NINGUNO DE LOS PERSONAJES A MENCIONAR ME PERTENECE A MÍ, SINO A SU CORRESPONDIENTE AUTORA.
Sueño número uno
- Asahina, ya te dije que esa cosa de la meditación es inútil.
- Ya le dije que es para relajarme, tengo suficiente estrés con mi trabajo y cuidar de un niño de más de treinta años. - Contestó Asahina en posición de loto.
- ¡Hmph! Haz lo que quieras, solo no olvides planchar mi camisa. - Isaka se fue a su habitación gruñiendo.
"También tengo una vida, ¿sabe?", el secretario perdió la concentración ante tan la petición fuera de lugar, ya casi era media noche. Pasaron tres horas y la casa estaba a oscuras, a lo lejos se podía escuchar los pequeños ronquidos de Asahina.
"Diablos, me retracto con lo de la meditación", Isaka no había logrado dormir. "A ver...", se fue de puntillas hacia la sala y pudo ver a su compañero dormir plácidamente, tomó el libro que había a su lado y se puso a leerlo.
"Siga el orden correspondiente de las técnicas, de lo contrario podrían haber resultados indeseados", se fue directo al final, "Mientras más avanzado, más efectivo", pensó. Siguió los pasos correctamente y se sintió caer sobre el suelo, luego abrió los ojos. "¡Rayos! ¡Estúpido libro, aún sigo despierto"
- ¡Oye! ¡Levántate y hazme dormir! - Bociferaba mientras se acercaba a su secretario. "¡!" a un lado pudo observar su propio cuerpo inerte, "¡¿Estoy muerto?!", le aterrorizaba la idea y toneladas de pensamientos vinieron a su mente. Intentaba tocar el libro pero simplemente no podía tocar nada físico; cuando estuvo a punto de rendirse y aceptar irse al más allá notó una nube encima de Asahina.
"¿Hm? ¿Qué es..?", la rozó apenas con la punta de sus dedos y cayó dentro de ella. "¡¿Dónde estoy?!", estaba completamente rodeado de niños (unos veinte), y estos voltearon a verlo inmediatamente.
- ¡Mami! - Dijeron al unísono mirando a Isaka. "Mierda", aún se preguntaba si lo que veía era real y se auto abofeteó un par de veces.
- Mami, papá dice que la violencia es mala.
- ¿Papá? - Ni bien formuló esa pregunta Asahina apareció con dos bebés en brazos.
- Es hora de darles de comer. - Dijo todo serio como siempre entregándole a ambos pequeños.
- ¡Tú..! ¡¿Dónde rayos estoy?! ¡¿Y quiénes son todos estos niños?!
- Nuestros hijos.
- ¡¿Nuestros?!
- Sí, me prometiste treinta, solo nos faltan ocho. Oh, ya están por venir tres más. - Dijo señalando el vientre de Isaka, que se sorprendió al verse con una panza de 9 meses de embarazo.
- ¡Imposible! ¡Esto debe ser un..! Un momento... ¡Eso es!
- ¿Qué cosa es qué?
- ¡Un sueño! Estoy metido en tu sueño.
- No me diga que... leyó mi libro, ¿Acaso no dijo que era inútil? - Él tan racional como siempre, hasta en sueños.
- ¡Tú tienes la culpa por dejarlo a la mano!
- Definitivamente usted es peor que un niño... Espere, creo que ya va a nacer. - Miraba el cuerpo de su jefe haciendo contracciones.
- ¡Noo! ¡No me hagas dar a luz, enfermo! - Se fue corriendo y chocó con alguien.
- ¿Eh? - Ambos sorpredidos, el Isaka real se encontró con el Isaka del sueño de su pareja. Hicieron movimientos como para cercionarse de que no era un espejo lo que veían.
- ¡Me engañaste! - El Isaka del sueño sacudía a Asahina señalando el vientre del real.
- Mami, papi, no peleen - Todos decían en coro.
"Demente", Isaka se alejó de la escena y sin darse cuenta cayó en un hoyo, esa fue su salida del sueño de Asahina. Desesperado fue y se aferró a su cuerpo con la esperanza de regresar en sí, fue inútil; suspiró, le dió un fuerte beso a su compañero y se fue a la venta con intenciones de suicidarse (?) , no vagaría por el mundo por los siglos de los siglos. Ni bien salió al balcón obesrvó infinidad de nubes.
- Esto puede ser divertido... - Se fue de un brinco saltando de nube en nube - Oh, esa es la casa de Kirishima-san, iré a hacer una pequeña inspección...
Se metió por la ventana y pudo sentir cuatro nubes, le pareció raro ya que tenía entendido que él vivía solo con su hija, husmeó cuarto por cuarto y en la habitación de huéspedes casi le da un infarto. "¡¿Qué hace Yokozawa aquí?!", el oso de Marukawa dormía abrazado de Sorata, pero claro, había puesto una barricada de muebles y artefactos en la puerta para que Kirishima no lo asaltase.
- Jajaja - No pudo contener su risa, ver al más serio de la empresa así, simplemente era increíble. Pero el ruído que hizo alertó al gato y al oso.
- Hng... vete de... una maldita...vez... - Hablaba entre sueños Yokozawa.
- Miau...miau... - Sorata también tenía el hábito de su dueño.
"¡Voy a divertirme muchísimo esta noche!", pensó Isaka antes de saltar en la nube de Yokozawa, y no estaba equivocado, sería una noche muy divetida y tendría de todo un poco.