “¿Tendrá novia?” de las chicas del salón, solo volteó la mirada hacia el lado donde escuchó los susurros y de la nada sus ojos captaron a Sanji.
Vio que miraba fijamente a Trafalgar con algo de sorpresa, tenía apoyado su mentón en la palma de su mano y en sus mejillas se podía apreciar un tono carmín. Simplemente frunció el ceño ¿Por qué lo miraba tanto?
- Puedes sentarte Trafalgar.- le dijo tratando de no sonar molesto, pero aun así fue en vano.
Miro de nuevo al cejas de sushi y este lo seguía con la mirada hasta que Law tomo asiento, y volteó hacia Sanji y este se sonrojo, Law simplemente sonrió.
- Bien… revisare la tarea que encargue el día de ayer, si no la hicieron me la entregaran mañana y aparte la que encargare ahora.- dijo en tono fastidiado, empezó a caminar en las filas revisando la tarea.- Kuroashi tu tarea.
- Lo siento, no la hice.-Sanji apretaba los labios para no soltar la carcajada de ver a Zoro tan serio.
- ¿De nuevo? – preguntó molesto.
- Ya dije que lo siento.- le reprochó sonando un poco fastidiado.
- ¡¿Cuántas veces te eh mandado a orientación por lo mismo?!- Zoro comenzó a subir un poco la voz estremeciendo a Sanji y a los demás.
- ¡¿ESTAS SORDO?! ¡Te dije que lo siento marimo!- comenzó a gritar Sanji.
Mientras tanto Law miraba la escena sorprendido, ¿Así era siempre?, su duda se hizo más grande cuando los dos comenzaron a gritar como locos.
- Oye ¿Así son siempre?- le preguntó al chico que estaba delante de él.
- Casi siempre, sol son así cuando Sanji no trae la tarea.- le contestó el chico.
- Sanji….- susurró Law y después sonrió.
- ¡YA BASTA!- le gritó Zoro a Sanji.- ¡me vas a acompañar con orientación en este instante! ¿Me entendiste?- Lo agarró del brazo y salieron del salón.
El ambiente camino a orientación era bastante incomodo, pero eso era para Sanji ya que Zoro estaba que echaba humo hasta por las orejas, era la primera vez que el rubio lo veía así de enojado.
- Zor…...-
- No hables, quieres- lo interrumpió.
Llegaron hasta la sala y el peli verde abrió la puerta.
- Sensei ¿Se le ofrece algo?- Zoro no respondió solo apunto a Sanji.- Kuroashi.- suspiró la secretaria.
- Si, de nuevo, por favor Nami hazte cargo de él.
- ¿De nuevo?, Sensei ¿Cuantas veces van que ha venido este mes?, sabe que esto ya merece una expulsión.- miro a Sanji y este estaba con la cabeza abajo.
- Lo sé y lo lamento, pero tengo que encargarme de un grupo entero no solo de él.- le contestó.
- Bien ¿Qué quieres que haga?- pregunto la mujer.
- Solo tenlo aquí hasta que acabe los primeros cuatro módulos ¿Si? yo vendré por él- Nami solo asintió.- No quiero que salgas de aquí ¿Me oíste?- se dirigió a Sanji con un tono demasiado frío, que hizo que un escalofrió le recorriera por la espalda al rubio, pero trato de que fuera desapercivido para el peli verde.
El rubio solo bufo molesto, Zoro se enojó más de lo que estaba y salió cerrando la puerta de golpe, causando que dieran un respingo los dos.
- Sanji….- susurró Nami.
- N-Nami-san…- comenzó a sollozar el rubio.
- Tranquilo, tranquilo.- llego hasta él y lo abrazo acariciando su cabeza.
Nami era la secretaria de orientación, y amiga de Zoro a la cual le tenía bastante confianza. Por medio de Zoro; Nami conoció a Sanji y el rubio en unos cuantos días le tuvo bastante confianza, la consideraba como una hermana mayor.
Se podría decir que Nami sabía todos los más grandes secretos de Sanji, como el más importante: que está enamorado de Zoro.
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Llegó hasta su salón y se sentó en su silla, suspiro agotado. Sanji había logrado sacarle de sus casillas de nuevo, pero esta vez sí se había pasado estaba bastante enojado como para continuar con la clase, sentía que si alguien le dirigía la palabra lo mandaría a volar con un puñetazo.
Aunque sabía que sus alumnos no se merecían una golpiza, él que si se lo merecía era Sanji, pero ¿Cómo podría golpear a la persona más importante para él?
Se sentía un pervertido, se había dado cuenta hasta ahora que quería a Sanji, por eso no dejaba que lo expulsarán de la preparatoria, o que le pusieran un reporte, a veces cambiaba algunas de sus calificaciones para que pudiera seguir ahí para que entrara a la universidad y cumpliera su sueño de ser un gran cocinero.
Pero de tanto ayudarlo ¿Él que ganaba?, solo ganaba que Sanji lo odiara más y más cada vez que lo llevaba con Nami, odiaba hacerlo, pero era lo que tan siquiera podía hacer reflexionar a Sanji, que se diera cuenta cuanto le importaba, que se diera cuenta lo que tanto le quería.
Pero sobre todo el problema mayor es que Sanji era menor de edad, lo meterían a la cárcel por tratar de abusar de él, debía admitir que había intentado atacar al rubio por las noches en la cual este dormía, incluso intento atacarlo cuando era más pequeño. Sabía que tenía que contenerse, si no perdería por completo a Sanji.
Volteó a ver a sus alumnos, y miro a Trafalgar el cual lo miraba fijamente, frunció el ceño la llegada del pelinegro le incomodaba un poco. Miro que Law movía los labios, así que presto más atención.
Seguía moviendo los labios, pero el peli verde seguía son entender. Law río en silencio un poco, cuando se calmó; levanto su dedo índice.
“¿Uno?, si uno”. Asintió y Law así prosiguió.
El pelinegro movió de nuevo los labios, y esta vez Zoro le entendió perfectamente.
“Sanji-ya es mío”……
~Continuará~