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COMO PERRO Y GATO por desire nemesis

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Notas del capitulo:

Me disculpo. A veces uso palabras japonesas sin explicar su significado pensando que todos los lectores las conocen.

 

Es mi culpa pero una de ustedes me lo hizo ver. Gracias Nikki

 

En el pasado cap use las palabras

 

Neko=gato

 

Gaishin=extranjero o persona de ascendencia no japonesa distinguiendo así incluso a los japonesas de ascendencia extranjera. Los japoneses aíslan así a los que no son de origen japonés como también distinguen a los que siendo de ascendencia japonesa han nacido en otro país. Ahora no recuerdo como se les llama.

El detective le dijo furioso—Ya me explicarás lo que piensas en la seccional cuando te llevemos, gato engreído—

 

Me muero de ganas por verte ahí pero me temo que tengo que irme—dijo el ladrón un segundo antes de lamer la delicada piel del cuello bajo la oreja derecha del rubio. Joey reaccionó con un temblor que le crispó pues no era la reacción que debía sentir y cuando abrió los ojos para discutirle al otro lo que hacía se halló solo.

 

¡Joey! ¿Estás aquí?—preguntó una voz familia y Honda apareció de inmediato viendo como su amigo parecía buscar en la oscuridad con la vista aún estando a oscuras. --¿Qué buscas?—preguntó después.

 

¡El Neko estuvo aquí!—le informó su amigo.

 

¡Imposible!—gritó el castaño mientras el teniente Wheeler tomaba su walkie talkie.

 

¡Escuchen! ¡Habla el teniente Wheeler! ¡El Neko está aquí! ¡No le dejen salir del edificio! ¡Ya tiene la joya! ¡Es imperativo darle caza! Repito. ¡El Neko está aquí! ¡Es imperativo darle caza!—vociferó.

 

“¡Entendido, teniente!”

 

“Copiado”

 

Se oyó por el radio mientras el furioso ojos mieles buscaba a su presa con respiración trabajosa. No le gustaba que jugaran con él.

 

Mientras en un callejón a unas cuantas cuadras del lugar un hombre sonreía antes de ponerse el casco negro con él que conduciría su moto “Ninja” del mismo color, luego miró el pequeño objeto en su mano, plateado y con una gema azul lucía casi insignificante, solo los que lo conocían le otorgarían su verdadero valor. Cerró su mano en torno a él para meterlo después en el bolsillo de su chaqueta.

 

Siempre se sentía genial reírse en la cara del peligro, pensó.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era un día calamitoso en la jefatura metropolitana de Tokio. El lugar era un caos de gente que iba y venía pero por suerte eso era normal. Lo calamitoso del asunto era la reprimenda que el jefe Yamato le había echado a Wheeler por el fracaso de la noche anterior.

 

Como si no fuera suficiente tener que sufrir por ser humillado por ese asqueroso gato, debía tener que recibir las reprimendas de su jefe en silencio solo para reverenciarlo y pedir disculpas después con los puños apretados. Era demasiado para el orgulloso Wheeler.

 

Tranquilo—le dijo su colega Honda sentado sobre el escritorio de Wheeler mientras este sostenía su cabeza derrumbado sobre el escritorio pero en su mirada podía verse la fiereza de un perro salvaje herido y dispuesto a vengarse. –Lograrás atraparlo la próxima—agregó con un tono de consuelo que enervó mas al ojos mieles. Odiaba que le tuvieran lástima.

 

Te he dicho que no te sientes en mi escritorio—le dijo el rubio pero se detuvo de su actitud al ver que el otro ya no le prestaba atención.

 

¡Fiuuuu! Parece que la cosa va a ponerse peor—anunció su colega mirando atrás suyo.

 

Joey curioso miró hacia el mismo lado para ver la distinguida figura que acababa de entrar al recinto. La cual le devolvió la mirada tras los anteojos de armazón invisible para después acercarse a ellos.

 

A usted lo estaba buscando teniente. ¿Cómo es posible que haya arruinado un plan que según usted mismo era tan perfecto?—le preguntó el hombre de fría mirada.

 

Joseph achicó los ojos. Ya era la segunda persona en el día que le preguntaba lo mismo y no le hacía gracia y por mucho que quisiera gritarle en la cara que se fuera al diablo y que estaba siendo poco original con el asunto tenía que guardar consideración con el sujeto, después de todo era el asistente del fiscal general de Tokio, uno de los hombres más poderosos de la ciudad junto con el gobernador y el jefe de la policía y si insultaba a su mano derecha definitivamente su carrera iba a irse por el caño por mucho mérito que él hubiera hecho.

 

Aunque el otro era como él un gaishin, gracias a su habilidad y astucia en la política y a un impecable historial en derecho había llegado a un puesto tan encumbrado siendo solo un poco mayor que el mismo Wheeler. Era de admirarse que ostentara un puesto de tanto poder a su edad, aunque solo un poco. Joey tenía sus reservas con el tipejo ese que siempre lo miraba como si tuviera algo que pudiera pegársele.

 

¡No todo está perdido!—le contestó el rubio.

 

¿Cómo puede decir algo semejante? Les aseguramos a los del museo que todo estaba a salvo bajo nuestra protección  y después de una noche pierden una valiosísima pieza de su colección—dijo el asistente.

 

¡En verdad eso no es cierto!—aseveró el detective para confusión del fiscal.

 

¿Qué dice?—preguntó casi colapsado este.

 

En verdad el ladrón ese solo se llevó una baratija—mencionó Honda interviniendo.

 

El fiscal los miró a ambos de hito en hito.

 

Yo no diría una baratija. Tiene su buen valor pues los materiales son auténticos pero no dista de una que puede comprar en una joyería. Claro que sin duda no tiene el valor de lo que él en verdad planeaba llevarse—le informó Wheeler sonriente al fiscal visiblemente conmocionado. Luego le explicó—Verá, yo en verdad tenía mis dudas de que un ladrón habilidoso como el Neko se nos pudiera escapar por una rendija con el producto de su robo y por las dudas usamos un plan de contingencia que ideamos con el museo y sin que nadie supiera hicimos una copia genuina del objeto y mientras el verdadero anillo del César descansaba en la bóveda del museo esa copia estaba en la colección del ala sur del museo. Tal vez obtenga un dinero por ella pero sin duda no él que pensaba— Joey sonreía ampliamente ahora satisfecho con su argucia.

 

Aunque no le gustaba fallar sabía que los planes indefectiblemente podían hacerlo y más cuando su realización dependía de tanta gente que podía tener sus puntos flacos y dejar huecos donde no estaba pensado que estuvieran y se felicitó de nuevo por ser tan precavido. Además era sabido que el habilidoso ladrón era casi seguro que robaba para venderlo a los coleccionistas codiciosos e intentar imaginar su cara cuando le dijeran que era una simple copia lo ponía de un gran buen humor que disipaba toda la humillación recibida por causa de este. Una cuchara de su propio chocolate era lo que merecía, sin lugar a dudas.

 

Debo agradecer que se tomara esas molestias—dijo una desconocida voz detrás del fiscal que se volteó a ver. –Al ver como a resultado todo esto veo que su juicio fue impecable. Debo decir que me sentí nervioso por el resto de la colección pero viendo que ese ladronzuelo solo se llevó el anillo me siento más seguro de que hemos confiado en el hombre idóneo. No se abata joven Wheeler. Tenga por seguro que, como dicen, atrapará a su hombre—agregó el hombre mayor, alto, de tes morena y pelo entrecano con aire distinguido que estaba parado tras el asistente del fiscal general.

 

¿Y usted es?—preguntó éste.

 

¡Oh, perdón!—exhaló el hombre y extendiendo una mano en saludo se presentó— ¡Soy Mássimo DeLaFontana! Sub diretore dil Museumm d´arte e istoria di Roma. Sub director del Museo de arte e historia de Roma ¿Un placer! ¿Y usted es?—preguntó un segundo antes de que su interlocutor se decidiera a tomar la mano que se le extendiera y se presentara a si mismo.

 

Soy Seto Kaiba, asistente del fiscal general de Tokio—dijo dirigiéndole su mirada más impenetrable.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mientras entraba a su auto la mente de Seto bullía por su increíble furor. En la oficina era conocido como el Gran Dragón Blanco por su carácter irascible cuando las cosas no iban como quería y definitivamente esta era una de esas ocasiones.

 

A decir verdad era peor, porque ese perro y sus amigotes le habían visto la cara, metafóricamente y ahora se burlaban a sus expensas mientras él tenía entre  sus manos una joya inútil.

 

Y sobretodo había tenido que soportar que ese diretore de porquería se atreviera a llamarlo ladronzuelo.

 

¡A él!

 

Que se había forjado un nombre dentro del arte delictivo que llevaba de cabeza a todo el cuerpo de policía de Japón.

 

Semejante insulto merecía una venganza.

 

Y la tendría.

 

Por los dioses que haría que ese estúpido detective pagará caro por haber osado arrebatarle su botín de las manos.

 

Mientras esperaba que un semáforo cambiara de rojo a verde se le ocurrió una idea y sonrió casi lascivamente.

 

¡Y valla que se le había ocurrido como!

 

 

Continuará…

Notas finales:

Espero y les guste

trataré de actualizar mañana pero lo más probable es que hasta el domingo no pueda

perdon por hacerles esperar

Les cuento porque tal vez asi me perdonen

pero estoy atrapada por las novelas de Sekaiichi

especialmente por la de Yokozawa Takafumi no baai

vengo al ciber a bajarlas para leerlas en casa

si quieren saber de que hablo y no las conocian lo que no es un pecado

yo hasta hace poco tampoco las conocía

vayan a la pag Amaichudoku a la parte de novelas

gracias por su apoyo

mata ne

^^


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